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SELECCION DE FRASES, ARENGAS Y ALOCUCIO- NES MILITARES EN DIFE- RENTES EPOCAS DE LA HISTORIA : Ve" 1 LIBRERIA DEL EVERGO i SOUSA Y PEREDA Prat FrRwin Garay, 1 (Opena) oe MADRID . de Galo Stes 7 Movin de Pasion, 6 7 Madstl, inp EL enordecer a las tropas para el combate, ani ‘marlas en momentos de vacilacién o desmayo, ins- truirlas antes de emprender wna operacion de gue- ‘ra, felicitarlas por ld victoria y aun contener sus Impetus o reprender sus desmanes son, en reglas _generales, los fines que el caudilo persigue al aren gar o-sus fucrsas. La elocuencia militar nace mis det corazin qxe de Ia inteligencia, y ass, su estilo debe ser breve, usando frase corta, pero impetuosa; lacénice, pero viva y animada. ‘Nuestro insigne Villamartin la definid ast: “La oratoria militar ha de ser clara, vehemente; desde la primera palabra se debe conmover y no aspirar @ convencer; hablor cow cierto fatalismo, porque 1a multitud es siompre fatolista; ser més poeta que ildsofo, sin légica a veces y sin verdad, pero con gnetbforas brillantes, que hieran con fuersa-a la imaginacién, que despierte el orgullo,el amor pro- pio, la sed de gloria, 9 todo esto con wn estilo que nada tenga que tachar de los hombres de vas- a instruccién, siendo a la vex claro, sencillo y com- a1 prensible para el riistico pastor que dejé el dia ‘antes el cayado por et fusil” Esa es la clocuencia militar; expresién enérgi- ca al par que sencilla de un concepto noble, re- suelta en sobria frase. EL sentimiento religioso, el amor a la Patria y 4 bandera, el honor militar, la exaltacién de glo- ria, 1a bravura y el espiritu de cuerpo som imége- nes que hacen vibrar el alma de las colectividades armadas, excitando las honradas pasiones; apelar 1 ellas es ejercer la mAxima influencia en el co- razén del soldado. En la antigitedad, el combate al arma blanca o reducido de los efectivos hacia indispensable ia oratoria, y ast, en medio del chaque de las armas, ‘en el estruendo del combate, 1a elocuencia militar dejaba ofr su vos, laneando los escuadrones o-la carga, impulsando al atague a cuchillo o a la toma de wn reducto, reuniendo bajo su mégico influjo fuerzas diseminadas :y enardeciendo, en fin, el valor de la tropa en momentos de fuerte emocibn, en aras de Ia victoria, Las modernas contiendas, desarrolléndose en ex- tenstsimos campos de batalla y com efectives como los de los Ejércitos actuales, obligaron a sustituir las arengas y alocuciones guerreras por proclamas y Grdenes generates de lenguaje claro y conciso 1 estilo sobrio, por medio de las cuales los jefes se comunican con las grandes wnidades a sus denes. Mos swunca alconcoré la elocwencia militar en ane Jorma escrito la efcacia de la orotoria, que cuenta on la vos; el gesto y el ademdn, tres irresisibles factores oro conmover las ideas y sentimientos, ingectando en los espiritus una. pujanca insospe- chads, Y as se ha visto en el tronscurso de la historia aue desde la formacién de los primeros ejércitos todos los grandes capitanes hicieron uso y gala de su oratorio arengando sus tropas en Tos momen- tos decisivos. Calto de ella hicieron Grecia y Roma, 9 al en- Frentarnas con la moderna historia vemas_siem- pre al caudilo transmitiendo 0 sus soldados eb valor de sus acciones 3 la enerofa de su carbcter ante el peligro, con expresiones felices, breves como trallazos, rajantes y heroicas, que han a dado consagradas como frases memorables que, al ser modelos de oratoria militar, la historia ha le- ‘gado como preciada reliquia a las modernas SELECCION DE FRASES, ARENGAS Y ALOCUCIONES MILITARES EN DI- FERENTES EPOCAS DE LA HISTORIA ESCIPION “EL AFRICANO” 218 altos a, de J. C. %;Romanos, en este dia, con el auspicio de los doses, venci en Africa a Anibal y a los cartagi- nneses! ; Subamos al Capitolio a dar gracias a los nGmenes y a rogarles que nos concedan siempre jefes que se me parezcan!” JULIO CESAR roz:afios a, de J.C. ‘A ditigirse a Espafia dice a sus huestes: ; Vamos a combatir contra un ejército sin Ge- eral; vencerémos Iuego a un General sin ejér- cto!” ron ATAULFO Arenga a sus soldados en Barcelona, al disponer a guerra contra los véndalos. Afo 414. ‘Ni el parentesco con el Emperador Honorio, ni tos halagos de la Reina Placidia, su hermana, me han obligado a dejar a Italia y traeros a Francia y después a Espafia, sino solamente vuestra ma- yor conveniencia; porque si bien pudiera mante- ner el Imperio de Roma vuestro valor, ni fuera con justo titulo ni sin continuas guerras para aca- bar de echar a Honorio de Italia y a su hermano Arcadio de Constantinopla, y aun entonces seria forzoso emplearos en debelar los tiranos de ambos Imperios y reducir a la obediencia las demis pro- vincias, con perpetuas fatigas y peregrinaciones, en que podriais aleanzar muchas victorias, pero sin tener asiento fijo donde rebacer las fuerzas y sustituir con la procreacién la gente que consu- men la guerra y el tiempo. Por esto, nuestra glo- riosa nacién, después de muchos sigios de guerra y de muchos triunfos, no ha levantado un reino cierto. No habéis dejado las amadas patrias para vivir siempre eargados con las armas, sino para reposar en un Imperio y gozalle con paz y quie- tud, que es el principal fin de la guerra. Para la cual ning Reino mejor que Espafia, diltima de las tierras.y la primera dellas en el temple de sus ais— limas, en la fertilidad de sus campos y en la ri- queza de sus minerales. Bien lo conocieron los an- tiguos, pues no en Italia, sino en Espafia consti- tuyeron los Campos Eliseos, Aqui, Dios y los hom- bres favorecerin nuestras empresas, justficadas ‘con la cesién que por via de recompensa me ha hhecho el Emperador mi cufiado, y con el derecho de la espada, porque siempre a la justicia de la ‘guerra acompafia la felicidad de las victorias, Es- ‘tas 08 facilitard mucho la desunién de las nacio- nes que han entrado en Espafia, divididas en di- vversos sefiorios y aborrecidas de los espafioles por sus tiranias y por Ia diversidad de sus costumbres y ritos; a las cuales habéis de vencer con el ardid y con la fuerza, y a los espafioles con la razén, con la justicia, con la religién, con la amistad y con Ja cortesia: virtudes a que se rinde la altivez de sus drdmos. Ya no podéis volver a Italia, porque Honorio, més atento a les celos de su conserva- ién que a las obligaciones del parentesco, nos ha cerrado los pasos de los Alpes para impedirnos la vuelta. Y cuando esta desconfanza y el apetito de dominar (poderoso en vuestros corazones) 0s obli- gue a mayor monarquia, de ninguna parte mejor que desde Espafia podéis aspirar al dominio uni- versal} porque su situacién la hace cabeza de la tierra, habiéndole dado 1a Naturaleza por muros ‘los Pirineos y por fosos al uno y otro mar Océa- ‘no y Mediterraneo, con puertos capaces de gran- ddes armadas para salir a las empresas, Al Medio- ddia tenéis vecinas las vastas provincias de Africa; er 5 entre ef Norte y Levante se extienden las de Fran- cis, donde, teniendo ya nosotros el dominio de:tas ‘mas principales, nos dardn el paso a Alemania ya Italia, Los espaioles, gente valerosa y constante, os desean para poner en solas vuestras manos el ceptro que hoy esté dividido en varios Reinos. Nuestra sangre goda mezclada con Ja suya, yl ser todos de la religin eristiana, aseguran Ta unién con ellos. Los caballos destas provincias, que por sit ligereza fingié Ia antigiedad haber nacido del viento, os servirn para acometer y alcanzar. Es- tas montafias, prefiadas de plata, oro, hierro y ace- ro, serdn vuestros erarios para el sustento de Ix fuerra y vuestras armerias con que podis preve- niros para la ofensa y defensa. Todos instrumen- tos de vuestros trofeos y triunfos, con los cuales se puede esperar que habéis de ser felices y glorio- 505 entre todas las naciones del mundo.” ¥ TARIK Arenga a sus tropas en la batalla del Guadalete (1). fio 711. Por esta parte se extiende el Océano, fin iltimo y remate de Ias tierras; por aquélla nos cerca el (2) Segin la teadiolén ordbign, Hibréve gst batalla 4 grills del Widi-Beoca, elachuelo conocido hoy cone ‘ombre de Salado, que desemboce en el mar, 20 lejoe del cabo de Trafalgar, entre Veier de le Frontera y _— mar. Mediterréneo; nadie potré escapar con Ta Vida si no fuere peleando. No hay lugar de hit; fn fas -manos-y en el esfuerzo est puesta toda la esperanza, Este dia, o nos dard el imperio de Eu- ropa 0 quitara a todos la vida. La muerte es fin de los males; la victoria catiza de alegria; no hay ‘cosa mis torpe que vivir vencidos y afrentados ‘Los que habéis domado la Asia y Ia Africa, y al presente, no tanto de mi respeto evanto de vues- fra voluntad, acometéis a haceros sefiores de Es- pafia, debéis’ os membrar de vuestro antiguo es- Fuerzo y valor, de los premios, riquezas y renom- bre inmortal que ganaréis, No os ofrecemos por premio los desiertos de Africa, sino los gruesos Uespojos de toda Europa; ca vencidos los godos, demas de las victorias ganadas el tiempo pasado, ‘quién os podré. constrastar? ;Temeréis por ven- ftura este ejército sin armas, juntado de las he- ces del vulgo, sin orden y sin valor? Que no es el ‘nimero el que pelea, sino el esfuerzo; ni vencen fos muchos, sino los denodados; con su. muche- dumbre se embarazarn, y sin armas, con las ma- fos desnudas, los venceréis. Cuando tenian Tas fuerzas enteras Ios desbaratasteis; zpor ventura ahora, perdida gran parte de sus gentes, acobar- Gados con el miedo, alcanzarin la victoria? La alegria, pues, y el denuedo que en vos veo, cier- to presagio muestra de lo que seré; éa Tlevad 2 fa pelea confiados en vuestro esfuerzo y felicidad. en vuestra fortuna y en vuestros hados. Arreme- ted con ayuda de Dios y de nuestro profeta IE sere og —8- ‘Mahoma; venced los enemigos, que traen des- ojos, no armas. Trocad los dsperos montes, los collados pelados por el gran calor, las pobres cho- zas de’ Africa, con los ricos campos y ciudades de Espafia. En vuestras diestras consiste, y lee vais el imperio, la salud, el alegria del tiempo presente, y del venidero la esperanza.” LARROCHEJAQUELIN Arenga a: sus vendeonos. “Si avanzo, seguidme; si retrocedo, matadme: si muero, vengadme.” DON JUAN I DE PORTUGAL Arenga en la batalla de Atjubarrota, viendo que retrocedian los suyos ante ol avance de los caste- Manos, a quienes .acabé por poner en hwida, 14 de agosto de 1385. “Aqui est ol Rey. 2A dé vais, soldados? :Qué causa hay que temer? Por demis es huir, pues Tos enemigos os tienen tomadas las espaldas; esperan- za de vida no la hay sino en la espada y valor. {Estdis olvidados que pelesis por el bien de vues tra patria, por la libertad, por vuestros hhijos y mujeres? Vuestros enemigos s6lo el nombre traen Sao ee -y- de Castilla, no al valor, que éste perdidse el afio pasado con la peste, 2No podtis resistir a los. pri- eros impetus de los bisofios, que traen, no ar~ mas, no fuerzas, sino despojos que dejaros? Po- ‘ned delante los ojos el lanto, Ia afrenta y cala dades que de necesidad vendrin sobre los venci- dos, y mirad que no parezca me habéis dado la corona para afrentarme, para burla y para ¢s- carnio.” FEDERICO “EL GRANDE” Arenga at ejército prusiono antes de comensor la * Italla de Rossbach, durante la quqgra de los Siete “Afi, § de noviembre de 1757- “Amigos: Todo lo que tenemos y podemos tener en el ‘mundo esti pendiente de Ta espada que desnuda- mos para combatir. No tengo tiempo ni ereo que tenga necesidad de hablaros mucho. Sabéis que zno ha habido vigilias, ni trabajos, ni peligros que zo haya dividido constantemente con vosotros has- ‘ta hoy; ya me veis pronto a perecer con vosotros y por vosotros. Todo lo que 0s pido, amigos mios, ‘es que me volvais cuidado por culdado, amor por mor. Una sola palabra afadiré, no para animaros, fino como una. prueba anticipada del reconoci- tmiento que 0s deberé. Desde este momento hasta {que nos retiremos a cuarteles de invierno, el ejér- ito gozark doble page. _}Adelante! ;Portaos como: hombres y no espe- réis mas que en Dios!” KELLERMAN his? br Arenga a sus tropassensia batalla de Valmy. 20 de sepligmbre de 1702. “Camaradas: Ha legado el momento de la.victoria. Dejemos avanzar al enemigo sin disparar un tito, y car= + guemos 2 la bayonets. (Levantando y moviendo en la punta de la espada su sombrero, adornado con el penacho tricolor): ; Viva la nacién! i Va- mos a vencer por ella!” NAPOLEON I -FRASES CELEDRES “jAcordaos que mi costumbre es 1a de acostar- ime sobre’ el campo de batalla!” tee A sus soldades en ta batalla de Moscowa. anexcas 4 sus tropas en Egipto, mostréndoles las piré- ides. 21 de julio de 1798. “Soldados {Desde lo alto de esas pirimides, cuarenta si- los of contemplan ” En la batalla de Marengo. 14 de julio de 1800, “Compafieros: Hemos retrocedido demasiado, y ahora llega el momento de avanzar. Acordaos de que mi costum- bre es dormir en el campo de batalla.” A la Guardia Imperial en el potio de Pontaine- bleau, al partir pora Ia isla de Elba, donde iba desterrado, después de haber abdicado el Imperio. 20 de abril de 1814. Oficiales, Sargentos y soldados de mi antigua Guardia’ Me despido de vosotros. Hace veinte afios que constantemente os he encontrado en el camino del honor y de ls gloria, En estos tiltimos, tiempos, ee ‘como en los de nuestra prosperidad, no habéis de- jado de ser modelos de fdelidad y de valor. ‘Con hombres como vosotros nuestra causa no ‘estaba perdida, pero la guerra hhubiera sido in- terminable; la’ guerra civil hubiera hecho a la Francia desgraciads. He sacrificado, pues, nues- tros intereses a los de la patria, Marcho... Vos- ‘otros, amigos mios, continuad sirviendo a la Fran- cia su honor era mi tinico pensamiento, y siem- pre seri el objeto de mis votos. 1No sinthis mi suertel... Si he consentido en vvivir ha sido para servir todavia a nuestra glo- ria. Quiero escribir las grandes cosas que hemos hecho juntos... ;Adiés, hijos mios!... Quisiera cetrecharos a todos contra mi corazén... jQue brace al menos a vuestro General y 2 vuestra bandera!... (1). {Traedme las Aguilas!... 1Queri- das Aguilas (besdndolas), que este iltimo beso re- suene en el corazén de todos mis soldados! ; Adiés otra vez, antiguos compaiieros ; adiés!...” (2) Lamartine refere en estos términos tan patéticn cena: “Aquellas palabras eaternecieron a los sldades. Entremeciéronge las fas y se movieron las armas. Ei General Pett, que mandaba le antigua Guardia en a- seacla de los Marlscales, hombre de temple marelal, pero ‘enable, se adelanté a ‘una sefial sepetida de Napolebo, fgoe Te’ tave abrazado largo tiempo. Ambos capitanes Sallocabaa, y los gramaderon prorrumpierou en Manto." ag ie i apuntaba con AL quinto regimiento de linea que le apunt Tos fusiles, cerréndole el paso en el camino de Gre- noble, 6 sw regreso de Ia isla de Elba para recu- ‘perar el trono. pa Siitay eno entre vosotros, no solo, que guicra nats General, a su Braerador, pace ha Cerio. 1Hleme aqui Vente acompatada de un pufado de valienes sy. cawntd con nuestra cperacion y la del pue- SE teono de los Borbones es iegtimo, pues Mode no cath eimentado en las simpatias de Ta 1 ae re Contrario a la voluntad nacional, por- mae alla en contraizcion con Tos Hntereses de wee ij y em armonia nicamente con el n> aa ge un excaso numero de indviduos, Pregun~ ey cats podres, interrogad. a estos valien- (a a Meesinety sabréis la situacion verdadera MF amtan Os dirin que: se ven amenazados ee Geet de tow dieemas, de los privilesos Bee derechos feudal. de todos 10s abusos $e tae os habian Iibrado.vuestras vietoras a= Al ejército en la plaza del Carrousel, de Paris, después de su vuelta de la isla de Elba, 21 de marzo de 1815. “Soldados: He venido a Francia con 600 hombres, porque contaba con el amor del pueblo y con los recuer~ dos de los veteranos. Mis esperanzas no han sa- lido fallidas, y os doy por ello las gracias. La gloria de nuestra empresa pertenece toda al pue- blo y a vosotros, y a mi sélo me esté reservada la de haberos conocido y apreciado, 5p Soldados: El trono de los Borbones era ilegiti- mo, porque habia sido alzado por manos extran- jeras; porque habia proscripto el voto de la na- ign expresado en todas nuestras Asambleas na- cionales, y, en fia, porque sélo garantizaba los in- tereses de un corto nimero de hombres orgullo- 508, euyas pretensiones estin en oposicién con iuestros derechos. Soldados: Unicamente el trono. imperial puede garantizar los derechos del pueblo, y, sobre todo, el mis vital de nuestros intereses, el de muestra gloria. Vamos a ponernos en marcha para expul- sar de nuestro territorio a esos principes auxilia~ res del Extranjero. La nacién, no s6lo nos se- cundard con sus votos, sino que seguiré nuestro impulso. El pueblo franeés y yo contamos con ‘yuestro apoyo: no queremos mezclarnos en los ne- 28a 15 — sgocios de las naciones extranjeras, pero 1 desgra- lado del que se mezcle en Jos nuestros!” tee Presentando en el mismo dia a los oficiales del ba- tallén de Granaderos de la isla de Elba. “Aqui tenéis a los oficiales del batallon que me than acompafiado en mi adversidad; todos son ami- ‘gos mios, todos eran queridos de mi corazén; Siempre que los vela me representaban los dife- rentes regimientos del Ejército, porque entre estos seiscientos valientes hay hombres de todos los re- igimientos. Ellos me recordaban aquellas grandes omadas, cuya memoria me es tan grata, porque todos estin cubiertos de honrosas cicatrices reci- “bidas en aquellas batallas memorables. Al consa- fgrarles mi afecto, no hacia ofra cosa que consa- grarlo a todos vosotros, soldados del ejército fran- teés, Vuelven a traeros esas Aguilas que deben ser yuestro vinculo de fraternidad; al darselas a la Guardia, se las doy a todo el ejército La traicién y otras circunstancias fatales ha- ian tendido su velo finebre sobre ellas; pero, gracias al pueblo francés y a vosotros, vuelven f aparecer con todo el esplendor de su gloria, 1Ju- rad que s¢ presentarin siempre doquiera que las llame el interés de la patria, y que se humillardn 6 ante sus miradas los traidores y los que pretendan invadir nuestro territorio tee sus granaderos, al verle asestar los cafiones en ‘Montereau. “Nada temfis, amigos mios; todavia no se ha fundido la bala que ha de matarme.”” eae Al ejéreito de Talia, Campaia de 1796-97. “Soldados Estdis desnados y mal alimentados; el Gobier- no os debe mucho y no puede daros nada. La pa- ciencia y el valor de que habéis dado prueba’ en estos pefiascos son dignos de admiracién, pero ‘no os dan gloria ninguna; ninguna aureola bri- Ua @ vuestro alrededor. : F Voy a conduciros a la lanura més sértil del mundo; rieas provincias, grandes ciudades caerén en-vuestro poder; alli encontraréis honra, fama y riquezas. : ‘Soldados de Italia: zos faltarén ta perseveran- cia_y el valor?” ee “Soldados > En quince dias habéis ganado seis victorias; tomado veintiuna banderas, eincuenta y cinco pie- zas de artilleria, muchas plazas fuertes y con- Guistado la parte mas rica del Piamonte;_habéis hhecho quince imil prisioneros, herido © muerto mas de diez mil hombres. Sois iguales a los con- quistadores de 1a Holanda y del Rhin. Privados de todo, a todo habéis suplido. Habéis ganado batallas sin cafiones, pasado rios sin puentes, he- ccho marchas forzadas sin zapatos y acampado sin aguardiente, y muchas veces hasta sin pan. Sélo das falanges republicanas, los soldados de la li- © ertad, eran capaces de sufrir lo que vosotros ha- béis sufrido. ;¥o 0s doy gracias, soldados! La ‘patria, reconocida, os debera su superioridad, y si, vencedores de Tolén, presagiastis la inmortal eam- pala de 1793, vuestras actuales victorias anun- tian otra’ mas distinguida. Los dos ejércitos que fen otro tiempo os acometian con ajacia, huyen fespantados ante vosotros; y los hombres perver- sos que se reian de yuestra miseria y se regoci- jaban interiormente por los triunfos de vuestros enemigos, han quedado confundidos y acobarda- dos. Pero, soldados, nada habéis hecho cuando tanto os queda gor hacer. Ni Turin ni Milén son todavia vuestros; las cenizas de.los vencedores de'Tarquino se ven holladas atin por los asesinos de Basseville! Dicen que entre vosotros hay ab igunos faltos de aliento, que preferisian volver @ — 28 las cumbres del Apenino y de los Alpes. No, no puedo creerlo. Los vencedores de Montenotte, de Millesimo, Dego y Mondovi arden por llevar més lejos ta gloria del pueblo francés,” wee “Soldados : Os habéis precipitado como un torrente desde Ja alto del Apenino, arrollando y_dispersando cuanto se oponia a vuestra marcha, El Piamonte, libre de la tirania austriaca, se ha entregado a aus sentimietos naturales de paz y amistad con la Francia, Milin es vuestro, y el pabellén republi- ccano ondea en toda la Lombardia. Los Duques de Parma y Médena sélo deben su existencia poli- ica a vuestra generosidad. El ejército que os amenazaba con altiver ya no encuentra muralla que le-defienda de vuestro arrojo; el Po, el Tesi- no y el Adda no han podido conteneros ni un solo ia, y e308 taluartes tail ponderados de Italia de nada han servido, porque los habéis atravesado con la misma rapidez que el Apenino, Tan escla- recidos triunfos han llenado de regocijo a nues- ‘tra patria, y vuestros representantes han decre- tado una fiesta dedicada a vuestras victorias, que hha de celebrarse:en todos los pueblos de la Repi- blica. Vuesfras madres, .esposas,. hermanas fmantes apladen wuesttos trimfos y tlaonan ‘con orgullo de perteneceros. Si, soldados, riurcho hhabéis “hecho... pero, zmo os queda ya nada Soc que hacer?... 