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Sin embargo, desde el punto de vista ecológico el proceso de conversión es definido como el plazo
de tiempo durante el cual el ecosistema del suelo se ajusta a un nuevo balance en sus componentes
bióticos y abióticos (Culik, 1983). Se considera el suelo por estar menos expuesto a la influencia de
las prácticas de fincas colindantes que el agua y el aire y por su mayor capacidad de tamponamiento.
La duración del período de transición es, desde este punto de vista, notablemente mayor, pues, como
demuestra Maire et al. (1990), hay parámetros biológico edáficos, como el ATP, que no quedan
estabilizados hasta veinte años después de iniciarse la transición hacia agricultura ecológica.
Evidentemente, el manejo anterior de la finca, las condiciones agroclimáticas, la estrategia de
conversión, etc. van a modificar este plazo.
Las barreras para iniciar el proceso de transición son, según distintos autores, las siguientes
(MacRae et al., 1990; Boisdon et al., 1997; Alonso Mielgo et al., 1998)):
6. El agricultor enfrenta el período de transición en “soledad”, sin agricultores vecinos con los
que compartir el proceso.
8. Falta de suministradores de insumos “orgánicos” y/o alto coste de los mismos. De nuevo la
ganadería ecológica ha sufrido en mayor grado este problema, pues a pesar de que la carga
ganadera suele estar muy ajustada a la producción de alimentos de la finca, hay ocasiones, por
motivos climatológicos u otros, en que puede no bastar para mantener el rebaño. En estos
momentos ha sido patente la dificultad de encontrar alimentos de procedencia ecológica a precios
razonables, que les permitan adaptarse a los requerimientos legales para mantener su aval de
producción ecológica.
9. Problemas de liquidez económica durante este período en el que es necesario realizar ciertas
inversiones (p.e. en infraestructura ecológica: setos, etc, maquinaria específica como
distribuidores de estiércol, etc.).
Razones que esgrimen los agricultores para iniciar la conversión agroecológica de sus predios
Los motivos que impulsan a los agricultores a iniciar la conversión hacia agricultura ecológica
son de índole variada, pudiendo agruparse en aquellos de carácter medioambiental, económico y
social. Entre los primeros cabe destacar la toma de conciencia de los problemas ambientales
provocados por el uso de plaguicidas y fertilizantes químicos, apareciendo el suelo como el
principal recurso a cuidar; el temor ante el deterioro de la salud humana y la búsqueda de una
mayor calidad de vida tanto para ellos, como para los animales. Entre las razones de tipo
económico se encuentran el disminuir los costes, captar el precio-premio, acceder a subvenciones
específicas, maximizar el beneficio económico y generar más empleo. Por último, dentro de las
razones sociales se encuentran la búsqueda de una mayor autonomía respecto a las
multinacionales que proveen de semillas y plaguicidas y el deseo de una distribución más
equitativa de los recursos entre los países industrializados y el tercer mundo.
Según MacRae et al. (1990) si al inicio primó como motor del cambio tecnológico hacia una
agricultura ecológica la salud humana y de la naturaleza, en los últimos años cada vez son más
los agricultores que realizan la transformación por consideraciones meramente económicas.
ESTRATEGIAS DE TRANSICION
La Agroecología plantea tres principios básicos de manejo de los recursos naturales para evitar su
deterioro que son los siguientes: 1º. Principio de diversidad. Supone que cada elemento incorporado
al agroecosistema optimiza varias funciones destinadas a frenar procesos de degradación de los
diferentes recursos naturales implicados, y que cada función está cubierta por diversos elementos,
generándose relaciones complejas de naturaleza sinérgica. Así, por ejemplo, para frenar el proceso
de degradación del suelo conocido como erosión, se pueden incorporar diversos elementos al
agroecosistema, ya sean de tipo físico, como las terrazas; biológico, como los cultivos en franjas
o las barreras de árboles y arbustos dispuestos en curvas de nivel; ó químico, como es la adición
de materia orgánica al suelo. Todos ellos son elementos que cubren la función de evitar la erosión
del suelo. A la vez, cada elemento mencionado tiene otras funciones que contribuyen a frenar
otros procesos degenerativos: las terrazas aumentan la infiltración de agua, las barreras de árboles
pueden ser fuente de enemigos naturales de las plagas de los cultivos, elevadores de nutrientes
hacia la superficie, etc. Según Gliessman (1997) la diversidad en un ecosistema presenta diferentes
dimensiones (Tabla 1), pudiendo enriquecerse el agroecosistema en una o varias de ellas. Dentro de
este principio tiene un papel estelar la biodiversidad, pues es un componente o elemento básico del
agroecosistema que permiten desarrollar múltiples funciones, y subsidiar el funcionamiento del
agroecosistema al proveer de servicios ecológicos tales como el reciclaje de nutrientes y el control
biológico de plagas. Desde este punto de vista la Agroecología explota las complementaridades y
sinergismos que surgen al combinar cultivos, árboles y animales en diferentes arreglos espaciales y
temporales (Altieri, 1995: 158-159).
