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Virginia Axline (1969), creadora de la terapia de juego no directiva, dice que el objetivo de su
técnica es tomar conciencia de la individualidad. Esta terapia se basa en que es el niño quien
dirige el curso del proceso y la función del terapeuta es facilitar su crecimiento sin ningún tipo
de presión.
Los principios básicos que guían al terapeuta en todos sus contactos terapéuticos no-directivos son
muy sencillos, pero de enormes probabilidades cuando son ejecutados con sinceridad, consistencia
e inteligencia.
1. El terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con el niño, mediante la cual se
establece una armonía lo antes posible.
3. El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la relación, de tal forma que el niño
se siente libre para expresar sus sentimientos por completo.
4. El terapeuta está alerta a reconocer los sentimientos que el niño está
expresando y los refleja de nuevo hacia él de tal forma que logra profundizar más
en su comportamiento.
5. El terapeuta observa un gran respeto por la habilidad del niño para solucionar
sus problemas, si a éste se le ha brindado la oportunidad para hacerlo. Es
responsabilidad del niño decidir y realizar cambios.
singular experiencia en igual forma que afronta todas sus nuevas experiencias -ya
sea con entusiasmo, temor, precaución, resistencia o cualquiera otra forma que
La total aceptación del niño se demuestra por medio de la actitud del terapeuta.
Él conserva una relación tranquila, segura y amigable con el niño. Evita
demostrar cualquier señal de impaciencia, absteniéndose de realizar cualquier
crítica o reproche -ya sea directa o indirectamente-. Elimina todo halago en lo
relativo a acciones o palabras. Todo esto requiere de una disciplina por su parte.
Existe un sinnúmero de trampas en las que un terapeuta incauto puede caer.
El niño es un ser muy sensitivo y está capacitado para captar hasta el rechazo
más velado hacia su persona por parte del terapeuta. Cuando uno se detiene a
considerar que el niño ha sido traído de la clínica porque el padre está buscando
que modifiquen su conducta, se llega a la conclusión (y parece muy acertada)
que el padre está rechazando en parte, sino es que toda, la actitud del niño.
En consecuencia, la total aceptación del niño parece ser de vital importancia
para el éxito de la terapia. ¿Cómo puede el niño adquirir el valor para
expresar sus verdaderos sentimientos si no es aceptado del todo por el
terapeuta? ¿Cómo puede evitar los sentimientos de culpa resultante de lo que
hace si no se siente aceptado por el terapeuta, no importando lo que él
pueda decir o hacer? La aceptación no implica una aprobación de lo que él
está haciendo.
Ésta no puede ser muy enfatizada. Aprobar ciertos sentimientos negativos que
el niño puede expresar sería más de perjuicio que de ayuda.
ESTABLECIENDO UN SENTIMIENTO DE PERMISIVIDAD
El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la
relación, de tal forma que el niño se sienta libre para expresar sus
sentimientos por completo.
Aquí están las hojas de papel. Estos son los trapos para limpiar los residuos de
pintura. En este tarro hay arcilla. Puedes trabajarla así y realizar con ella lo que
desees. Estas son pinturas de agua. Humedeces el papel y desparramas en él la
pintura con tus manos. Estos son títeres. Se ajustan a tu mano de esta forma. Tú
hablas por ellos diciendo lo que tu desees que digan. Aquí está una casa de
muñecos. Esta es la familia que vive en la casa de muñecos. Éste es el padre.
Ésta es la madre. Éste es el bebé. Ahora puedes jugar con cualquier objeto del
cuarto en la forma que desees. Dispones de una hora para hacer lo que quieras.
Durante la primera hora, el niño investiga los materiales y se mantiene alerta
podría considerar como forma terapéutica. Sin embargo, tal vez estén
para poderse expresar. Si el terapeuta les permite esa libertad, así como el
alguna actividad que sea peligrosa para él. Si debe salir del salón de terapia
ser efectivo, la hora de terapia no debe estar tan divorciada con la rutina diaria
del niño, en tal forma que no se posponga fuera del cuarto de juego.
Debe conservar en mente el hecho que la terapia de éxito está basada en
la liberación de sentimientos que ayudan al desarrollo de la visión
interior del sujeto, que redunda en una auto dirección más positiva. Es
importante que el terapeuta comprenda que en muchas ocasiones las
actividades desarrolladas por el niño estando en el cuarto de juego
suscitarán severas críticas si se llevan a cabo en el exterior.
niño llega a las diez y media, el contacto de juego termina a las once.