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ARTICULO

Mapas e imágenes de la
Argentina en entredicho
Iconografía y cultura política
Guillermo Cicalese

La técnica y sofisticación cartográfica han acompañado y han hecho posible -en buena
medida- el conocimiento en expansión de la esfera terrestre. En esta empresa la cartografía
desarrolló un rol que fue más allá de la sola racionalización del espacio, puesto que con sus
imágenes contribuyó a crear y transmitir valores culturales. En este artículo se reflexiona y
comenta la competencia de los agentes sociales por las ideas que subyacen en torno a estas
representaciones gráficas. Estos íconos y sus textos asociados no sólo preocuparon al campo
académico, sino que además, fueron objeto de atención política por las burocracias
estatales, en particular durante el período de la dictadura argentina que se extendió entre
1976 y 1983.

Ya he dicho que el mapa era la mayor parte de los más primitivos croquis en tablillas de arci-
la trama. Podría casi decir que la contenía en su integri- lla que situaban los sitios de caza, pesca y re-
dad. ... y el propio mapa, con sus sugerencias infinitas y colección, a los más perfeccionados mapas
elocuentes, suman el total de mis materiales. Quizá no es obtenidos de las imágenes satelitales.
tan común que un mapa figure en tal medida en una La historia de la cartografía da cuenta
historia, pero es siempre importante (Robert Louis del interés político y económico, que por es-
Stevenson). tas representaciones, han tenido los estados
en épocas de exploración, conquista y coloni-
En los planes de las carreras de geografía, en zación de nuevos mundos. Este interés es res-
la mayoría de las universidades argentinas, los catado desde la literatura por Italo Calvino en
estudiantes deben cursar como materia bási- uno de los relatos de Las ciudades invisibles,
ca cartografía. Los mapas –en todas sus mo- en donde narra que el Gran Kublai Kan “Mag-
dalidades - siempre han sido reconocidos no conquistador de Oriente” poseía un gigan-
como instrumentos esenciales en la labor de tesco atlas. Acompañado por Marco Polo man-
los geógrafos, casi como su primer lenguaje. tenía largas conversaciones, interrogándolo
La base de organización de estas materias, de sobre los confines de su imperio. En ese in-
alguna manera, se asienta en la enseñanza de menso mapamundi todas los pueblos de su
todo el acervo de técnicas y pericias que bus- imperio y todas las comarcas bajo su dominio
can como meta principal la representación estaban dibujados con un grado de detalle tal,
exacta de la superficie terrestre, es decir la fiel que cada muro, cada palacio, todos los puen-
correspondencia entre el dibujo y la realidad tes, hasta el más insignificante puerto estaban
del terreno. Entre sus capítulos primordiales estampados en el cuadro del mundo bajo su
se encuentran los distintos modos de proyec- égida. De alguna manera, este tesoro
ción terrestre, el estudio de los sistemas de co- cartográfico, esta muestra ideal que poseía el
ordenadas que permiten localizar puntos en emperador es la meta que ha perseguido la
el globo terrestre y principios de astronomía. humanidad desde que, desposeída de límites
Los temas incluyen el bagaje de conocimien- dogmáticos, se lanzó a la aventura de explo-
tos acumulados a lo largo del tiempo que sig- rar, conocer y conquistar el mundo. Los espec-
nificaron el refinamiento de los dibujos; pro- taculares avances tecnológicos en las comu-
greso que llevó al hombre a transitar desde nicaciones nos dan la impresión, y sólo es una