Genética Grado de variabilidad de la información genética del sistema (dentro de cada especie
y entre diferentes especies)
3. Principio de control biológico natural. Surge como consecuencia de los dos anteriores, al ser
favorecidos los mecanismos de regulación existentes de control de plagas y enfermedades en la
naturaleza, a través de tres mecanismos fundamentales: 1º. La intervención indirecta del hombre
construyendo una infraestructura ecológica basada en el manejo de la biodiversidad (Altieri,
1992); 2º. Una alta actividad biológica del suelo ligada tanto a la biodiversidad, como al reciclaje,
lo que permite el desarrollo de suelos con capacidad “supresiva” de plagas y enfermedades (Baker
et al., 1974; Lumsden et al., 1990); 3º. La mayor resistencia de las plantas al ataque de plagas y
enfermedades, motivada fundamentalmente por una alimentación equilibrada, obtenida a través del
reciclaje de materia orgánica y del abandono de los plaguicidas (Chaboussou, 1987).
Dado que buena parte de los predios de los países industrializados y de aquellas áreas del Tercer
Mundo donde la Revolución Verde tuvo mayor implantación practican una agricultura muy
especializada, de monocultivo, con gran dependencia de insumos de alto coste energético, no
producidos localmente, la transición hacia un manejo agroecológico implica fuertes cambios.
Consecuencias agronómicas
2. Aumento de las malezas en la biomasa total y modificación del complejo de malezas existente.
El incremento de malezas perennes tales como Cirsium arvense, Sonchus arvensis o Rumex sp.
está considerado como uno de los principales problemas que aparecen durante la transición a
agricultura ecológica en zonas templadas, posiblemente asociado a la eliminación del arado de
vertedera y a su dispersión por las labores superficiales (Patriquin et al., 1986; Weller et al.,
1997; Fragstein, 1997 y David, 1997). En sistemas hortícolas de regadío del área mediterránea,
Díaz del Cañizo (1996) documenta que las especies de malezas más agresivas tras tres años de
transición a agricultura ecológica pertenecen al género Amaranthus en verano; muy competitiva
por tener el mecanismo fotosintético C4. Lanini et al. (1994) muestran mediante un ensayo de
cuatro años comparativo de manejo convencional, de bajos insumos y ecológico en California un
incremento de Echinochloa crus-galli y Portulaca oleracea en el sistema ecológico y de bajos
insumos, mientras que con manejo convencional prevalecieron Convolvulus arvensis, Solanum
sp. y Sonchus oleraceus, debido a su tolerancia a los herbicidas utilizados. El manejo no químico
de las malezas en los sistemas ecológicos es para muchos investigadores y agricultores uno de los
principales elementos a investigar y mejorar durante la transición (Temple et al., 1994, Guzmán
Casado, 1998)
4.1. Modificación del pH. Al final del período de conversión a agricultura ecológica ha sido
documentado formalmente en la literatura un incremento del pH del suelo, así como de los
cationes Ca++ y Mg++ intercambiables. Las observaciones han sido realizadas en fincas que
partían de suelo ácidos (Pfeiffer, 1948, Patriquin et al., 1986, Labrador Moreno, 1993,
Andrews et al., 1990) o neutros (Scow et al., 1994) lo cual les permite mejorar la capacidad
de uso. Sin embargo, otros autores no encontraron diferencias significativas o hubo una
tendencia a la baja, aunque partían igualmente de suelos ácidos (Maire et al., 1990), neutros
(Weller et al., 1997) o básicos (Guzmán Casado et al., ).
