Está en la página 1de 3

El siguiente escrito consiste en la transcripción literal de una conversación mantenida

por Albert Einstein y Luis XIV en el más allá (un lugar al que, como al horizonte, jamás
podemos llegar puesto que se aleja a medida q nos acercamos a él).
La conversación no deja de ser interesante para quien se disponga a leerla ya que, en su
transcurso, roza tanto puntos de un relativo absolutismo como momentos de un absoluto
relativismo, que el lector encontrara absolutamente, o relativamente, interesantes.

* * *

(La transcripción comienza una vez empezada la conversación por una demora más que
desafortunada del encargado en realizarla. Al momento de comenzar a escribir, Luis
XIV, luego de una contundente, o relativamente contundente afirmación de Einstein, da
a conocer su opinión a este último).

Luis XIV: Creo que estás absolutamente equivocado Albert. El Estado era yo y no hay
ninguna duda al respecto. Esa sí que es una realidad absoluta. Que las cosas hayan
cambiado después de mi muerte no es asunto mío.

Albert Einstein: A lo sumo estaré relativamente equivocado. Verás, al no haber


verdades absolutas, no hay ni mentiras ni malas interpretaciones absolutas. Es entonces
una equivocación absoluta inexistente. Una equivocación es tal dependiendo de quien la
juzgue como tal.
Y en cuanto al hecho de que seas el Estado, lamento anoticiarte de que esa afirmación
no es sino relativamente absoluta, puesto que depende emana de tu manera de ver la
realidad. Pueden los agricultores afirmar que son ellos el Estado porque son los que
alimentan a la nación, y esa sería una afirmación tan relativamente absoluta como la
tuya.

Luis XIV: Albert, Albert, Albert. Esa idea tuya de que todo es relativo me tiene
sinceramente harto. Nunca has de llegar a nada con ese razonamiento. Si todo fuera,
como sostienes, relativo, entonces no habría nada que hacer puesto que no habría nada
lo suficientemente sólido como para ser sostén del desarrollo. ¿Entiendes a lo que me
refiero Albert? ¿Cómo crees sino que lleve a Francia a la gloria? ¿Con relativismos
como el tuyo? No. Con sólidos principios y absoluta convicción.

Albert Einstein: Relativa convicción…

Luis XIV: Si hasta a veces creo que me lo haces a propósito, solo para molestar mi
eterna existencia aquí. Eres absolut… eres molesto.

Albert Einstein: Jamás he tenido como objetivo molestarte. Mi único afán es tratar de
mostrarte que no existe un único punto de vista desde donde ver el mundo. El mundo, la
realidad y la verdad se nos presentan de maneras distintas a las personas en tanto somos
distintas. Es por esto que toda afirmación es relativa. No es una artimaña para
molestarte, es tan solo una manera de pensar.

Luis XIV: Arroja una manzana hacia arriba, y ya verás como cae esta al suelo. Ahí
tienes una afirmación absoluta.
Albert Einstein: Arrójala en la luna y quizás no regrese. Entiendo que hayas muerto
mucho antes de la exploración del espacio exterior pero aquí en el más allá nos hemos
enterado de dichos avances, no puedes no darte por aludido.

Luis XIV: Arroja una manzana hacia arriba y esta se desprenderá de tu mano.

Albert Einstein: Tanto para mí como para ti, el significado de arrojar algo significa darle
impulso con la mano y soltarlo. Pero aquí entra en juego el relativismo una vez más.
¿No podría haber acaso una sociedad en donde arrojar un objeto consistiera en
mantenerlo entre los brazos, junto a uno? Es decir, el idioma, el significado que damos a
las palabras es… indudablemente relativo.

Luis XIV: Podría yo decir entonces que el significado que damos a las palabras es
absolutamente relativo, ¿o me equivoco Albert?

Albert Einstein: Es interesante como mi razonamiento pareciera llevar a esa paradoja


pero, si te detienes a pensarlo profundamente, el relativismo no sería absoluto, como
acabas de aventurarte a afirmar, sino más bien relativo. Lo que intento decir es que las
observaciones, verdades o cualquier tipo de afirmación son relativas dependiendo del
punto de vista de quien las enuncie, pero son relativamente relativas dependiendo del
criterio que se use para analizar el punto de vista de quien las enuncie. Y esto último es
a su vez relativo dependiendo de el lugar que ocupe (ideológica, cultural, social,
política, económica o religiosamente) aquél que elija tal o cual criterio para juzgar la
relatividad de lo enunciado por otro. No se si he podido hacerte entender mis conceptos.