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falsa impresión, de que ese conocimiento lo sobre-interpretación, o para ser más claros, de
hemos alcanzado. Parece que todo lo vemos interpretaciones equívocas, imaginando que
y que sólo una simple mirada a la colección detrás de todo lo real hay siempre significa-
de mapas e imágenes de un atlas nos muestra dos que apenas podemos vislumbrar y que
en forma prístina -y sin mediaciones de nin- debemos sacar a la luz. La pregunta artera
gún tipo- la realidad espacial. Sin embargo, puesta en sus palabras sería: “¿podemos lle-
hay otras lecturas que siempre quedan por gar a saber nunca del todo lo que es simbóli-
hacer. co y lo que no lo es, hasta dónde llega la con-
Hace unos años comenzaron a notarse vención, dónde acaba lo que tiene significa-
aspectos de las representaciones cartográficas, do interpretable y dónde empieza la que no
y nunca más oportuna la utilización de la pa- puede alcanzar más que simple descripción o
labra representación, que escapaban a la clá- explicación?(1999: 43)”.
sica agenda en la materia. Se concibieron nue- Sin embargo, en ocasiones los signifi-
vos interrogantes y problemas en torno de los cados no son tan ocultos y la pugna por
mapas, objetos de estudio que incluso en for- endilgárselos a las gráficas e imágenes a ex-
ma reciente, hubiesen resultado extraños o ex- poner se hace explícita, prisioneros sus parti-
travagantes para los científicos. A partir del darios de una cierta ingenuidad; la pretensión
giro cultural que acaece en las ciencias socia- de veracidad en cuanto copia fiel de la tierra
les y alcanza a la geografía, se propician otras pasa a un segundo plano. Se está detrás de
formas de lectura de los mapas. Ahora se exa- una reproducción que exhiba palmariamente
minan como objetos con un profundo signifi- ideas que se creen prioritarias, o bien, se im-
cado cultural y, como tales, vehículos de creen- pugnan por distintos medios otras represen-
cias, mitos y valores; sin dejar de lado que tam- taciones que se observan como inadecuadas
bién personifican determinadas expresiones o inconvenientes. Este último aspecto es el
de poder político. Se recela de los mapas como problema que nos proponemos tratar en este
cosas que irradian neutralidad y como produc- artículo. Vamos a ver que en estas disputas se
tos exclusivos de una desempeñaron,
racionalidad objeti- como agentes en un
va; lo que se pone en rol notorio el estado
juego entonces, es y los gobiernos
una operación de circunstanciales; y
desciframiento de que, estas disputas,
un lenguaje y la re- no fueron ajenas a
cepción de ese len- los campos académi-
guaje (aspecto este cos, como tampoco
último menos estu- al ámbito del sistema
diado), para ir en la educativo, donde sus
búsqueda de la inter- resultados se traduje-
pretación de sus sen- ron en imposiciones
tidos culturales. Claro textuales. Conocedor
está, que estos estu- del mapa como instru-
dios se encaminan mento de poder, Jens
por un terreno escu- Anderman (2000) ex-
rridizo, porque se en- plica que la geografía
tiende el mapa con el posestruc-turalista
mismo ánimo e inten- toma al mapa como
ción de estar frente a un “texto denso”. Em-
un cuadro, un fresco, pero esta analogía al
una escultura o un autor no lo conforma,
constructo arquitectó- ya que le parece que
nico. El riesgo como no da cuenta del im-
expresa Fernando pacto vigoroso de los
Savater (1999) es de mapas en tanto su po-

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tencial de persuasión. Prefiere hablar de ico- Debemos decir que la Geografía des-
nografía, terminología que brinda una noción de sus orígenes fue parte sensible del proyec-
más cercana a los efectos que estas represen- to de formación y consolidación de los esta-
taciones plásticas causan, puesto que sus com- dos nacionales. Esta moderna institución
ponentes visuales sobrepasan el simple len- sociopolítica gestada en el Siglo XIX necesitó
guaje escrito, portando eficaces atributos de fuentes culturales de legitimación y de la
alegóricos y simbólicos. invención de una tradición, donde la construc-
Creemos que un buen acercamiento a ción de una memoria histórica también cum-
la persuasión de los íconos cartográficos pue- plió su papel en la creación de un pasado y
de comprenderse evocando experiencias du- de señas de pertenencia a una comunidad
rante la instrucción escolar. Estudios pedagó- territorial. Especial cuidado se puso en los
gicos han desentrañado las modalidades de ideogramas nacionales, entre ellos, en la fi-
transmisión de los discursos disciplinarios en gura a transmitir de la silueta gráfica del país.
la educación, a través de normas que regían En fin, las pautas sobre cómo y qué dibujar en
la organización del espacio y la utilización de los mapas fueron aspectos celosamente legis-
los tiempos de aprendizaje. La disposición y lados y supervisados por las oficinas burocrá-
posición de los cuerpos y los objetos de ense- ticas estatales; en ese cometido, se distinguía
ñanza en las aulas jesuíticas respondían a pro- claramente la polivalencia de los útiles
pósitos bien definidos. Los que hemos asisti- cartográficos ya sea en el terreno educativo,
do a colegios confesionales recordamos algu- comercial, militar o político. En la República
nas de estas supervivencias del arte de las dis- Argentina, en forma temprana rigió legislación
tribuciones del mobiliario colegial que hacían que reglaba los mapas en circulación en el país
a la topografía del aula. Sobre el frente una sobre el territorio nacional, cualquier mapa de
tarima sobreelevada donde el maestro (gene- la Argentina antes de ser editado debía ser
ralmente en sotana) impartía su disertación a previamente revisado y autorizado por el Ins-
un alumnado atento y alineado en filas de tituto Geográfico Militar (IGM)1 .
bancos paralelos. Sobre la pared del frente El Decreto Ley n° 8944-46 -vigente por
lucían los objetos que captaban (o debían muchos años- establecía pautas muy estrictas
captar) durante las horas de clase nuestra para la representación del territorio nacional
mayor atención: en el centro el pizarrón, en la ordenando la inclusión de la partes insulares,
parte superior un cristo sufriente en la cruz, a continentales y antártica; de esta manera, se
su derecha dispuestos prolijamente los útiles esquematizaban las fracciones donde el país
de geometría (escuadras, reglas, compás y pretendía soberanía, pero de hecho y de de-
transportador); y a la izquierda, junto a la ban- recho no la poseía. A una gran distancia de
dera, se desplegaba en un reluciente satina- reflejar la realidad de la geografía política pre-
do el mapa de la Argentina. Esta silueta con sente, lo que se anhelaba era que el mapa, en
sus colores y formas que diariamente recono- un juego de artificio, se anticipara a un futuro
cíamos como la imagen de la Argentina, se deseado que, por supuesto, estaba poblado
exhibía en co-presencia con otras imágenes de imprecisiones ya que los reconocimientos
de indudable autoridad social. soberanos no se decretan unilateralmente.
Más allá de las razones aducidas que estriba-
La vigilancia de la cartografía en la Argentina: ban, entre otras, en evitar presuntos argumen-
credo, desaprobación y censura tos gráficos a favor de los países con los que
se mantenían diferendos limítrofes, lo que se
manifiesta en la legislación emergente es la
Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo intención de generar y mantener la “imagen
largo de los años puebla un espacio con imágenes de correcta y conveniente” del país. En este men-
provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, saje los territorios reclamados aparecían dise-
de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de ñados con el mismo estatus gráfico que aque-
astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir; llos que no estaban en litigio. Quizás, el ejem-
descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la plo más notable es el del reivindicado Sector
imagen de su cara (Jorge Luis Borges). Antártico Argentino, estampado sin diferen-

