Isaias y Jeremías describieron a Israel como la arcilla en
las manos de un alfarero experto. Arcilla Manos trabajando la arcilla con un poco de barro Necesitamos entender que Dios es capaz de moldearnos hasta hacernos algo extraordinario si confiamos lo suficiente en Él, como para permitirle hacer Su voluntad en nosotros. I. NOSOTROS SOMOS LA “ARCILLA”.
Dios nos formó literalmente de la “arcilla” (Génesis
2:7; Job 33:6). La arcilla es prácticamente inservible hasta que el alfarero le de forma hasta transformarle en algo de uso especial. (Mateo 16:26; 2 Corintios 4:7). II. DIOS ES EL ALFARERO.
Aunque esto parezca absurdo, algunas veces la “arcilla”
niega o desafía al Alfarero (Isaías 29:16; 45:9). El Alfarero sabe muy bien lo que está haciendo con cada uno de nosotros (Isaías 55:8-9; Romanos 11:33-36). El Alfarero también es sumamente hábil (Romanos 9:17-21) y paciente (1 Pedro 3:20; 2 Pedro 3:9-10). III. DIOS PUEDE TRANSFORMAR A CUALQUIERA QUE SE SOMETA A ÉL.
Dios puede usarnos para hacer un instrumento para honra
(2 Timoteo 2:20-21).
Dios puede usarnos a pesar de nuestro pasado (Hechos
9:15-16; 1 Timoteo 1:15-16).
Debemos considerar que todos somos obras en vía de
desarrollo (1 Corintios 8:2-3). IV. LAS ESCRITURAS ESTÁN LLENAS DE EJEMPLOS DE AQUELLOS A QUIENES DIOS HA MOLDEADO.
La mayoría de los judíos siempre rechazo el intento de Dios
de moldearle para hacer de ellos instrumentos para honra (1 Reyes 9:1-9; Jeremías 6:16; Lucas 7:30; Juan 6:66; Hechos 7:51-57; 2 Corintios 3:14).
Por un tiempo, Saulo resistió la mano del Alfarero (Hechos
7:58-8:1; 26:14-20). Coré y su banda de rebeldes rechazaron someterse a la voluntad de Dios y pagaron un precio muy alto (Números 16 : 41-50).
Por otra parte, María estuvo dispuesta a permitir que el
Señor le usara según Su voluntad (Lucas 1:38). CONCLUSIÓN
Si permitimos que Dios nos moldie a través de las
instrucciones que ha dado en Su Palabra, podremos causar que otros glorifiquen a Dios (Mateo 5:16).