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Síntesis de los debates. Ficha nº 1.

Aceras

Cuestiones candentes

Las aceras de las ciudades españolas están siendo invadidas. Terrazas, muebles
urbanos, publicidad y, sobre todo, vehículos de todo tipo (motos, segways, patinetes
eléctricos, bicicletas) aparcados o circulando están poniendo en cuestión el carácter, la
comodidad y la seguridad de este espacio peatonal.

Algunas ordenanzas municipales están propiciando dicha invasión al autorizar


determinados comportamientos (por ejemplo el aparcamiento de motos en las aceras
o la circulación de bicicletas de adultos).

Por otra parte, en demasiadas ocasiones la construcción de infraestructuras ciclistas


se está realizando sobre las aceras, sin respetar unas normas mínimas de
accesibilidad y sin ocupar el espacio dedicado al automóvil, por lo que hacen un flaco
favor al ciclismo urbano y a la movilidad sostenible, al generar un conflicto innecesario
entre viandantes y ciclistas.

Argumentación peatonal

Las aceras no son o no deberían ser únicamente vías para la movilidad peatonal, sino
espacios públicos integrales. No sirven exclusivamente para el tránsito peatonal sino
que son también el espacio urbano esencial para la estancia, la conversación, la
comunicación, el intercambio o el juego.

Permitir o fomentar la circulación de vehículos en las aceras supone quebrar su


carácter de espacio público integral, volcándolo a la función circulatoria y, además,
establecer unas nuevas reglas de uso de las aceras que atentan a la comodidad y la
seguridad peatonal.

El tránsito peatonal en las aceras debe estar guiado por los criterios de accesibilidad,
permitiendo su uso por parte de todos las personas.

Respuesta peatonal

Las organizaciones que velan por los intereses de los viandantes rechazamos la
invasión de aceras por parte de todo tipo de instalaciones, muebles urbanos y
vehículos.

Reivindicamos el carácter integral del espacio público formado por las aceras, en las
que deben coexistir diversas funciones urbanas esenciales.

Defendemos el desarrollo de los itinerarios peatonales concebidos en la legislación


reciente de accesibilidad (Orden VIV/561/2010, de 1 de febrero, por la que se
desarrolla el documento técnico de condiciones básicas de accesibilidad y no
discriminación para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados).
Síntesis de los debates. Ficha nº 2. Espacios de prioridad peatonal

Cuestiones candentes

Los espacios de prioridad peatonal no están definidos como tales en el Reglamento


General de Circulación, auque éste reserva dos señales de indicación que establecen
grados distintos de prioridad y reducción de la velocidad (S28, “Calle Residencial”, y
S30 “Zona a 30”). Sin embargo el RGC no establece el campo de aplicación de dichas
señales. Y aunque en ambos casos diga que se trata de espacios especialmente
acondicionados, el texto no concreta detalles para su diseño o requisitos para que se
establezca esta regulación. El Reglamento tampoco define en qué consiste
exactamente la prioridad peatonal, sobre todo no se aclara en el caso de la “Zona a
30”.

Por otro lado, en las últimas décadas, la denominación y la construcción de vías o


calles de coexistencia se ha ido generalizando en el país, sin que exista un consenso
explícito sobre su contenido.

Los acondicionamientos de coexistencia sin duda favorecen la permeabilidad


transversal de la vía para los peatones, pero en su variada aplicación, no garantizan la
prioridad peatonal o la reducción de la velocidad, ni disuaden el tráfico de paso. Así, la
asociación del diseño o de una determinada tipología viaria a una prioridad peatonal
no siempre regulada, puede incrementar el riesgo y generar accidentes.

La diversidad de modos con la que se están aplicando estas regulaciones o tipologías


nuevas de viario está conduciendo a su desvalorización como fórmulas para mejorar la
calidad de vida, la seguridad y la comodidad peatonal.

Argumentación peatonal

Los espacios de prioridad peatonal son un instrumento importante para el fomento de


la movilidad a pie, que ofrece posibilidades de compatibilizar el uso de la calles por
diversos usuarios y extender la coexistencia a tejidos urbanos diversos.

El concepto de prioridad peatonal debe ser integral, más allá de las cuestiones
meramente circulatorias. Por tanto los espacios de prioridad peatonal no deberían
concebirse solamente para el tránsito, sino como espacios públicos y urbanos,
esenciales para la estancia, la conversación, la comunicación, el intercambio entre
personas o el juego.

Tiene especial importancia el  


 
   de los accesos a  

     , que podrán tratarse como puertas donde además de las
señales, la disposición del arbolado y del mobiliario urbano y el tratamiento del
pavimento y de las rasantes, resalten el cambio en el régimen de circulación.


 
   
 
     
     
    



               
    
      
           
       


  
  
  
  

  
 
Respuesta peatonal

  
     
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       S28, “Calle Residencial”, y S30
“Zona a 30” con el fin de ampliar y clarificar su campo de aplicación y mejorar
su entendimiento y efectividad.

 Revisar el Artículo 50 del RGC sobre límites de velocidad. Y en pro de la


seguridad vial y de la normalización de la prioridad peatonal, reducir a 30 km/h
la velocidad máxima que no deberán rebasar los vehículos en vías urbanas y
travesías, con carácter general.
Síntesis de los debates. Ficha nº 3. Cruces

Cuestiones candentes

Los cruces peatonales son el escenario principal de los conflictos y accidentes entre
viandantes y vehículos. Además, el diseño de las intersecciones incide en la
comodidad y las distancias a recorrer y el tiempo de los desplazamientos a pie.

