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COMO UN CRISTIANO DEBE

ZAFAR DE LA PRESION DE
GRUPO.
Prácticas con las que la sociedad actual
aprendió a convivir, pero que Dios siempre
reprobará.
Texto Bíblico: Isaías 5:20

La sociedad actual en general ha mudado su perspectiva


frente a asuntos relacionados con la moral, pasando de
respetarlos a considerarlos,
“conceptos pasados de moda” o simplemente
religiosidad y fanatismo.
Veamos algunos de ellos y comparémoslos con el
pensamiento de Dios:
1. Las relaciones íntimas. Gálatas 5:19

A. Matrimonio vs. Sexo para todos


Dios estableció el matrimonio y dentro de las facultades que se
poseen al estar casado está el sexo aprobado por Dios. Es el único
escenario en el cual Él aprueba esta práctica exclusiva para marido y
mujer. Aquí no hay nada más que agregar, esta es la posición de Dios
y es innegociable.

¿Pero qué dice la sociedad actual?


La sociedad hoy en día, reprueba totalmente la posición divina, y la califica de
retrógrada, sin sentido, ridícula y abolida. ¿Cómo es posible que no se pueda tener
intimidad con alguien a quien tanto amo?, es una de las preguntas con las que se
pretende descartar lo que Dios piensa. De allí, pues tristemente ya el sexo no es
visto como el regalo de Dios para los casados, sino como algo que está al alcance
de todos. Ya una relación de noviazgo involucra sexo y es visto como algo
absolutamente normal; los encuentros casuales pueden contener sexo y nadie lo ve
mal, los niños y adolescentes inician su vida sexual a muy temprana edad y son
aplaudidos. Las diferencias son claras.
B. Fidelidad vs. Relaciones abiertas. 1 Tesalonicenses 4:3-5.
Otro ataque a la posición de Dios con respecto a las relaciones íntimas y
necesariamente, entonces contra el matrimonio, es el tener más de una pareja
sexual a lo largo de la vida. El mundo secular le llama “libertad”. Se ha llegado a
decir que incluso es “necesario” involucrarse sexualmente con más de una persona
y que además es emocionalmente “saludable”.
La degradación del pensamiento de la sociedad actual es tal que, una pareja de
esposos pueden pactar infidelidades y aparentemente no pasa nada, lo quieren
volver algo normal también. Pero, ¿qué piensa Dios?

Como se menciona en el pasaje de Tesalonicenses, lo que Él quiere es que


tengamos a nuestro cónyuge en santidad y honor, no puede haber adulterio si se
quiere agradar a Dios. No hay acuerdo entre esposos para infidelidad que valga, no
hay excepciones a lo establecido. Recuerde que Dios NUNCA negocia sus
principios.
2. Los negocios y el manejo del dinero. Levítico 19:35-36.

A. Honestidad vs. “astucia”


Dios enseñó la honestidad y la justicia, Él no se agrada ni ve con buenos ojos todo
aquello que sea diferente a la rectitud. No obstante, para la sociedad moderna, las
trampas y las artimañas para sacar ventajas y perjudicar a la otra parte, son solo
‘astucia’ y ‘habilidad’ del negociante.

B. El bien común vs. El bien individual. Proverbios 29:2


Si hay algo que padecen muchas naciones es la corrupción de sus gobernantes.
Muchos de ellos son cegados por la avaricia y no les importa su gente con tal de
llenar sus bolsillos, es lo que nos enseña Proverbios, que “cuando domina
(gobierna) el impío, el pueblo gime.”
3. Cuando las autoridades dejan de ser vistas como tal. Romanos: 13:1.
Dios estableció las autoridades que tenemos y les dio la responsabilidad de guiar,
corregir y enderezar. Con el tiempo ya estas autoridades han dejado de ser vistas
con respeto y ahora se les desafía.
A. Los padres. Colosenses 3:20.
Los padres son la autoridad en el hogar, pero muchos hijos optan por desafiar esa
autoridad y rebelarse. Se dice en términos actuales que “ellos quieren alzar vuelo
por su propia cuenta”, que “no se les puede castigar porque esto vulnera sus
derechos”, etc. ¿Acaso la corrección no fue establecida por Dios? (Proverbios
22:15) ¿No es la corrección necesaria para apartarnos del mal camino?
B. Los maestros.
Los maestros en los colegios, escuelas, academias y universidades también
padecen por culpa de la rebeldía de los jóvenes.
En años anteriores, se debía mostrar sumo respeto a los educadores. Hoy, algunos
están separados de sus estudiantes por barras metálicas, para evitar que los
agredan.
C. La ley. Tito: 3:1
Las violaciones a la ley son la cúspide de lo que inicia en la casa. Si no se permite
la corrección en el hogar, la persona no admitirá tampoco que se le corrija fuera
de ella.
4. El ‘tercer sexo’. Romanos 1:26-27
A. ¿Derecho o condena?
Si hay un tema espinoso es el de la homosexualidad. Y no lo es porque no haya
claridad en la palabra de Dios al respecto, sino porque ahora lo que Dios llamó
impuro, la sociedad actual lo llama derecho, y esto conlleva a que haya
protección para las personas que quieran practicar el homosexualismo, al punto
de que hablar al respecto de forma reprobatoria puede ser ilegal.
Pero como dijeron Pedro y Juan ante el concilio en Hechos 4:19, “juzgad si es
justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios.” La palabra de Dios
es clara y no tiene atajos.

B. ¿Homofobia o advertencia? Romanos 5:8


Una mentira que se volvió pretexto es el hecho de que predicar la verdad con
respecto al homosexualismo equivalga a homofobia. Falso. Si fuese cierto eso,
entonces el predicar contra el robo, la fornicación, la embriaguez, etc. Nos haría
tener fobia a los ladrones, fornicarios y a los que se embriagan. Dios ama al
pecador pero detesta al pecado, de hecho Jesús dio su vida por los pecadores
Por tanto, Dios no acepta la práctica pecaminosa, pero está siempre dispuesto a
perdonar al pecador.
La presión es fuerte, pero con valor y firmeza uno puede pararse firme en el Señor,
en nuestras creencias y convicciones, aun cuando la mayoría haga lo contrario.
Debemos ser nosotros mismos, y no tener temor de darnos a conocer tal como
somos, SIEMPRE Y CUANDO nuestra forma de vida no vaya en contra de los
principios de DIOS, Débenos pensar y razonar por nosotros mismos, solamente
basados en la palabra de Dios, que es para nuestra edificación.
Conclusión
Entre más se aleje la sociedad de Dios, más admitirá lo que él reprueba. Lo que
Dios estableció en su palabra, esa es su voz, y si su voz está contra el pecado,
entonces esa es la verdad.
Debemos estar firmes en Jesús y no dejarnos llevar por las corrientes de la
sociedad actual. No podemos llamar bueno a lo que Dios llama malo, ni malo a lo
que Él llama bueno.
Mientras haya vida hay esperanza, esperanza que tienen aún los que detestan los
principios divinos. Hay tiempo para el arrepentimiento, es mejor aprovecharlo.

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