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ciación alguna, ni nota aclaratoria, como la territorial se articula como doctrina a partir de
Provincia de Buenos Aires. finales del siglo XIX. En su guión, la Argenti-
La escolarización se convirtió en un na por “impericia” de sus dirigentes malogró
vehículo privilegiado para la enseñanza de los un territorio que le pertenecía por derecho pro-
valores nacionales, creación de una identidad pio. Asimismo, fue común en ese mismo ta-
e invención de la imagen del otro; aspectos lante argumentativo, sobredimensionar en el
que han sido puestos sobre el tapete en for- análisis las clásicas categorías geométricas de
ma ostensible por los estudios sobre los ma- la cartografía; aún más, se produjo una inver-
nuales escolares de geografía en la Argenti- sión de las variables en el modelo de explica-
na. En esta línea de indagación los trabajos ción. Por esta inversión, sucedió que lo que
de Silvina Quintero (1999) son muy ilustrativos. debía ser explicado; el mapa en su represen-
En un exhaustivo análisis de los discursos es- tación, pasó a establecerse como un podero-
colares en los textos ha exhibido no sólo las so factor explicativo de otros hechos. Un vete-
claves axiológicas de una enseñanza basada rano militar y profesor a cargo de la materia
en un nacionalismo territorial, sino también Geopolítica, nos insistía en la recomendación
las modalidades de un relato regional tendien- de tener siempre a la vista un planisferio, y
te a afianzar la idea de cohesión nacional. El reflexionar en profundidad sobre la imagen
libreto geopolítico –tan presente hasta la dé- que nos devolvía, pareciendo en este ejerci-
cada del ‘80 en las lecciones educativas - mon- cio visual encontrar el código de las relacio-
ta un relato donde se asiste a un drama que nes internacionales y el comportamiento de
invoca leyes naturales, metáforas biológicas los estados.
teñidas de darwinismo social y evidencias Pionero en la línea de investigación
cartográficas donde la Argentina aparece relativa a los materiales de lectura en la es-
como una nación “perdedora”. Tomando cuela fue Carlos Escude (1989). En una deta-
como base el mito de la herencia genuina del llada pesquisa de libros para los niveles me-
Virreinato del Río de la Plata, el nacionalismo dios secundarios editados a largo de once

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décadas descubre cambios novedosos en sus Creemos oportuno conjeturar que la