El modo tradicional de diseñar las intersecciones de las vías y calles de la ciudad


desatiende los intereses de los peatones, primando la capacidad y la fluidez del tráfico
motorizado. En consecuencia en la mayoría de las intersecciones de las ciudades
españolas se producen alguna o varias de las siguientes carencias o conflictos
peatonales:

• falta de paso peatonal en todos o algunos de los puntos de cruce


• retranqueos enormes del paso peatonal respecto a la trayectoria natural del
viandante
• falta de visibilidad mutua entre vehículos y viandantes
• intensidades o velocidades de vehículos y flujos peatonales no apropiados para
las modalidades de paso instalado
• número de carriles incompatibles con la modalidad del paso peatonal instalado
• falta de isletas o refugios intermedios
• fases semafóricas verdes excesivamente cortas para los peatones
• fases semafóricas rojas excesivamente largas para los peatones
• fases semafóricas peatonales intermitentes, con pérdida de la prioridad o la
preferencia peatonal

Argumentación peatonal

En el diseño y en la regulación de las intersecciones hay que buscar el equilibrio entre


los intereses de los diferentes actores de la vía pública. Si se considera que las
políticas de movilidad y seguridad vial deben dar protagonismo a los viandantes, se
requiere modificar la perspectiva tradicional, orientada a satisfacer las necesidades de
los vehículos, para alcanzar un nuevo modo de intervención en el que se garantice la
seguridad y la comodidad de los desplazamientos a pie.

Respuesta peatonal

Las organizaciones que velan por los intereses de los viandantes exigimos que se
tenga en cuenta al peatón a la hora de diseñar intersecciones o pasos peatonales.

Reivindicamos la continuidad directa de las aceras en las intersecciones, la coherencia


entre la modalidad del cruce peatonal y las características del viario (por ejemplo la
limitación del número de carriles cuando hay pasos de cebra o la limitación de la
longitud total de paso a cruzar sin isleta intermedia.

Reclamamos también una regulación semafórica que tenga en cuenta un tiempo


máximo asumible de espera, un tiempo mínimo para el cruce de la calzada y una
regulación de los tiempos de transición (fases intermitentes y de protección) que
permita, por ejemplo, clarificar la prioridad o preferencia peatonal en la fase ámbar de
los vehículos.

Asimismo exigimos una distancia razonable entre dos pasos peatonales, una mayor
permeabilidad transversal del viario y una mayor promoción de cruces informales
(cruces sin prioridad), un derecho fundamental del peatón que recoge el propio
Reglamento General de Circulación en el Artículo 124.

Asimismo, defendemos el desarrollo de los itinerarios peatonales y los cruces de los


mismos concebidos en la legislación reciente de accesibilidad (Orden VIV/561/2010,
de 1 de febrero, por la que se desarrolla el documento técnico de condiciones básicas
de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de los espacios
públicos urbanizados).
Síntesis de los debates. Ficha nº 4. Normativa técnica de calmado del tráfico

Cuestiones candentes

En las dos últimas décadas diferentes administraciones han aplicado técnicas de


calmado del tráfico, es decir, de métodos para diseñar y gestionar las calles de
manera que se reduzca la intensidad o la velocidad de los vehículos motorizados.
Desde el año 2000 se aprobaron algunas normativas locales o autonómicas para
definir las características de dichas técnicas. La fórmula más extendida en España es
la instalación de lomos, pasos peatonales sobreelevados y otros reductores de
velocidad semejantes, con miles de unidades dispersas por todo el país.

En 2008 el Ministerio de Fomento aprobó una normativa para la instalación de


reductores de velocidad de ese tipo en las carreteras de su titularidad (véase
referencias más abajo). Algunos agentes y grupos de interés han estado presionando
desde entonces para la retirada o la suavización de los lomos instalados fuera de
dichas carreteras y, en particular, en las calles de competencia municipal.

Por ese motivo, numerosos gobiernos locales han empezado a invertir una importante
cantidad de dinero en la modificación de los reductores de velocidad, adaptándolos a
la normativa de las carreteras estatales, a pesar de que en algunos casos las
velocidades de diseño indicadas son inferiores a las establecidas por el Ministerio de
Fomento (30 y 50 km/h).

La cuestión urgente es, por tanto, clarificar la aplicación de la normativa ministerial a


las carreteras de su competencia, así como desarrollar una normativa urbana de
calmado del tráfico completa que facilite la gestión y el diseño del viario urbano.

Argumentación peatonal

Pacificar o calmar el tráfico es una manera óptima de mejorar la seguridad y la


comodidad de las personas que caminan. Calmar el tráfico supone transformar el
enfoque tradicional de diseño y gestión de las calles, tradicionalmente orientado a
incrementar la capacidad y la velocidad de los vehículos motorizados y, en definitiva, a
facilitar el uso del automóvil aunque sea en detrimento de los demás medios de
transporte, incluyendo la marcha a pie.

Por ese motivo, para los peatones es fundamental contar con recomendaciones y
regulaciones que permitan esa transformación del enfoque tradicional, de manera que
poco a poco, nuestras calles pasen a ser diseñadas y gestionadas desde una
perspectiva plural, con multiplicidad de puntos de vista e intereses.

Se requiere un enfoque urbano de la seguridad vial y el diseño viario en el que los


viandantes sean protagonistas principales.

Respuesta peatonal

Las organizaciones que velan por los intereses de los viandantes pedimos que se
elabore una normativa técnica que favorezca la aplicación de criterios urbanos de
calmado del tráfico.
Reclamamos que no se apliquen las normas de las carreteras del Estado (Ministerio
de Fomento) a los ámbitos urbanos y que, por tanto, no se vean obligados los
ayuntamientos a modificar sus reductores de velocidad por el único motivo de que no
cumplen la norma ministerial.

Referencias



 
  



      

    

  


  
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Lomo trapezoidal

Lomo de asno

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