El crecimiento secundario es un aumento del perímetro de la planta que se origina mediante división celular en los meristemos laterales. El crecimiento primario y el secundario se producen de manera simultánea, pero en diferentes partes de la planta leñosa. A medida que el crecimiento primario continúa como resultado de la actividad de los meristemos apicales de las puntas del vástago y de la raíz, el crecimiento secundario ensancha las partes más antiguas del tallo y de la raíz que han cesado de crecer en longitud. Normalmente, el tallo presenta un mayor crecimiento secundario que la raíz. • En la clase anterior vimos que los meristemos apicales son las áreas de división celular que dan lugar a las tres regiones de mayor división celular: la protodermis, el procámbium y el meristemo fundamental. La protodermis produce el tejido dérmico primario, llamado epidermis; el procámbium produce el tejido vascular primario, y el meristemo fundamental produce el tejido fundamental: médula y córtex. El crecimiento primario es el crecimiento longitudinal y tiene lugar en las regiones de elongación celular, justo detrás de las regiones meristemáticas de células divisibles. La elongación celular va acompañada o seguida de la diferenciación celular de varios tipos de células maduras. • Un proceso completamente diferente es el que hace que el tallo y la raíz crezcan en anchura y no en longitud. Los meristemos que producen crecimiento secundario se denominan meristemos laterales (también conocidos como meristemos secundarios) y son cilindros, en lugar de agrupaciones de células no diferenciadas. El crecimiento secundario no es longitudinal, sino radial, pues aumenta el diámetro del tallo o de la raíz. A lo largo de un meristemo lateral, se añaden células nuevas internamente, hacia el centro y externamente hacia la superficie del tallo o de la raíz. En realidad, la forma que presentan los meristemos laterales es más cónica que cilíndrica, dado que el crecimiento secundario se produce durante más tiempo en la base del tronco que en la parte superior. • El proceso comienza cuando se revierten células diferenciadas para convertirse en células no diferenciadas, formando dos meristemos laterales que se denominan cámbium vascular y cámbium suberoso o del corcho. • La palabra cámbium procede del término latino cambire, y significa «intercambiar». Las células del cambium son células que han intercambiado su anterior función por una nueva, que consiste en dividirse repetidamente para producir nuevo crecimiento. Tal y como indica el nombre, el cambium vascular da origen a los tejidos vasculares, que son conocidos como xilema secundario y floema secundario, con el fin de distinguirlos del xilema primario y el floema primario producidos por el procámbium. • El crecimiento secundario comienza cuando las células del cámbium vascular se originan a partir de células del procámbium residual, que se encuentran entre el xilema y el floema primarios. Si los haces vasculares forman un anillo dividido, las células del cámbium vascular también se originan a partir de células parenquimáticas situadas entre los haces. cámbium suberoso, también conocido como felógeno (del griego phello, «corcho», y genos, «nacimiento ») se origina inicialmente a partir de células parenquimáticas del córtex y, ocasionalmente, del floema primario. El cámbium suberoso produce nuevo tejido dérmico, que sustituye por ende a la epidermis formada por la protodermis. El cámbium suberoso o felógeno da origen al tejido dérmico secundario Existen dos tipos de tejido dérmico en las plantas vasculares: epidermis y peridermis. La epidermis y el córtex se forman durante el crecimiento primario y en los vegetales que presentan crecimiento secundario son sustituidos por la peridermis. La peridermis la produce el cámbium suberoso y está formada por el súber o corcho, la felodermis y las células del propio cámbium suberoso. El súber o corcho, también conocido como felema (del griego phellos, «corcho »), se forma hacia la parte externa del cámbium suberoso y consiste en células que mueren al alcanzar la madurez. La felodermis (del griego phellos, «corcho», y derma, «piel») es una fina capa de células parenquimáticas vivas que se forma hacia el interior de cada cambium suberoso.