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La República

Aristocrática
1899-1919
Según Jorge Basadre, la República
Aristocrática fue el período de
nuestra historia en el que la vida
política del país estuvo dominada
por una élite económica y social
formada por hacendados,
hombres de negocios,
catedráticos y profesionales
agrupados en el Partido Civil. En
cambio, los sectores populares y
medios permanecían marginados
de la vida política. Esta élite
consideraba que sólo ella podía
imponer en el Perú un modelo de
desarrollo similar al de Europa y
Estados Unidos.
Los Gobiernos Civilistas

El Partido Civil decidió afrontar el


nuevo siglo con una imagen
moderna. Para ello, renovó su
liderazgo colocando como
autoridades a jóvenes profesionales
con una imagen de modernidad,
pero sin afectar los intereses de la
élite. Entre 1899 y 1919 el Partido
Civil se mantuvo en el poder, salvo
el período en el que gobernó
Guillermo Billinghurst (1912-1914).
En 1899 se inició la hegemonía civilista con
el triunfo de Eduardo López de Romaña,
ingeniero y ex militar civilista, quien se
preocupó por estimular la inversión
extranjera en nuestro país. En esos años
se instaló en el Perú la Cerro de Pasco
Mining Corporation y se construyó el
ferrocarril La Oroya – Cerro de Pasco, que
agilizó el traslado de productos mineros.
En 1903 Manuel Candamo, otro miembro
del Partido Civil, fue elegido presidente. El
nuevo mandatario falleció antes de cumplir
un año en el poder y fue reemplazado por
Serapio Calderón, quien convocó a un
nuevo proceso electoral en el que triunfó
José Pardo y Barreda, hijo de Manuel
Pardo, el fundador del civilismo.
Eduardo López
de Romaña
En 1908, Pardo fue
sucedido por Augusto B.
Leguía. Durante su
mandato, el Perú firmó
acuerdos limítrofes con
Brasil y Bolivia. Pero con
Colombia se dieron
problemas mayores que
culminaron en un
enfrentamiento armado
en la Pedrera.
Augusto B.
Leguía
No obstante el descontento
social y las disputas políticas
provocaron una crisis en el
sistema civilista. A su vez, el
intento de golpe de Estado de
1909 dirigido por Carlos de
Piérola hizo que Leguía
impusiera un régimen más
represivo. Finalmente, el
presidente decidió abandonar
el partido, ganándose el
rechazo de los civilistas.
El Populismo de Billinghurst
En las elecciones de 1912 surgió una fuerte
corriente anticivilista. Así, Guillermo
Billinghurst, ex alcalde Lima, salió
elegido presidente con el respaldo de los
demócratas y de los obreros. Sin embargo
en el Congreso los civilistas se opusieron
activamente al nuevo presidente que,
entre otras cosas, estableció medidas
populistas como la primera ley de ocho
horas de trabajo, que solo benefició a los
trabajadores de la Dársena del Callao
(estibadores).
Billinghurst trató de aplicar reformas en
el sistema electoral y en la política
social, pero recibió el rechazo de la
oligarquía civilista. Ante ello el
presidente amenazó con disolver el
Congreso y convocar a nuevas
elecciones parlamentarias. Además,
promovió manifestaciones populares
para intimidar a sus opositores. Estas
actitudes convencieron a los militares
que el presidente estaba actuando
contra la estabilidad del orden
tradicional.
Guillermo
Billinghurst
Presidente del Perú
entre 1912 y 1914
Así, en febrero de 1914, el
general Óscar R. Benavides, el
jefe militar peruano en el
conflicto con Colombia dio un
golpe de Estado apoyado por el
Congreso y la oligarquía. Un
año después, en 1915, una
convención de partidos políticos
designó como candidato al
civilista José Pardo, quien no
tuvo problemas para ganar las
elecciones.
Gral. Oscar R.
Benavides
El Regreso del Civilismo
Durante el segundo gobierno de José Pardo (1915-
1919) se sintieron las repercusiones de la
Primera Guerra Mundial y, aunque algunas
exportaciones crecieron, los problemas
económicos se agravaron. A pesar de la ley de
las ocho horas de trabajo (1919), el descontento
de la población contra el gobierno creció. En el
plano internacional, el Perú rompió sus relaciones
diplomáticas con Alemania como consecuencia
del hundimiento de un navío peruano por un
submarino alemán. En represalia, el gobierno
peruano confiscó algunas embarcaciones
alemanas ancladas en puertos peruanos.
José Pardo y
Barreda
El final del gobierno de
Pardo también significó
el fin del dominio
civilista, pues en 1919
la oposición encontró
en Augusto B. Leguía
al caudillo que
necesitaba. Se abría
paso el Oncenio de
Leguía (1919 – 1930)
Es una adaptación de la presentación original en:
http://www.slideshare.net/jordisanchez/la-republica-ari
stocratica-presentation

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