2Se diré de nosotros que hemos sa- bido veneer, pero no aprovecharnos de Ia victo- ria? 20s reconvendré la posteridad de haber hax, lado otra Capua en Lombardia? No, porque ya of veo correr a las armas. Pues bien, ;partamos! ‘AGn tenemos marchas forzadas que hacer, ene- ‘migos que combatir, laureles que coger ¢ inju- rias que vengar. Tiemblen los que han aguzado os pufisles de la, guerra civil en’ Francia, Jos que han asesinado ‘cobardemente a nuestros em- Dajadores e incendiado nuestros navios en Tolén. Ta hora de la venganza ha legado, pero vivan tranquilos los pueblos, porque somos amigos de todos ellos, y més particularmente de los descen- dientes de 10s Brutos y Escipiones, de los grandes hhombres a quienes hemos tomado por modelos. Restablecer el Capitolio, colocar en él con honor fas estatuas de los héroes que le hicieron eélebre 'y despertar al pueblo romano, aletargado con tan- tos afios de esclavitud, tal seré el fruto de nues- tras victorias, Ellas harin época en la posteridad; vyosotros tendréis la inmortal gloria de cambiar la faz de la més hermosa parte de Europa. El. pue- blo franeés, libre y respetado del mundo todo, dara a Europa una paz gloriosa que la indemni- ‘ard de todos los sacrificios que esta haciendo dt Tante estos seis éltimos afios. Entonces volveréis ‘2 wuestros hogares, y Yuestros conciudadanos di- rn al ver uno de vosotros: Ese era del ejército de Talia.” ~~ “Soldados : Hoy es el aniversario del 14 de julio. Delante ‘tengis los nombres de nuestros compafieros de at mas, muertos en el campo del honor por la liber. {ad y por la patria; ellos os han dado el ejemplo, Vosotros pertenecéis enteramente a Ia Repibica, a Ia felicidad de treinta millones de franceses, y « Ja gloria de este nombre que ha recibido ‘nuevo splendor con vuestras victorias, Soldados: Sé que’ estéis muy conmovidos por Jos males que amenazan a la patria, pero Ia’ pax tria ‘no puede correr riesgos muy graves, por. que aqui estén Jos mismos hombres que la han be- ccho triunfar de toda Europa. Si not separan mon. tafias de Francia, vosotros sabréis atravesarlas con Ia rapidez de! dguila, en’ caso necesario, para mantener la Constitucién, defender la libertad Proteger.a ios republicancs. Sokdados: El Gobierno vela por el depésito de las leyes que le esté confiado, y desde el instante mismo en que se presenten los realistas habrén dejado de existir. Vivid tranquilos, y juremos por los manes de los héroes que han muerto a nuestro Jado por ta libertad; juremos sobre nuestias ban deras tna. guerra implacable a los enethigos de la Repiibliea:y de la Constitueién del afio HL” a Si 1 emprenier a Al eitrto reunido on Tein pore emp ‘apedicin w Egipto. 9 de mayo de 1708 oh i a et te ie frunas veces habéis imitado, pero no spade ain eet i roe a otras en las Ianuras de Zama. Jamas ae Se Ss apal Toss = a a ae ee see 7 Be Al cibrcito expedicionario cuando divisé ta es. cuadra el puerto de Alejandria, “Soldados: Vais a emprender una conquista cuyos efectos en la civilizacién y el comercio del mundo son ine caleulables, Descargaréis contra Inglaterra el gol. e mis seguro y sensible, en tanto podéis darla el que conclufa con ella. Los pueblos con quienes vamos a vivir son ma hhometanos, y su primer articulo de fe es éste: No hay més Dios que Dias, y Mahoma es su profeta, No los contradig&is; conducios con ellos como. nos hhemos conducido con los judios y los itallanos, Respetad a los muftis y sus imanes, como hemos respetado a los rabinos y los obispos. Guardad com las ceremonias que prescribe el Alcorin y con las mezquitas la misma tolerancia que hemos guar~ dado con 1os conventos y las sinagogas, con la re. ligién de Moisés y la de Jesucristo. Las legiones Fomanas protegian todas jas religiones, Aqui em contraréis costumbres muy distintas de las de Eu. Fopa, y es preciso que os habitutis a ellas, Los pueblos donde vamos a entrar tratan a las mujeres de distinto modo que nosotros. Acordaos que en todos los paises el que viola es un cobande La primera ciudad que encontraremos fué cons- truida por Alejandro, y a cada paso hallarcmos grandes recuerdos dignos de exeitar Ia emulacién de los franceses.” eee a A los egipcios, al desembarcar en Alejandria. “Cadis, Jeques, see eee - On dirka que venge a deatrait ysis rl pero no lo “cre, ‘Responded que he venido a Teles ves devon 7 ong v0 tres usurpadores, 7 que yo reapeto mis que a los mimelucos, a Dios, a su profeta Bie Corin. ‘Dei al pcblo que toos los hombres son igus tes dante de Dio! el saber el talent y las vite tes es onic que exablece entre elo dif. ‘Ahora bien: zhay una rica hcredad? Pertece- ce'a os mumelacb, THay una hermoaa eilava, tr fogoso caballo, una casa Injomn? Todo esto pertnere a los mamlacos, Si Byipto eso, Aecidlen que ensefien To ttlos de propiedad que ts fo Dis. Puro Dio ejay er cordioso pera at pueblo, Todos Toe egipcioeserin famades x ocapa’ todos les empleos. Goblernen fon més vrtowr, los mis usados ye pueo seed el, " ‘Tenia antiguamente popuoeas ciudades, cana- ts tens pra on exon een come {Qiien lo ha tesrid too, sna Ta aera Senay Ia teana de los mamcocos? ‘ate, Jers, Imes, Kostas Des l wae tamblén nosotros some, verdaderos Truulmancs GNo Remo derribado Pape, ae dela ser preciso hacer la guerra los msi ue rans? 230 smn fs amigo de Gran Sor? ees flcs Tos gat etn con nossa Propetain en st aroma Sen sane Felco ge eran nate Ted cmon pre onseros 9 ne yoda de nace ; a idesventurados, tres veces desventurados, los que se armen por los mamelucos. : contra nosotros! ; No i a: cons nant bah ere prt ci A toe miomos, despa 2s, dese de sofocr ta reblion de EL Cairo i “Jeques, Ulemas, sectatios de Mahoma: Haced saber al pueblo que los que. han, sido iis enemigos no tendran cefugio en este mundo gl aro, Thay ain hombre bastante cego Bara no ver gue el destino mismo diige mis ope- gg taced saber al pueblo que, desde que ef mundo Sendo, estab gcrito que, después de, haber destruido Tos enemigos del istamisna y hecho derribar las rues, vendria yo del fondo del Oc- "te a cumplir la obligacién que me hha sido Iimpuesta. Haced ver al pueblo que en el santo libro del Cordrl, en mas de. veinte pasajes, esté Brescrito lo que sucede, i ; revert Joe atte, ¢ igualmenteexplictdo lo + a ‘A cada uno de vosotros podria pedir cuenta de “los seeretos sentimientos de su corazén, porque yo lo x€ todo, fasta lo que no habeis dicho a max die, Dia vendré en que todos vean con evidencia ‘que me guian érdenes superiores y que todos 10s fesfterzos nada pueden contra mi.” ‘Al Bjército on El Cairo, con motivo de celebrar et Gniversario de la fundacién de la Repiblica, 22 de septiembre de 1798. “Soldados: . Estamos celebrando el primer dia del afio VIE de ta. Repiiblica. Hace cinco afios que se hallaba amenazada la Independencia del pueblo francés; pero tomasteis fa Tolon, y esto fué el presagio de la raina de mucs- tros enemigos. ‘Un aio después hatisteis en Dego a los aus- triacos. ‘AL siguiente, ya estabais en la cima de tos Al- pes. “Hace dos afios que luchabais atin contra Man- tua y ganabais la célebre vietoria de San Jorge, ‘El afio pasado os hallabais en el nacimiento det Drave y del Tzonzo, de vuelta de Alemania. 2 Quién hhubiera dicho entonces que hoy os veriais en las orillas del Nilo, en, el centro del antiguo Conti- nente? —s- Deide el inglés, tan cflebre en tas artes y el comerco, hasta ef horrendo y ferox beduino, todo el mundo tiene fijas sus miradas en vosotroe, Soldados: vuestro destino es glorioso, porque sois dignos de wuestos propios hechos. de opiniin qué os habéis granjeado. Morists con honor, como los vallentes cuyos nombres etin arabados en esta pieimide (1), 0 volveréls a vues, tra patria coronados de laurclesy acompatado de bn admiracin de tos fos puto arante los cuatro meses que eatamos alejados de Europa, venimos siendo objeto de tx solctad de nuestros compatritas, y en este momento cua fenta millones de cindadanoe celebran la ea de Jos Gobiermos representatives; cuarenta millones de Giudadanos estan pensando en vosotror, y tds dicen que a yuestros trabajos y 2 wuestra sangre se deben Ia paz general, el sosieg, la prosper ded del comercio y tos heneficios de ln libertad AL siguiente dia de ta rendicién de Ulm, 21 de octubre de 1808, “Soldados del Gran Ejército: En quince dias hemos Mevado a cabo tna cam- ae near limes Zoe dads pnd et STP ag sia, habiendo realizado To que nos proponiamos weal eropas, ausriacas Tas hemos arrojado de Baviera,restableciendo 2 un aliado nuestro en la Moetnia de sus Estados, El cércto que com were rule como imprudencia habia legado Bas- te nuestas fronteras, no existe Ya per,” 2aue Mhaporta eto Inglaterra, si ha conseguido st wet de alejarnon de Bolofa?n Tien nat homines corponian ese Bjérito, ¥ esenta mil han ca'd0 peisioneros, estando desi modus a veepaza a muss comcrios «> s Mums spree, Doscientas picsas de aries, wetita andera, todos le Generales se_ balla mervder esto, no legen a. quince ml hom tee Tos que han logrado escapa: Soliedu: os taba ico gu aio dar a gran batalla; pero, gracias a las malas combina- arora del cemigo, he alanzado un triunfo igual pe espera, tin cormer riesgo alguno 3, 10 stain se conoce en la historia de ins naciones se gus ta gran Suto nos haya costa arcita de mil qunientos bombes : ‘Sader este triunfo se debe a Ta coniansa sin limites gue tenis en woestro Empertdor, 2 bt siencia con que suis las fatigas _privaciones mera eopecie y a. yuestra extaordinria ire te no se Hintar 9 exo west ardiniet: cot inpactentes por eiperar sna segunda ca Salle y vamos a hacer que ese ejersifo ruso que rere de Inglaterra ha traido del ofro extreme del Us — verso tenga ta msn. Aeabamcs de desrains ene eS awe Ta eva tat “i que vamos a entrar pete ect ms especimene 2 latin: ac ie gue va 9 decidir ou ver ia enon que Ja tes di’ ‘Steay Holl da francesa cs la "pritea 0 ls segunda de Enropa. Ya no hay Generales @ qusses trate de avenajar en gloria, de oy mis cone Sse todo mh enpeten slit vor sin de mar mds sangre que la pane id ble, porque miro a mis ns hase be, soladon como si fasen 1a vispera de la botalla de Austere, 1° de di ciembre del mismo aio 1805, a “Sotdads, EL Bjercto ro qui soto 30 quiere vengar en nosotros Ia desroia que los autiacos sarieron en Ul por beatrenns sop los mismos que derrotasteis eo follabrunn y que después habéis pers¢ ea tamer Basa aque Perse come _ 1 poscones que ocwparon son formidable, ¥ evando emprendan la marcha para cogerme la “ogi eprestarin ane egibides30 mano voy a dir nuestros be talons ym mandrels del fg ante isl evorden Ia confsion en las las ee. ‘ in rigas con‘el valor que soléis hacerlo; pero, como “fa vietoria permanezca indecisa por un momento, veréis a wuestro Emperador expuesto a sufrir los Drimeros golpes, porque la vietoria-no puede va- Gilar, hoy sobre todo, que se trata de mantener 2 honor de fa Infanterla francesa, que tanto im ‘porta conservar a la nacién, ‘No hay que desbaratar las filas s0 pretexto de conduecir los heridos; no hay que perder de vista fque es preciso vencer a esos asalariados de In- Giaterra, a quienes anima tan reconcentrado odio contra el nombre francés. ‘Esta vietoria terminaré muestra campaiia, y PO- Gremos volver a nuestros cuarteles de invierno, donde se nos reuniran los diversos ejércitos auc s¢ forman en Francia, y entonces la paz que yo haga igna de mi pueblo, de vosotros y de mi” |Al did siguiente de la victoria de Austerlite #Soldados: Estoy contento de vosotras, pues habéis justi- ficado en el dia de ayer cuanto esperaba de vue fra intrepider y cubierto vuestras Aguilas de una + gloria inmortal, Un ejército de cien mil hombres, Srandado por los Emperadores de Rusia y Aus tris, fia sido cortado y dispersado en menos de ‘quatro horas; los que se libraron de vuestros ace- os han miuerto ahogados en los pantanos, : au axe, Mc Gr seca ee Grain Sat ceo Sn ode se feed ran rat he ‘merecen. me we Si: tag gr hye ead wl 25 Tae Mase 2 pe fo aa soo mien aie Be ge a nie fete Al recibir la nota de Prusia intiméndole repasase el Rhin con sus tropas, si queria evitar la guerra, 7 de octubre de 1806. “Soldados : Estaba dada la orden para que volvieseis a Francia; os ibais acercando a ella; debiais ser fes- tejados ‘por tos triunfos que habéis conseguide; asa pero, ctiando nos abandondbamos a esta seguri- Gad, se urdian nuevas tramas bajo la miscara de amistad y alianza, En Berlin han resonado gritos de guerra; el mismo espiritu de vértigo que a fa- vor de nuestras disensiones intestinas condujo, hace catorce afios, a los prusianos hasta las fla- nuras de Champaia, domina hoy en sus ejércitos ‘a no quieren s6lo destruir a Paris, sino plan- tar sus banderas en las capitales de nuestros ali ddos y atrancar de nuestras frentes fos iaureles que las cifien! ;Quieren que evactemos Alemania en presencia de su ejércitol.. ‘Soldados: entre vosotros no hay uno que quie- ra volver a Francia por otro camino que el del honor, y slo debemos entrar en ella bajo arcos triunfales, ;Habremos despreciado el rigor de las cestaciones, la célera de los mares y la soledad de fos desiertos; habremos vencido tantas veces a la Europa coaligada contra nosotros y llevado nues~ tra gloria de Oriente a Occidente, para volver hoy ‘2 nuestra. patria como desertores, después de ha- ber abandonado a nuestros aliados, para oir de- cir que el dguila francesa ha huido de las Aguilas prusianas? ;Desgraciados de los que nos provo- ati! {Que los prusianos sufran la misma suerte Gque hace catorce afios! ; Que sepan que, si es facil adquirir sefiorios y poder con la amistad de un ‘gran pueblo, si enemistad es més terrible que Tas tempestades del Océano!” wee -an Veinte dias més tarde, después de vencer a los pru- sianos y haber hecho su entrada trinnfante en Berlin, “Soldados: Habis justificado mis esperanzas correspon- diendo dignamente a la confianza del pueblo fran. és, y fabéis soportado las privaciones y las fati- ‘gas con tanto valor como intrepidez y sangre fia demostrasteis en los combates; sois los dignos de- fensores de mi corona y de la gloria de un gran Pueblo; y mientras que estéis animados de ese es- Disitu, nada podra resistiros. La Caballeria ha rie valizado com la Infanteria y la Astilleria, y en ade- lante mo sabré a qué Arma dar la. preferencia, Porque todos sois buenos soldados. He aqui el fruto de nuestros trabajos: una. de las. primeras Potencias de Europa, que os en otro. tiempo pro. Ponernos wna vergonzosa capitulacién, esta ani uilada; los bosques, los defiladeros de Franconia, el Sale y el Elba, que nuestros padres no habrian Podido atravesar en siete afios, han sido franquea 4doq por nosotros en siete dias, librando entre tanto cuatro combates y una gran batalla; hemos prece. ido en Postdam y en Berlin a la fama de nues, tas victorias; hemos hecho sesenta mil prisiones 08, cogido sesenta y cinco banderas, entre las cua les figuran las de los guardias del Rey de Prusia; Seiscientos cafiones, tres fortalezas,.mas de veinte Generales, y, sin embargo, la mitad de vosotros jente no haber disparado tod san les provincias de In Monarquia prasiana, bast el Ofer, hallan en nuestro poder. Los rusor Wanaglorian de venir a buscarnos, y nosotros mar- Charemos as encueno, ahorréndotes la-mitad Gel camino; volveran a encontrar Austerltz en ito de Pri ncn ge lia tn con ela des. pronto la generosiiad que’ tuvimos pus de aquela batalla en que su Emperador, sa Corey los restos de st Bersito. no deieron sa talvacita amis que a la eaptclacion que ies come cetimoe, a0 pod luchar con Exito sonira oss otros. Sin embargo, mientras que narchamos, al enewenro de los rss, nevos estos, formados tel terior del Inperio, vienen a reomplacr- oe para conservar tests consis "Todo mi pueblo se‘haindignado por ia vergon- itulacin que los inistrospruianoe nos fam propuesto en su delirio: nestor caminos y Giada frontercas cgi limos de desteradon ape aden dese ser na hala. En adelante no seremos ya juguete de tna pas trailers a dopondrens ino arts fata que fe nor obligad aloe inglecr, cree eernas ene migoe de ‘aoestra nacién, a renunciar al proyecto de perturbar el Continente, usirpando el reino de Jon mares . Sao: ej pra de cmos seitimientos sera deciros que tt corazén 08 ro- fexa el mismo caro de que me dais proba todos ton aa” wee vn an En el primer anivegsario de la batalla de Auster- litz, después de haber batido nuevamente a lod ruses y entrado en Varsovia. 2 de diciembre de 1806. “Soldados: Hoy hage un afo, a esta misma hora, que esta~ dais en el memotable campo de Austerlitz, Los batallones rusos huian despavoridos. Pues bien sus aliados ya no existen; sus plazas fuertes, sus capitales, sus almacenes, sus arsenales, doscientas ochenta banderas, setecientas piezas de artileria, cinco grandes plazas de guerra, estén en nuestro poder. El Oder, el Warta, los desiertos de la Po- Tonia, los temporales, nada ha podido deteneros; todos han huido al acercaros vosotros. El Aguila francesa se mece sobre el Vistula; los valientes ¥y desgraciados polacos creen volver a ver las le- ‘iones de Sobieski. Soldados: no depondremos las armas hasta que la paz general haya restituide a nuestro comer- cio su libertad y sus colonias. Hemos. conquista- do, a orillas dei Elba y del Oder, a Pondichery, nuestros establecimientos de la India, el Cabo de Buena Esperanza y las colonias espafiolas. ; Quién daria a los rusos Ia esperanza’ de equilibrar los destinos! Ellos y nosotros; no somos los solda- dos de Austerlitz” ‘ se Después de ta botalla de Bylau. 8 de febrero do 1807, “Soldados: Hremos marchado sobre ot enemigo; le hemos aconado con nesrasexpadss por espacio de oches- te Tequas le hemos arebatado setenta y cinco ca ones y dieistis andeas, y hemos exterminado hero’ hecho prisioneros a mas de ciarenta y Cie hmbes, Lo ales ove Pr mes rte han quedado en el campo de batalla han te Polo un muerte glorios’ ln mierte de Yos verda- Gros sldados.” Después de la batalla de Friedland. 22 de junio del mismo aio 1807. sSoldadon dia § de junio nos atach el Ejeet rus en rvestron cantones,erevendo que muestra inacin cia ‘otras causa’ pero, aunque demasiado rd, ha conocido que nuestro. feposo era como {ide fein 7 ve arepiente de haberlo turbado En dier dias hemos tomado ciento vente cai tet ite extandartess srt, Rerido 0 hecho pr- UNoseron a aenenta mil rsos; arrebatado al e)- theo enemigo todos sus hoeptaes, su almcenes, fa tara Se Koentserg, lou treacientos bugs que —6—~y se hallaban en el puerto eargados' de toda espe- cie de municiones, y ciento sesenta mil fusiles que enviaba Inglaterra para axmar a nuestros enemi- 0s. De las orillas del Vistula hemos llegado a las del Niemen con la rapider del Aguila. En Auster- lite celebrasteis el aniversario de mi coronacién, este aio habéis celebrado dignamente el ‘aniver- sario de Marengo. 