contenidos. A manera de ejemplo, por dispo- naturaleza y el desenvolvimiento posterior del
sición del decreto-ley -del que ya hicimos enfrentamiento político en los ‘70 en la Ar-
mención- a partir de 1946 se constituye en gentina, sembró el terreno para la emergen-
obligación adjuntar el Sector Antártico Argen- cia de un programa nacionalista en la comu-
tino en un recuadro al territorio continental. nidad de geógrafos locales. El viejo matrimo-
También sobresalientes son los cambios que nio entre geografía y nacionalismo se restau-
ocurren con respecto a la ausencia o presen- ró bajo antiguas y nuevas premisas, y se hizo
cia de reclamos soberanos, como así, los sal- un programa fuerte en la segunda parte de la
tos de la superficie del territorio argentino. Las década. Su núcleo duro lo compondrían un
dimensiones se incrementan sólo virtualmen- bloque de temas y contenidos coherentes con
te, al adicionarse las áreas reclamadas, pero las doctrinas oficialistas en boga, conexos a
difícilmente incorporadas a la soberanía na- asuntos de seguridad interior, y en mayor
cional al menos en su totalidad, por su estado medida, a las hipótesis de conflicto que man-
litigioso o por estar bajo el paraguas de acuer- tenía bajo estudio el gobierno castrense con
dos internacionales. Se pasa según las fechas los países limítrofes.
de edición de un libro a otro incluso en un Estos geógrafos y especialistas coloca-
mismo autor, de un territorio de 2.800.000 Km2 ron en el centro de sus obsesiones la trascen-
a 4.000.000 Km2. dencia de transmitir a la población “el verda-
La dictadura militar que se instaura en dero territorio argentino”, a través de las cons-
1976 llevaría a un punto de exasperación el trucciones cartográficas que estimaban más
control de los mapas y la censura de obras apropiadas, endosando a las cartas significa-
generales y de cartografía. Quienes hicimos dos explícitos, seguramente de impacto incier-
parte de nuestra carrera del profesorado en to en cuanto a los fines codiciados. Estos arti-
Geografía –a partir de 1980- durante el go- ficios gráficos serían los encargados de con-
bierno del proceso militar, recordamos cómo, tribuir a la creación de la conciencia territorial
a partir de la difusión de los temas relaciona- que los geógrafos nacionalistas estimaban
dos con las cuestiones de límites y fronteras, deficitaria en los habitantes. Por entonces, un
se puso en el centro de muchas de las confe- autor de mucho predicamento, Raúl Rey
rencias periódicas una visión geopolítica clá- Balmaceda (1978), con el fin de acometer con-
sica, donde los íconos cartográficos, su geo- tra esta carencia, recomendaba los cambios
metría subliminal y sus imágenes visuales to- de programa educativos en las materias de His-
maban la punta a la hora de apoyar las toria y Geografía. No sólo opinaba que debía
inferencias. Paradójicamente, a diferencia de darse otro cariz a determinados hechos del
aquellos contenidos curriculares que parecían pasado, en parte coincidente con las corrien-
transitar por un tranquilo camino neutral o no tes del revisionismo nacionalista en la historia
conflictivo, o bien que percibíamos hasta argentina, sino que ponía el énfasis en una
banales, los temas de soberanía se mostraban cartografía que juzgaba impropia. Regañaba
como los que más conectaban con un circui- ante el uso intensivo de la proyección
to de intereses más extendidos, al tratar “pro- Mercator (ver recuadro) donde la Argentina
blemas argentinos”, y por esa razón, los con- aparece en una posición marginal en el ma-
tenidos más manipulables ideológicamente. pamundi: “allá abajo”. Suponía que esta co-
Los conferencistas asumían el papel de pro- locación en el plano era el germen de una re-
nunciar un discurso experto; ante los ojos de cepción que llevaba a sentimientos de infe-
la concurrencia aparecían como portadores de rioridad, por lo que advertía sobre la necesi-
un conocimiento específico y profesional, lo dad de emplear planisferios de proyección
cual acarreaba una distancia irreducible con Cenital, donde Buenos Aires aparecía en el
el auditorio. Por otra lado, su posición no se foco del mapa y el territorio nacional en posi-
dejaba ver como “de parte” en un conflicto ción central. Preocupaba al autor la represen-
de raíz jurídica, sino como “la posición” fun- tación del recuadro del Sector Antártico Ar-
dada en pericias técnicas y conocimientos gentino, ya que se reproducía a una escala
científicos. menor a la utilizada en la parte continental
“disminuyendo su importancia para el despre-

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venido alumno”. El mismo geógrafo propone terpretación en su totalidad que se entendían


nuevas proyecciones y una “determinación a los ojos oficiales como ideológicamente
precisa” y de “sentido amplio” del territorio peligrosas a los intereses de estabilidad del
argentino incluyendo lo que “legítimamente régimen de facto. Las políticas en la ciencia y
nos pertenece” pero que no es reconocido. la cultura operaron sobre las expresiones de
Llevaba su especulación intelectual a los ex- distinta naturaleza. En el terreno de las publi-
tremos, preso de una cierta ingenuidad sobre caciones alcanzó por igual a libros y revistas
las posibilidades de consumar en el terreno de ciencias sociales, las creaciones literarias de
un mapa ilusorio. En su mapa, inscribía la par- géneros variados, manuales de enseñanza, li-
te externa con las porciones americana y bros de lectura, agendas cristianas y cuentos
antártica, pero su arrojo lo llevaba a trazar una infantiles. Debemos hacer notar que paralela-
parte interna, con un cono de soberanía ha- mente a un complejo y entramado circuito de
cia el interior de la tierra, espacios aéreos y impugnaciones que operaba desde reparticio-
cósmicos (Ver recuadro). nes burocráticas mediante normas legales o
administrativas de disímil jerarquía (decretos
ley, memorandums, resoluciones, disposicio-
Atlas, diccionarios, enciclopedias y nes, etc.) se activó una censura de carácter más
geografías populares observadas durante la o menos oficial.
dictadura argentina (1976 –1983) Quizás todavía sea un problema a
develar si existió un único plan escrito con
operaciones de censura a los libros, o bien
Hebe Vessuri (1995) en su estudio sobre el acciones descoordinadas que se equiparaban
desarrollo de la comunidad científica en la por sus criterios y finalidades. También cabe
Argentina reseña los distintos períodos de cre- preguntar si hubo un mayor o menor énfasis
cimiento, puntualizando como el gobierno restrictivo según a quién iban dedicadas las
militar junto a la represión y persecución de expresiones culturales, diferenciando un pú-
las personas, llevó a cabo un amplio operati- blico selecto de uno masivo. En las reseñas de
vo de censura cultural. En el caso de las cien- censura de los informes de los servicios de in-
cias colocó en un campo dilatado de sospe- teligencia o en las revistas de actualidad que
chas y proscripciones, indistintamente, a au- le daban a estos organismos mucho espacio y
tores, orientaciones y perspectivas sociales. Así conformidad, es muy común encontrar luego
es que fueron interdictas disciplinas comple- de un convencional comentario académico,
tas o, para ser más precisos, corrientes de in- la calificación de marxista, atea o que atenta-

