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AUTONOMÍA

LIC. RAQUEL MARTINEZ GAMONAL


ES LA CAPACIDAD DE HACER LAS COSAS POR SÍ MISMO, POR
PROPIA INICIATIVA, SIN NECESIDAD DE QUE OTRA PERSONA
ESTÉ CONTINUAMENTE AYUDANDO A REALIZAR
DETERMINADAS ACCIONES.
SI QUEREMOS QUE NUESTROS HIJOS SEAN AUTÓNOMOS
TENEMOS QUE ENSEÑARLES A SER RESPONSABLES.

.
¿QUÉ ES SER RESPONSABLES?

La responsabilidad
es una actitud, una
forma de acción
que les llevará a la
consecución de
sus metas.
ES UN ERROR  PENSAR QUE LOS NIÑOS  NO  PUEDEN SER RESPONSABLES, SÍ
PUEDEN  SERLO. POCO A  POCO HAN DE  IR OCUPÁNDOSE DE COSAS QUE SÍ PUEDEN
HACER Y DE ESTE MODO APRENDEN A SER AUTÓNOMOS.
NORMALMENTE TENDEMOS A PROTEGER A NUESTROS NIÑOS, INCLUSO CAEMOS EN
LA SOBREPROTECCIÓN, ES CIERTO QUE NECESITAN UN ADULTO QUE LES AYUDE A
ORGANIZARSE, PERO HAN DE IR ASUMIENDO RESPONSABILIDADES POCO A POCO; NO
DEBEMOS OBSESIONARNOS, CONFIAR EN SUS CAPACIDADES Y DEJARLOS SOLOS,
SIEMPRE SUPERVISANDO.
La autonomía permite que los niños desarrollen su propia
identidad y les ayuda a aceptarse tal cual son. Favorece la
independencia, y es algo que comienza con la responsabilidad
Hábitos: inculcar conductas de vida saludable (alimentación,
higiene, aspecto físico)
Desarrollo intelectual: el uso de libros, juegos y espacios
culturales, fomenta la curiosidad de los niños y facilita su proceso
enseñanza-aprendizaje.
Interacciones sociales: las relaciones que los niños establecen
con otros niños y adultos ajenos a la familia, les ayudan a
integrarse, a conocer el sentido de la amistad, a tener sus propias
opiniones, a ser tolerantes y a consolidar su personalidad.
Ocio: es importante generar espacios para que los niños jueguen,
no solamente por su desarrollo intelectual, sino que también el
juego les permite que se hagan responsables de elegir qué jugar,
cómo jugar y con quién jugar.
Tareas: para ayudar a un niño en el proceso de madurez y
autonomía es importante que, desde pequeño, se responsabilice en
diversas tareas en el hogar, las cuales deben ir en aumento de
manera progresiva según la edad.
Una de las tareas más importantes que tienen los padres a la
hora de educar a sus hijos, es la de enseñarles a ser
responsables.
Ahora bien, ¿cómo fomentar la responsabilidad en los niños?
Estableciendo normas y límites: alguien dijo por ahí que “nada
desconcierta más a los niños que la ausencia de normas”.
Ayudándoles en la toma de decisiones: se puede comenzar por
decisiones pequeñas, por ejemplo, elegir qué pijama va a usar a la
hora de dormir.
Siendo claros a la hora de expresar lo que esperamos de ellos:
es irrisorio creer que los niños van a adivinar lo que estamos
pensando.
Ayudándoles a valorar el error y/o fracaso: a veces, por querer
que los niños no sufran o por querer evitarles un malestar, no
dejamos que hagan las cosas a su manera.
Encomendándoles pequeñas “misiones”: aunque sean chicos,
siempre hay algo que los niños pueden hacer. Por ejemplo,
recoger y guardar los juguetes después de jugar.
Estableciendo horarios: es importante establecer tiempo de
estudio y de ocio.
Mostrándoles apoyo y estando disponibles cuando nos
necesiten: todos los niños requieren el apoyo de una persona
adulta en su desarrollo.
No terminar haciendo una tarea que le fue encomendada al
niño: está bien que ayudemos y/o acompañemos a los niños, pero
no es correcto permitir que se desentiendan por completo.
Valorando su esfuerzo: los logros hay que felicitarlos y es
positivo establecer un programa de recompensas para motivar al
niño a comportarse de manera responsable.
•Proyectar una imagen positiva en ellos, para que se valoren y se
respeten.
•No etiquetarlos. Si un niño escucha un sin fin de veces lo que
piensas de él, terminará creyéndoselo y actuará en consecuencia.
•No exigirle tareas por encima de sus posibilidades, ya que esto
conlleva a la frustración y desmotivación.
•Aumentar gradualmente el grado de exigencia, una vez que el
niño tenga adquiridas las habilidades para realizar una tarea.
•Enfrentar los conflictos y obstáculos: debemos dotar a los niños
de recursos para que puedan enfrentarse a ellos.
•No culpabilizarlos de lo que salga mal, pues esto no favorece su
tolerancia a la frustración. Tampoco se trata de excusarlos, sino
de identificar su responsabilidad específica en los actos.
•Darles todo nuestro amor, confianza y cariño. Esto permite que
los niños se sientan respaldados y valiosos.