1Soldados del Gran Ejército: habéis sido dig- nos de vosotros y de mi!” Para preparar ta guerra con Espata, en 1808, “Soldados : Después de haber triunfado a orillas del Danu- dio y del Vistula, habéis recorrido la Alemania a marchas forzadas. Hoy os hago atravesar Fran- cia, sin daros un momento de respiro. Soldados: tengo necesidad de vosatros; fa ho- rrible presencia del leopardo mancha los conti- nentes de Espafia_y Portugal, ¥ quiero que huya despavorido a vuestro aspecto. Llevemos nuestras ‘Aguilas victoriosas hasta las colunmas de Héreu- les: también alli tenemos ultrajes que vengar. Soldados: habéis eclipsado ta fama.de los. ¢} citos modernos; pero zhabéis igualade la gloria de los ejéreitos de Roma, qué en una misma cam- pafia triunfaron en el Rhin, en el Enfrates, en Thiria y en ef Tajo?” -7— Pora disponer la compat de Austria, en 1809. “Soldados: ; \ Rodeado de vosotros me hallaba cuando vino + el Emperador de Austria a mi vivae de Moravia. Vosotros le oisteis implorar mi clemencia y ju rarme una eterna amistad. Vencedores en. tres guerras, ol Austria lo debié todo a muestra gene~ rosiad, Tres veee ha sido perjura.. Nuestros la vietoria pasados triunfos son segura fanza de ‘que nos espera. ;Marchemos, pues, ya nuestro as- pecto conozea el enemigo a sus vencedore Siete dias més tarde, después de haber deshecho «los austriacos. “'Soldados: Habéis justiicado mi esperanza, supliendo con wuestra bravura fs fla de fueras; habs sea lado gloriosamente Ta diferencia que existe entre 1 cies de Cary iat sms armas de Je jes, Bn cuatro dias hemos triuniado en las ba- jallas de Tann, de Abensberg, de Eekmihl y en fos, combates de Peyssing. de Landshutt y de Re tisona; ¢ien ‘cafiones, cuarenta banderas y cin- citenta. mil prisioneros. son los resultados “de Ta rede wuestras marchas. y de vuestro valor El enemigo, engafiado por un Gobicrno perjaro, ro eonserveba ya, al parecer, ningtin recuerdo de Yyosotros; pero ha despertado pronto, y os habéis —e— presentado més terribles que nunca. En otro tiem- po atraves6 el Inh para invadir el territorio de nuestros alfados; pero hoy, derrotado y poseido de ‘espanto, huye en desorden; mi vanguardia ha tras- pasado ya el Inn, y antes de tn mes nos hallare- ‘mos en Viena” (1) Al Ejército de Talia, mondado por los Generales Beawhornais y Macdonald, que cooperé a esta campafia. “Soldados ‘Haabéis Hlegado gloriosamente al punto que os in- diqué, y el Semering ha visto vuestra wnién con el Gran’ Bjército. {Bien venidos! Estoy satisfecho de vosotros! Sorprendidos por un enemigo pérfido antes que vuestras columnas se reunieran, tuvis- teis que retroceder hasta et Adigio; pero cuando recibisteis la orden de marchar adelante estabais ya.en el memorable campo de Arcole, y juraste por tos manes de nuestros héroes aleanzar la vic toria, Este juramento to cumplisteis en las bata- Ilas det Piave, de San Dionisio, de Tarvis. de Go- rite; tomasteis por asalto los fuertes de Malbor- ghetto y de Predill, y obligasteis a capitular a 1a divisién enemiga refugiada en Lubiana. Toda- (2) Cumplidse este anuncio. EL 13. de mayo siguen te, 0 seava los dlecinueve dias de publicar esta prociam, fentr6 trnfante en in capital de Aust —o- via no habiais pasado el Piave, y ya veinticinco mil prisioneros, sesenta piezas de artilleria y diez banderas daban testimonio de vuestro valor. EL Daave, el Sava, el Mir no pudieron detencros un instante. La columna austriaca que entr6 primero fen Munich y di6 Ja sefial del estrago en el Tirol, tereada en San Miguel, cay6 al impulso de vues- ‘tras bayonetas, Habéis dado pronta y buena cuen- ta de los restos que se libraron de la célera del Gran Bjército. ‘Soldados: el Ejército austriaco, que por un mo~ ‘mento infesté con su presencia mis provincias, y pretendia romper mi corona de hierro, derrotado, ‘Sniquilado, disperso, gracias a vosotros, mostraré fque es verdadera aquella divisa: Dios me la dié, jay de quion Ia toque! “Al Bjército expedicionario de Népoles que mor- chaba contra los ingleses. “Soldados: Marchad, precipitad en las olas, si es que osan cesperaros, a los flacos batallones de los tiranos del mar, No tardéis en anunciarme que esti. venga- da Ia santidad de los convenios y estén aplaca- dos los manes de mis valientes guerreros asesi- rnados en los puertos de Sicilia, a su regreso de Egipto, después que eseaparon de todos los peli- ‘ -9- 4 fron de top nastragin, de fos desires y de ‘combates.” oF A comenctr la campata de Rosia. 22 de junio de rire “Soldados Rosia ha jurado eterna slisnea a, Francia y guerra ala Gran Bretaia, pero hoy viola sus jo Famentos y no quiere dar ninguna expicacion de Bi extrafa confucta basta que las aguilas frame cesis hayan repasado cl Rhin, dejendo asia naes- tos aliados a su dscrcién, ;Nor exeen, por vene tara, tan degenerados? ;Acaso no snot ya Tos sido de Ruse? Esa macin no ela et tre la deahonra,y Ia guerra, y i elaclén no pie de ser dudosa, Marchemos adelante y, crucando €l Niemen, lleveros la guertaalterrtorio de Ri fia, guerra que seth glories para las arian fra cesat, La par gue conclirenos poodrd termine Ta funesta in duencia que el Gabinete moscovita cjerce desde hace cincventa afios en Toe asuntos fe Baropa” Ante los muros de Moscou:'5 de septiembré ‘mismo aft “Saldados: He aqui la batalla que tanto habéis deseado; ahora la victoria no dependeri mis que de vos- a gte ckros; es necesaria, porque traeri la abundancia, ‘asegurindonos buenos cuarteles de invierno y un pronto regreso a Ia patria, Sed los hombres de ‘Austerlitz, de Friedland, de Vitespk, de Smoleys- ko, y que la més remota posteridad diga, al ha- blar de nosotros: ;Tomé parte en la gran batalla dada bajo los miros de Moscou!” Al siguiente dia de ta victoria de Lutsen. 3 de mayo de 1813. “Soldados: Estoy contento de vosotros; habéis hecho cuan- to esperaba. La batalla de Lutzen figuraré por &- cima de las de Austerlitz, Jena, Friedland y Mos- cowa. En un solo dia habéis frustrado todos los complots parricidas de nuestros enemigos. Arro- jJaremos a los tértaros a sus horrendos elimas, de Tos que no deben salir; que se queden en sus de- siertos de hielo, mansién de esclavitud, de barbaric ¥y de corrapeién, en donde el hombre esti relegado Al nivel del bruto, Habéis merecido bien de Frat Ga civilizada, Soldados: Italia, Francia y Alema- niia os dan las gracias.” pe ee etal “Soldados es sei enemigo se nos fu anticipado en tres mar- chas, y acaba de apoderarse de Paris, Es predso arrojarie de dl, Francesesiodignos, emigrados Auienes amen debimos.perdonar, han enaboladD ta bandera blanca y se han amido a nuestros snigos. Cobardes!.. Ya'recbivin el premio de ete teva atentado, 1 Juremos vencer © morit! 1 Jare: tos hacer respetar eo escarapela tricolor que hace veinte afios marcha por el camino del a por el del honor y de Al desembarcar on Pron, ow Francia, de ana de ls de Elba, 1.° de marzo de 1815. fe ie ee rr tras Aguilas, ellos que jams han’ podido sostener sus miradas? ;Toleraremos que recojan el iruto de muestros gloriosos trabajos, que se apoderen de tnuestros honores y de nuestros bienes, que ealum- pien ntestra gloria? Si durase su reinado, todo se perderia, hasta el recuerdo de aquellas memorables jomnadas, TCon qué animosidad las desnaturalizan y tra ~ gan de envenenar lo que el mundo admira! Si ain fquedan defensores de nuestra gloria, es entre Tos ‘hismos enemigos a quienes hemos combatido en Tos campos de batalla “Soldados: he ofda vuestra voz desde mi des tierr0, y-llego a vosotros a través de todos los obs theulos de todos los peligros. Vusestro General, Hlamado al trono por la eleccién del pueblo y al- zado. sobre vuestros paveses, vuelve a vuestras filas; venid a reuniros con 41 "Arrancad esos colores proscritos por Ia nacién y aie por espacio de veinticineo afios han servido de Gnsefia «todos los enemigos de Francia, y poned fn stt lugar la escarapela tricolor que Hevabais en Guestras grandes jornadas. Debemos olvidar que hemos sido los sefiores de las naciones, mas no sufrir que ninguna de éstas intervenga en mues> ros asuntos. 2Quién osaria Tlamarse nuestro amo, i quign tendria poder para ello? Volved 3 enar- polar las aguilas que teniais en Ulm, eh Austerlitz, fn Jena, en Bylaz, en Wagram, en Friedland. en Fekmahl, en Smolensko, en la Moskowa, en Tait- zen, en Wartchen y en Montmirail. 2Creéis que —ue pueda soportar su vista ese puilado de franceses hoy tan arrogantes? Volverén a tos dugares de donde han venido, y alli, si quieren, reinarin como suponen haber reinado durante diecinueve afos. Vaestros bienes, vuestra posicién y vuestra glo via, y la gloria, la posicion y los bienes de vues- tros hijos, no tienen enemigos més encarnizados que esos principes que nos han sido impuestos por los extranjeros. Si, ellos son los enemigos de mues- tra gloria, y como tales les condena la relacién de tantas acciones heroieas como hati enaltecido’ al pucblo francés combatiendo coatra ellos para sus- traerse a tan afrentoso Los veteranos de los ejércites del Sambre y Mosa, del Rhin, de Italia, de Egipto, del Oeste y del Gran Ejército se encuentran humillados, afren- tadas sus honrosas cicatrices, calificadas de erime- nes sus victorias. Estos valientes no serian més due nos rebeldes si, como suponen los enemigos del pueblo. habia soberanos legitimos al frente de fos ejércitos extranjeros. Los honores, las recom. pensas y las simpatfas estin reservados para Tos que han servido contra la patria y contra ‘nos intros. Soldados: venid a formaros bajo las banderas dle vuestro jefe; su existencia esta identficada con ta vuestra; sus derechos no son sino los derechos 4el pucblo y fos vuestros; su interés, st honor y su sloria no son otros que vuestra gloria, vuestro ho- for y vuestro. interés, La vietoria marchard a paso de carga, y'el Aguila, adornada con los colo- _ rt oi Sv ee re aa SEE Vit ase Rome Beri, de Mae estes Se hms gr te hin, st ti los franceses crimi- spdtndse det Biri, ob abc le coro, carers state te Weert. 6 te jo dl aiome oo 1875 “Soldados: ‘AL ceder a ta necesidad que me fuerza a ale- jarme del vient Bjérito francés, me acompatia la Tisonjera certidumbre de que jstifiard los elo- ggios que nuestros mismos enemigos no pueden -6— hhusarle, prestando los eminentes servicios que de espera la patria, Soldados: aungue lejos de vosotros, yo seguiré ‘yuestros pasos. Conocedor de todo el Ejército, no habra Cuerpo alguno al que no tribute la debida justicia por ef valor que haya desplegado cuando obtenga algiin sefalado triunfo sobre el enemigo, La calumnia se ha ensafiado contra nosotros. Hom- bres indignos de apreciar vuestros hazafias han visto en Tas pruebas de adhesion que me habéis dado un celo del que yo era el solo y personal ob- jeto; enséfientes vuestros futuros hechos de armas ‘que al obedecerme serviais ante todo y sobre todo a la patria, y que, si alguna parte tengo en vues- tro afecto, lo debo a mi ardiente amor por la Fran- cia, nuestra madre comin, Soldados: algunos es- fuerzos mis, y la coalicién se disuelve. Napoleén 8 reconocerd en los golpes que vais a descargar. i Salvad el honor y la independencia de los fran- ceeses; continuad siempre como os he conocido du- rante veinte afios, y seréis invencibles !” CAMBRONNE (Gereat, rraxcts.) En la batalla de Waterl6o, al reunir a los pocos hombres que le quedaban de la divisién de la Guar- dia, intimado por Tos ingleses a la vos de “;Ren- dios, valientes!™, contest “La Guardia muere, pero no se rinde.” -9- ‘MURAT PROCLAMAS Al Ejército de su mando, la vispera de entrar en re es ets pl de opolin. 20 ae marzo de 1808. Fe; fee grande miramiento eon todos’ sus habi- oS Madesseapero. sea suiciente Ta. recomenda- —s-— Bi mismo dia wn gue el pueblo madrileho corié @ las armas, poniéndose a su frente los Oficiales Davis, Velarde y Ruiz, que murieron defendiendo ol Parque de Artilleria. 2 de mayo de 1808. “Soldados: Mal aconsejado el populacho de Madrid, se ha levantado y ha cometido asesinatos; bien sé gue los espafoles que merecen el nombre de tales han la- mentado tamatioy desbrdenes, y estoy muy dis. tante de confundir con ellos a unos miserables que sélo respiran robos y delitos. Pero la sangre fran- cesa vertida clama venganza. Por tanto, mando lo siguiente: Articulo 1.7 Esta noche convota eral Groschy Ia Comision mitar ns “Gener Art. 2 Serdn arcabuceados todos euantos du- rante la rebelién han sido. presos con armas Art 3° La Junta de Gobierno va a mandar desarmar a Tos vecinos de Madrid, Todos los mo- raores de la Corte que, pasado el tiempo preciso para la ejecucin de esta resolucién, anden con a mas, o las conserven en su casa sin Hcencia espe. cial, serén arcabuceados. Art. 42 Todo corrillo que pase de ocho perso- has. se reputard reunién de sediciosos, y se dis- Persaré a fusilazos Art. 5. Toda villa o aldea donde sea asesi- nado un francés seré incendiad ‘Art. 6° Los amos responderént de sus eriados; — 59 = Jos empresarios de fabricas, de sus oficiales; los padres, de sits hijos) y los prelados de conventos, de sus. religiosos. ‘Art, 7° Los autores de lihelos impresos 0 ma- rnuseritos que provoquen a la sedicién, los que los distribuyeren o vendieren, se reputardn agentes de Inglaterra, y, como tales, serin pasados por las Después de los 140 fusilamientos decretados por la Comisién militar. 6 de mayo de 1808. “Soldados: El dia 2 08 fué preciso acudir a las armas para ‘repeler la fuerza con la fuerza. Habéis hecho vues- tro deber; satisfecho de vuestra conducta, he dado cuenta de ella al Emperador. ‘ ‘Tres soldados se han dejado quitar sus armas: ya no merecen estar en cl Ejército francés, y se les ha declarado indignos de servir con vosotros. Ahora est ya todo tranquilo. Los culpables © fos que se dejaron seducir estin castigados, 0 han conocido su error. Restablézcase, pues, la tranqui lidad piblica y échese un velo sobre To pasado. 'Soldados: retiovad vuestras relaciones amistosas con el pueblo espatiol. Es acreedora a muchos clogios 1a conducta de fas tropas espafiolas que se hallaban en esta Cor- te, y debe, por lo mismo, cimentarse cada dia mas 6 — Ja buena inteligencia que ha reinado entre los dos ” te Sac oie me reds ete ond ‘Vecinos de Madrid, espatioles de toda la. Penin- sula: que descanse vuestro espiritu y deseche todo recelo infundido por los malévolos, Seguid vues- tros negocios, vuestras costumbres, ¥ no conside- ‘éis a os soldados del gran Napoledn, protector de las Espafias, sino como unos soldades amigos, unos verdaderos. aliados. Los ciudadanos de todas clases pueden usar Ia capa, segtin su costumbre; nadie deberé detener- Jos ni incomodarlos por este motive.” soULT PROCLAMAS AL Ejército frances de ocupacién en Espatia, como Lugarteniente de este Reino, nombrado por Na- poleén durante la guerra de la Independencia. 3 de julio de 1813, : “Soldados Parti de wietra titers, de vestra nay de vuestra indignacién; conozco que ree ore stro fa censtra ela actual sac del Ecos toned vosoton el meso de reperar st suerte Ya he manifestado al Emperador vuestro valor y-vues- tro celo; sus érdenes son que desalojemos al ene- migo de sus alturas, desde donde insolentemente -a— domina, nuestros hermosos valles, y le arrojemos al oto lado del Ebro. En el territorio espafiol es donde vosotros de~ béis poner vuestros campamentos, y alli es de don- de hablis de sacar vuestros recursos. No hay di- feultad que pueda ser insuperable a vuestro valor y decidido celo. Haced que leve Ia fecha de Vir Joria Ia relacién de vuestros éxitos, y que se cele- bre en aquella ciudad el cumpleaiios de S. M. el ‘Emperador.” Al Bjército, como Ministro de la Guerra que era Ge Luis XVIII, con motivo de la vuelta de Napo- teén de la isla de Elba. 8 de marzo de 1815 (1). “Soldados : Yee hombre que no ha mucho abdic® a Tos ojos de todo la Europa wn poder usurpado de que tan fatal uso habia hecho, Bonaparte, ha vuelto @ pisar ef} suelo francés, que ya no debiawer mas. JQué es Io que quiere? La guerra civil. Qué ‘es 1o que busea? Traidores. ;Dénde los encontra- Ta? ; Aeaso entre los soldados a quiencs ha enga- Fado y sacrificado tantas veces haciendo infrue- ftuoso au valor? jAcaso en el seno de esas mismas familias @ quicnes todavia Mena de espanto st nom bre? (ay Algunas semanas después dectarise purtidario det Enperader. -a— Bonaparte nos hace una injuria creyendo qie odemos abandonar 2 un soberané legitimo y ama- do para participar de la suerte de un aventurero, LY el Jnsensato lo eree! Su Gtimo acto de locura, Soldados: el ejército francés es el mis valien- te de Europa y serd también el mas fel Atrupémonos alrgdedor de Ia bandera de las li- ses a In voz de ese padre del pueblo, digno here ero de las virtudes def gran Enrique. El mismo 5 ha trazado los deberes que tenéis que cumplir, y ha puesto a vuestro frente a ese principe, mode. ode caballeros franceses, euyo feliz regreso a” ‘nuestra patria arrojé al usurpador, y que hoy va 4 destruir con su presencia su sola y stima espe- WELLINGTON Proclama dada después de ta batalla de San Mar- ial, durante ta guerra de la Independencia. 13 de © “agosto de 1813, “Guerreros del mundo civilizado: Apfended a serlo de los individuos det cuarto ejército espafiol que tengo la dicha de mandar. Cada soldado de é merece con més justo moti- ‘Yo que yo el bastin que empufio; el terror, la arro- gancia, Ia serenidad y la muerte misma, de todo dlisponen a su arbitrio. Dos divisiones inglesas fueron testigos de este 6 — original y singularisimo combate, sin ayudarles fen cosa alguna, por disposicién tia, para que lle- . vasen ellos solos una gloria que no tiene compafie- ra en los anales de la Historia Espafioles: dedicaos todos a premiar a los i fatigables gallegos; distinguidos sean hasta el fin de fos siglos por haber legado en denuedo y biza- ria adonde nadie lle hasta ahora, adonde con dificultad podran llegar otros y adonde sélo ellos rmismos se podrin exceder, si acaso es posible. ‘Nacién espafiola: merced a la sangre vertida de tantos Cides vietoriosos, 18.000 enemigos con una nnumerosa artileria, desaparecieron como el humo, ‘no mos ofendan jams. para que Franceses: hisid, pues, 0 pedid que os dictemos leyes, porque el euarto cjército va detras de vos: ‘otros y de vuestros caudillos a enseiiarles a ser soldados.” LABEDOYERE Arenga al 7. regimiento de linea, del que era Co- ronel, para sublevarlo en el camino de Grenoble, a favor de Napolesn, cuando éste volvié de la isla de Elba. 7 de marzo de 1815. “Soldados (mottréndoles el dguila del regi- mionto): : ‘Esta es la ensefia gloriosa_que os guiaba en ‘yuestras jornadas inmortales. El que tan a menu do nos condyjo a la victoria, avanza hacia nos- —4=— otros para vengar nuestra humillacién y nuestros reveses. Ya es tiempo de volar a cabijarnos bajo su bandera, que jamés ha cesado de ser 1a nuestra. Los ae me amen, que me sigan. 1 Viva et Ey ‘rador |” me NEY Proclama a lo guarnicién de Lons-le-Soulnier. 13 de marzo de 1815. “Soldados: La causa de los Borbones esta perdida para siempre, y el trono va a ser ocupado por la dinas- tia Iegitima adoptada por la nacién francesa; dni ccamente al Emperador Napoleén, nuestro sobe- rano, es a quien corresponde réinar sobre nues- tro hermoso pais. Que la nobleza de los Borbo- nes tome el partido de expatriarse otra vez 0 que consienta en vivir en medio de nosotros, poco nos importa; la causa sagrada de la libertad y de nues- tra independencia no sufrird su funesto influjo por mas tiempo. Han querido envilecer nuestra glo- ria militar, pero se han engafiado, porque es el fruto de hechos heroices que jams podemos ol- vidar. ‘Soldados: ya ha pasado la época en que se go- bemnaba a los pueblos ahogando sus derechos. La libertad triunfa, en fin, y Napoledn, nuestro at- gusto Emperador, la asegura para siempre. Que esta causa tan noble sea de hoy més la nuestra y —6— la de todos los franceses, y que todos los valien- tes que tengo Ia honra de mandar, graben esta verdad en su corazén. ‘Soldados: os he conducido muchas veces a la victoria; ahora voy @ incorporaros a la falange inmortal que el Emperador Napoleén lleva a Pa ris, donde entraré dentro de pocos dias, y donde fhabran de realizarse para siempre nuestra espe jdad. 1 Viva el Emperador!” DAVOUT Proclama al Bjército durante Ia segunda restox- racién de los Borbones en Francia. 