4.2. Disminución de la salinidad. Maire et al. (1990) comparando los parámetros físico-
químicos y biológicos de suelos agrícolas en sesenta fincas con manejo ecológico durante
diez ó más años, con fincas convencionales observa que los niveles de elementos solubles en
la disolución del suelo son mucho más bajos en las primeras. Ello se traduce en unos niveles
de salinidad menores, denotando la manifiesta influencia de la desaparición de la fertilización
mineral. No obstante, en zonas áridas la escasa calidad del agua de riego, el mal drenaje, las
técnicas de ahorro de agua empleadas en los regadíos y la escasez de lluvias que no permiten
lavar el perfil del suelo, confieren un alto riesgo de salinización del suelo, que no se ve
contrarrestado por este abandono del uso de fertilizantes químicos, como lo demuestra la
experiencia de transición realizada en la finca El Romeral al final de este capítulo.
Gliessman et al. (1990) y Swezey et al. (1994) muestran una diferencia significativa a
favor del sistema ecológico de fresas y manzanas en la colonización de las raíces por
micorrizas vesículo-arbusculares durante al menos una parte del ciclo, en el período de
conversión hacia agricultura ecológica.
4.6. Incremento del nivel de materia orgánica. Numerosos autores (Scow et al., 1994;
Labrador Moreno, 1993) muestran este aumento, aunque se trata de una medida
conservadora, que no refleja los cambios en la capacidad del suelo de nutrir a los cultivos
de forma óptima durante todo el ciclo.
Por otra parte, Maire et al. (1990) observa, comparando cinco fincas suizas en su 4-5 año
de transición a agricultura ecológica con otras tantas convencionales, que la mineralización
del carbono orgánico es significativamente más elevada en las fincas en conversión al
inicio del período vegetativo en primavera. La actividad biológica es, por tanto,
responsable de la nutrición de los cultivos ecológicos en estos momentos. Con el tiempo, la
estimulación biológica primaveral de las fincas en conversión acaba por ser generalizada a
todo el año. Estos resultados coinciden con los de Granstedt (1997) en Suecia tras 30 años
de ensayo con diferentes formas de fertilización, las parcelas con abonos orgánicos
duplican la capacidad de suplir con N orgánico durante el período vegetativo al trigo en
primavera. Sin embargo, en numerosas ocasiones aparece deficiencia de N durante todo o
parte del ciclo de los cultivos ecológicos durante la transición. Es necesario una mayor
investigación para relacionar la fertilidad con los parámetros biológicos, para entender la
dinámica de nutrientes en el suelo en estos sistemas y poder desarrollar nuevos métodos
para asesorar la fertilización orgánica (Scow et al., 1994; Alvárez et al., 1997).
8. Sustitución de las razas “superproductoras” por aquellas más rústicas, con mayor adaptación a
las condiciones locales y resistencia a las enfermedades. Esto, unido a la mejor calidad de vida
que se ofrece al ganado en estos sistemas, contribuye a que los animales presenten una mejor
situación sanitaria.
Swezey et al., Andrews et al,. Andrews et al,. Andrews et al., Meco et al.,
1994 1992 1992 1992 1998
Rdto. Rdto. Rdto. Rdto. Rdto Rdto Rdto Rdto Rdto. Rdto. Rdto.
ecol. conv. ecol. conv. ecol. conv. ecol. conv. ecol.† ecol.‡ conv
Año 1 54,6* 41,3 2,7 3,45 0,87 0,94 1,90 1,94 0,48 0,331 0,199
Año 2 36,3 33,4 0,88 2,07* 2,35 2,96 0,82 0,82 3,135 3,092 2,831
Año 3 45,2* 35,6 8,34 8,78 1,61 2,02* 0,22 0,29 0,856* 0,25 0,148
Año 4 1,69 2,45* 1,61 1,75 2,69* 2,22 2,917 2,684 2,417
Las cifras acompañadas con el símbolo * son mayores significativamente que aquellas a las que se compara. † La
cebada rota con girasol. ‡ La cebada es rotada con veza para forraje.
Consecuencias económicas.
3. Aumento de los costes fijos. Este incremento es debido fundamentalmente al mayor empleo de
mano de obra, al coste de certificación y a la depreciación relacionada con la inversiones
realizadas durante la transición (Padel et al., 1994).
4. Incremento de los precios obtenidos por el agricultor. Durante el plazo legal de conversión
predial (de uno a tres años) los agricultores no pueden vender sus productos con aval de garantía
“ecológico”. No obstante, dado que en muchas ocasiones la demanda excede a la oferta, el aval
intermedio de “reconversión” es suficiente para obtener muy buenos precios en los mercados
específicos de estos productos, sobre todo si se trata de cultivos que, como la fresa, son asociados
por el consumidor a un uso intensivo de productos químicos de síntesis. En la Tabla 3 se observa
que el sobreprecio de este producto alcanza el 150% del establecido para el producto
convencional durante el primer año de transición.
