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El documento describe cómo los monos, simios y el aye-aye se han adaptado a las selvas tropicales. Tienen brazos largos para columpiarse en los árboles y evitar depredadores terrestres. El aye-aye se ha convertido en un alimentador nocturno con ojos grandes y dedo alargado para encontrar comida en la oscuridad y construir nidos altos durante el día.
El documento describe cómo los monos, simios y el aye-aye se han adaptado a las selvas tropicales. Tienen brazos largos para columpiarse en los árboles y evitar depredadores terrestres. El aye-aye se ha convertido en un alimentador nocturno con ojos grandes y dedo alargado para encontrar comida en la oscuridad y construir nidos altos durante el día.
El documento describe cómo los monos, simios y el aye-aye se han adaptado a las selvas tropicales. Tienen brazos largos para columpiarse en los árboles y evitar depredadores terrestres. El aye-aye se ha convertido en un alimentador nocturno con ojos grandes y dedo alargado para encontrar comida en la oscuridad y construir nidos altos durante el día.
brazos largos para usar el dosel para columpiarse en los árboles, y evitar a los depredadores terrestres. El pequeño aye-aye, un pequeño primate de Madagascar, ha evolucionado hasta convertirse El camuflaje es una importante adaptación en un alimentador nocturno para escapar de las para muchos de los animales de la selva garras de los depredadores en la luz del día. Sus húmeda tropical. El arreglo denso de la ojos grandes permiten más luz en la noche, y vegetación ofrece un lugar para que los también utilizan la colocación para encontrar su animales se escondan y, con la ayuda de presa en la oscuridad. Se aprovecha de los árboles adaptaciones de camuflaje, pueden volverse altos de la selva para construir su nido durante el casi invisibles. Uno de los animales más día para salir del ocultamiento de la vista de los grandes con esta adaptación es el oso depredadores del suelo. El dedo extrañamente perezoso alargado del aye-aye ha evolucionado para sacar insectos de pequeños agujeros en la corteza de los árboles donde no puedan llegar los dedos más cortos.