11 de julio de 1815. “Soldados ‘Los comisarios aseguran que no hay que temer reaccién alguna; que las pasiones se_acallaréns {que los hombres y los. principios serén respeta- os; que no habré destituciones arbitrarias en el Bjército ni-en otra clase alguna de Ja sociedad. y, finalmente, “que ef Ejército ser& tratado cual Zample a su honor”, segiin las propias expresi fnes de los comisarios. Como prucha y garant de su dicho anuncian que se ha nombrado Mi histro de la Guerra al Mariscal Saint-Cyri que 1 Dugue de Otranto es Ministro de Policia, y (que si éste ha aceptado el cargo es por estar se- garo de que el Gobierno marchard por la senda s ~6— de prudencia y moderacién de que el mismo Fou- ché ha dado ejemplo constantemente, En tales condiciones, ef interés nacional exige que f Ejército se reuna francamente al Rey, ba- ciendo de buen grado y con energia modesta los sacrificios consiguientes, y si nuestras desgracias se agravasen, el Ejército debe continuar subsis- tente, siendo ef centro de todos los franceses, sin ‘exceptuar a los realistas mis exagerados. ‘Undmonos, pues; estrechemos nuestros Iazos, ‘no nos separemos jamas, y seamos franceses. Sa- ‘béis que este centimiento me: ha dominado siem- pre de una manera exclusiva y no me abandona- 14 hasta mi Gltimo suspiro, AA este titulo reelamo vuestra confianza, estando tan seguro de. mere- cerla como de alcanzaria.” EL DUQUE DE ANGULEMA. Proclaria al ejército francés antes de entrar en Espaite para restablecer el sistema de gobierno absolnto de Fernando VII. 3 de abril de 1823. “Soldados: La confianza del Rey me ha colocado a vues- tra cabeza para cumplir una noble misfén, No es 1 espiritu de conguista el que nos hace tomar las armas; un motivo mis generoso nos anima, Va- ‘mos a colacar de nuevo a un Rey en st trono, que st pueblo se reconcilie con él y a restablecer -6— en un pais que marcha hacia la anarquia, el or- en necesario para la felicidad y la seguridad de dos Estados. "Soldadds: respetaréis y haréis respetar ligién, las leyes y las propiedades; asi haréis f4- cil para mi el cumplimiento del deber que me he impuesto de conservar el imperio de la mas seve- ra disciplina.” LAFAYETTE Proclama a la Guardia Notional de Paris, resto blecida despugs de la revolucién que derribs det trono a Carlos X. 30 de julio de 1830. “Queridos conciudadanos y bravos camaradas: La confanza del pueblo de Paris me llama una ‘yer mis para que me encargue del mando de la fuerza plblica. He aceptado con reconocimiento ¥y alegria los deberes que acaba de confiarseme To mismo que en 1786, estoy seguro de contar con el apoyo de mis honorables colegas reunidos hoy en Paris. No necesito hacer profesién de fe; mis senti- mientos los conoctis todos. La conducta del pueblo parisiense en estos al- ios dias de prueba hace que me encuentre or- gulloso de hallarme a su cabeza. La libertad triun- fard 0 pereceremas juntos, iViva Ia libertad! ; Vive Ja pateia!” -e@H NAPOLEON IT Al desembarcar como pretendiente en Boulogne, ara que el ejército se sublevara contra la Mo- narquia de Luis Felipe. 6 de agosto de 1840. “Soldados: Francia, que nacié para mandar, obedece hoy, y vosotros, que sois lo mée-distinguido del pueblo, os vveis tratados cual un miserable rebaflo, por go- bernantes que quisieran:envilecer Ta noble prof sién del soldado, Vosotros os indigndis y habéi preguntado qué se ha hecho de las aguilas de Ar- cole, de Austerlitz y de Jena. ;Mirad, soldados, esas Aguilas! Yo os las traigo; volvedlas a tomar, y con ellos tendréis gloria, tendréis honor y for- tuna, y, lo que es mis afin que todo, os haréis acreedores a la gratitud y al aprecio de vuestros coneiudadanos. Soldados: lazos indisolubles os unen conmigo; nosotros tenemos las mismas antipatias y las mis- mas afecciones; los mismos intereses y los mismos enemigos Soldados: Ia sombra del gran Napoleén habla por mi boca, TA las armas, soldados! ; Viva Francia! Te + Al disolver la Asamblea nacional, como Presiden- te de la Repiiblica, por medio del golpe de Estado ‘que preparé el restablecimiento det Imperio. 2 de diciembre de 1851. Soldados: Envaneceos de vuestra misién y salvardis a Ia patria, porque cuento con vosotros, no para violar las leyes, sino para hacer respetar Ia primera ley del pais, Ia soberanfa nacional, de ta que soy su legitimo’ representante. Mucho tiempo hace que procurabais vencer los obstaculos que se oponian al bien que yo deseaba haceros y a las demostra- ciones de vuestra simpatia en mi favor; mas estos obsticulos ya han desaparecido. La Asamblea qui- so atentar a la autoridad que he recibido de la na- jén entera, y la Asamblea ha dejado de existir. ‘Apelo lealmente al pueblo y al ejército y les digo: © dadme los medios de asegurar vuestra dicha, 0 poned a otro en mi lugar, Ea 1830, como en 1848, hhabéis sido tratados como vencidos; después de haber visto mancillado vuestro heroieo desprendi- miento, se han despreciado vuestras simpatias y ‘vuestros vatos, sin embargo de que sois la flor de la nacién, Hoy, en este momento solemne, quiero que el ejército’ se pronuncie definitivamente. Vo- tad libremente como ciudadanos, pero como solda- dos no olvidéis que la obediencia pasiva a las denes del jefe del Gobierno es el deber riguroso del ejGreito, desde el General hasta el soldado. . 7 ‘Yo soy responsable de mis aceiones ante el pueblo y In posteridad, y a mi me compete, por consi- . ‘guiente, tomar las medidas que me parezean in- dispensables al bien pablico, Continuad inaleerables ~ cn las reglas de la disciplina y del honor. Favoreced al pais con vuestra actitud imponen- te, para que manifeste su voluntad con refle y calma, Aprestaos a reprimir cualquier tentativa que se haga contra el libre ejercicio de la sobera- nia del pueblo. Soldados: no os hablo de los recuerdos que ex- cita mi nombre, porque estos recuerdos estan gra- bbados en vuestros corazones. Estamos unidos con vvinculos indisolubles; vuestra historia es la mia, y asi como en lo pasado hay entre nosotros comti- tunién de gloria y de infortunio, del mismo modo hhabra en lo sueesivo comunién de sentimientos y de reaoluciones para el teposo y-grandeza de, GARIBALDI A sus voluntarios, después de la batalla de Cala- tafimi. 15 de mayo de 1860. “jSoldados de la libertal italiana! Con unos compatieros como vosotros puedo in- tentarlo todo; 0s lo he demostrado poniéndoos de- ante de un enemigo cuatro veces mis fuerte y a dueio de posiciones inexpugnables para otros que ‘vosotros. Confiaba ‘en wuestras bayonetas y veo que no me hhe engafiado. ‘Deplorando esta dura necesidad de combatir contra soldados ‘talianos, confesemos que hemos ‘encontrado en ellos una resistencia digna de mejor causa, lo cual debe Henarnos de regocijo, porque este valor es una prueba de lo que podremos ha- cer euando estemas todos reunidos bajo la glorio- sa bandera de la redencién. ‘Mafiana celebraré el Continente italiano la fies- ta de vuestra victoria; victoria aleanzada por sus hhijos libres por los patriotas sicilianos. ‘Vuestras madres y vuestras prometidas estén ya orgullosas de vosotros; mafiana caminarén con Ja cabeza alta y la frente radiante. El combate cuesta la vida de muchos hermanos queridos, pero muertos todos en la primera fila; Tos nombres de estos mirtires de la causa italiana seria recogidos y esculpidos sobre las tablas de bronce de la Historia. Yo sefalaré estos nombres al reconocimiento del pais, asi como los de los valientes que han con- ducido al combate a nuestros jovenes inexpertos soldades, y que mafiana conduciran de nuevo, so- bre campos de batalla mis ilustres, a los hombres que deben romper los iltimos eslabones de In ca- dena de nuestra idolatrada Italia.” -n— Al ejército de los Vosgos en la guerra jranco- prusiana, 18 de enero de'1871. “Cada dia dan nuestros valientes tiradores fran- cos a la Repiiblica muevos triunfos, mientras que nosotros, los viejos, correspondiendo a su impa- ciencia y a la nuestra, participamos de sus esfuer~ 208 gloriosos, Vesotros, javenes defensores de Ta santa causa de la Repiblica, haréis comprender a sts enemigos la diferencia que hay entre los es- clavos de un déspota y los campeones de la Ti- bertad. Los terribles soldados del Rey de Prusia, tan orgullosos hace poco enfrente de wn tirano, empie- zan a ceder ante los nobles defensores del derecho y de la justicia, y vosotros, los elegidos, habéis re- ‘ibido del destino la misién, no solamente de ba- rrer del suelo de vuestra hermosa patria a los vasores, sino de establecer sobre bases indestruc~ tibles las doctrinas de fa libertad y fraternidad de Jas naciones, Io que no ha podido hacerse en vein- te sigios a causa de la unién tenaz y diabélica de los tiranos y del clero. Los desastres sangrientos que Francia ha si frido son wna ensefianza dura y eficaz contra el si- baritismo que los Reyes quieren imponer a vues- tro noble pais, La mentira y el soborno son el simbolo de estos malvados. La verdad y-la jus cia se ostentan en, las oriflamas de nuestras’j6- venes legiones, y Id sangre, las légrimas y 1a des- =n- esperacién de dos grandes pueblos engafiados han bierto esta nueva era, en la cual La familia bu- mana olvidaré las paginas sangrientas escritas on hierro e incienso por ef Imperio y la serpi fe negra que sirve a aguél de taburete, Al fin de thi vida tengo el orgullo de marchar a vuestro Iado y de servir a la mejor de las causas, y confio ‘vaestro valor para Wevar a cabo nuestra mi- ion umanitaria.” FEDERICO GUILLERMO DE PRUSIA Protlama dada al comensar la guerra francopri- ‘siana, 31 de julio de 1870. sscldados de texer férito Nonbrado por Su Majestad el Rey de Prasa aeeN ta jee del tercer ecto, salido 8 as Cree sian, bvarae, wartemberguesas ¥ Be Tome Poids’ bajo is orden Me Tena de oe seule marcha conta el enerig & 3¥2E Fea Le pmcona comin dl derecho y dl bo- se in a a cabeza de 1s hijos de todas Tas oer ered patria Varios a sosener sh F00- sereretia lucha pero con a convesin de mues- eden derecho) en la eonfanza de wuesto iro wen Seranea 9 dicpina, no puede dudase rer Bete vitorigsa, Contaeros, pues, res eX oe oranda de ais par Geplegar me m= tras banderas en nuevas victorias, para gloria y paz de la Alemania unida.” EL PRINCIPE FEDERICO CARLOS Proclama dada durante la guerra francoprusiona. 27 de octubre de 1870, “Soldados del primero y segundo ejércitos: ‘Habéis librado batallas y habéis tenido cercado setenta dias al enemigo, después de haberle venci do; setenta dias largos, durante los cuales la mae yor parte de los regimientos han adquirido mas gloria y honor, sin que ningim dia hayan men- guado ni st honor ni su gloria. No habéis dejado ninguna salida al valiente enemigo hasta el dia en que ha tenido que rendir las armas. Este dia ha Ilegado. Hoy, por fn, ha capitulado ese ejército de 130.000 hombres, el mejor ejército de Fran- cia, compuesto de més de cinco cuerpos de ejér- cito enteros, entre ellos la Guardia. Imperial con tres Mariscales de Francia, mis de 70 Generales ¥ 4.000 oficiales. Con el ejército ha capitulado Ta fortaleza de Metz, invicta hasta ahora. Con este Daluarte, que restituimos a Alemania, hemos ga- nado innumerables provisiones de artilleria, ar- mas y material de guerra.” —B- GONZALO DE CORDOBA “EL GRAN GA- PITAN” ‘A sus soldados al contemplar en Cerifiola la vola- dura de su polvori “; Anime, muchachos; esas son las luminarias de la victoria!” Arenga en ta batalla de Ceritola, 28 de abril de 1503. ‘La honra y prez de Ia milicia, seftores y sol- dados, con veneer a los enemigos se gana. Nin- guna vietoria sefialada se puede ganar sin nin- fin alan y peligro. Los que estais acostumbrados 2 tantos trabajos no debéis desmayar en este dia, que es el en que hebéis de coger el fruto de todo el tiempo pasado, La causa que defendemos es tan justifcada, que cuando nos hicieran ventaja en la igente, se pudiera esperar muy cierta la victoria, uanto mas que en todo nos adclantamos y mis en el esfuerzo de vuestros corazones, acostumbra- dos a vencer; la gana que mostrabades de venir a las manos y el talante, zseré razin que en tal oca- sién la perdais? Este dia, si sois lo que debéis y soléis, dard fin a todos nuestros afane: = BL CARDENAL CISNEROS Arenga ante los muros de Orin. 17 de mayo de 1509. “Si yo pensara, soldados, que mis palabras fue- tan menester o parte para animaros, hiciera que algunos de vuestros capitanes, ejercitados en este oficio, con sus razones muy concertadas, encen- diera yuestros corazones a pelear. Pero porque me persuado que cada cual de los que aqui estdis en- tiende que esta empresa es de Dios, enderezada al bien de muestra patria, por quien somos obligados a aventurar todo lo que tenemos y somos, me pa- fecid de venir sélo a alegrarme de vuestro dente do y buen talante y ser testigo de vuestro valor y esiuerzo. La braveza, soldados, que mostrasteis fen tantas guerras y victorias como tenéis gana- das, zsera razén que la perdais contra los en gos del nombre critan conta Tas ques han talado las costas de Expafia, robado ganado facends autivado mere, hijosy hermanos, que fora estin por esas mazmorras aherrojados, ora ‘cupados en otros feos y viles servicios, pasan una vida miserable, peor que la misma muerte? Las ‘madres que nos vieron partir de Espafia esperan or vuestro medio sus hiijos; los hijos, sus pa- res; todos, postrados por los templos, no cesan de ofrecer a Dios y a los santos Ligrimas y sos- ee piros por vuestra salud, victoria y triunfo, :Seré Justo que las esperanzas y deseos de tantos que den burlados? No lo permita Dios, mis hermanos, fi sus santos. Yo mismo iré delante y_plantaré faguella cruz, estandarte real de tos cristianos, en medio de los eseuadrones contrarios. ;Quién seré tl gue no siga a su prelado? Y cuando todo fal- tare, zdénde yo podré mejor derramar mi sangre y acabar la vida que en querella tan justa y tan * santa?” HERNAN CORTES ‘Arenga 0 su ejército (1) en la isla de Cosumel, para decidirle a emprender Ia conquista de Méiico. Febrero de 1519. Cuando consideto, amigos y compafieros mios, ‘como nos ha juntado en esta isla nuestra felici- dad, cudntos estorbos y persecuciones dejamos atrds y cémo se nos hari deshecho las dificutades, conozco la mano de Dios en esta obra que em. prendemos, y entiendo que en su altisima Provi Gencia es Jo mismo favorecer Tos ‘principios que prometer Ios sticesos. Su causa nos lleva y Ta de hnuestro Rey, que también es suya, a conquistar (1) Compontase de 518 infantes, x6 jinees y 119 tre Duaestres plots y searineres, sin contar Tos dos Ca pellanes, el Leeneinde Juan Diaz y of Padre Fray Bat- Falomé de Olmedo, religioso de la Orden de ta Merced, (ue acompafaron a Cortés basta el fin de 1s conguista —n- regiones no conocidas, y ella misma volver por si, mirando por nosotros, No es mi énimo faciti- taros la empresa que acometemos: combates nos fesperan sangrientos, facciones increibles, batallas desiguales en que habréis menester socorreros de todo vuestro valor; miserias de Ia necesidad, in- clemencia del tiempo y asperezas de la tierra, en que 05 sera necesario el sufrimiento, que es el se- gundo valor de los hombres y tan hijo del cora- 26n como el primero, que en las guerras més sir- ve Ja pacieneia que las manos. Hechos esthis a padecer y hechos a pelear en esas islas que dejais conquistadas; mayor es muestra empresa, y debe- ‘mos ir prevenidos de mayor osadia; que siempre son las difcultades del tamafio de los intentos. Po- cos somos, pero la unién multiplica los ejércitos, ¥y en nuestra conformidad esti nuestra mayor for- taleza: uno, amigos mios, ha de ser el consejo en cuanto se revolviere; una, la mano en la ejecu- cién; comin 1a utitidad y comin ta gloria en lo que se conquistare. Del valor de cualquiera de nosotros se ha de fabricar y componer la segu- ridad de todos. Vuestro caudillo soy, y seré el primero en aventurar la vida por el menor de los soldados. Mas tendréis que obedecer en mi ejem- plo que en mis érdenes; y puedo aseguraros de mi que me basta el dnimo a conquistar el mundo entero, y aun me lo promete el corazén con no 86 qué movimiento extraordinario, que suele ser el mejor de los presagios. Asi, pues, a convertir en obras las palabras; y no os parezca temeridad =»— ‘esta confanza mia, pues se funda en que os ten- go a mi lado, y dejo de fiar de mi lo que espero de vosotros.” QuIROGA Proclama dada en Sax Fernando, como General en jefe de las tropas alzadas en las Cabezas de ‘San Juan, para proclamar la Constitucién de Cé- «dig, § de enero de 1820. “Soldados: Puesto al frente de vosotros por eleccién de los Oficiales del Ejército, voy a hablaros con la fran- queza que debe existir entre compatieros de ar- fuestra Espafia caminaba a su destruccién y ‘yuestra ruina hubiera causado la de la patria; ‘vosotros estabais destinados a morir, més con el fin de librar al Gobierno del terror que vuestro ardimiento le causa, que con el de conseguir el reeobro de las colonias, empresa hoy imposite. Mientras tanto, vuestras familias permanecerian cen Ja mas vergonzosa eselavitud, bajo un Gobier- no arbitrario y tirfnico que dispondria a su ca- pricho de las propiedades, de la existencia y de la libertad de los desgraciados espatioles. Este Go- bierno destruiria la nacién y acabaria por des- truirse a si mismo, pero no es posible sufrirlo ya por mas tiempo, Violento y débil a la vez, no puede inspirarnos m4s que indignacién o despre- =~ cio, y para que la patria sea feliz, el Gobierno de- be inspirar confianza, amor y respeto, Soldados: vamos 2 emplear, para vuestro bien y el de nuestros hermanos, las armas que asegu- raron la independencia de la nacién contra el po- der de Bonaparte; la empresa es facil y glorioss, AExiste un solo soldado espafiol que se nos pueda opener? No; en las mismas filas de los que el Go- bierno se apresura a reunir, encontraréis herma- ‘nos que se nos unirén, y si algunos viles osaran volver sus armas contra vosotros, que perezcan como satélites de a tirania e indignos del nom- bre de espafioles. Soldados: cuento con vosotros; sed dignos hijos de la patria, mostraos como lo que sois. Unién y disciplina, esto es lo que os recomiendo, Tendré la satisfacciin de recompensar a los que se dis- ‘tingan; pero si alguno faltara a su deber, pro- baré que no en vano se me ha confiado a’ autor ridad, y que la energia de un Gobierno que mar- ccha a su regeneracién debe ser siempre superior a la de Ios déspotas. Soldados: la vietoria nos espera, y con ella la gloria y el premio que con munificencia nos dard Ts patria.” a EL PRETENDIENTE CARLOS V -PROCLAMAS. Al Ejército, desde Castellobranco (Portugal), para encender en Espaita la primera guerra civil. 4 de noviembre de 1833. “Carlos V a los Generales, Oficiales, Sargentos, Cabos y Soldados del Ejército: Liamado por Dios para ocugar el trono espa- fiol para defender su santa causa y hacer felices 4 mis pueblos, me esmeraré y desvelaré asta con sequirlo, ayudado de los conocimientos y consejos de las personas de mayor instrucsién y_probidad, aque siempre tendré a mi lado. No 16 dudéis, estos son mis deseos y nica ambieién Quiero también llegar a tan dichoso término con una paz inalterable y sin que mi real énimo, pacifico: de suyo; se vea violentado a castigar sin disimato a tos que, desobedientes a mis paterna- Jes avisos, comtinien obeecados y seducidos opo- niiendo resistencia a la legitimidad de mis dere- chos. No permita el Sefior ponerme en tan apt rado trance. Le pido, por ef contrario, os inspire yollame a le conservacién del honor adquirido juntamente con la Tealtad y valor inseparables del cardcter nacional, unigndoos a vuestro Rey en la:frontera de Espafia, 0 a las divisiones o parti ‘ Sy das que en muchas y diversas partes se han pro- nunciado a mi favor, a cuyos. Jefes, Oficiales y Sargentos concedo el ascenso inmediato y el co- rrespondiente sueldo a las mujeres ¢ hijos de los que perecieren en tan justa lucha, y un grado a los que de vosotros se presentasen en el término de un mes que sefialo, contado desde esta fecha, sin perjuicio de los demés a que vuestros esfuer~ 4208 y sacrificios os hagan acreedores en lo suce- sivo; y a mis soldados, las distinciones y minora- ciones de sus empeiios en el servicio, que acorda- 6 tan Iuego como la paz y circunstancias lo per- ritan.” A las tropas carlistas, desde ei euartel general de Elizondo, 12 de julio de 1834 “Soldados Se han cumplido mis deseos, estoy entre vos- otros; tiempo ha que ansiaba este momento; co- nocéis mis constantes esfuerzos para conseguitl. Mi paternal corazén rebosa en la mis dulee sa~ tisfaccién al contemplar vuestros gloriosos hechos, que serin transmitidos 2 la mis remota poste- ridad, Voluntarios y soldados: vuestros. suf vwuestras fatigas, vuestra constanci tos, , vuestro amor y vuestra adhesién legitima a mi real persona son la admiracion de todas las naciones, que no saben cémo clogiar vuestra heroica conducta, Marche- = &— mos todos, y yo a vuestro frente, a la victoria; lla, si siempre me es dolorosa por ser sangre es- « pafiola la que se derrama, quiero conservarla, y por lo mismo acojo, destle Iuego, bajo mi regio ‘manto, a os seducidos y engafiados, que, dociles a mi vox; depusiefen las armas; mas si, lo que no espero, hubiese alguno que insista en sui ce- guedad, seré tratado como rebelde a mi real per- sona. Tan compasivo con los arrepentidos, seré inexorable con los contumaces. Y¥ vosotros, feles y valientes guerreros, reunios todos en derredor de vuestro caudillo, vuestro pa- dre, Reine entre vosotros Ia disciplina més se- vera; la més ciega obediencia a vuestros Jefes; cn ella esta la fuerza, y en la fuerza, la victoria que Dios prepara a Ia justicia, Generales, Jeies y Oficiales, voluntarios y sol- dados: estoy agradecido a vuestros servicios rele- vantes, y no dudéis que sabré premiaros vuestro Rey” GENERAL MINA En la batalla det Olmo. “; Amigos mios! 1 Sois espafioles, y los france- —%— PALAFOX Contesta at porlomentario francés que le intima la rendiciin de Zaragoza. Guerra a eu ZUMALAGARREGUL Arenga a sus batallones navarros en Borunda, al ser atacados por el ejército beral que mandabon los Generales Oréa y Lorenso. 