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Que a pesar de que en años anteriores, y bajo otras administraciones, se han realizado
procesos de intervención en la población La Legua, la violencia callejera se ha
incrementado, no solo involucrando disputas entre grupos de tráfico al interior de la
población, sino que también considera situaciones de abuso policial.
Que la firma de la convención de los derechos de los niños (CDN), que involucra la defensa
y protección de la infancia en nuestro país, no se respeta al interior de la población La
Legua, en la medida que el Estado no genera las condiciones para que niños, niñas,
adolescentes y juventudes vivan en un ambiente de paz al interior de su población.
Que la poca información que se maneja en torno a la posible nueva intervención que
pregona el Estado genera desconfianza entre sus pobladores, agrietando el tejido social y
generando mayor distancia con el Estado por parte de sus pobladores.
Tras un diagnóstico realizado el año 2009 y actualizado el 2011 sobre los derechos que más
interesan y preocupan a los/as niños/as de la población, -con más de 350 niños, niñas,
jóvenes y comunidad en general consultadas-, los balazos y la poca seguridad son
percibidas como preocupaciones centrales cuando se refieren a su derecho a la recreación
y la protección.
3. Altos niveles de estrés y agotamiento se ven en niños/as lo que dificulta sus procesos de desarrollo
cognitivo y físico, obligando a sus cuerpos a estar continuamente en estado de alerta.
4. Niños, niñas y jóvenes hacen un llamado a que paren las balas, pero también la prepotencia de las
fuerzas policiales al ingresar a la población, pues sienten que la violencia ya no tiene bando y fluye
desde variados lugares.
Tener una ley integral de protección de la niñez, alineada a la convención para asegurar que la
protección de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes frente a la violencia quede claramente
establecida en las leyes. El gobierno debe llevar a la práctica lo que respaldan públicamente.
Exigimos políticas responsables que miren el problema en su total magnitud. Instamos al Estado a
generar una intervención responsable con la participación de todos/as los/as involucrados/as, con transparencia
en la información, que permita sustentar un proceso real del cambio, para el respeto de los derechos
humanos/as de la comunidad.