Una proyección es una red ordenada de meridianos y paralelos que se toma como plataforma para
dibujar un mapa sobre una superficie plana. El problema se presenta al trasladar la forma esférica
terrestre a un fondo plano manteniendo -a la vez- la mayor exactitud posible. Con este fin se han
ideado diferentes artificios que han dado lugar a los sistemas de proyección que pueden clasificarse
en los siguientes grupos: Cenitales, Cilíndricos, Cónicos y Especiales. Los sistemas Cenitales incluyen
aquellas proyecciones dotadas de simetría radial alrededor de un punto central, cuando lo que
representan es la totalidad del globo dan lugar a un mapa circular. Las proyecciones Cónicas simples
utilizan un cono tangente al globo colocado de manera que su vértice está directamente sobre el
Polo Norte, el mapa resultante será siempre un sector circular. En cuanto a las Cilíndricas, la más
conocida es la de Gerardo Mercator ideada en 1569. Esta representación parte de la base de hacer
coincidir un cilindro en forma tangente a la posición ecuatorial. Sus deformaciones en escala y
posición, llevan a generar exageradas dimensiones de los subcontinentes situados cerca de los polos.
La visión eurocéntrica de esta proyección que se originó en la época de oro de la Cartografía (siglos
XVI y XVII) es “la imagen del mundo” más corriente. Su éxito estribó, no sólo en las razones asociadas
a la expansión del colonialismo europeo, sino también a los problemas prácticos a los que dio
respuesta, especialmente al facilitar, mediante sus ajustes matemáticos, la navegación.

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ba contra los valores occidentales de la socie- tina (ver fotocopias anexas) se insertan foto-
dad argentina. Pero lo que más nos interesa grafías y expresiones orientadas tendenciosa-
subrayar es que en algunos de los partes, lue- mente a presentar una imagen distorsionada
go de las valoraciones de los textos se recal- de la situación que se vive en el país a partir
caba una diferenciación del público lector, del 24 de Marzo de 1976”3 .
advirtiendo que no era conveniente por su
influencia negativa que llegue a manos de En ese mismo documento de informa-
aquellos que no tenían la edad, la madurez o ción, se recomienda neutralizar los “efectos
la preparación para comprenderlos. Estas pre- nocivos” de las ediciones locales a fin de que
venciones -en principio- nos llevan a estimar no se deteriore la imagen del gobierno en
que el camino del interdicto tuvo como foco otros países de habla hispana. A partir de ese
principal las manifestaciones culturales de año la enciclopedia quedaría bajo atenta vi-
consumo del gran público, o las que se sos- gilancia. En 1981 se resolvió que antes de per-
pechaban que podían llegar a un amplio es- mitir su circulación en el país debería incluir-
pectro de la población. Particular ensañamien- se una fe de erratas, encomendándose esa ta-
to se dio con las editoriales de una experimen- rea al IGM. De obviarse este paso se impediría
tada trayectoria en divulgación, textos religio- su ingreso y comercialización.
sos y con obras destinadas a la formación es- En el registro de textos antes aludido,
colar, como con aquellas de carácter enciclo- debe agregarse la publicación de la que sería
pédico que podían ser objeto de apoyo y con- la última geografía regional de la argentina,
sultas reiteradas. editada a partir de 1974 en forma de fascícu-
Las libros de referencia como los dic- los por el Centro Editor de América Latina
cionarios, enciclopedias, manuales, compen- (CEAL). Nos referimos a El País de los Argen-
dios, atlas, historias y geografías universales tinos dirigida por Elena Chiozza. Esta geogra-
cayeron bajo las medidas que dictaban el veto, fía popular que se vendió como una colección
motivado -en no pocos casos- en el incumpli- a completar en seis tomos, hoy es posible con-
miento de las pautas de representación sultarla en bibliotecas centrales y barriales; y
cartográfica, o bien, por la evocación de imá- obtenerla en las librerías de viejo de la Aveni-
genes del país que se adjetivaba como con- da Corrientes en Buenos Aires. La enciclope-
traproducentes para la cohesión social y terri- dia, innovadora en la tradición geográfica, se
torial. Entre otras obras de difusión masiva se apartaría un tanto del relato clásico, no por
prohibieron el Atlas Marín de Geografía e His- eso abandonando el registro de divulgación,
toria (Marín, Barcelona); el Atlas Argentino del para mostrar en sus páginas el nuevo trato
Mundo (UALM, Chile); la Enciclopedia Barsa epistemológico de la geografía con la econo-
(versión en castellano de la Enciclopedia Bri- mía y la sociología. En las miradas sobre el país,
tánica), la Enciclopedia Universal NAUTA se incorporaban nuevas facetas teóricas como
(Discolibro), «Universitas» Gran Enciclopedia los problemas de estructura económica, la teo-
del Saber y la Enciclopedia «Salvat» Dicciona- ría de la dependencia y las cuestiones de de-
rio (Salvat y Edit. S. A. España), Oriente Dic- terioro natural con una visión social y
cionario Enciclopedia (Oriente)2 , y el Alma- ecológica. El espíritu que la animaba era un
naque Mundial de Reader’s Digest 1978. manifiesto propósito de delinear diagnósticos
La Enciclopedia Británica editada en regionales, en pos de una geografía volunta-
México en 1977 fue objeto de varios informes ria; de ahí, que la impronta de la obra era fir-
de inteligencia. En el primero de ellos se afir- memente desarrollista. Los primeros fascícu-
maba: los del relanzamiento fueron prohibidos por
no contar con la aprobación cartográfica del
“ Se encuentra en venta en nuestro país el IGM 4 .
denominado LIBRO DEL AÑO BARSA – 1977. El CEAL que editaba esta geografía de
Es un complemento y actualización de la En- síntesis tuvo que sortear durante la dictadura
ciclopedia Barsa, la cual es la versión castella- militar prohibiciones, secuestros y persecucio-
na de la muy conocida Enciclopedia Británi- nes de distinta índole, ya que desde los ini-
ca. En las páginas 87, 88, 89, 90 y 91 del cios, la empresa estaba calificada en los servi-
mencionado libro, dedicadas al capítulo Argen- cios de inteligencia militar como marxista5 . En