29 de diciembre de 3833. “Navarros: Ved: aht la horda xevolucionaria que recorre nuestros hogares y los asola. Vuestros padres, hi jos y hermanos, al sufrir tantas vejaciones, no se Aatormentan, pordué vive en su corazén la firme es- peranza de que han de llevar el caitigo de su mal- dad, Si hoy no los eacarmentéfs, 1a vergtienza de- be eubrir vuestro rostro al presentaros delante de tuna amada esposa, de un querido padre o de vues- tros tiernos hijos. Navarros: hoy es preciso- que reverdezcan los laureles que en tantas victorias * habéis recogido, Sea el sepulcro de los impios este suelo ya regado con su sangre. Vale mis no exis- tir que existir Hevando escrito en la frente el bal- ~ 8 — don de eobardia, Todos los mavarros han prefe- ido lal muerte a Ia ignominia. ;Seremos nosotros ‘menos? Nuestra patria, madre de tantos valientes, espera Ia libertad de vuestras bayonetas. No me- receréis ser navarros si hoy no se la dais. ; Viva Carlos V1" Al ejército de la Reina, desde el enartel general de Elizondo, 20 de abril de 1834. “Soldados EI genio del mal os arrastré inconsideradamen- te hasta poneros en el borde del precipicio; su ob- jeto, reducido tan sélo a armar espafioles contra espafioles para llevar adelante sus atroces. planes, finieamente se complace en abrir nuevas heridas, sin haberse todavia cicatrizado las profundas que dejé el aciago tiempo del. sistema constitucional. Gwando las naciones extranjeras trataron en ferentes époeas de imponer el yugo de la servi ‘dumbre a la heroica Espafia, convencidas de que sus esfuerzos no podian superar ef valor de sus ‘naturales, se valieron del mismo inicuo medio que hhoy emplea Ia revolucién; desengafiaos: en el dia todo se dirige a igual fin: reflexionad por un mo- mento. y fijad la yista en vuestra patria, haceos ceargo de canto en ella pasa y veréis que el nite ‘mero de los que aman a Carlos V es infinitamenty a o5 i superior al de tos que quieren @ una nifia que no euenta con mis apoyo que el de unos hombres constantemente avezados a la relajacién y al des- ‘orden, Convenceos que sobre hallarse ajena de derecho al trono, esos mismos que figuran de- fendérselo estin muy lejos de pensar en la esta- bilidad de un Gobierno mondrquico. No lo dudéis siempre han sido enemigos de la monarquia y es imposible que ahora puedan ser sus defensores. Volved, pues, del error en que os halls: nues- tro catélico monarca Carlos V ama a todos Tos es- ppafioles como a sus més tiernos hijos, y su cora- zn paternal no puede sufrir el amargo dolor que Te causa verlos bafiados en sangre. Deponed esas armas, retiraos a vuestras casas y alli dedicaos tranquilamente a vuestros trabajos, y si pensSis no hallar en llas seguridad, venid a las filas de Ia Tealtad, donde seréis recibidos como hermanos. Yo (5 prometo en el real nombre del Rey nuestro se- fior y en uso de las regias facultades que se ha ddignado conferirme con fecha 18 de marzo dlti- ‘mo, que seréis indultados por el erimen en que al- gunos habéis podido ineurrir, de haber tomado voluntariamente las arnias contra su soberania, con tal que lo verifiquéis en el término de veinte dias; festa promesa es sagrada e inviolable; aprovechaos de ella, y de este modo, libre Ia patria’ de los males ‘que la estiis causando, recobrara su tranquilidad yy volverd a ser admirada de la Europa entera.” set —%— A las tropas carlistas de las Provincias Vascon- ‘gadas y Navarra con motivo de haber dimitido Espos y Mina el cargo de Copitén general del ejército del Norte, 8 de abril de 1835. “Bravos soldados, felictémonos. El Dios de las batallas nos protege. Jamis su proteccién se ha rmanifestado de una manera mis patente que aho- ta, De débiles que ramos nos ha convertido en fuertes; de timidos, en audaces. Et nos ha condu- cido por si mano protectora de vietoria en victo- ria. El se ha servido de nuestras armas para aba- tir el orgullo de Sarsfield, det trénsfuga Quesada, dde un Rodil coronado de laureles en Portugal. El hha querido, ademas, manifestar a Europa, por un hecho singular, que los defensores de la Tegitimi- dad de nuestro amado D. Carlos V de Castilla y VI de Navarra son bien dignos de la victoria. El nos ha presentado por contrario a Min: ‘Mina sélo podia balancear nuestra victoria. Mi- na sélo podia detener todavia sobre los bordes del abismo el trono vacilante de la débil criatura.que Ia bajeza y el crimen quieren imponernos por Rei- nna; él, que a Ia energia, a In actividad, a su ta- Tento militar reune una colosal reputacién ¥ por sus venas corte sangre navarra. ;Y. sin embargo, hha eatdo!..” Ko JERONIMO VALDES Proclama dada en Vitoria ol tomar el mando del ejército det Norte. 18 de abril. de 1835. “Soldados: Llamado por la ilustre Reina Regente para po- nerme a vuestra cabeza, es para mi um deber ex- presaros mi satisfaccién al verme por segunda vez entre vosotros ¥ sabre el mismo teatro donde he sido frocuentemente testigo'de-vuestro noble com- portamiento,’ En medio de Ja amargura que causa a todo ‘buen espafiol Ja continuacién de esta guerra de- sastrosa, he visto con’ placer el buen espiritu de que estais animados, las pruebas de valor y: de constancia que 0: hacen olvidar las fatigas y Jas privaciones que os impone la defensa de los de: rechos legitimos de.nuestra amada Reina, que es- tin intimamente enlazados a otros derechos. tan preciosos para la nacién, y que son Ta garantia de suvfelicidad, de su: prosperidad y de sus, liber: tades. : . La augusta Reina Regente, deseando haceros sa- ber por. euantos medios estin en su. poder cudn preciosos son vuestros servicios, me ha: reyestido de los mas amplios poderes para recompensarlos segiin su importancia y como exige la justicia. Na- dda ser més agradable para mi que satisfacer los —%— sentimientos de S. M., confiriendo recompensas ¥ distinciones al valor, al talento y a todas las cuali- dades que caracterizan al mérito militar, tan di no de la estimacién de S. M. y de la gratitud de fa nacién entera. Para proceder segtin mis ins- trucciones, hago saber lo siguiente 1? Todos los Ofeales del ejéreito de opera- ciones que antes del 1." de enero del presente afto fhan hecho la guerra en esta parte del Ebro y han dado pruchas de constancia, aplicacién y asidui- dad, sin haber recibido grado ni distincién, obtene ddrin el grado superior inmediato, si ya no tienen am grado mayor que el de su empleo efectivo. Los {que se hallen en este caso seri preferidos para los empleos inmediatos. "2" Obtendrin el grado de Subteniente todos Jos ‘Cadetes y Sargentos:primeros que hayan he- cho el mismo servicio, con las mismas circunstan- clas expresadas en ef aticulo precedente, El Sar- fgento segundo mis antiguo de cada compafia se- Fa" promovido ‘al grado de Sargento primero, 3° Serin condecorados con Ia cruz de San Fernando de segunda clase todos los Oficiales, y con fa de Tsabel TI, los demés individuos de Tas fguarniciones de Olazagoitia. y Maeztu, sin per- fuieio de las demis recompensas a que puedan te- ner derecho, ya en virtud de fos artculos anterio- tes, ya por otros servicios que hayan prestado. 4* Obtendrén i Nicencia absoluta, aquellos a quienes falten dot afios de servicio al fin de fa ls que en esta Epoca estén mis distan- Soo tes de su empefio, aun cuando no leven més que tun afio de servicio, tiempo que se juzga necesario para hacer una nueva quinta y poner a los reempla- antes en estado de hacer el'servicio conveniente. Soldados: no necesito deciros que la mano que recompensa el valor y los saerifcios del guerre- to castigari severamente las infracciones a la subordinacién y a la diseiplina, y que serd inexo- rable cuando se trate de otros delitos que no quie- ro nombrar, pues degradan una profesién cuya base es el valor y para la cual es indispensable la resignacién en las privaciones, ‘Compafieros de armas: a Reina Regente, 1a nacién entera esperan que terminemos tan pronto como sea posible una guerra deplorable que com- promete intereses tan sagrades. Vuestro valor y ‘yuestro patriotismo me inspiran la justa confian- za de que Hlenaréis los deseos de todos los amigos de la tegitimidad y de la justicia que se interesan en los progresos de una sabia libertad, condicién indispensable de ta civilizacion y de las Ices.” CABRERA PROCLANAS Al ciército carlista de Aragén, desde el cuortel general de Cantavieja. 24 de noviembre de 1835 “Voluntarios: ; Viva el Rey! AI encargarme del mando de las fuerzas exis ears) tentes en este reino, suelo privilegiado “de deci- sin y Tealtad, con que la munificencia del Rey nuestro sefior se ha dignado honrarme, no puedo ‘menos de dieigiros mi vox y manifestaros Tos sen- timientos que me animan en favor de la justa, santa y legitima causa que con tanta gloria como admiracién defendemos Testigo desde el primer dia de vuestras proc zas y siffrimientos, no me considero digno de po- nerme a vuestro frente; pero, sumiso a las Grde- nes de nuestro amado soberano, os prometo el sa- crificio de mi reposo y existencia, y os probaré, ‘con Ia ayuda de Dios, que deseo corresponder 2 Ta augusta confanza que me dispensa el mejor de os monarcas, Grande es, sin duda, ta empresa que me propongo, y_ ciertamente desconfiaria de su buen éxito sivno contase con yuestro va- lor, vuestros sacrificios y decisién, con Ia espon- thnea cooperacién del pais y con Ta justicia de ta No lo dudéis, valientes ¢ invencibles volunta~ ios: vuestras armas serdn el azote de los que co- bardemente eebaron las suyas en inocentes sacer- dotes, pacificos paisanos, débiles mujeres y car- listas indefensos. Voluntarios: unién, valor, subordinacién y con- fianza en vuestros jefes; amor y proteccién al pais que nos sostiene y contempla. Con estas ba- ses conseguiremos el aprecio de nuestros conciu- dadanos y vengaremos el-ultraje hecho a nuestra santa religién y venefidas leyes, colocando en. ¢! —s— trono de sus mayores:a nuestro idolatrado y legi- timo Monarea, ‘Voluntarios: sea nuestro lema 1Viva la R idm! ; Viva el Rey! | Viva la Patri A las fuersas carlistas de Cataluiia al hacer sw entrada en Espatia para sostener la causa de Mon- temolin. 23 de junio de 1848, “Voluntarios EL clarin y fa corneta os Haman, ;Desedis sa-, ber el motivo de este Hamamiento? Un principe avaro, mezquino, falso y corruptor, aprovechindose de nuestras disensiones civiles, en uunién cont una. princesa degradada, hi ob- jeto'de especulacién mundana el trono catélico. de los Alfonsos y Fernandos, y en las tinieblas de la ‘noche —porqu las noches casi siempre fueron pro- tectoras de tos grandes crimenes—echaron los, fundamentos de su inicua obra por medio de una combinacién matrimonial. Por consecuencia de & ta, Ia corona que sobrepujara en brillo a todas las del universo, ast por las excelsas virtudes de. los randes hombres que las Ilevaron, como parla ‘mucha sangre que derramaron nuestros padres- por conservarla ilesa, pretenden que pase. desde Jas sienes femeninas que contra derecho la cifien, Jas de un extranjero sin erédito, sin valor y hay- ae ta sin tit alguno de merecimiento (1). Ya Ia Francia avergenraa de Tener su eabes a tor tan tenble tama, le expe do ov sl memes gue nosotcn, cpa, asm reps Germs ales conervamte end tact ye Sores deca infgena a ators y ene poder Vinton los eGmplce,empetadon ks qe Hone Covel‘ Hato desl eseao ‘Levanto a bandera de D. Caos nis de Bor ssn leptin fer ea tndopendeci spall tocar noon gee vans en Toe compatriots pe hen, cies qe soa so opin, on padre, tn aig protector, yen eadaenenigo read on ean ome amis eve que sangre el sono mls precise de Tas tations ela lesen debe Ter sompre nue divi pes foe Himes de = son astante spin para per conte ods ap hjosy le trea eal ttl pre mmanteneios (2)" (2) 5 lea 2 Men (Gp totator eumentao etn prec cara ssleracin puna eon conduc seguide por Cabree Seance prmcra goers cv somigan au, foduia tient hls macho en sel ufos ce Cie los puciretranjron Cabrera al emigrate Eo feha'ty ben esto ves ew vat puntn do Fras Sie Tages 4 LUIS FERNANDEZ DE CORDOVA En Mendigorria. %jCompafieros! Vais a combatir delante de la Legién extranjera y a demostrar eémo vencen y perecen los espafioles.” PROCLAMAS. Al ejbrcito det Norte, como General en jefe del mismo, antes de librarse el combate de Arlabén, 16 de enero de 1836. “Compafieros: Confiado y orgulloso el enemigo sobre la cor- dillera de Arlabin, parece retar nuestro esfuerzo, olvidando los escarmientos que recibié em tantas otras posiciones ‘mas eélebres, Yo he recogido el guante, y para satisfacer vuestro ardimiento os conduzco al combate, es decir, a la victoria, ‘Que todos y cada uno recuerden hoy las mayo- res obligaciones que hemos contraido con la pa- ‘ria, con el trono y con la reputacién de este va- fiente ejército: elia es muestra honra y nuestra vida, pero los grandes elogios y premios recibi- dos servirén a labrar nuestra afrenta si brillase, soldados, un solo dia aciago en que pudiéramos » —3— perder los buenos titulos: con que supo conquis- tarlos vuestro valor y vuestra constancia. ‘Compafieros: no os pido vuestra confianza; sé! hasta dénde son grandes en este punto mis obli- gaciones con el Ejército; pero si que observéis quel orden perfecto que asegura el triunfo en los combates y honra las armas en todas circunstan- Valientes y generosos extranjeros que venis a pelear por los progresos de la civilizacién (1): vamos poseidos de una generosa rivalidad; a vet ‘a qué nacionalidad adjudica hoy la fortuna sus favores, la victoria su mejor corona. Mi corazén Ja desea y la disputa para los soldados de mi pa- tria, es cierto; pero mi equidad la adjudicaré a fos que, mis lisonjeados por la suerte, tengan me- jor ocasién de merecerla. El azo que ha unido nuestros esfuerzos e intereses iguala los derechos de todos los que combaten por la causa de la Ti- bertad. ‘Soldados espafioles: vamos a conducirnos como los, soldados veteranos que tuvo ella en Europa.” Al ejército carlista.: 20 de mayo de 1836. “Soldados Hasta ewfndo, vietimas de una ciega y fatal, (2) Formatan parte del ejércto Hheral del Norte wna legion britinica y otra francesa. oe credulidad a las ya usadas mentiras de vuestros jefes-y a sus munca cumplidas promesas, 08 deja- ‘éis arvastrar por au violencia y conscntiréis que ‘yuestros padres y familias sean tratados con la sis atroz barbarie para reteneros en las flas de fos que vuestros seductores llaman voluntarias? 2Hasta cuindo rehusaréis el testimonio de vues- trot mismos ojos, de vuestra propia razin y me- rmoria, para depositar vaestra fe en esos mentidos papeles con que os esclavizan y engaitan, y deja- séis a vuestros jefes que destruyan la prosperidad y el bienestar de estas privilegiadas y virtuosas provincias y la felicidad de toda Espa, que siem- pre fué amante de ellas? ;Qué podéis esperar cuando al cabo de dos afios y medio de verter vuestra sangre mo osan ya bajar vuestros aluci- adores de esos riscos y montafias, porque nada tienen que oponer a tres mil caballos cuyo poder conoeéis, euyas lanzas habéis tantas veces prom ado? Soldados: meditad y recordad vosotros’ mismos los hechos. Cuando ms os hacian confaf en el triunfo, veis brotar por todas partes millares. de riuevos'soldados en nifesteas filas: legiones.bri- Hiantes que hoy se estin duplicando representan el interés por nuestra causa de dos naciones grandes invencibles que miran aquélla como suya. Y vsestros padres estin arruinados; vuestras casas, asoladad; vuestros campos, yermos, y vuestro mis rao sustento es tan malo ¥ eseaso, que media ra~ cién os hace el dia venturoso comparado 2 los 9 rmuchos que pastis sin ninguna. zDinde estén esos fuxilios extranjeros que os han prometido tantas veces: yuestros tiranos? Vinieron, si, pero estén cen nuestras filas, Dénde esos tesoros que han da- do los pueblos o que hace afios deben llegar to- dos los dias? En la imaginacién o en los cofres de vuestros caudlllos, que, engordando y espect- lando con vuestra sangre, especulan sobre vuestra rina y abusan de vuestro candor y creencia. Pe- ro mejor que yo mismo, sabéis ya vosotros que sois victimas de Ia mentira y el fraude, que wues- tra voluntad esti encadenada por la vergonzosa y horrible tirania de los que, titulandose eampeo- ines de la religién, condenan a vuestros parientes, con afrenta de los usos de un pueblo cristiano, a responder de vuestras personas. 2Qué se ha he- ccho de la flor de estas provincias, esa brillante seneracién que fertilizaba estos campos, animaba vyuestra industria y derramaba ta comodidad y la riqueza en este hoy desventurado suelo? La gue- Fra lo ba devorado todo; todo To ha sacrifcado a Ia elevacién de unos pocos ambiciosos, y la gue- rra esti hoy més desesperada que munca para vutes- tra causa; para Ia clevacién de aquéllos pereci todo, y la suerte de Tos que habéis quedado es peor que 1a de aquellos que ya murieron, pues es, co- ‘mo vuestra recompensa, et palo, 1a miseria y la muerte en un asqueroso hospital. Soldados: jamés os dirigi mi vor, ni lo hice 2 -wuesttos padres sitio para ofrecerles consuelo y proteccién, a fin de aliviar sus sacrificios. Los sol- 7 os datos y Jefes de la Reina os aman, os compade- cen, 08 comibaten, no como a enemigos, sino como a hermanos extraviados, como 2 bizarros compatriotas de quienes es preciso repeler una agresin ingrata e injusta; y la mejor recompen- sa de nuestro triunfo seria el perdén y Ia recon- ciliacién que os volviesen al seno de la patria para sgozar de los benelicios de hombres libres, de las dulzuras de la paz y de las bondades de una Reina angelical, de quien vosotros seriais el mis firme apoyo si conocieseis las gracias ¢ inocencia, la dalzura y la afabilidad de su digna y augusta madre, Soldados: zhasta cuando, en fin, ha de correr a torrentes Ja sangre de una nacién grande, heroi- ca y cristiana? Yo os ofrezco asilo y amistad: vosotros seguiréis eligiendo vuestra sterte al de- poner las armas, Los mitchos de vuestros cama- radas que ya Tas han presentado, o se hallan bien pagados, asistidos y contentos en los filas en que han querido ingresar, distinguiéndose por su valor, 6 descansan tranquilamente en sus hogares y tra- bajan en sus oficios al lado de sus familias con- soladas. Venid, pues, a mi: yo os acogeré con la bondad que siempre os he acogido, Una lucha initil debe ser para vosotros tan penosa yf ‘nesta como lo es para Ia patria, Todos somos her- manos, todas hemos Ievado muchos siglos con gloria y orgullo el nombre de ecpafioles: por él hemos combatido y vencido siempre juntos. Y vosotros, soldados de la Reina, que, prisiones 7 —9— ros 0 desertados de nuestras filas, para evitar un castigo correceional 0 por un momento de error ¥ despecho tenéis que ocultar vuestra vergiienza Y arrepentimiento en las filas de Ia rebeldia, yo Jo acepto, y, en nombre de S. M, y de la patria, (03 perdono ‘si, abandonando esas hordas erimina~ cibieron vuestros juramentos. Sé cuil es vuestra les, corréis a las banderas de Ta libertad que re- suerte, y que el temor del castigo solamente os impide volar a abrazar a vuestros camaradas. Hacedlo sin temor; tenéis la palabra de vuestro General.” ESPARTERO ARENCAS i A los batallones de Soria y Extremadura en ef ‘fuente de Luchana, 24 de diciembre de 1836. “Compafieros: La noche de este dia est destinada para cubrir- rnos de gloria y para dar a conocer a los enemigos yy al mundo entero que somos dignos de empuitar estas armas que Ia nacién nos ha confiado. Hat stfrido con Ia constancia mAs Taudable los traba- jos y privaciones que oftecen dos meses de cam- pamento en medio de fa estacién mis cruda del afio. La patria y Ia Reina necesitan que esta noche ‘hagamos el filtimo esfuerzo. Los soldados valien- tes como vosotros no necesitan més que un cartu- — 10 — ‘cho; ése silo se dispararé en caso necesario, y eon las puntas de nuestras bayonetas, tan acostumbra- das a vencer, daremos fin a tan grandiosa empre- sa, batiremos @ los enemigos de nuestra idolatra- da Reina, los arrollaremos, y tanto vosotros como, yo, que soy el primer soldado, ef primero delan- fe de vosotros, fos veremos morir o abandonar el campo lenos de oprobio y de ignominia, corrien- do precipitadamente a ocultarse en sus encumbra- das guaridas. ‘Marchemos, pues, al combate; marchemos a con- cluir la obra, a recoger la corona de laurel que nos std preparada; marchemos, en fin, a salvar y a abrazar a nuestros hermanos, esos valientes que con tanto denuedo han imitado nuestro ejemplo Gefendiendo la causa nacional dentro de los mu- ros de Ia inmortal Bilbao.” A varios regimientos det efército det Norte en Mi- randa de Ebro, adonde fub para descubrit y cast gar a los soldados del provincial de Segovia que asesinaron al general Ceballos Escalera. 