No debemos olvidar, que la educación comienza antes de


nacer (por las ideas preconcebidas que tienen los padres sobre
cómo educar a sus hijos) y que es un proceso constante que nunca
termina.
TAREAS QUE PUEDEN HACER POR EDADES
2-3 AÑOS 4-5 AÑOS 6-7 AÑOS 8-9 AÑOS 10-11 AÑOS 12  AÑOS
COMER SOLO VESTIRSE PREPARAR BAÑARSE LIMPIAR SU SACAR
SOLO MOCHILA DEL SOLO CUARTO BASURA
COLE
ORDENAR RECOGER ORDENAR SU AYUDAR A ANOTAR HACER
JUGUETES SU ROPA CUARTO PREPARAR LA RECADOS PEQUEÑAS
COMIDA COMPRAS
LLEVAR LA
ROPA SUCIA ASEARSE GUARDAR SU LAVAR LOS ORGANIZAR PREPARAR
DONDE LE ROPA PLATOS DEBERES PLATOS
INDIQUEN SENCILLOS

COLOCAR LO RECOGER Y AYUDAR A


QUE LE ORDENAR CUIDAR A SU HACER LIMPIAR EL LIMPIAR LA
DEMOS EN LA JUGUETES MASCOTA TAREAS BAÑO CASA
MESA
AYUDAR A AYUDAR A
VESTIRSE PONER LA PONER Y BARRER ASEAR A LA SALIR SOLO
MESA LIMPIAR LA MASCOTA
MESA
EL EXTRAÑO CASO
DEL CANGURITO
Cangurito se asomó al exterior desde el bolsillo de su Mamá Cangura.
– ¡Que grande es el mundo! Exclamó con admiración. ¿Cuándo me dejarás salir a recorrerlo?
– Yo te enseñaré sin necesidad de que salgas de mi bolso – Dijo Mamá Canguro pasándole la lengua por el fino pelaje.- No
quiero que te juntes con malas compañías ni que te expongas a los peligros del bosque. Yo soy una Canguro responsable y
decente.
Cangurito lanzó un suspiro y permaneció en su escondrijo sin protestar.
Ocurrió que cangurito como todos los canguros, empezó a crecer y a desarrollarse, y lo hizo de tal manera que el bolsillo de
Mamá Canguro comenzó a descoserse por las costuras.
– ¡Te prohíbo seguir creciendo!- dijo con energía Mamá canguro-. Y cangurito, que era una criatura más obediente del mundo,
dejó de crecer en aquel instante.
Dentro del bolsillo de Mamá Canguro, comenzó a hacer preguntas y preguntas acerca de todas las cosas que veía. Era un
animalito inteligente y demostraba una clara vocación científica pero Mamá Canguro le molestaba no encontrar a mano las
respuestas necesarias para satisfacer la curiosidad de su pequeño.
– ¡Te prohíbo que vuelvas a hacerme mas preguntas!- Y cangurito que cumplía a la perfección el cuarto mandamiento, dejó de
preguntar y se le puso la cara de cretino.
Un buen día las cosas estuvieron a punto de volver a sus causes normales. Ocurrió que cangurito, asomado como siempre desde el
bolsillo de su Mamá vio cruzar ante sus ojos una cangurita de su misma edad. Era el ejemplar más hermoso de su especie.
– ¡Mamá! exclamó con voz emocionado – quiero casarme con la Cangurita.
Mamá Canguro derramó una lágrima;
-¿Quieres abandonarme por una Canguro cualquiera? ¡Este es el pago que das a mis desvelos!
Y con más energía que nunca Mamá Canguro dio una orden:
– ¡Te prohíbo que te cases! Y cangurito no se casó.
Cuando Mamá Canguro murió, vinieron a sacar a cangurito del bolsillo delantero de la difunta. Era un animal extrañísimo, su cuerpo
era pequeño como el de un recién nacido, pero su cara comenzaba a arrugarse como la de un animal viejo. Apenas toco la tierra con
sus patas, su cuerpo se bañó de un sudor frío.
– ¡Tengo miedo a la tierra! – dijo: – Parece que baila a mí alrededor.
Y pidió que le metiesen en el tronco de un árbol.
Cangurito pasó el resto de sus días asomando el hocico por el hueco del tronco. De cuándo en cuándo se le oía repetir en voz baja:
– Verdaderamente ¡que grande es el mundo!

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