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el pasado había sido fichada por su fondo menos que a la ocupación “militar” del mismo.
editorial, y ya había estado expuesta a distin- Y como no somos geógrafos apátridas es que
tas formas de censura y acechanzas. Más allá, creemos pertinente responder a incitaciones
del exordio fundamentando el secuestro de como esta destinadas a deformar las nociones
los primeros fascículos, como geografía argen- básicas de nuestra realidad histórico-
tina El País de los Argentinos va a estar ex- geográfica”(Randle 1976-77:8) .
puesta a la desaprobación de los grupos más
ortodoxos. Estos académicos van a cuestionar El recensionista -entre otras adverten-
la perspectiva teórica y los marcos axiológicos cias- amonestaba a los autores por su falta de
de referencia de El País de los Argentinos, profesionalismo al haber incurrido en seme-
puesto que van a ver en su contenido una jantes “distorsiones cartográficas” en contra
amenaza a la tradición geográfica, y en su tra- de lo determinado por el Decreto Ley n° 8944-
ma literaria y representación del territorio, un 46, atribuyéndole a esta norma ser garante
imprudente ideario reñido con la unidad del de la “integridad del territorio nacional”. La
Estado Nacional y el mantenimiento del statu alusión a metáforas iconográficas y
quo político. En el boletín de la principal aso- psicologistas ponía en claro, nada de sutile-
ciación geográfica en aquel tiempo se asegu- zas, que lo que había que preservar era una
raba refiriéndose a la colección: imagen que la enseñanza tradicional había
inculcado. En definitiva, la colección geográ-
“Como argentinos hemos sido testigos última- fica era propositiva, rescataba buena parte del
mente de que no faltan quienes nos quieren canon regional asumiendo las críticas inter-
deformar la imagen que tenemos de nuestro país. nas a esta corriente de interpretación; lejos es-
Para ello han acudido inicialmente a la distor- taba de presentarse como portadora de un ra-
sión de las inteligencias y, cuando lo han lo- dicalismo político o un “revolucionario para-
grado, en buena medida se han lanzado nada digma disciplinario”.

