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JORNADAS SOBRE IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN

VIOLENCIA ESTRUCTURAL CONTRA


LAS MUJERES, UN PROBLEMA QUE LA
SOCIEDAD IGNORA

MSc. Ana Mary Risso Ramos


PATRIARCADO
…la cara no tan oculta de la violencia estructural contra las mujeres

Espacio
División
público /
sexual del
Espacio
trabajo
privado

Doble
parámetro Estereotipos
de valoración de género
sexista

Roles de
género

Instituciones patriarcales:
Matrimonio / Familia / Maternidad
La violencia estructural contra las mujeres por motivos de género…
…un fantasma muy real que no se ve pero está presente!

La violencia contra las mujeres es mucho más que golpes y gritos.


Son todas las situaciones donde son discriminadas, descalificadas, ignoradas,
excluidas y vulnerados sus derechos como seres humana simplemente por ser
mujer.

La violencia estructural sexista es el andamiaje del sistema de poder machista


que llamamos patriarcado, que tiene más de 7.000 años de existencia, y aún
goza de muy buena salud.
PATRIARCADO
…la cara no tan oculta de la violencia estructural contra las mujeres

Las relaciones entre los géneros


femenino y masculino son relaciones de
poder, porque en esa construcción
social de los comportamientos de
género, las mujeres siempre han sido
colocadas en una posición inferior,
subordinada.
La jerarquía obedece a un orden
vertical y queda establecida en función
del hombre valorado socialmente como
superior en comparación con la
posición que la sociedad concede a las
mujeres y a lo femenino.
La casa, la familia y el trabajo… Los lugares donde la sociedad impone la
mayor violencia estructural contra las mujeres.

Roles diferenciados según el sexo en la sociedad patriarcal

• Constitución de los hogares (familias) a través de un


vínculo establecido en forma religiosa y/o jurídica por
medio del matrimonio donde las mujeres históricamente
han estado subordinadas y sometidas a la autoridad de la
figura masculina.

• La idea del hombre (padre) cabeza o jefe del hogar y de la


mujer (esposa y madre) ama de casa con hijas/os al
cuidado de ésta última.

• Al hombre socialmente se le reconoce la autoridad dentro del hogar, figura patriarcal dueño del
poder, del dinero y los bienes, único a través del cual se heredaba. La mujer es asumida como
una figura subordinada al hombre, con la obligación moral de cuidado, para el cual debe estar
siempre accesible y disponible a expensas de su propio tiempo y trabajo; trabajo no remunerado
que deben hacer por amor.

• En los casos que es necesario decidir por el retiro del empleo para atender a las/os hijos,
personas enfermas o de la tercera edad, la selección recae sobre la mujer.

Los cuidados y el trabajo doméstico, asuntos de mujeres…


La concepción tradicional de maternidad, matrimonio y familia de la sociedad patriarcal representa
para las mujeres condiciones de discriminación y desigualdad, y en consecuencia, implica la
violación de sus DDHH; situaciones que el Estado venezolano está obligado a cambiar no solo por
mandato de la Constitución Nacional vigente, sino porque son obligaciones contraídas con
Convenciones Internacionales en DDHH de las mujeres y es la única forma de que Venezuela se
incorpore al camino del desarrollo.

¿Qué puede hacer el Estado a favor de las mujeres?

El cambio cultural para lograr la igualdad real y efectiva de


las mujeres toma tiempo y es necesario imponerla desde
el Estado a través de legislaciones específicas en la
materia, transversalizando la perspectiva de igualdad de
género en todas las leyes y en la institucionalidad tanto
pública como privada, sin embargo, es indispensable
tomar medidas de efecto más inmediato que permitan
subsanar las consecuencias de las desigualdades
mientras se logra el cambio de las mentalidades sexistas
en el colectivo social.
¿Quién concilia y para qué?

Cuando se habla de “conciliación” se piensa en


mujeres, las mujeres son las que “necesitan” y
“deben” conciliar. Detrás de esta postura subyace
los conceptos tradicionales de maternidad,
matrimonio y familia. Siendo así, las políticas
públicas no servirían para resolver las
discriminaciones contra las mujeres, sino que
reproducen y refuerzan relaciones que someten y
subordinan a las mujeres atándolas a la doble
jornada laboral y a su “responsabilidad” en las
tareas domésticas y de cuidado.

Las políticas de conciliación serían entonces,


para facilitar la doble jornada laboral de las
mujeres, por este motivo es importante, que
también se promueva la corresponsabilidad
parental y la equitativa distribución del trabajo
doméstico que se hace en los hogares y que es
indispensable para la reproducción humana y el
mantenimiento de la vida, a través de políticas de
cuidado que si están enfocadas a lograr cambios
en la estructura de la sociedad.
Mirando las vidas de las mujeres a través del visillo…

•La relación de las mujeres su vida familiar es conflictiva cuando en los hogares no hay
corresponsabilidad con las tareas domésticas, la manutención y el cuidado; y cuando
carecen de recursos para delegar en servicios contratados la ejecución de las mismas.
•La mujeres resuelven a costa de si mismas, cumplen a cabalidad con sus roles de madre,
esposa y trabajadora a expensas de su calidad de vida personal, tratando de afectar lo
menos posible a los miembros de su grupo familiar.
•Delegan fundamentalmente actividades de cuidado en
esposos o familiares, conservando la responsabilidad
sobre la tareas domésticas, que no cesan nunca.
•Como estrategia para cumplir con labores de estudio o
domésticas, reducen las horas de descanso nocturno.

