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Análisis del conflicto colombiano

En carta dirigida al embajador de Estados Unidos en


Colombia, por el capitán Juan Fierro Presidente de la
Asociación Nacional de Veteranos (Analvet), pide una
audiencia para plantearle asuntos delicados frente a la
indiferencia del presidente Santos y los ministerios de
Hacienda y Defensa, en torno a los derechos laborales y
salariales de la Fuerza Pública, con el fín de que estos
temas sean incluidos, como condicionamiento de los
gringos para firmar el TLC con Colombia.

Escribe Fierro: ͞Los hechos que denunciaremos


comprenden violación de derechos fundamentales, incumplimiento de leyes
salariales, desconocimiento flagrante de sentencias judiciales y normatividad
vigente sobre asuntos laborales͟ ͞Consideramos que nuestras denuncias deben
quedar incluidas dentro de las exigencias a cumplir por el Plan de Acción que se ha
implementado como requisito previo a la presentación del TLC para aprobación
del Congreso Americano͟

͞Señor Embajador: Llevamos 19 años exigiendo por medios constitucionales,


democráticos y pacíficos, el respeto a nuestros legítimos derechos sin resultados
positivos hasta ahora. Solicitamos comedidamente atender favorablemente
nuestra petición de conceder esta importante audiencia, a la que acudiremos con
todas las pruebas que soportan nuestras denuncias͟

Aunque inusual es válido y valiente, el mecanismo de presión al que el indiferente


gobierno nacional ha forzado a este grupo constituido en el mas vehemente de los
voceros de la Fuerza Pública desde la reserva activa.
De remate, mientras a la rama jurisdiccional incluida la cuestionada Judicatura los
decretos 2151 y 2152 de abril de 2011, les confieren garantías legales de
nivelación salarial de acuerdo con las leyes vigentes; por enésima vez mediante
decreto 2150 también de abril de 2011, el Gobierno Nacional fijó los porcentajes
de pago salarial para los miembros de las Fuerzas Militares y la Policía con base en
el salario de un ministro del despacho, pero sin aplicar las cifras básicas ordenadas
en sentencias judiciales para quienes ya han demandado el no pago de sus
derechos desde 1992, sino que recurre a la͞tabla oficial͟ que manejan los dos
ministerios enunciados.

En reiteradas ocasiones hemos escrito en estas columnas, que así no lo crean los
oportunistas politiqueros que ocupan los tres cargos mencionados; los militares y
policías también son seres humanos y como colombianos tienen los mismos
derechos constitucionales que los demás funcionarios del Estado.

Es inaceptable que una Fuerza Pública en guerra, que a diario entrega lo mejor de
sus hombres, que trabaja 24 horas en defensa de la honra y la vida de los
colombianos, que sacrifica la familia, el descanso y el reposo; reciba un trato tan vil
e injusto.

¿Será que nadie le ha contado a Santos que fue gracias a la sangre derramada por
soldados y policías que de manera inmerecida se catapultó a la presidencia?

O, ¿será que nadie le ha contado al ministro Rivera que su función es defender a


quienes lo sostienen en el cargo y que los derechos de los militares y policías son
tan sagrados como los de cualquier otro colombiano?

O ¿será que nadie le ha contado al Ministro de Hacienda que los dineros públicos y
el cargo que ocupa, son para cumplir la ley y no para burlarse de los uniformados
que sirven hasta con sus vidas a Colombia y lo protegen a el en ese cargo?

Apoyamos la valiente decisión del capitán Fierro y sus asesores, e invitamos a


todos los miembros de la reserva activa a que envíen los derechos de petición a la
Caja de Sueldos de Retiro de las Fuerzas Militares pidiendo claridad acerca de la
demora para pagar a todos sin excepción los porcentajes legales desde 1992, sin
necesidad de recurrir a inescrupulosos abogados que se quedan con el 30 ó 40%
de los pagos.

Es probable que el capitán Fierro presente la misma queja ante la Unión Europea y
los demás países con los que Colombia gestiona el TLC, y desde luego, que las
asociaciones de oficiales, suboficiales, agentes, soldados profesionales de la
reserva activa se manifiesten por escrito ante estas entidades y ante los medios
de comunicación, pues los reclamos son justos. No para torpedear el TLC pues algo
necesario para Colombia en su conjunto, sino para que se condicione la firma del
mismo a que el gobierno colombiano cumpla sus deberes como ordena la ley y no
se burle mas de los militares y policías.

Es increíble que mientras la Fuerza Pública es atropellada en el pago de sus salarios


a lo que suma la pésima atención y deficiente servicio de sanidad militar, el
presidente Santos ya esté inmerso en campaña presidencial reeleccionista en
contienda no declarada pero evidente con sus ministros Rivera y Vargas Lleras.

Colombia y el mundo entero tienen que conocer los abusos e irrespetos cometidos
contra las Fuerzas Militaresy la Policía por la inepta dirigencia política de los
últimos veinte años, a quienes pese a tan desmesurada deslealtad, los han
sostenido en sus inmerecidos cargos, aún a costa de elevadas cuotas de sangre y
múltiples sacrificios.

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido


Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.com

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