y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
Vi que Lutero era ardiente y celoso, impávido y osado al reprobar el pecado y al defender la verdad. No temía ni a los impíos ni a los demonios; sabía que tenía a su lado a Alguien más poderoso que todos ellos. HR 367.1 Juan 6:22-71 ¿Pero dónde se nota, en las iglesias populares de nuestros días, el espíritu de consagración a Dios? Los conversos no renuncian a su orgullo ni al amor del mundo. No están más dispuestos a negarse a sí mismos, a llevar la cruz y a seguir al manso y humilde Jesús, que antes de su conversión. La religión se ha vuelto objeto de burla de los infieles y escépticos, debido a que tantos de los que la profesan ignoran sus principios. El poder de la piedad ha desaparecido casi enteramente de muchas de las iglesias. CS 457.4 El mensaje que Dios había enviado para probar y purificar la iglesia reveló con exagerada evidencia cuán grande era el número de los que habían concentrado sus afectos en este mundo más bien que en Cristo – CS 377.3 1 Juan 2:15-17 El temor de Dios escaseaba cada vez más en Israel. Los signos blasfemos de su idolatría ciega se veían entre el Israel de Dios. No había ninguno que se atreviera a exponer su vida al colocarse abiertamente en oposición a la idolatría blasfema que imperaba. - Or 164.1 La razón por la que las iglesias están débiles, enfermizas y a punto de morir es que el enemigo ha cubierto a las almas trémulas con influencias desanimadoras. Ha buscado esconder a Jesús de su vista para que no lo vean como su Consolador, el que los reprende y los amonesta diciendo: “Este es el camino; andad por él”. Cristo tiene todo el poder en los cielos y en la tierra, y puede fortalecer a los vacilantes y corregir a los errados. - RJ 13.3