5. Posible descenso de los ingresos debido a la caída del rendimiento comercial al inicio de la
conversión. Gliessman et al., (1990) en un ensayo en California muestra que el fruto de fresa
comercializable para el mercado en fresco fue del 61% en parcelas en el primer año de transición
respecto a las convencionales. Los menores costes de la producción ecológica (93,3% del coste
de la producción convencional) no bastan para compensar las pérdidas de ingresos debidas a la
menor producción obtenida (Tabla 3). Para paliar esta posible caída de ingresos durante el
período de transición, los países de la Unión Europea cuentan, desde 199...., con la posibilidad de
establecer ayudas a los agricultores que deseen la transformación de sus predios (........).
(Ecológico/Convencional)×100
Entre los autores puede haber variación respecto al método de cálculo de las diferentes partidas. # Datos procedentes de
ensayo en California. ƒ Resultados de 28 predios de la región central italiana. § Los datos se refieren a Grecia. ♣ Datos
referidos a predios holandeses. ♠ Datos procedentes de ensayo en California. † Primer año de transición sin acceso a
sobreprecio. ‡ primer año de transición con acceso a sobreprecio. ♦ Datos establecidos por Kg de leche producido.
Esta búsqueda es conveniente realizarla a dos niveles. Por un lado, las publicaciones científicas
especializadas en agricultura ecológica aportan información sobre numerosas experiencias de
investigación en procesos de transición en muy diferentes condiciones ecológicas y
socioeconómicas que arrojan luz sobre las posibles barreras, cuellos de botella, consecuencias
positivas y negativas que son, en ocasiones, sorpresivamente coincidentes. En el otro extremo,
pero más necesario, si cabe, conviene conocer de cerca experiencias ya realizadas localmente, a
través de visitas a fincas e industrias de productos ecológicos, mediante entrevistas a técnicos
competentes en el tema, organismos de control, asistencia a jornadas, etc.. También se pueden
realizar experiencias previas en parcelas pequeñas, pero como señala Lampkin (1990) esta
estrategia presenta los inconvenientes de que muchos de los procesos biológicos que son
necesarios para el funcionamiento del sistema agroecológico pueden fallar a tan pequeña escala;
no permite ajustar las técnicas de manejo y el uso de la maquinaria; y, además, observar los
efectos lleva varios años de dedicación, lo que acaba siendo desestimulador para el agricultor.
2.a. Inventario de la finca. Dado que la agroecología pretende maximizar el uso de los
recursos internos, minimizando la entrada de insumos desde el exterior, conocer cuales son
los recursos naturales y humanos disponibles en el predio es muy útil. La importancia de la
participación del agricultor en esta tarea es obvia. El Cuadro 1 recoge los componentes
clave que, según MacRae et al. (1990), debe contener este inventario predial. Algunos de
ellos como los residuos tóxicos acumulados en el suelo son difíciles de evaluar de forma
directa, pues su detección es cara y no siempre fácil, ya que pueden permanecer en un
grado intermedio de degradación; sin embargo, puede ser sustituido por el historial de
tratamientos efectuados por el agricultor. Como indicadores de la actividad biológica del
suelo puede emplearse la actividad enzimática o respiratoria de los microorganismos, en
cuyo caso hay que acudir al laboratorio, o lo que es más barato, al uso de trampas pasivas
de artrópodos de suelo o a la estimación de la población de lombrices a través de métodos
sencillos como el de Raw (1959). En fincas en la que la ganadería no se halla inicialmente
integrada, el inventario de las fuentes de materia orgánica potencialmente utilizables
(abonos verdes, estiércol, residuos de cultivos, etc.) es básica.
El manejo en las fincas ecológicas requiere optimizar el tratamiento del estiércol para
evitar la pérdida de nutrientes y disminuir posibles impactos negativos (quema de
plántulas, aporte de semillas viables de malezas, presencia de organismos causantes de
enfermedades, contaminación de acuíferos) que puede acarrear si se encuentra mal
compostado. Esto unido a la necesidad de realizar una eficaz distribución en el campo
puede llevar aparejada la necesidad de inversiones fundamentalmente en maquinaria, si no
está presente en el predio. Otro tipo de maquinaria (desbrozadoras, picadoras de residuos
de poda, etc.) puede ser necesaria en determinados casos.