30 de oc: tubre de 1837. “Soldados: Os he reunido en este sitio para hablaros de un suceso inaudito, de un hecho escandaloso, que, empafianda el honor del ejéreito espaol, eclipsa sus glorias, excita mi indignacién y atormenta mi 101 — alma de una manera inexplicable, Compafiero vues- tro en los infortunios, en las privaciones, y siem- pre el primero en Jos combates, prefiero mil géne- ros de muerte antes que consentir que vuestro ho- nor se mancille, porque vuestro honor es el mio, asi como mi sangre es la vuestra. ; Sangre precio sa, tantas veces prodigada en Ios campos de ba- talla! Vosotros me serviréis de égida, de coraza, sno es verdad? ( Si, sil) Pues bien; unidos todos se- remos invencibles, y de tan intima unién entre el caudillo y sus valientes soldados es feliz resultado la serie de victorias que acabiis de conseguir Pero el dulce recuerdo de tantos infortunios, de aceiones tan heroicas, se acibara al contemplar un crimen digno del mayor castigo, an deito que no tiene igual en los fastos de la milicia. Eseuchad Era la noche; un fiinebre ensuefio ocupaba mis sentidos; la feroz discordia que peina serpientes or cabellos se agitaba alrededor de cuanto veia, produciendo por doguier el terror y la desolacién En medio de tan triste cuadro se me present6 una sombra ensangrentada.... despedazado su cuerpo. Crei oft entonces tuna vor que me decia: Repars ‘mi agravio, salva a la patria... Ofrect hacerlo. 2 Y sabéis quién era? Mi constante amigo el ilustre General Ceballos Escalera, aquel valiente, terror de los enemigos de nuestra santa libertad, aquel hhonradisimo espafiol, aquel decidido patriota, aquel héroe incansable que tanto:trabajé por conduciros la victoria en la terrible noche de Luchana. \ 208 acorddis? Pues bien... iya no existe! Alli ( sefalabo hacia Mironda con la espada que te- nia ev a mano), alli unos cuantos asesinos, paga- ddos por los agentes de don Carlos, clavaron el ale- ‘yoso puiial en el corazon de un hijo predilecto de Ja patria; alli la mas sagrada de las eausas perdi® tuno de sus mejores defensores; alli el trono de nuestra inocente Isabel se conmovié al ialtarle tuna de sus més fuertes columnas; alli os arreba~ taron un amigo digno de serlo vuestro, porque Jo cera mio; alli el Principe rebelde consiguid una brillante victoria con la terrible muerte de un po- deroso enemigo, y alli, por altimo, los manes Iu- meantes de la ilustre vietima claman_venganza. Sombra querida de mi recomendable amigo! ‘La espada de la ley, sostenida por las invenci- bles bayonetas de mis camaradas, va a caer como el rayo sobre las culpables cabezas de los cobar- des asesinos. Si, soldados; entre vosotros se hallan los perpetradores de tan atroz delito: ct aire que respiran esti infestado por su pestifero aliento; vais a conocerlos; vais a presenciar su muerte. Los oculta ese regimiento. (Dirigiéndose con los ojos y con la actitud al provincial de Segovia.) En esas filas se ocultan los abominables asesinos que dieron muerte a su General; que los delaten in- mediatamente sus mismos compafieros, y si por gste medio no se consigue descubrir a los crimi- nrales..., sea diezmado en el acto el regimiento pro- vincial de Segovia. 103 — General jefe de Estado Mayor: disponed que se lleve a efecto lo que acabo de prevenir!” Después de hacer fusilar @ dies de los asesinos, sin darles més tiempo que cl necesario para recibir Tos ausilios espirituales y de disolver el Cuerpo ‘om que servian, “Soldados: La vietima esté vengada; los manes de vuestro desgraciado General estin aplacados. Nuestro ho: nor vuelve a’aparecer brillante y terso como el fol; una mancha Jo habia empatado, pero, lava- da con sangre, acaba de desaparecer, y ya somos dignos soldados del ejército de la libertad.” A la Milicia Nacional y a la quarnicién de Ma- rid, en la revista que les pas6, como Regente det Reino, antes de su salida de la Corte para comba- tir la insurreccién mitar a cuyo frente se pusie- ron Narvéee, Concha, Serrano, Prim y Aspiros. 16 de junio de 1843. “Nacionales y soldados: Hoy 08 dirijo mi vor, no como el soldado ci dadano que, ayudado de vyuestro valor y patrio~ de 1 Rei- tismo, enarbolé la bandera de la patri = 104 — na y de la Constitucién, y supo levarla de victo- ria en victoria hasta destruir los enemigos que la coimbatian, Hoy os habla Baldomero Espartero, el hijo del pueblo, nombrado Regente del Reino por la voluntad nacional. Yo juré entonces guardar cl sagrado depisito de Ma vida de nuestra Reina, Ja Constitucién de la Monarguia, y yo no he fal- tado ni faltaré nunca a mis juramentos. Los que To contrario dicen, los que lo contrario voeiferan, ‘me_calumnian. "Nacionales y soldados: la voluntad nacional es tad; yo me someteré siempre a ella; yo entregaré el sagrado depésito de a Reina y de la Constitucién con In misma solemnidad que lo he recibido. Pero pretender que lo entregue a los fu- ores de los motines, del despotismo y de la anar- quia..., eso no, Primero la anarquia y el despo- tismo pasardn sobre el cadaver de este soldado, que no tiene més aspiracién ni desea mis gloria ‘que Ta gloria de su patria, Nacionales y soldados: la patria cuenta con nos- otros; nosotros corresponderemos a su confianza. Viva la Reina! ; Viva la Constitucién! ; Viva la independencia nacional !” 103. PROCLAMAS AL ejército del Norte, después det combate de Lu- ‘hana, que higo levontor et sitio de Bilbao. 25 de diciembre de 1836. “Soldados: Cuanto pudiera decir en vuestro elogio, lo diri cl mundo entero cuando se divulgue 1a batalla que hhabéis ganado, las lincas que habéis vencido y el pueblo que habéis libértado. * ‘Mi corazén, enajenado de placer viendo cum- plidas mis esperanzas,fijas s6lo en el valor que 05 ha hecho inmortales, no me permite desenvolver las ideas ni encontrar. palabras suficientes para deseribir el inaudito triunfo que mi gratitud de- sea bosquejar. El memorable dia 24 amaneci6 tempestuoso. El sitbo del huracin, la copiosa nieve, el interpola- do granizo, en vez de amilanaros, aumento vues¢ tro ardimiento y el ansia de volar par el laurel que ya 0s corona. En el campamento bj vuestras conversaciones, vuestro deseo de celebrar la No- chebuena en Is plaza de Bilbao. Con soldados po- seidos de tal espirits, zqué empresa podia dudar acometer el General que habia prometido condueci- ros a la victoria? Era preciso esperar la marea para que la expedicién flotante salvase por la ria el puente cortado de Luchana. Llegé la hora de las.cuatro de la tarde; las compafiias de-Cazado- = 106 — res, mandadas por el bizarro Comandante Ulita- rena, eecutaron su embarque; las trineaduras de nuestra Marina protegian el convoy, y las bate- rias inglesas y espafiolas, con las fuerzas coloca- das de antemano en la torre de Luchana, favore- cian el desembarco, En aquel momento, una nube de copiosa nieve y densa niebla impedia distinguir los objetos. Sin ‘embargo, las tropas, entusiasmadas con el eco del cafiém y los toques de las cornetas, hacfanse per- cibir con sus no interrumpidas aclamaciones a la Reina y a la libertad. Saltar en tierra, tomar la ba- teria del camino, arrollar al enemigo, trepar al ‘monte de Cabras y tomar también su bateria, fué obra de un cuarto de hora. Pero estas compafiias eran fuerza insignificante para romper las fuertes Tineas enemigas. El puente de Luchana debia res- tablecerse para facilitar el paso de las tropas. Los ‘materiales dispuestos consintieron a fa actividad de nuestros Ingenieros hacerlo répidamente y con toda solidez, mas el enemigo acudié a disputar las formidables alturas. Lloremos, soldados, la pérdida de tanto valiente de la bizarra segunda di- vvisién, que cumpli6 la promesa de morir antes que retroceder. Fué preciso reforzarla, El momento, después de tantas horas de mor~ tifero fuego, legé a ser bien critico: la presencia de yuestro General en jefe debia ser necesaria. Yo volé al sitio del encarnizado combate, y a la ca~ beza de los batallones de la brigada del valiente inuisir, dirigi la carga que habia de decidir Ia — 107 = victoria, Ella me fué presagiada desde que 08 ha- Blé, y fui correspondido por vosotros con entu- siasmo. Encomiemos el mérito de esta columna, que, sin disparar wn tiro, arroll6 a la bayoneta las fuerzas rebeldes de la culminante cordillera de Banderas, apoderandose de Ia bateria que habia ceausado tantos estragos y de las sucesivas posi- clones hasta entrar en Bilbao. Despreciemos a al- sin cobarde, entre tanto héroe, que no supo imi- taros, y cuyo castigo me reservo por exigirlo la justicia, ‘Soldados: el orgullo de treinta batallones ha sido hollado y abatido por vuestra bravura. Muchos pri- sioneros, veinticinco piezas de artlleria, 1a mayor parte de grueso calibre; sus euantiosas municio~ res, inmenso parque, brigadas, almacenes, hospi- tales, todo, en fin, fué presa de vuestro valor. La heroica Bilbao, su guarnicién belicosa y sufrida, no ereyé que sts libertadores eran fos que al ama- necer del 25 coronaban el alto de Banderas y arro- jaban de Olaveaga alas hordas liberticidas, ‘Al dirigiros mi voz en Portugalete prometi con- duciros a la victoria; vosotros ofrecisteis prodi- gar -vuestra sangre, He cumplido, y Menasteis ‘yuestra promesa, Resta dar tas recompensas los que han tenido mas ocasion de distinguirse, y estos premios los veréis en la orden general de ‘Comipafieros: grandes, de summa trascendencia son las ventajas conseguidas; recibid mi gratitud ¥ preparaos a sacar todo el fruto de Ja memora- = 108 — ble batalla que habéis conseguido después de tan- ta accién parcial y de cuarenta dias de opera ciones penosas. Disponeos para los nuevos triun- fos que os aguardan. Envanecido de conduciros 4 cllos, sabré tributar el premio que honra a los valientes.”| A las tropas de su mando, después de haber de- rrotado y perseguido al Pretendiente, cuando éste realisé su expedicion sobre Madrid, obligindole a regresar a las Provincias Vascongadas. 25 de oc- tubre de 1837, “Soldados La campafia de las Provincias, donde tavo la audacia de penetrar el Principe rebelde, ha sido terminada con gloria. Vosotros habéis excedido ‘4 mis deseos con valor, constancia y resignaciin ara abatir al enemigo, arrostrar las fatigas y su- frir las’ privaciones. Tantas virtudes no podian menos de proporcionar un premio digno de tales Soldados, cual es el triunfo sobre las hordas del Pretendiente; de 1os taudillos de hombres que han ‘anchado con mil erimenes el suelo que intenta- ron subyugar. Vosotros, tan intrépidos como st- fridos, los habéis lanzado, Iibrando a vuestros pucblos y familias de la tirania y det oprobio; los habGis arrollado dondequiera que, a fuerza de mar- has penosas, han sido obligados al combate; los = 109 habéis arrojado de los bosques, guatidas propias de las fieras; los habéis, en fin, hecho regresar al pais rebelde, det que salieron orgullosos. Alli cultardn, si pueden, su vergtienza, Pero ain alli debe aleanzaries Ia justa maldicién de tanta vic- tima y el castigo de sus atrocidades. Ese pats que tos abriga es bien conocido. En él os esperan ‘nuevos Taureles. ‘Compafieros y apreciables camaradas: es pre- ciso marchar a destruirlos para extinguir el foco de insurreceién, para dar Ja paz y consolidar el trono de Isabel IT y la Constitueién de 1837, que hhemos jurado defender. Soldados: si hemos de conseguirlo, si habdis de merecer el renombre de libertadores de 1a patria, fs necesario que vuestro Snimo no decaiga jamés ni por las fatigas ni por las privaciones. Es pre- ciso, sobre todo, que sea vuestro norte Ia disci- plina; ella da siempre la victoria. :Habré entre vosotros tin solo que, faltando al mis sagrado de nuestros deberes, se Ta ofrezca al enemigo? Vues- tro General no To espera; mas silo hubiese, in- digno entonces de mi carifio y mal camarada vues- tro, seria entregado al rigor de las leyes mili- tares, Compafieros: yo os doy las gracias por vuestro hheroico comprtamiento; Ia nacién os admira por lo aue habéis hecho y espera que ejecutaréis, y el Gobierno de Su Majestad premiaré con ‘mano franca a los que més motives han tenido de dis- tinguirse, — 110 — Soldados: siempre velaré por vuestro bien y por presentaros ocasién de nuevas glorias.” Al cjército del Norte, después del castigo impues- to a los autores det ascsinato del general Ceballos Escalera’ 30 de octubre de 1837. “Soldados La sublevacién del regimiento provincial de Se- govia en Santander en 9 de agosto éiltimo; la som bra sangrienta del dignisimo General don Rafael de Ceballos Escalera, sacrificado cobardemente por tuna turba de asesinos sublevados en esta. misma, villa (1) en 16 del propio mes; la espantosa bre- cha abierta a ta diseiplina militar, Ginica Iazo de que pende la esperanza de la patria; el feo bo- ‘rrén de ignominia que tan inatdito atentado feria en la acrisolada reputaciin de este benemé rito ejéreito, y, en fin, ol clamor de la nacién an- sustiada con ver impune'un crimen atroz, que mi- nnaba por st base las instituciones sociales, todo esto exigia de mf, como de vuestro General en jefe, una piiblica vindicacién, EI dia de hoy la ha visto def modo mas auténtico y solemne. Los asesinos del héroe inmolado han sido en tnimero de diez pasados por las armas. Estas han fayado la_mancha que oscurecta el terso renom- bre del ejéreito. El brazo de ta justicia. militar (2) Miranda de Ebro, aleanrard también a los que no se hallaban hoy en este cuartel general. ‘Treinta y seis de menos criminalidad, aunque cebmplices en el hecho, salen hoy para et presidio de Ceuta, condenados por toda su vida, y el pro- vincial de Segovia, que abrigé en su seno estos malvados, ha sido disuelto al frente de las divi- siones de a Guardia Real, de Infanteria, segun- day tercera, Caballeria y haterias rodada y de mon- tafla, Sus Jefes, Oficiales y Sargentos, que no tu- vvieron Ia suficiente energia para morir defendien- do a sti General en jefe y la integridad de Ia dis- ciplina, marchan a disposicién de Su Majestad, y Ja tropa, quedando os Cabos y soldados, ba sido ddiseminada en todos los Cuerpos, para que en to- dos se recuerde la memoria de este dia. Este acto de expiacién, que reclamaban impe- riosamente tan fuertes consideraciones, repugna, como todo castigo, a mi corazén, que os ama y aprecia vuestras virtudes; pero era indispensable, y silo he diferido hasta hoy, ha sido por la acti- Ya persecucién que hemos terminado, y porque deseaba que tuviese lugar la pena donde se perpe- tr6 el erimen, En vuestros rostros he visto con placer, mientras se ejecutaba, 1a satisfaccién que (os eausaba el presenciar Ia reparacién solemne de Ta nota que gravitaba sobre el ejército, y el case tigo de los que os robaron un General, un hom: bre a quien amabais y 2 quien siemnre visteis a ‘yuestro frente en los peligros y en la senda de la victoria. Una diputacién de Sargentos de todas las armas ha venido al concluirse el acto a darme Tas gracias, en nombre de sus clases y con permiso de sus jefes, por el castigo. de los criminales, y este hecho de amor a Ia disciplina ha inundado de jibilo mi corazén. Con soldades como vos- otros nada es imposible, El tirano y sus hordas se estremecerén en sus guaridas, y la patria os de- berd el alzarse gloriosa sobre los despojos de sus aleves enemigos. Alerta, soldados: estos enemigos tienen per ddida la’ esperanza de venceros en los combates, y todos sus esfuerzos se cifran ya sélo en desuni- ros e introducir en nuestras Glas In discordia y In indisciplina, Ellos pagaron, sin duda alguna, los afiales que nos arrebataron a nuestro digno com- pafiero Escalera; y esos que habéis visto hoy fa- silados no han sido sino instrumentos miserables del brazo vil de nuestros enemigos. Alertz, pues: y si alguno, bajo cualquier mascara que sea, s¢ introdujese entre vosotros pretendiendo relajar los lazos de la unién y disciplina que indudablemente nnos han de llevar a la victoria, denunciddmelo. yo mismo lo haré menudos fragmentos. Esos insti- adores ocultos son viboras que envenensn, owe desgarran alevosamente el seno de la patria. Yo confio en vuestra vigilancia. Sed cada uno un cen- tinela de los més caros intereses de esta nacién esgraciada, y el que se atreva a acercaros. con siniestras miras..., ique tiemble! El ejército espafiol es pro, ¢s leal, es inco- sruptible, y es un muro de bronce contra el cual, 13 ya que nada pueden las bayonetas de don Car- los, tampoco prevalecerin sus rastreras e insi- diosas maquinaeiones. ‘Asi lo espera de vosotros, leno de confianza, vuestro General’ en jefe.” Al ejfrcito de Arogin y Cotaluia, después de hhaber batido a Cabrera en Berga, haciéndole re- tirarse a Francia, con lo cual qued6 terminada la primera guerra civil. 7 de julio de 1840. “Soldados: La gloriosa campafia de Aragin, concluida con a conquista de Morella, debié haber puesto fin fa la guerra fratricida, si los hijos bastardos de nuestra patria, si e:os hombres sanguinarios por sistema, si esos monstruos, azote de la humani- dad, fuesen eapaces de abrigar un sentimiento que los tetrajera del camino del crimen, Ellos, sin em- argo, al ver perdida la causa que sirvi6 de os- tensible pretexto a sus robos, incendios y ascsi- nnatos, procuraron en su desesperacion hacer el ‘iltimo esfuerzo. El feroz Cabrera, huyendo con parte de los st yyos, crey® poder ocultar su derrota y dar muevo ser a las facciones catalanas, mientras que des- tacando a Castilla Ia Vieja al tigre Balmaseda, poniendo a sus drdenes Tos rebeldes que habian quedado en las provincias de Albacete, Cuenca y m4 Guadalajara, concibié Ia idea de sublevar de nue- ‘w el pais que fué teatro de la guerra, y que ya disfrutaba el benefcio de la paz, Sabedor de estos proyectos, pude anticiparme a contrarrestarlos, ha~ ciendo las preveneiones oportunas a los dignos Generales a quienes tocé la suerte de ofrecer nue- vvas glorias a la causa nacional ‘Al mismo tiempo, a la cabeza del ejército ex- pedicionario del Norte, me dirigia a Catalufia, La eunién de los aprestos necesarios para que esta campafia completase el triunfo, permitié taviése- mos el honor de recibir a Sus Majestades y Al- teza; de asegurar su trinsito a Barcelona y de acompafiar la regia comitiva hasta el punto de don- de debian partir las operaciones, ET brillante estado en que encontré las tropas del ejército de Catalufia, que me fué posible re- vistar, justified su bien’ adquirido coneepto por sus sefialados cofmbates y por su perfecta armonia con las demés fuerzas que militan a mis drdenes, todas virtuosas, valientes y disciplinadas, a la ver {que poseidas de un puro entusiasmo por. la conso- Tidacién lel trono de Isabel II, del que es digna Regente su augusta madre, por la Constitueién de 1837 y por la independencia nacional. Con ejéreitos animados de tan nobles ideas ¥ ro- bustecidos con sublimes virtudes, no podia menos dle ser pronta y segura la pacificacién que anuncié en mi orden general de 30 de mayo en la plaza de Morelia. El del centro, que tanto contribuyé a la feliz campafia de Aragén, extermind en breve us — los grupos que quedaron errantes. La division que coperaba sobre Albacete, Cuenca y Guadalajara, tavo una sefialada victoria en Olmedilla con las fuereas que infestaban aquellas provincias al mar- char Balmaseda. Lanzado este cabecilla de la sierra de Burgos, fué batido en Zalduendo por el ejér- cito que operaba en el Norte. Perseguidos los res- tos de su faccién por todas las tropas destinadas a su exterminio, tuvieron que buscar en trozos su auxilio en Francia, en cuya raya fueron desarma- dos, Fl iiltimo golpe que debian recibir los ene ‘migos era en la plaza de Berga, centro y apoyo de las facciones catalanas, donde tenian su Junta de gobierno y todos los elementos de accién. Para que el éxito fuese rapido y feliz, destiné Ja fuerza de dos divisiones a cubrir el flanco iz: quierdo; la primera y segunda del ejército de Ca- taluiia, al derecho, y yo con las demas tropas em- prendi desde Manresa los movimientos sobre Ber- ga, La brillante jornada del 4 nos dié Ia posesién de esta plaza, de su castillo y considerable niime- ro de fuertes, las fundiciones, las fabricas de pél- vora, todo quied® en nuestro’ poder, todo cedié a nuestro denuedo y bizarria, poniendo en vergon- zosa derrota a los batallones con que Cabrera in- tenté rechazaros. Cabierto de oprobi y de ignominia, este san- guinario caudillo debié su salvacién a lo eseabroso del terreno; y forzado a tomar un asilo en Fran- . cin, con mucha parte de sus fuerzas, lo verificé con el mayor desorden, Ya no quedan mis que las } = 16 = hhordas capitaneadas por Tristany y otros cabeci- las, que serdn destruidas en breve. La guerra, por lo tanto, se puede considerar terminada, los ‘ene- migos del sosiego pitblico aniquilados, Ics pueblos libres para siempre de los vandalos, y muy cer- cano el dia en que esta nacién magndnima pueda fen masa entregarse al jabilo, entonando el himno de paz por que tanto ha suspirado y que hard la ventura de los espafioles. Compafieros de glorias y peligros: pronto des- cansaréis de las fatigas de una lucha tan sangrien- ta como prolongada; pronto se ‘verin cumplidos los votos por la pacificacién general. Yo jamés dudé del éxito de esta época de consuelo a que he- mos tlegado por vuestra constancia y bizarria Siempre que os he dirigido la palabra os lo he pe- ido, porque cada dia me dabais nuevas. pruebas de confianza, de lealtad, de bravura, de sufrimien- to y de patriotismo. Generales, Jefes, Oficiales ¢ individuos de tropa, todos sois dignos de la gratitud de la Reina y de la patria; a todos encarezco la pureza de mis sen- timientos por su bien y felicidad, y a todas, con el tributo de un justo reconoeimiento, aseguro, que asi como en todas ocasiones y en las més criticas reunstancias conté con su heroico esfuerzo para lograr el triunfo obtenido por la més santa de las ccausas, asi todos deben contar con su General en Sete” = 17 — ZARIATEGUL Proclama dada al entrar triunfante en Segovia, cuando realizé su expedicién sobre Madrid mon. dando una columna carlista (1). 