Luis XIV: Te he entendido Albert, no te preocupes, tengo una facilidad asombrosa para
entender tus pensamientos. Tan solo no los comparto. De esa cadena relativa que acabas
de enunciar extraigo que el relativismo es absoluto. Si el relativismo es absoluto quiere
decir que el relativismo es una verdad absoluta. Y si el relativismo es una verdad
absoluta es porque es considerada una verdad absoluta. Por lo que, para ser considerada
una verdad absoluta, una enunciación tan solo tiene que ser compartida por la totalidad
de la gente involucrada en dicha enunciación. Y te puedo asegurar Albert, que hasta mi
muerte yo fui el Estado.

Albert Einstein: Voy a contestarte con un ejemplo inventado, si no te molesta.


Supongamos que en la época de tu reinado toda Francia consideraba que tú eras el
Estado…

Luis XIV: Supongamos no. Durante mi reinado toda Francia sabía que el Estado era yo.

Albert Einstein: Bueno… Durante tu reinado toda Francia sabía que el Estado eras tú.
Según tu razonamiento era entonces esa una verdad absoluta puesto que todas las
personas involucradas, los franceses, la aceptaban. Ahora bien. Que pasaría si, en otra
civilización que puedes imaginar en el planeta que desees, otro monarca hubiera hecho
la misma afirmación, y todos los habitantes de su reino la compartieran. ¿Quién sería
entonces el Estado?

Luis XIV: Pues, creo que en ese caso ambos lo seríamos.


Albert Einstein: ¿Y no pasaría en ese caso a ser falsa la afirmación de que el Estado eres
tú si el Estado fueran tú y ese otro monarca? ¿No tendría necesariamente que ser
relativa para ser verdadera? En otras palabras, esa afirmación puede ser tanto una
verdad relativa como una absoluta mentira.

Luis XIV: Si como dices, ambas afirmaciones son hechas por personas que jamás han
estado en contacto e involucran a sociedades que no están en contacto. Cada afirmación,
en el espacio social que involucra, sería una verdad absoluta.

Albert Einstein: Y una afirmación que es una verdad absoluta dentro de su marco
específico, ¿no es acaso una verdad relativa en el marco general?

Luis XIV: Cuanto más te explicas más me convenzo de que entonces la relatividad es
absoluta. Es decir, tú sostienes que el absolutismo es relativo. Pero para sostener eso, te
vales del absolutismo de la relatividad. Terminas adoptando la postura que criticas.

Albert Einstein: Lo que yo sostengo consiste en que, para cada realidad, sus verdades
son absolutas, pero sólo son absolutas en el marco de esa realidad. En otra realidad no
lo serían, por lo cual no son totalmente absolutas, son en parte absolutas o para decirlo
de otro modo, relativamente absolutas. Lo absoluto no es sino lo relativo visto desde sí
mismo y lo relativo no es sino lo absoluto observado desde una posición diferente. Es
entonces lo absoluto relativo, lo que no significa que lo relativo sea absoluto.

Luis XIV: Entiendo una vez más tu argumento pero, mi querido Albert, ¿no crees tú que
haya verdades absolutas? Es decir, acabas de afirmar que lo absoluto es lo relativo visto
desde sí mismo y lo relativo no es sino lo absoluto observado desde una posición
diferente. ¿No seria esa una verdad absoluta?

Albert Einstein: sería una verdad relativa si existieran las verdades absolutas…

Luis XIV: ¿Pero no sostienes tú que no existen tales verdades?

Albert Einstein: Yo sostengo que todas las verdades que los seres humanos conocemos
y sostenemos tienen su grado de relatividad. La parte del universo que desconocemos es
infinita, y eso es una parte muy grande, ya lo creo. Por lo cual yo me remito a lo que
conozco, a la porción de la realidad que conozco y, sobre eso, hago la afirmación
absoluta que tu denunciaste que hacía: digo que el relativismo es absoluto en esta
porción de la realidad que conozco. Pero esta afirmación no es sino absoluta en tanto se
la comprende dentro de la realidad en la que es elaborada. Por lo que es, vista desde una
posición ajena a esta realidad, una verdad relativa.
Lo absoluto no es sino lo relativo visto desde sí mismo y lo relativo no es sino lo
absoluto observado desde una posición diferente. Mi afirmación de que la relatividad es
absoluta no es sino una afirmación relativa vista desde sí misma.

Luis XIV: Eres absolutamente relativista Albert, no hay remedio para ti.

Albert Einstein: En eso estoy absolutamente de acuerdo contigo.

También podría gustarte