Geo e hidroestructura
Tipos de suelo
Propiedades físicas
Residuos tóxicos
Historial de cultivo
Factores climáticos
Temperatura
Radiación solar
Precipitación
Evaporación
Características microclimáticas
Tecnoestructura
Maquinaria
Alojamiento
Socioestructura
Agricultor/a y familia
Mercados empleados
Fase 1: Examen
Una vez definida la situación objetivo, habrá que elaborar la estrategia para alcanzarla,
planificándola en el tiempo y en el espacio. Ello incluye:
3.c. Ajuste carga ganadera a la capacidad de producir alimentos para el ganado de la finca
3.e. Creación de infraestructura vial, instalaciones, etc. necesarias para el nuevo plan de
manejo.
3.f. Otras.
4. Valoración de los insumos o servicios externos que es necesario incorporar. Tales como
semillas de nuevos cultivos o variedades, nuevas especies o razas ganaderas, estiércol u otras
fuentes de materia orgánica, maquinaria y edificaciones, alimento para el ganado, productos fito
o zoosanitarios permitidos por la legislación vigente en Agricultura Ecológica, capital, trabajo,
técnicos expertos, veterinarios especialistas en medicinas alternativas, mercados convencionales
y especializados, etc. La situación inicial de especialización va a determinar la importancia de
este capítulo.
5. Inventario del entorno. Al igual que se hizo al comienzo con el predio, conviene ahora hacer
una relación detallada de lo que nos ofrece el entorno de aquello que necesitamos.
Desgraciadamente muchos agricultores ecológicos constatan la dificultad de encontrar en las
proximidades a su finca aquellos insumos o servicios externos que pueden necesitar durante la
transición. Por ello, a veces el inventario ha de hacerse a escala regional o nacional.
Dentro de este apartado hemos de considerar la elaboración de un listado previo de las personas e
instituciones relacionadas con la Agricultura Ecológica. Ello puede agilizar la captación de
información y la resolución de problemas que vayan surgiendo durante el proceso de transición.
7. Plan financiero.
Cuadro 2. Indicadores para la evaluación del proceso de transición agroecológico a nivel predial.
Ecológicos
Eficiencia energética
Indices de biodiversidad
Biomasa producida
Agronómicos
Rendimiento
Calidad del agua (ej. nivel de contaminación de las aguas tras su uso en el riego, etc.)
Económicos
El objetivo central de la investigación fue detectar las barreras de carácter ecológico, económico
y social que podían frenar en las zonas de estudio la conversión predial hacia una agricultura
menos agresiva desde el punto de vista ecológico en Andalucía, y diseñar la transición a nivel
predial de fincas de regadío. Para ello se eligieron tres comarcas andaluzas en base a la presencia
de movimientos sociales con potencial agroecológico que pudieran apoyar el proceso de
transición tanto desde el punto de vista de la producción como del consumo y/o la existencia de
instituciones que apoyaran el proceso. En cada comarca pasaron a formar parte del estudio cuatro
o cinco fincas de producción hortícola. Así, se eligió la zona de Antequera (Málaga)-Estepa
(Sevilla), comarcas limítrofes donde tiene implantación el Sindicato de Obreros del Campo
(SOC), sindicato jornalero caracterizado en estudios anteriores como un movimiento social de
alto potencial agroecológico (Sevilla Guzmán, et al., 1993); la Campiña Baja de Córdoba, donde
tienen cierta presencia las organizaciones ecologistas Confederación Ecologista Pacifista de
Andalucía (CEPA) y la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (AEDENAT); y la
Sierra de Segura, donde se halla la Escuela de Agricultura Ecológica “Sierra de Segura” que
prestó su infraestructura para el proyecto de investigación.
1.2. Realizar un pequeño inventario de los recursos del predio y del entorno y evaluar la
situación inicial de la finca en base a la Metodología Clínica de Diseño Predial.
2ª Fase: Investigacion-acción participativa. Este período supuso la ejecución del plan previsto,
la evaluación del mismo y la generación de información “in situ” que permitiera la modificación del
manejo en el caso de que esto fuera necesario. Esta 2ª fase comprendió:
2.1. Estudio de determinados procesos que tienen lugar durante el período de transición a
nivel de finca, en dos de los componentes del agroecosistema: ecológico y económico.
