Está en la página 1de 3

Un Grupo De Mujeres Emprendedoras Dan Empleo A Madres Cabeza De

Familia

En la ciudad más desempleada del país, varias mujeres se ganan la vida con la
confección de trajes típicos.

Por estos días el taller de María del Carmen Sánchez se viste de fiesta. El colorido
y la alegría del traje típico para la celebración de las fiestas, adornan el lugar. Las
máquinas de coser de esta pequeña vivienda-taller del barrio La Pola, aprendieron
a tararear los ritmos del folclor colombiano. Maria del Carmen Sánchez, a quienes
todos llaman 'doña Carmen', junto a Ingrid Amparo Morad, Alison Sánchez, Nora
Rincón, Belén Campos y otro grupo de vecinas, madres cabeza de familia,
personifican Fiestas Tradicionales, una microempresa cuya razón de ser es la
confección de trajes típicos. Fiestas Tradicionales, con tan solo un año en el
mercado, ha sido escogida por la Corporación Festival Folclórico Colombiano
como uno de los patrocinadores de la presente versión del Festival Folclórico.
Estas recursivas, creativas y polifacéticas jefes de hogar de estrato uno y dos,
tienen la gran responsabilidad de vestir a reinas, acompañantes, organizadores y
presentadores del tradicional evento. Como se dice popularmente, la
microempresa arrancó con 'las uñas'. "Empezar fue muy duro. No teníamos ni un
peso. Sólo las ganas y el amor por el folclor. Nos tocó arrancar con la plata y las
máquinas que nos prestaban los vecinos. Así duramos un año", recuerda la
señora Morad. Fiestas Tradicionales surge de la necesidad de laborar unidas y de
manera organizada, bajo el lema de "trabajar con calidad". Únicamente se
emplean allí, madres cabeza de familia. Actualente el taller de confección, la
bodega y oficina de la microempresa, es la misma casa de doña Carmen, en el
barrio La Pola, pues no hay para pagar arriendo. "No me importa dormir con los
trajes encima. Para salir adelante hay que saber sacrificarse", cuenta doña
Carmen. Hace unos meses la corporación Mundo Mujer les otorgó un crédito de
cinco millones que las puso a estrenar máquinas de coser. Los trajes típicos de
alquilar se pueden encontrar desde 35 mil hasta 300 mil pesos. También se
venden sobre medida. La empresa maneja un catálogo donde muestran sus
diseños exclusivos. Para esta temporada, quieren imponer los tonos ácido y
pastel. Pero allí no sólo se confeccionan trajes típicos. Vestidos de primera
comunión y de quince años, disfraces, uniformes y ropa en general, también se
elaboran en el pequeño taller. "Nosotras tenemos una gran responsabilidad, pues
si no hay qué coser, las empleadas y sus famlias aguantan hambre", dice Ingrid
Amparo. Según las empresarias, su objetivo es dejar satisfecho al cliente. Para
ello elaboran sus creaciones con los mejores materiales, a la vez que son bastante
rigurosas con las empleadas. "Nuestra visión es posicionar la empresa a nivel
local, nacional e internacional", puntualiza. Aunque el nombre de la empresa se
refiere a la temporada de fiestas, la actividad de estas pequeñas empresarias no
para durante todo el año. Apesar de las dificultades con las que empezaron o las
de la cotidianidad, el empeño y el entusiasmo de las mujeres no dejan de ser
compañía. Ellas esperan que la sociedad las acompañe.

La iniciativa emprendedora vuelve a caer en España

Los datos del último Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) ofrecen una
visión donde la iniciativa emprendedora ha acabado contagiada de la mala
situación económica que vive nuestro país.
Ya no es sólo el hecho de que descienda hasta mínimos la Tasa de Actividad
Emprendedora (TAE), especialmente las iniciativas nuevas de entre 3 y 42 meses
de actividad –que caen del 2,8% al 2,1%–, sino que una cuarta parte de los
emprendimientos se lanzaron por necesidad; descendiendo hasta el 73% aquellos
que se crearon por ver una verdadera oportunidad en el mercado.
OBLIGADOS A EMPRENDER
Una mayor necesidad por emprender que también se observa en el hecho de que
el 66% de los emprendimientos fuera de autoempleo (frente al 40,7% de 2009) o
de que aumente el número de emprendedores más jóvenes (de 18 a 24 años).
Dos claros indicios de las dificultades actuales para encontrar un empleo
asalariado.
Pero si se buscan brotes verdes también se encuentran. Por ejemplo, el aumento
del porcentaje de población adulta que ha superado los tres años y medio de
actividad, que pasa del 6,4% al 7,7%. Un síntoma de que muchas empresas que
se lanzaron antes de la crisis económica se están consolidando en el mercado.
También invita al optimismo el repunte del emprendimiento potencial, es decir, el
porcentaje de población adulta que tiene intención de emprender en los próximos
tres años. Este crece hasta el 6,7% desde el 5,5% de 2009, si bien es verdad que
“sólo son intenciones” y que muchos de estos potenciales emprendedores pueden
cambiar sus expectativas, está claro que cuanto más afecte la “fiebre
emprendedora” a los ciudadanos, más posibilidades habrá de que vivamos, por
fin, una epidemia.

También podría gustarte