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Otros programas académicos en geo- señarla de otra manera. Difundir nuestros tra-
grafía acusaban más crudamente la impetuo- bajos entre los grupos sometidos a la Encuesta.
sa invasión de los enfrentamientos políticos Cartografiar la implantación de las empresas
al campo disciplinario, ensayando planteos para burlar su movilidad, desenmascarar la or-
más radicales. Una de estas corrientes concen- denación del territorio, desemboscar las fabri-
traba en sus líneas maestras el planteo de caciones con fines represivos de espacios rea-
“guerrillas epistemológicas” a la tradición teó- les o imaginarios, localizar las tensiones futu-
rica, dar puntapiés a los biombos ideológicos ras, alzar una topología de la dominación. Cri-
que no permitían comprender las organiza- ticar es poner en crisis. Polemizar es hacer la
ciones del espacio; y una profunda crítica a guerra. No reformamos la geografía, la dirigi-
los mapas escolares como elementos de legi- mos contra nuestros enemigos. Esta geografía,
timación de la sociedad capitalista. Más aún; al informar la práctica de los militantes y ser
se incitaba a una nueva lectura de la carto- informada por ella, permitiría a los grupos do-
grafía para ponerla en manos de militantes, minados situar mejor al enemigo, conocer y ele-
de manera que con este saber táctico estarían gir mejor el terreno”(1977:155).
facultados para actuar en contra de los pode-
res establecidos, enfrentando las vigilancias
policíacas o militares. La tensión amigos-ene- A modo de conclusión
migos, originó tendencias que abrevando en
el pensamiento marxista orientaban el uso de En el encabezamiento con el que abrimos este
los conocimientos geográficos en favor de la trabajo citamos a Robert Louis Stevenson
revolución social y en pos de una geografía (1977), en parte de un ensayo donde exhibía
combativa. el rol que había jugado un mapa imaginario
Un joven Ives Lacoste influido por las en la redacción de una de las obras que lo
ideas del Mayo Francés y por los procesos de hizo más popular, La Isla del Tesoro. El escri-
descolonización y las guerras antiimperialis- tor se interrogaba sobre la parte que ocupaba
tas en Asia y África, publicaba desde Europa el mapa en la trama de una historia, pregunta
(en 1976 por Máspero en París y en 1977 por que en este recorrido intentamos responder,
Anagrama en Barcelona) Geografía un arma para distintos ámbitos con tramas urdidas den-
para la guerra, un texto que con el tiempo tro de determinadas circunstancias del pasa-
sería considerado canónico. Transmitía la con- do. Si observamos el lugar que los agentes
vicción que los mapas debían perder su con- estatales y sociales le dieron a las construccio-
dición aparentemente trivial, para recuperar nes cartográficas, notamos que los mapas se
un protagonismo extraviado para el común de entretejieron como nudos gruesos en las en-
los ciudadanos. Los mapas secretos de los co- crucijadas de un tejido discursivo extenso y
mandos militares, los que se usaban en la prolongado en el tiempo. Al menos, sus pro-
“geografía de los profesores”, aquéllos pros- motores culturales así lo creyeron o lo quisie-
pectivos que planeaban nuevas urbanizacio- ron creer y así actuaron en consecuencia; al
nes, las cartas de apoyo catastrales y los de punto tal, que nos parece identificar en ellos
populares revistas geográficas estadouniden- los propósitos y deseos de los personajes de
ses exquisitamente ilustradas; todos ellos com- la novela, como la misma gravedad y sentido
pendiaban mercancías cartográficas que con- que le dispensaron a la competencia por un
tribuían a la alienación. Les apremiaba resti- mapa que revelaría prometidos tesoros. Se
tuirlos con otro sentido a las manos adecua- puede aprender de toda una historia de com-
das. En su epílogo bajo el subtítulo de De la promisos que se suscitaron en torno a estos
crítica de los mapas a los mapas de la crítica objetos significativos, ya sea en su
levantaba junto a su grupo de pertenencia su diagramación y diseño, en el ocultamiento a
plan académico - político: otros, intentando encontrar las claves de su
desciframiento o manipulando sus signos y
“Nuestro proyecto: aprovechar nuestros instru- alegorías, o bien, en la zaga por su obtención
mentos, nuestros mapas, una cierta destreza, y búsqueda.
reapropiarnos de la Geografía para utilizarla ¿Qué tesoro o tesoros perseguían los
con otros fines, con otras estrategias, para en- agentes en pugna?, o para ponerlo en otras

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NEXOS
ARTICULO

palabras: ¿qué creían que podían provocar, verdaderos instrumentos de profunda trans-
hallar, inventar o descubrir mediante los ma- formación social. Sin entrar en consideracio-
pas y sus imágenes? Tuvimos oportunidad de nes sobre los resultados prácticos que esta
ver, cómo en forma deliberada y a veces un geografía militante procuraba, dentro de la
tanto ilusa, se insistía en compilar fiel y deta- corriente que se dio en llamar Geografía Ra-
lladamente todos los objetos presentes en el dical, contribuiría a dar lugar a una nueva
terreno, como también, adelantarse, median- Geografía Política; y entre otras contribucio-
te el dibujo, a una realidad futura sólo ansia- nes, a una original mirada en el examen y per-
da cuando de límites y fronteras se trataba. cepción -nada convencional- de las herra-
En la Argentina se pensó la silueta cartográfica mientas usuales del geógrafo.
del país –al igual que en otros estados- como Más allá de los anhelos, ambiciones y
un icono reiterativo destinado a proveer una presuntos efectos del uso y visualización de
imagen de cohesión nacional, o en la misma los mapas por parte de los agentes emisores y
línea de determinaciones, a acrecentar el “des- receptores, es elocuente el valor heurístico que
tino de grandeza” que aguardaba a la nación. estos objetos a través de sus cualidades sim-
Durante la dictadura militar que se inicia en bólicas –no fácilmente legibles- pueden apor-
1976 absolutamente todos los mapas se mili- tar. Vistos así, “todo lo que se hace” con los
tarizaron, en el marco de una cosmovisión mapas como nudos gruesos de una macro tra-
paranoica propia de la doctrina de seguridad ma nos lleva a comprender mejor la cultura
nacional, pasaron a categorizarse como car- política de una época, reportando como tes-
tografía táctica militar y como tal fueron tra- tigos privilegiados de un lapso histórico. Los
tados, vigilados y eventualmente censurados. mapas y sus relatos seguirán inspirando em-
Lo propio ocurrió con las imágenes que cier- presas, tareas y divisas. Se continuará inten-
tos discursos reflejaban no proclives a la ima- tando volcar en una lámina la reproducción
gen que el régimen pretendía para sí mismo, del mundo o partes de él, pero no pudiendo
repudiadas sobre la base de argumentos que rehuir -como parece sugerirnos Jorge Luis
hacían referencia al interés nacional. Borges- que invariablemente se moldearán
Desde la academia, otros agentes in- sobre los rasgos salientes de quienes los pin-
fluidos por la ideas del campo político hicie- tan; quienes descubrirán de una u otra mane-
ron notar la posibilidad de realizar otra ra, prematuramente o tarde, que han estam-
decodificación de los mapas con fines de qui- pado en la plancha las expresiones y los ges-
tarles su condición alienante y ponerlos en las tos más peculiares de su rostro.
manos apropiadas; en suma, convertirlos en