Para ejemplificar la planificación y la evaluación del proceso de transición nos vamos a centrar
en la Finca “Peñuelas”, gestionada por la Sociedad Cooperativa Andaluza El Romeral en la
comarca de Antequera (Málaga). El Romeral está compuesto por diez familias jornaleras del
Sindicato de Obreros del Campo (SOC) que recibieron concesión para el cultivo de la finca
“Peñuelas” (110 has) durante un período de diez años.
1ª Fase: De Observación Participante (1er año). Lo más destacable del inventario aparece
recogido en la Tabla 4, en la que se menciona además el origen de la información obtenida.
Tabla 4. Resumen del inventario la finca “Peñuelas” gestionada por la cooperativa El Romeral.
Geo e hidroestructura
Bioestructura
Tecnoestructura
Socioestructura
Presencia de mano de obra agrícola desempleada en la Entrevistas a los cooperativistas, analisis de datos
zona secundarios
Una vez obtenida la información, y discutida con los socios designados por la cooperativa
procedimos de forma conjunta a definir el plan de transición. Se decidió comenzar el proceso en
otoño de 1993 con una parcela (la nº 5 del mapa de Unidades de manejo-Fig. 7) de 4 ha dedicada
hasta ese momento al cultivo de especies anuales, tanto cultivos herbáceos extensivos, como
hortícolas. Como estrategia de transición productiva se llegó al acuerdo de iniciar el proceso
mediante un abono verde invernal de veza-avena, para seguir con una rotación de cultivos herbáceos
hortícolas y extensivos que fuera con el tiempo complejizándose, a medida que ellos aprendieran el
manejo de los nuevos cultivos incorporados a la rotación. Así mismo, se pensó en iniciar la
reconstrucción de un seto arbóreo de especies frutales (separación con la parcela vecina) y forestales
(borde del camino inferior) para incrementar la biodiversidad. Para la obtención de la materia
orgánica necesaria para la fertilización se decidió acudir a los ganaderos de la zona de forma
prioritaria, aunque se aceptó incluir a título de experiencia piloto 300 gallinas ponedoras, manejadas
en parque y según los requisitos exigidos por la normativa de Agricultura ecológica. En cuanto a la
maquinaria, se decidió la adquisición de un remolque estercolador de segunda mano. Por último,
dada la evidente imposibilidad de la Asociación de consumidores y productores de productos
ecológicos “La Ortiga” para absorber el producto de 4 ha de huerta, se decidió desde un comienzo ir
abriendo nuevos puntos de venta, priorizando el mercado interior frente a la exportación. Para ello,
puesto que este mercado interno era prácticamente inexistente, trabajamos ampliando los puntos de
venta directa (en finca y en el mercado de abastos del pueblo), en la creación de nuevas asociaciones
de consumidores en las ciudades cercanas y en la búsqueda de tiendas especializadas (de dietética
principalmente) con interés en la venta de estos productos.
Dada la reciente reconversión a campesinos con tierra de los socios de la cooperativa, carecían
inicialmente de experiencia productiva y comercializadora. Por ello, en la selección de los procesos
a profundizar durante el período de transición intervinieron aparte de los miembros de la
cooperativa, los agentes de extensión agraria comarcales y agricultores “expertos” reconocidos
por su buen hacer en agricultura convencional. Todos ellos fueron entrevistados para conocer la
problemática agraria de la zona: productiva, económica y social. En segundo lugar, se acudió la
revisión bibliográfica de otras experiencias de transición recogidas en la literatura, y cuyos
resultados se hallan expuestos con anterioridad. En base a toda la información obtenida, y
teniendo en cuenta las limitaciones presupuestarias, se seleccionaron aquellos aspectos que
podían ser relevantes para el fracaso o el éxito de esta experiencia, y se definieron los parámetros a
evaluar durante los tres años de investigación. Fueron las siguientes:
a) Componente ecológico
a.1. Respecto al suelo. El objetivo era evaluar indicadores sencillos que pudieran facilitar
información sobre el “estado” del suelo a lo largo de los tres años de proyecto. Se eligieron
los siguientes:
a.1.1. Parámetros químicos: pH, fósforo y potasio asimilable, materia orgánica, CIC,
Ca++, Mg++, K+ y Na+ intercambiables y salinidad.
Como resultados de este seguimiento hay que destacar una ligera bajada del pH en dos de los
tres tipos de suelo en que se podía dividir la parcela y un ligero aumento de la materia
orgánica y del P y K asimilable. Sin embargo, la salinidad subió de forma preocupante debido
a la escasez de lluvia durante esos años, el mal drenaje, la presencia de una capa freática muy
alta y el abuso del riego.
b) Componente económico
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