Hansel Eguilos ,Romel Baldivia, Alejandro Rada y Rigel Raljevic
3SBM Darío I se decidió a castigar a aquellos que habían auxiliado a los rebeldes encargó la dirección de la represalia a su sobrino Artafernes y a un noble llamado Datis. Temístocles creía que la Hélade no tendría salvación en caso de un ataque persa, si Atenas no desarrollaba antes una poderosa marina. La flota persa se hizo a la mar en el verano de 490 a. C. Milcíades exhortó a los atenienses a hacerles frente. En lugar de tomar una estrategia defensiva, logrando crear sorpresa y pánico en las tropas, muchas de las cuales se dieron a la fuga y fueron perseguidas y diezmadas por los griegos. Las bajas persas ascendieron a más de 6000 hombres, mientras los griegos sólo perdieron 192. En conclusión: La derrota de los persas se debió a dos factores fundamentales. En primer lugar, a las tácticas griegas de aprovechar al máximo las particularidades del terreno, el aprovechamiento del factor sorpresa. En segundo lugar, a la errónea organización estratégica persa. También un factor psicológico sobre la elevada moral de combate de los Atenienses, quienes estaban animados por un inusual sentido de compromiso.