Citas:
1 En 1983 se emite la Ley 22.963 -antes de la institucionalización de la cumplimiento y que la violación sería considerada “falta grave”. Fuente:
democracia- por medio de la cual se deroga el decreto ley 8944-46 pero Educación y Terrorismo de Estado. Intersitio: http://www.suteba.org.ar
conserva su esencia, ya que en sus artículos 16 a 22 persiste el monopolio (27/02/2006).
en la fiscalización y las pautas de representación cartográfica por parte del 3 Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE). Parte de información nº 20-
IGM. Sin embargo, la sanción de la Ley Nacional del Libro nº 25446 (Boletín 77(A.IV.1.). Asunto: Libro que distorsiona y agrede la imagen de nuestro
Oficial 26-7-2001) en su artículo 15 – Capítulo IV- expresa: “Derógase país. 24 de Agosto de 1977. La reproducción del documento consta en
expresamente toda disposición legal o reglamentaria que establezca cual- Invernizzi y Gociol (2003:134).
quier clase de censura, fiscalización o control de contenido, ilustración o 4 Por Decreto Ley nº 1630 (3 -6-1977) se declara en infracción al Decreto
cartografía de los libros, antes de su publicación, importación o exporta- Ley nº 8944-46 las publicación de los mapas incluidos en los fascículos 1 y
ción”. Este artículo no fue observado por el Decreto del Poder Ejecutivo 2 prohibiéndose su circulación y ordenando su secuestro.
Nacional nº 932-2001. 5. En ese mismo listado se encuentra la Editorial de la Universidad Nacio-
2 En algunos casos en las disposiciones del Ministerio de Educación se nal de Córdoba y de la Universidad Nacional de Mar del Plata, bajo la
especifica que se trata de la violación del Decreto Ley Nº 8944/46. Las denominación de “Editoriales Argentinas marxistas y-o con del 50% de
obras de referencia mencionadas estaban interdictas por el anexo que obras marxistas”. Invernizzi y Gociol revelan que el listado de títulos y
consta en la Resolución Ministerial Nº 2977 (3 de octubre de 1978) que autores que acompañaba el informe aún está desaparecido. Fuente: Infor-
resolvía en su “Art. 1 - PROHIBIR en todos los establecimientos de ense- me del Servicio de Inteligencia del Estado nº 21.373. Una copia de este
ñanza oficial y no oficial y servicios dependientes de este ministerio o que documento figura en la causa judicial nº 84.669-78 que se siguió contra
funcionen bajo su supervisión, la tenencia, uso y o recomendación de los Boris Spivacow –editor responsable del CEAL- por violación a la Ley
libros y publicaciones que obran en el Anexo, que se declara parte integran- Nacional 20.840 - sancionada en 1975- que reprimía las denominadas
te de la presente resolución”. El listado de libros prohibidos era enviado a “actividades subversivas”.
los directivos de las escuelas advirtiéndoles que eran responsables de su

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Año 13 - Nexos 22 / Junio de 2006
ARTICULO

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135-154. Buenos Aires. Enero-Diciembre. UNICAMP.

Cicalese Guillermo. Profesor en Geografía. * Agradezco a todos los colegas -miembros en


Profesor Adjunto de Teoría y Método de la In- su momento de la filial de GAEA Mar del Plata-
vestigación Geográfica y del Seminario de Re- que me han abierto con generosidad sus archi-
cursos Oceánicos. Proyecto de investigación: Pro- vos y aportado material significativo. Asimismo
ducción científica y contexto socio-político. La So- a la Licenciada Verónica Gauchi (Biblioteca de la
ciedad Argentina de Estudios Geográficos en la Municipalidad de General Pueyrredón) por la
década del 70 (2005-2007). Departamento de búsqueda de publicaciones de la editorial de la
Geografía. Facultad de Humanidades. UNMdP. UNMdP entre 1970 y 1976. Por supuesto, la mi-
(cicalese@mdp.edu.ar) rada sobre el tema es exclusiva responsabilidad
del autor.

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