4 de agosto de 1837. Castellanos: Al salir de Navarra con la grandiosa y heroicn misign de pacificar la fel Castilla y librarla de tanta opresién y de tanta tirania, causadas por la libertad tan decantada de los innovadores del si- glo, que no es otra (ya Io habéis visto) que Ia Ti- cencia desenfrenada de las pasiones, quise predeci- 0s que por momentos se acereaba el dia mis feliz, para Espafta, en que, sentado nuestro amado mo- rarca en el Solio que por ley y por voluntad ex- presa de sus pueblos le corresponde, conjuraba la nebulosa y cargada atmésfera, y bendecia su suelo concediéndole la mas completa y duradera bonan- za; mas suspendi mi augurio hasta poderlo com- probar con hechos irrefragables, con victorias con- seguidas en vuestros campos. Asi ha sucedido, ast o ha dispuesto el Dios de los ejércitos que visi- blemente nos protege. La vietoria de este dia es la prueba relevante de (2) Componiase de Jot batallooes primero y séptimo ‘de Navarra, cusrto y adptimo de Guiptizcoa, dos eastellar ros, dos vizesinos, ua cuadro de aragoneses y dos escuae = 18 — que nada podra oponerse al valor y bravura de los que pelean por su Rey y su religién. Cuantos es- fuerzos hagan los traidores se estrellarén en nues- tros pechos de bronce. Al Hegar esta mafiana al pueblo de Zamarramala divisé esta ciudad que pa- recia inexpugnable por su posieién natural, sus obras fuertes, sobre la que ondeaba la bandera de Ja usurpacién. No obstatite, sin otros elementos que el duro brazo de mis soldados, determiné en- trar en ella, signifigué mi pensamiento y no hbo nevesidad de més. Corrieron, volaron, treparon los ‘muros y arrasaron euanta oposicién se les presen- 16... Contentisimo me hallo, honrados castellanos, con vuestra decisién, ‘A las armas, pues; aunados con el ejército del legitimo Rey de las Espafias, Carlos V, aniquila- réis muy en breve el ominoso partido que en sus Sltimas bocanadas de vida trata de hacer débiles impotentes esfuerzos. iViva el Rey y la religién!” DIEGO DE LEON Arenga a sus tropas para lansarlas sobre Belas- coain, que estaba defendido por numerosas fuer- 205 carlistas 9 por wna triple Umea de trincheras con reductos, fortines y casas aspilleradas, 30 de enero de 1838, “; Muchachos! Fe pueblo que esté a la vista tiene muchas per So tas y estén cerradas; es menester que las derribéis a balazos. Lo que no quebrante el plomo es menes- ter que el hiierro 1o rompa. Yo con mi lanza y vosotros con la bayoneta, abriremos un agujero, y entrando yo por él, seguidme.” MAROTO PROCLANAS. Al tomar posesién del cargo de General en jefe del ejército carlista de las Provincias Vasconga- das y Navarra, 28 de junio de 1838. “Voluntarios La conservacién de los freros y Ta paz que mues- tros enemigos dicen que nos ofrecen, es un medio de que quieren valerse para adormeceros y enga- fiaros; mas si esto llegasen a lograr, los. veriais caer repentinamente sobre vosotros como furias del infierno para asesinaros y para desbaratar estas, hhermosas provincias, en donde se han propuesta no dejar ni un solo viviente, ni la mas simple ca- bala de pastores. Si el primer candillo que tuvisteis (Aludia a Zamalacérregui.) logeé ta gloria que cabe al mili- tar cuando triunfa, yo me prometo al recordaros sus virtudes que en corto tiempo acreditaréis al mundo entero que conservéis en vuestros pechos sus doctrinas, y que no habéis olvidado el camino rao del honor y de la fidelidad que os dej6 trazado con su muerte.” A las tropas de su mando en visperas de entror em operaciones. 23 de junio de 1830. “Voluntarios: Se acerea un dia de combate en el cual proba- remos al mundo entero que los defensores de la legitimidad no cederan jams el triunfo a los usur~ padores, Si el abandono espontineo que hemos he- cho de algunos puntos, por no presentar las ven- tajas que debo buscar para combatir contra las fuerzas enemigas, les ha inducido a creer que les tememos, eiando salgan de sus posiciones” si no retroceden, hallaran Ia muerte que vuestros bra~ zo8 deben darles en recompensa de la conducta in- fame que siguen, saqueando y quemando vuestros campos y aldeas. La campafia que han empezado con fuerzas tan desiguales como todos habéis visto, es la mas bér- bara que puede imaginarse; en Navarra, en la So- lana, en Alava, a la parte de Vitoria, en Guevara y aldeas inmediatas lo queman y Io saquean todo sin que nada se libre de su rapifia; y veis al re- belde Espartero destruir en Amurrio, Ordufia y Arcinjega todo cuanto puede su inhumanidad y sit barbarie. En vano algunos viles intrigantes esparcen r= mores de transaccién, pues jamés puede haberla entre dos partidos cuyos principios son tan opues- tos. ‘Sea nuestra constante divisa el Rey y la reli- iin; es necesario morir o triunfar.” Al siguiente dia de vatificarse en Vergara et con- venio de paz. 1.° de septiembre de 1830. “Voluntarios y pueblos vascongados: Nadie mis entusiasta que yo para sostener os derechos al trono de las Espafias en favor de don Carlos Maria Isidro de Borbén, cuando me pro- nuneié; pero ninguno mis convencido, por la experiencia de multitud de. acontecimientos, de que jams podria este principe hacer la felicidad de ti patria, tnico estimulo de mi corazén. Por 1o tanto, unido al sentimiento de los jefes militares de Vizcaya, Guipiizcoa, castellanos y de algunos otros puntos, he convenide, para poner término 3 fa guerra desoladora, que se haga la paz: la paz tan deseada por todos, segin piblica y reservada- mente se me ha hecho conocer, ta faita de recur- sos para sostener In guerra después de tantos afios y la demostracién pibliea de odiosidad a 1a marcha de los Ministros, que me han comprome- tido al dltimo paso. ‘Yo manifesté al Rey mi pensamiento y propo- siciones con Ta noble franqueza que me caracteri 12a — za, y cuando debi prometerme una acogida dig- ra de un principe, desde Iuego se me marcé con la resolucién de sacrifiarme. En tan critica posi- cién, mi espiritu se enardeci6, y los trabajos para conseguir ef término de nuestras desgracias se multiplicaron; por éltimo, he convenido con el General Espartero, autorizado en debida forma or todos los jefes referidos, que en estas provin- cias se concliya la guerra para siempre, y que todos nos consideremos reciprocamente como her- ‘manos y espafioles, cuyas bases se publicarin; y si las fuerzas de las demés provincias quieren se- guir nuestro ejemplo, evitando Ia ruina de sus padres, hermanos y parientes, serdn considerados y admitidos, pero para ello es indispensable que desde luego se manifiesten, abandonande a los ae Tes aconsejan Ia continuacién de una guerra ‘que ni conviene ni puede sostenerse. Los hombres ni son de bronce, ni son como los camaleones para que puedan subsistir con el vien. to, La miseria toca su extremo en todo ef ejérci- to después de tantos meses sin socorros; los jefes Y oficiales, tratados como de peor condicién que el soldado, pues a éste se le da su vestuario, ¥ a aquél tan sélo una corta racién; miréndalos, de consiguiente, marchar descalzos, sin camisa, y en todos conceptos sufriendo las privaciones y fatigas de una guerra tan penosa. Si algunos fondos han entrado del extranjero, los habéis visto disipar en- tre los que los recibian o manejaban, El pais, abru- mado en fuerza de los excesivos gravimenes, ya : = 133 — rnada tiene con que atender a sus necesidades, y el militar, que antes contaba con el auxilio de su casa, en el dia siente las angustias de sus padres, que Horan tas consecuencias de wm pronunciamien- to que sélo fa desolacin y Ia muerte les promete. Provincianos: sea eteria en nuestros corazones la sensacién de paz y unin entre los espafoles, y ddesterremos para siempre los enconos 0 resenti- iientos personales.” O'DONNT Proclama al ejército del Centro al sigwiente dia de 4a batalla de Lucena, 17 de julio de 1830 “Soldados FI dia de ayer ha sido de gloria para el ejér- cito del Centro. El orgullo de Cabrera, habiendo recoricentrado Ia mayor parte de las fuerzas que acaudilla en Aragén y Valencia, y contando segu- ro el triunfo, apoyado en lo formidable de la serie de posiciones que hay que atravesar para it a la invicta Lucena, os6 presentar Ia batalla y oponer~ se a que libertascis a nuestros compafieros que se habian visto obligados a encerrarse en aquella pla- 22. Confiado en vuestro valor, no dudé en atacar- le, El més feliz éxito ha coronado mis esperan- as; batida la faccién, después de ocho horas de combate, la habéis visto huir de vuestras bayone- = 14 5 tas; nuestros compafieros estén libres y Lucena socorrida. Soldados: que esta victoria sea sélo el preludio de otras nuevas que pongan término a los males de estos reinos, reduciendo a Ta impotencia a ese feroz y sanguinario enemigo. Testigo del valor y isciplina con que os habéis conducido, no duda fen aseguraros que le seguiréis, vuestro’ General.” Arenga a la guarnicién de la ciudadela de Vamplo- nna, en la rebelién armada de los moderados contra la regencia de Espartero. 1. de octubre de r84z. “Soldados ‘Una usurpacién inieun ha elevado al Poder su- premo a un General tan desleal como ingrato. La verdadera Regente del Reino deplora en tierra ex- trafia Ia ingratitud del hombre a quien dié a ma- nos lenas preponderancia y valimiento, El inme- recido infortunio de una ilustre madre y el des- amparo de una Reina nifia reclaman el esfuerzo de sus nobles hijos para libertarlas de tan injusta, ‘opresién, Yo soy el que os convoca para tan jus- ta empresa; aparejnos a sostener en el trono a st legitima heredera, y seguidme, ; Viva dofia Tsa- bel IT! ; Viva dofia Maria Cristina, Regente del Reino!” — us — Proclama anunciando al Bjército de Africa haber- ‘se firmado loz preliminares de la paz con Marrue- cos. 25 de marzo de 1860. “Soldados: La campafia de Africa, que tanto ha elevado Ja gloria y el nombre del Ejéreito espafil, ha ter ‘minado hoy; los resultados de la batalla det 23 hhan hecho conocer a los marroguies que la lucha no era ya posible, Han pedido la paz, aceptando las condiciones antes rechazadas. Muley-el-Abbas, Principe imperial y Generalisimo, ha venido a nuestro campo a firmar las bases preliminares de lla. Todas las dificultades que nos ha puesto un pais inhospitalario, sin caminos, sin poblacién, sin re cursos de ninguna especie, en medio de uno de tos mas duros inviernos, y cuando el terrible azote del célera venia a aumentar las.penalidades y a disminuir nuestras filas, no ha abatido vuestra constancia, y 0s he encontrado siempre contentos ¥ dispuestes a Henar Ia noble misién que la Reina y la patria os habian confiado, Esta queda cumplida. Dos batallas y veintitrés combates, en que siempre habéis sido vencedores de un enemigo numeroso, valiente y fantico, to- méndole su artilleria, tiendas, municiones y ba gajes, han vengado el ultraje hecho al pabellén cespafil. ‘Las indemnizaciones que en terreno y en dine 6 9 se obliga a darnos el Imperio marrogui com. pensan los sacrificios que la patria ha hecho para vengar la ofensa recibida, Soldados: siempre recordaré con noble orguillo los rasgos de valor y de heroismo de que he sido testigo, y en todos tiempos contad con el sincero afecto de vuestro General en jefe, ” NARVAEZ Al Ejército, después de haber hecho fusilar @ va- ries soldados del regimiento del Principe que se insubordinaron e hirieron a algunos de sus. Oji- ciales. 4 de septiembre de 1843, “Soldados Vuestro honor munca se empafiard, Los ilusos que fueron seducidos, haciéndose indignos de ves- tir vuestro glorinso uniforme, han vertido ya. su sangre: esa sangre era del Ejército, y los traido- res que la han hecho verter no han osado pre- sentarse a pecho descubierto, Nosotros los busca- remos, y cayendo sobre sus culpables cabezas In cuchilla de la ley, eorrera la sangre de ellos para que no vuelva a correr la vuestra, y ast afianza- remos para siempre el trona de la'libertad. Soldacos: la patria cuenta con vosotros, y todo Jo espera de vuestra decision y lealtad. ; Viva la = ay — Reina! Viva la Constitucién! cespafiol! jMueran los traidores| Al Bjército, para contener las sublevaciones mi- litares. 30 de noviembre de 1866 “Soldados Debo reconocer que se ha producido una honda + y peligrosa perturbacién en la clase militar, No ha hhabido sedicién que no haya procurado su fuer- za on Ia seduccién del Ejército, y no hay revo- lucionario, por despreciable que sea, que no se vanaglorie de haber seducido tn jefe, un oficial 0 tun soldado del mismo, no reconociendo esto otro origen que el de la introduccién y propagacién del espiritu politico en las filas del Ejército. ‘Las cuestiones politieas to pueden ya resolver- se pacificamente y por los altos Poderes del Es- tado: se deciden en el campo y en las calles, for- ‘mando lagos de sangre, de sangre generosa de sol- dados, vertida por otros soldados, sus camaradas sus amigos, sus hermanos, 2¥ para qué? Para ser instrumentos de miserables ateos que no sienten latir en sus corazones el amor a la patria y que no piensan ms que en dar latitud a sus bajas ZURBANO Arenga a los soldados del piquete ejecutor, al fusi- lérsele en Logrofi, frustrado que fué sw pronuncia- miento contra et Ministerio Narudes, 21 de enero de 1845. “Hijos mios Dadme buena muerte; apuntadme recto al cora- z6n, pues no siendo yo traidor, no hin de querer mis enemigos que me fusilen por la espalda. Soldados: servid a vuestra Reina con honor; obedeced a vuestros jefes; jams faltéis a vues tro juramento. Yo suero cumpliendo os mios. Soldados: 1 Viva la Reina! j Viva la Constitucién del 371; Viva Ia libertad PRIM Al regimienito de Cérdoba. en la batalla de los Cas- tillejos. 1° de enero de 1860. {Soldados! Vosotros podéis abandonar esas mochilas, por- ‘que son vuestras; pero no podéis, abandonar esta bandera, porque es de 1a patria. Yo voy a meter- a9 ‘me_con ella en las filas enemigas... ; Permitiréis ué el estandarte de Espatia caiga en poder de los motos? ;Dejaréis morir solo a vuestro General? i Soldados!... ; Viva Ia Reina!” i los voluntarios catalanes, la vispera de la bax talla de Tetudn. 3 de febrero de 1860 (1) “Catalanes: Acabais de ingresar en un Ejército bravo y aguerrido: en ef Ejéreito de Africa, cuyo renom- bre lena ya el Universo. Vuestra fortuna es gran- de, pues habéis legado a tiempo de combatir al Jado de estos valientes. Mafiana mismo marcha- ris con ellos sobre Tetwin, Catalanes: vuestra responsabilidad es inmens estos bravos que 0s rodean y que os han recibi- do con tanto entusiasmo son los vencedores de veinte combates; han sufrido todo género de fati- gas y privaciones; han Iuchado con el hambre y ‘con Tos elementos; han hecho penosas marchas ‘con el agua hasta 1a cintura; han dormido meses enteros sobre el fango y bajo la luvia; han arros- trado la tremenda plaga del cSlera, y todo To han soportado sin murmurar, con saberano valor, eat intachable disciplina. Asi to habéis. de soportar vosotros; no basta ser valientes: es menester ser () Promuneiéla en cataa, 1p — hhumildes, pacientes, subordinados; es menester su- frir y obedecer sin murmurar; es menester que correspondais con vuestras virtudes al amor que {yo 08 profeso, y que os hagdis dignos con vuestra onducta de Ios honores con que os ha recibido este glorioso Ejército, de los himnos que os ha en- tonado esa miisica, del General en jefe bajo cu- yas Grdenes vais a tener la honra de combatir; del bravo O'Donnell, que ha resucitado a Espaia y reverdecido los laureles patrios; y también es me- nester que 0s hagéis dignos de lamar camaradas ‘los soldados del segundo Cuerpo, con quienes vivirdis en adelante, pues he aleanzada para vos: otros tan sefialada honra, 'Y no queda aqui la responsabilidad que pesa sobre vosotros. Pensad en la tierra que 03 ha equi- pado y enviado a esta campafia; ‘pensad en que Fepresentais aqui el honor y la gloria de Catalu- fia pensad en que sois depositarios de la bandera de vuestro pais... y que todos vuestros paisanos tienen Ios ojos fijos en vosotros para ver eémo dais cuenta de Ia mision que o8 han confiado, Uno solo de vosotros que sea eobarde Tabraré fa desgracia y la mengua de Catala, Yo no lo espero. Recordad tas glorias de nuestros mayores. de aquellos audaces aventureros que Iucharon en Oriente con Reyes y Emperadores, que vencieron en Palestina, en Grecia y en Constantinopla. A vosotros os toca imitar sus hechos y demostrar que Tos catalanes son en Ta Hid Jos mismos que fueron siempre. <3 — Y si asi no lo hiciereis; si alguno de vosotros olvidase sub sagrados deberes y diese un dia de Into a la tierra en que nacimos, yo 08 lo juro por el spl que nos esti alumbrando, ni uno solo de vosotros volveria vivo a Cataluia, Pero si correspondéis a mis esperanzas y a las de todos vuestros paisanos, pronto tendréis Ia di- cha de sbrazar otra vez a vuestras familias, con la frente coronada de laureles; y los padres, las madres, las mujeres, los amigos dirdn, Henos ile ‘orgullo, al estrecharos en sus brazos: Té eree wn bravo catalén.” TOPETE Proclama a la Marina, al iniciar el alzamiento de Cadiz. 27 de septiembre de 1868. “Compafieros Una serie lastimosa de absurdas y atentatorias disposiciones a los fundamentales principios cons- titucionales, llevada a cabo por los encargados de regir los destinos de nuestra noble y generosa pa- tria, ba impulsado a la Marina militar, baluarte siempre poderoso de la nacional defensa, a pro- testar con Ta fuerza de las armas, va que los cla- mores de la justicia y Ia vér de Ya razén no en- contraban eco en los que habian elegido por lena Jamas arbitraria inmoralidad. erado hasta el absurdo un respetebilisimo hhabiase hecho omnipotente en nuestro 132 pais la caprichosa voluntad de pandillas de ambi- ciosos y_ malvados. Resistir a esta doctrina, que nos conducia a la ruina y la deshonra, era obligatorio en nosotros; no podia apelarse a otros medios que a los supre- ‘mos, a los heroicos. La Marina militar, queridos compafieros, ajena siempre a las ardientes luchas que han sostenido los partidos Iegales, se ha visto forzada a cum- plir el solemne juramento por ella contraido: el de hacer respetar los sagrados derechos que Ios paises constitueionales conceden y que con to- trentes de sangre fueron adquiridos en nuestra des- graciada Espafa. Hombres desconceptuados al frente del Gobier- hho, y a quienes la unénime opinién rechazaba, sustituian por despéticos decretos las leyes fun damentales del pais. Rotos los vinculos que unir eben al pueblo con el trono, 1s Armada nacio- nal, al iniciar ta revolucin, es fel a su juramen- to, consecuente a sus principios, y puede estar se- gura de que la imparcial historia Je hard cum- lida justicia EL Bjército y el pueblo, con el mayor entusias- ‘mo, secundan el alzamiento, al par que los. con- sejeros responsables de Ta Corona huyen avergon- zados de su patria para entregarse en extranjeras tierras a crueles remordimientos por los infortu- niios causados durante una administracin desas- trosa, . La Armada nacional, cuando las Cortes que el —133— pueblo libremente elija acuerden las bases que ha yan de constituir el- Cédigo fundamental, y can do la Peninsula recobre la tranquilidad, hoy fe- cesariamente alterada, volveré con mayor entu- siasmo y gloria a ejercer su benética y civiliza- dora mision de ser en los mares Ia protectora del comercio, y la que dentro y fuera de los dominios de Espafia sostenga los derechos ciudadanos y la hhonra y esplendor de nuestra bandera, No temdis que recompensas personales sean aceptadas por ninguno de nuestros compafteros ‘del movimiento. La ms insignificante empafiaria 1 puro brillo de nuestra teal y noble conducta, Cuando la Representacién nacional se consti- tuya, no dudo anularé desde Iuego las impreme- ditadas reformas que 2 titulo de economias han venido a caer sobre la paciente Marina, con el iinico y exclusivo objeto de, en un porvenir no lejano, aniquilarla, envolviendo en su decadencia Ja ruina del pais.’ 2Qué podria yo decir de esas reformas, que vosotros no lamentéis? No quisiera recordarlas, mo; porque, al tratar de este asunto, tengo que ocuparme, con harto Sentimiento, de los que con alta jerarquia en el ‘Cuerpo de Is Armada, con intervencién en los negocios de la misma, y tal vez con poderosa infiuencia, han dejado abandonados los derechos de sus subordinados sin formular la mis leve pro- testa, faltando asi al més imperioso deber. La edad avanzada en unos, la poca aptitud en otras, y el alvido de ajenos intereses, o, mejor di 14 — cho, ef completo egoismo en los mis, ha contri- buido a la orfandad lamentable que por largo tiem- po venimos experimentando, ‘Sélo un General ilustre, encarnacién de nues- tras recientes glorias, a quien ahora y siempre tributaremos un testimonio de nuestra alta esti- macién y respeto, desde lejanos mares ha hecho = con la sinceridad de un buen pat su autorizada voz en defensa de sus compatieros, yy lamentamos no tenerlo entre nosotros, conocien- do sus dotes y virtudes; le reconocemos, aunque ausente, por nuestro jefe. Las Cortes extraotdinarias tendrin en conside- racién las cireunstancias de todos, y podéis con- fiar, como yo confio, en que el fallo seré justo © inexorable. ‘Llegé la hora, compafieros, en que Ia Armada nacional esta llamada a desempefiar un importan- te puesto en el porvenit. Tniciadora de tn alza- ‘miento que enarbola 1a bandera del bien de la pa- tria, podéis comprender Ia misiOn salvadora que en union del Ejército y el pueblo se propone. Esperando que acojéis con entusiasmo nuestra resolucién, me anticipo a patentizaros la més pro- funda gratitud en nombre de todos por In mani- ‘midad con que cooperaréis al restablecimiento de rnuestras Tibertades patrias, periectamente herma- nadas con el orden, disciplina y respeto a la ley.” 135 — EL PRETENDIENTE CARLOS VIT PROCLAMAS Al entrar en Espoiia para emprender la segunda guerra civil. 