•Las mujeres que no cuentan con familiares o recursos


económicos para delegar el cuidado de hijas/os en
edades de 7 a 13 años en servicios contratados, dejan a
sus hijas/os solos en casa durante las horas de ausencia
por trabajo.
Mirando las vidas de las mujeres a través del visillo…

•Las tensiones y conflictos ocurren en todos los ámbitos de la vida de la mujer pero no
son percibidas como tales porque han sido educadas para ser madres y esposas antes
que seres humanos individuales. Por esto asumen la doble jornada laboral, las elecciones
y renuncias de sus vidas personales como un destino fatal.
•El concepto de vida propia o personal está relacionado con los roles de madre y esposa,
lo privado como doméstico y no como individualidad.

•La visión tradicional de roles de género


persiste y es la causa de la sobre carga de
trabajo femenino o doble jornada laboral, que
resta oportunidades de desarrollo a las
mujeres.
•Se evidencia el conflicto entre el peso cultural
de la maternidad y la realidad vivida, no
reconocen abiertamente las limitaciones que
de ella se derivan para su vida personal.
Mirando las vidas de las mujeres a través del visillo…

•Muchas mujeres viven sus vidas en cautiverio, son


madresposas sin tiempo propio para satisfacer
necesidades personales y deseos privados, al
servicio de sus familias, supeditando su vida a la
satisfacción de las necesidades de sus hijas/os.

•Las mujeres salieron a trabajar en el espacio


público pero los hombres no lo han hecho de la
misma forma en el espacio doméstico, asumiendo
las cuotas de las responsabilidades que les
corresponden.

•Las vidas de las mujeres cuando se hacen madres y


esposas resultan ser vidas “expropiadas”, necesitan
de corresponsabilidad parental y familiar, así como
servicios de cuidados y domésticos públicos donde
resolver, para poder desarrollarse personal y
profesionalmente.
Mirando las vidas de las mujeres a través del visillo…
…dentro del contexto de la crisis humanitaria compleja!

Ellas resuelven a costa de sí mismas, es decir, reducen horas de sueño nocturno y


descanso, se olvidan de su cuidado personal, posponen su vida sentimental y
proyectos en función de las necesidades de sus hijas/os, familia y casa. Es un
problema considerado privado y además de la mujer, el Estado no participa y
tampoco las empresas. La manera de resolver es personal de cada mujer, de acuerdo
a los recursos de los cuales disponga y qué tanto esté dispuesta a sacrificar por su
familia y su hogar.

Cuando las familias tienen una visión tradicional de roles de género, ocurre la sobre
carga de trabajo femenino, volviéndose entonces, conflictivos con la vida personal de
la mujer. Este conflicto existencial de las mujeres es la reacción ante la violencia
estructural machista a la que son sometidas.
La sobrecarga de trabajos domésticos y de cuidado es violencia
sexista contra las mujeres.
Las relaciones familiares y de pareja regidas por patrones culturales machistas han
normalizado, naturalizado e invisibilizado las discriminaciones y desigualdades contra las
mujeres en el espacio doméstico. Si no se cambia lo fundamental, las acciones que se
realicen en el espacio público no tienen incidencia efectiva en la situación de las mujeres en
el espacio privado/doméstico.

El Estado venezolano de forma incipiente ha legislado para establecer la igualdad y DDHH de


las mujeres en el espacio público, pero ha sido omisivo e incluso negligente, cuando no ha
garantizado esos derechos de forma real y efectiva, impulsando la igualdad de las mujeres
como política de Estado. Hay compromisos pendientes como la Ley de Igualdad de
Oportunidades, desarrollar el sistema de justicia en materia de violencia contra la mujer, así
como legislar en materia de Economía del Cuidado y un Plan Nacional de Igualdad de
Género que sea verdaderamente inclusivo sin discriminaciones por ideología política.
RECOMENDACIONES
Que deben involucrar al Estado, empresas, sociedad civil organizada y al colectivo
social.

•Equiparar los lapsos de permisos de maternidad y paternidad en la LTTT (Reforma del


art. 339).

•Desarrollar políticas públicas de cuidado y conciliación


que apoyen a las mujeres trabajadoras en el cuidado
de sus hijas/os, particularmente en edades pre y
adolescentes (7 a 13 años de edad).

•Incluir el valor del cuidado y tareas domésticas en los


acuerdos económicos de los casos de parejas con
hijas/os que desintegren la unión, establecido en
unidades tributarias, para que se convierta en un
derecho exigible y justiciable, no discrecional.
RECOMENDACIONES

•Desarrollar campañas de sensibilización y


educación a través de la red de medios
públicos y privados para combatir el sexismo
en las programaciones y la publicidad,
promoviendo valores de igualdad de género,
corresponsabilidad parental y familiar, y un
modelo de dinámica familiar no tradicional y
solidaria.

•Ampliar la red de instituciones competentes


en materia de niños, niñas y adolescentes,
expandir la población objetivo para incluir a
los estratos medios de la población, y eliminar
el sesgo ideológico partidista excluyente que
prevalece actualmente.
Reflexiones finales…
Las mujeres nunca hemos sido
realmente libres porque la libertad
de las mujeres es transgresora, es
antisistema y subversiva; es
descalificada como locura y por ello
socialmente castigada con el
desprecio, la burla, la discriminación
y la muerte en los casos más
extremos, sancionada como el
castigo más grave que puede haber
para delito alguno.

La mujer por rebelarse y exigir sus


derechos inmanentes y naturales, es
asesinada socialmente y de manera
unánime, es decir, hombres y
mujeres coinciden en que así debe La rebeldía nos condena a ser pobres o arrinconadas.
ser. Y con esa realidad, tenemos que
seguir viviendo y luchando por Nawal El Saadawi
cambiar al mundo…
Griselda Barroso Morgado/Ana Mary Risso Ramos

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