4 de mayo de 1872, “Soldados: A través de cuarenta generaciones habéis guar- dado, como valientes y como espafioles, de padres 2 hijos, el santo fuego de In independencia. Con vuestra sangre generosa habéis escrito en las paginas de la Historia mil nombres heroicos, desde Sagunto hasta Bailén. Y, no cabiendo en la Peninsula vuestra gloria, paseasteis la bandera espafiola cubierta de laureles desde Otumba a Lepanto. Entonces eran los Reyes Capitanes, y timbre de nobleza el burdo capote del soldado, Pasaron aguellos tiempos; la revolucién, vili- pendiando yuestro traje, os convirtié en merce- narios de raquiticas ambiciones. Foy, con mengua del orgullo espafiol, relajada la disciplina, menospreciado e1 mérito, premiada Ja traicion y desoidos los gritos que exhalan des- de la tumba vuestros padres, sufris el yugo ex- tranjero y ostentais una bandera que no es el pendén de los héroes de dos mundos. Soldados: vuestro legitimo Rey os llama para ae volveros vuestras glorias, vuestra disciptina, vues- tra honra, vuestra antigua grandeza, La bandera que levanta mi brazo, y que no ren- dird mientras quede un jirén para ostentarla, es la bandera de nuestros abuelos, la enseia de mues- tra independencia y nuestras conquistas. * Soldados: si el extranjero os manda contra mi y osiis hacer fuego contra vuestro Rey, yo ad~ miraré siempre vuestro valor, lorando por ia hon- +a nacional Siempre seréis mis hijos predileetos, y por eso os llamo como amigos para devolveros vuestra no- bleza perdida, vuestra disciplina olvidada, vues- tras glorias marchitas, vuestras merecidas recom- ensas; para salvar la patria con vosotros, hon- r4ndoos como los mejores y honréndome en com- Partir vuestras fatigas, Rey y soldado, enorgulle- cigndome de vestir siempre yuestro uniforme. Soldados: como padre os llamo; venid todos por Dios, por la patria y por vuestro Rey. Al llegar a Pau, después de retirarse de la con- tienda, 1." de marzo de 7876. “A mi Ejército AAI pisar de nuevo el suelo extranjero y con el corazén todavia conmovido por vuestra desga- tradora despedida, creo que mi primer deber es Girigir una palabra amiga a los que fueron mis we compaiieros de armas. Testigo de vuestro valor hheroico en los dias de triumfo y de vuestra ab- negacién més heroica, si cabe, en Ja hora de la adversidad, jams podré borrarse de mi alma el querido recuerdo de los que me fueron fieles has- ta el iltimo momento, Todas las hazafias que sofiaba cuando en mi Primera juventud y en la tierra de procripeién Pensaba lo que podia hacer con vuestra ayuda, Jas habéis realizado: Montejurra, Somorrostro, Abarzuza, Umnieta, Lacar y tantos otros nombres -ya ilustres son otros tantos pasos que habéis dado en el camino de la gloria, y gloriosamente segui- dos por nuestros hermanos de las demas provin- cigs, Desprovistos de todo, vuestra constancia ‘su- plia todo, y jamés al frente de vuestros adversa. rios habéis contado su néimero ni medido'la des Proporcién de vuestros recursos para llegar a la victoria, Si fe tan valerosa y resignaciéa tan noble han venido a quedar infructuosas, no 08 desaniméis, Fuertes como yo enfrente de ta desgracia, y confiados en el Dios de fos ejércitos, mostraos dignos del nombre que habéis adquirido, y espe- rad siempre en tos destinos de una patria que en- tre sus mas humildes hijos cuenta hombres como vosotros, Descendientes de aquellos antiguos espafoles que a la sombra del altar y del trono ocupan tan alto lugar en la Historia, ser4 siempre para mi una gloria, que la desgracia no empequefiecerd age jamés, haber estado a vuestro frente, asi como hoy es mi mayor dolor el separarme de vosotros.” DORREGARAY Proclama dada al encargarse del mando de las Juerses carlistas que operaban en las Provincias Pascongadas, Navarra y Rioja. 17 de febrero de 1873, “Dios, Paruia ¥ Rev.—Al Ejéreito. Enbiesta la bandera en que nuestros padres es- cribieron tres grandes palabras, os saludo desde el puesto de honor que el Rey de Espafia se ha dignado sefiatarme, La campafia comienza hoy. No crucen por nuestras frentes recuerdos de ‘acontecimientos que debemos olvidar. Diversas fue- on nuestras’ apreciaciones, y nos batimos como ‘enemigos los qite munea debemos dejar de ser her- ‘manos. Hoy, ya proclamada la Repiiblica en Madrid, Valiente y pundonoroso Ejército espafiol no pue- de, sin suicidarse, servir, no servir& seguramen- te, més que al Rey legitimo de Espaiia; porque el Rey legitimo es la Gni¢a garantia de’orden y Prosperidad para la nacién; porque su solo nom- bre significa Ia independencia de la patria, la sal- vacién de muestras Antillas, 1a regonquista glo- ’ 1 riosa de nuestro poderio en dos mundos y de nues- tra respetada influencia en Europa Jefes y Oficiales del Ejéreito espaiiol: bastante sangre se ha derramado; bastantes catéstrofes se han producido. ;Basta..., basta ya de guerras ci viles! Entre nosotros no habra vencedores ni ven- cidos, 0, més bien, seremos todas vencedores. To- dos juntos concurriremos a la salvacién de Espa- fia; juntos arrollaremos al monstruo de la dema- ‘gogia, triunfaremos juntos; juntos, en fin, da ‘mos dias de gloria, paz y bienandanza a le patr nuestra madre querida. Jefes, Oficiales y clases del Ejército espatil: en nombre del Rey 0s llamo; en nombre del Rey 08 ofrezco en las filas de sus leales el honroso Ingar que os corresponde. No hablemos del dia de ayer. Abracémonos y, seguros de una vietoria tan rdpida como gloriosa Iuchemos, Iuchemos todavia, si es que algunos ilu 808, seducidos por malvades, osaren oponerse a nuestra carrera triunfal. Soldados del Ejército espafiol: los hombres que hoy han escalado ef Poder os prometieron con juramtnto solemne la inmediata abolicién de las uintas, Os llamaron esclavos porque forzosamen- te se os obligaba al servicio militar, ;¥ pretenden ahora que continugis derramando vuestra sangre ara con ella amasar la tierra que ha de servir de pedestal a su impovisada grandeza! ; Basta de im- osturas infames! j Basta de escarnios sangrien- tos! j Basta! Soné fa hora; el mamento es llegado. me Venid a las flas de la legitimidad. En nombre de S. M. ef Rey don Carlos VII 0s ofrezco la licencia absoluta en el acto de rendir esponténea- mente el arma, si asi lo solicitarais, o terminada Ja campafia, si quisierais continuarla.’En este caso, Su Majestad otorgara con regia munificencia las recompensas que haySis merecido. Jeies, Oficiles, clases y soldados del Ejército espafiol; Ia campafia se bre hoy, al grito noble ¥ entusiasta de ; Vivan las santas tradiciones de Espafia! ; Viva la integridad de su territorio en Ja Peninsula y Ultramar! ;Viva el simbolo au- ‘gusto de tantas y tan gloriosas grandezas! ; Viva el Rey!” PI Y MARGALL Alocucién dirigida ol Bjército, como Presidente interino del Poder ejecutivo de la Repiblica, con motivo de haber dominado sna insurreccién de los Batallones mondrquicas de la Milicia Nacional de Madrid, a cuyo frente y para derribar al Gobierno hobian de ponerse los Generales Serrano, Concha, Valmaseda, Topete, Letona, Baldrick, Bassots, Gén- dara, Gasset y Ros de Olano. 2 de abril de 1873. “Soldados Habéis merecido bien de ta patria, De hoy mas seréis la esperanza de la Repiblica. Habéis resi tido noblemente a las sugestiones de nuestros ene- ‘migos. Cuando ha sonado la hora critica, habéis re sabido volver contra los que momentos antes os halagaban para corromperos, vuestras carabinas, vuestras espadas, vuestros cafiones. Nada ha po- dido quebrantar vuestea fe ni relajar yuestra dis ciplina. Habéis permanecido fieles al Gobierno, y hha bastado yuestra actitud para desconcertar a Jos que, separados por sus diversos principios y tunidos por sus comunes odios, habian fraguado contra Ia naciente Repiiblica la més injustificada y Ta mis inicua de las conspiraciones. Para esto rho habéis tenido necesidad de disparar un arma. Baste en adelante este recuerdo para que sepais * que de vosotros depende en gran parte la salva- idm de los grandes intereses sociales, la salud del pats, Ia paz de-los pueblos. Recibid el més cari- fioso saludo del Gobierno de la Repiiblica.” MORIONES Al tomar et mando det Ejército det Norte. 17 de ‘septiembre de 1873. “Soldados Vuelvo a verme entre vosotros como el padre al lado de sus hijos. Siento que Ta fortuna se os hhaya mostrado veleidosa; pero de hoy mas estad seguros de que nos sonreiri propicia. Tened muy Presente que Jos ejércitos que conservan la més ig = severa disciplina son tos que llevan constante- mente escrita en sus banderas la victoria. Esto debe bastaros para comprender que seré inexo- rable en exigir de todos el més exacto cumpli- rmiento de sus deberes, y cualquiera que sea el que falte, sobre A caeré todo el rigor de la Orde- panza, ‘Vamos a defender la Repaiblica, porque es nues- tro deber obedecer al Gobierno’ constituido por el acuerdo de la Asamblea, asi como también Io cs sostener y levantar a ta mayor altura posible “a honra y la gloria del Bjéreito.” Al siguiente dia de la accién de Puente la Reina. 6 de octubre del mismo of. “Soldados del Ejército del Norte: Con vuestra disciplina y serenidad en las for- midables posiciones de Santa Barbara y en los ‘montes de Guirguillano, os habéis elevado a la al- tura de verdaderos veteranos; con vuestro valor, no sélo al resistir, sino al lanzaros sobre las ma- sas enemigas, habéis inscrito en vuestras banderas el glorioso renombre de valientes. ‘Camaradas: la patria lo espera todo de vosotros: vamos, pues, a cumplit nuestro honroso deber, y al escuchar el estampido del eafién y ver forma- dos: tos hatallones enemigos, cualquiera que sea sw mimero, decid com la frente erguida y el co- gs razén Heno de justo orgullo: Un combate ‘mis ‘otra victoria, ‘Compaiieros: ; Viva Espaiia! ; Viva la Repibli- cal {Viva ol Bjércitot” JOVELLAR Al Ejército del Centro, del que era General en jefe, adhiriéndose a ta proclamacién de Alfonso XII como Rey de Espafia, hecha por Martinez Cam- pos y Dabén en los campos de Sagunto, 30 de di- ciembre de 1874. “Soldados: Venis haciendo la guerra con entusiasmo y cons- tancia, con valor y gloria; pero ignordis cull ba de ser el fruto de vwestras virtades militares y de Ia sangre que se vierte; 2 era conockis, Ta causa por qué os batis. Podré llegar un dia en que, libres ya de tas fatigas y peligros de esta fratricida fucha, volvdis al hogar de la familia a disfrutar de los bene cios de Ia restablecida paz: pero, :al amparo de ‘ané efieaces Igyes encontraréis garantidos vuestro reposo y vuestros deseos? "EI pais atraviesa por una serie interminable de situaciones imprevistas, anémalas e inseguras que rmantienen todos los énimos intranquilos y todos los intereses en alarma. De aqui ha nacido una So aspiracién general, que es Ia que lega a una solu cién defnitiva, Cada uno de vosotros sabe ya cul ha de ser esta solucién; todos conocéis el feliz acontecimiento que la ha iniciado, y simpatizdis ardorosamente con él Nuestros compaiieros de la brigada Dabin, a las Grdenes del valiente General Martinez Cam= pos, han proclamado Rey constitucfonal de Es- pafia al Principe de Asturias, don Alfonso XIT, fen los eélebres campos de Sagunto, y yo, intér- prete de vuestros patriéticos sentimientos, os con- Yoco ahora aqui para repetir el mismo grito en este solemne acto, i Vosotros deseabais con impaciencia que legase el momento de restablecer en vuestras banderas el escudo Real, ensefia de honor y titulo de glo- ia que tantos hechos grandes representa, Acla- ‘memos, ‘pues, al Rey, y, al continuar Ia marcha, entremos como nuestros compafieros en la noble ciudad de Valencia, euna de la nueva Monarquia, con la esperanza del porvenis. Soldados: ; Viva Alfonso XII, Rey constitucio- nal de Espafia!” us ALFONSO XII ‘PRocLAnas Al tomar ef mando de las tropas en Novarra para combatir a los carlistas, después de haber sido pro- clomado Rey, 22 de enero de 1875, “Soldados del Ejército del Norte: No os pido hoy abnegacién ni sufrimiento, ni ‘maiiana os pediré vuestra sangre por ambicién 0 juvenil amor a la gloria. No; todos es0s sacrifi- ios los quiero para conquistar Ta paz. He seguido con admiracién desde luego vues- tras penosas campafas, en las cuales habéis cust- Plidamente demostrado que sois sucesores dignos de vuestros padres. Ahora vengo a vuestras filas con el deseo de hacerme también yo digno de los sloriosos Alfonsos, mis antepasados, y espero, si hallo ocasién, demostrar que lo soy. Pero esos que tenis enirente son espafioles, al cabo, y antes de que a mi vor se empefien nuevas batallas les he dirigido, ya lo sabéis, palabras de afectuosa con cordia, iCaiga la responsabilidad de toda Ta ino- cente sangre que se vierta atin, sobre los que no hhan. querido.escucharlas! ‘Al desoirlas, empefiéndose en prolongar esta fu- nesta guerra, sin motivo ya ni pretextos siquiera, parecen desdefiar los fraternales Jazos que con n0s- ~ 6 otros les unen tantos siglos ha y tener en poco vyuestro valor. iNobles hiijos de las antiguas Coronas de Ara~ gon y de Castilla! ;Valientes vascongados y na- vvarros, fieles, como debéis, a la patria! Llegada es Ja hora de probar con las armas, a los que tal piensan, su indigno error. Desde esas cumbres en que vuestros contrarios se abrigan, a un tiempo 0s Maman el deber de soldados y el deber de es pafioles a decisivo combate. Empefiémosle, pues, y Dios protegerd, sin duda, a los que pelean por Ja paz y por vivir pacificos y libres en sus cam- os y hiogares, no a los que esgrimen voluntaria- mente sus arnias contra los derechos de su $0- bberano legitimo, contra los intereses de todas las otras provincias de la Monarquia y la libertad, de los demis espafioles, y, en suma, contra la patria. ‘Seguid confiados en vuestras banderas, que ellas, ‘como tantas veces, os conducirén a la victoria; y puesto que sois todos veteranos ya, técaos a vo3- otros mismos ensefiar a cambatir y vencer a vues- tro Rey.” Al Ejéycito del Norte, en Estella, cuando se termi- 1nd la segunda guerra civil. 13 de marzo de 1876. “Soldados No puedo alejarme de vuestra presencia. sin ae tmanifestaros Ia profunda gratitud de mi alma, Merced a vuestro esfuerzo ha sucedido a la pro clamacién de mi nombre, primero, el predominio dle vuestras armas, y despues la terminacin de la guerra civil, Vuestras virtudes militares han res- tablecido la paz y han aleanzado el titulo més glo- rioso a que puede aspirar un Momarca, ‘Cuando ayer, en tierra extranjera, contemplaba lieno de angustia la discordia y ruina de Espata, sélo me consolaba el considerarine de todo punto ‘jeno a tanta desventura. Hoy, aque triste con- suelo 1o habéis convertido en inmenso jabilo, din dome ocasién de remediar desgracias acontecidas en mi ausencia y de enjugar lagrimas que, gra- cias al Cielo, no han corride por causa mia. Debo a Providencia el haber permunecido lejos del mal, y a vosotros la pura satisfaceién de haber contribuido a su remetio. Gracias, sokdados. Grabados quedan en el corse zn de vuestro Rey los rudos sacrifcios de que habéis dado tan constante ejemplo en la presente guerra, Dios haré que no sean estériles para el bien. Su recuerdo no se apartaré nunca de mi me- 41 me cstimularé constantemente cum plir como bueno los altos deberes que la Provi- dencia me ha confiado, y mantendré. viva mi fe fn el porvenir de la patria, que bien merece y puede alcanzar un poco siquiera de bienestar y so- siego la que es madre de tan honrados hijos, y hrarto demuestran los recientes sucesos que las en conadas pasiones, contrarias a la salud de la pa = 18 = tria, no han inficionado el corazén del pueblo s- pall, que, afortunadamente, en Tos grandes con- flictos, aparece siempre, como hoy en vosotros, valeroso y sencilla, leno de abnegacién y bra- ‘vura, sensible a los estimulos del pundonor ¥ de la gloria, y enriquecido, en fin, de todas las cualida- des que format soldados dignos de este nombre y capaces de garantizar este ejemplo y la prosperi- dad de las naciones. ‘Mejor asiento merecian vuestras proezas que el funesto que os ha dado la guerra civil. Horri- ble guerra en que el golpe que se da y el que se re- cibe, todos causan dolor; desgracia superior a to- das, y para mayor amargura de nuestros corazo- nes, sélo Espafia le oftece ya en el mundo fre- ‘cuentado teatro. Espero en Dios que no ha de repetirses y si comin ha sido Ia pena, los beneficios de la paz ‘que habéis conseguido alcanzarin en cambio a to- dos los espaficles; y a ninguno debe humillarle su derrota, que al fin hermano del vencedor es el vvencida. Soldados: los speros trabajos que habéis so- portado, las continuas lgrimas que vuestras ma- dres han yertido, ef triste especticulo de tantos compafieros que gimen en el lecho del dotor 0 deseansan en el seno de Ta muerte, todos, estos males, aunque espantosos y por todo extremo la- rmentables, quedan reducidos al espacio de una sola generacién; pero fundada por vuestyo heroismo Ta unidad constitucional de Espatia, hasta las mis = 19 — remotas generaciones llegarin el fruto y las ben- diciones de vuestras victorias. Pocos ejércites han tenido ocasién de prestar an servicio de tal importancia. Tanta sangre, tan- tas fatigas merecen este premio. Soldados: con pena me separo de vosotros. Jac mis olvidaré vuestros hechos; no olvidéis vos- otros, en cambio, que siempre me ballardis dis- puesto a dejar el palacio de mis mayores para eeupar na tienda en vuestros campamientos, ponerme al frente de vosotros y a que, en servi- cio de la patria, corra, si es preciso, mezclada con la wuestea, la sangre de vuestro Rey.” rin Pxévoco SmACcION DE FRASES, ARENCAS ¥_ ALOcUCIOES MILITARES EN DIFERENTES fr0CKS DE LA His Bscipién "EI Africano” Julio César Ataulfo Tarik Larrochejaquelin Don Juan T de Portugal... Federico “E! Grande" Kellerman... Napoleén 1 Cambronne » Murat Soult 00.2! Wellington Labedoyere Ney 3 5 Py 6 8 8 19 6 7 0 6 f Davout EL Duque de Anguiema. Lafayette... Napolesn 1 Garibaldi... : Felerico Guillermo de Prosi. El Principe Federico Car! Gonzalo de Cérdoba, “E1 Gran Cait. EL Cardenal Cisneros. SLE RERLOBIAAVIYB SLAF Hernin Cortés « Quiroga EI pretendiente Carlos V. General Mina, , Palafox : Zumalacdrregui Jerénimo Valdés. : Cabrera a Luis Fernéndes de Cérdova.. Espartero Zariategui ny Diego de Leb 8 Maroto ... 9 O'Donnell 133 Narvier 126 Zurbano 8 § Prim if 8 Topete 131 Er pretendiente Carlos VI. Bs Dorregaray ., PL y Margall.. Moriones iordiareaaee ‘Aifonso Xi a5 — Phos. 140 ut 3 us

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