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PREPARACIÓN

PARA LA SIEGA

Lección 11 para el 13 de diciembre


SANTIAGO Y LA SEGUNDA VENIDA
Santiago 5:7-12

Esperando Actuando

• Esperar la • No quejarse (5:9)


lluvia (5:7) • Ser pacientes (5:10-11)
• Esperar su • Decir siempre la verdad
Venida (5:8) (5:12)
ESPERAR LA LLUVIA
«Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la
venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el
precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia
hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía»
(Santiago 5:7)

Jesús comparó su Segunda Venida con la siega del trigo


(Mateo 13:37-39).
En Palestina, esta siega se realiza en abril/mayo y debe
ser precedida por la lluvia temprana
(octubre/noviembre) y la tardía (marzo/abril).
¿Qué lluvias preceden a la Segunda Venida?

La lluvia temprana: El derramamiento del


Espíritu Santo en Pentecostés (Hechos 2:4,
16-17; Joel 2:23, 28-32)

La lluvia tardía: El derramamiento final del


Espíritu Santo, que dará poder a su iglesia
para el «gran pregón» (Apocalipsis 18:1-2)
ESPERAR SU VENIDA
Jesús dijo que el Reino de los cielos
«está entre vosotros» (Lucas 17:21)
como un reino espiritual. Pero, además,
los cristianos debemos esperar con
paciencia un Reino glorioso, que Jesús
nos dará en su Segunda Venida.

«Tened también vosotros ¿Cómo podemos afirmar nuestros


paciencia, y afirmad vuestros corazones hasta su Venida?
corazones; porque la venida del
Señor se acerca» (Santiago 5:8)  Confirmándonos en la verdad
(2ª de Pedro 1:12)
 Venciendo la tentación
(Santiago 1:12)
 Soportando tribulaciones por
nuestra fe (Hechos 14:22)
NO QUEJARSE
«Hermanos, no os quejéis unos contra otros,
para que no seáis condenados; he aquí, el
juez está delante de la puerta» (Santiago 5:9)

¿Quejas, murmuraciones,
envidias, favoritismos, pleitos…
dentro de la iglesia de Cristo?

«Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible


es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de
aquel por quien vienen!» (Lucas 17:1)

Desgraciadamente, dentro de la
iglesia existen estos problemas.
Santiago nos dice que esto no debe
ocurrir entre los hermanos.
En última instancia, cada uno dará
cuenta ante Dios por su conducta, en
el día del Juicio.
SER PACIENTES
«Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a
los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos
por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia
de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy
misericordioso y compasivo» (Santiago 5:10-11)

¿Qué aflicciones sufrieron los profetas por su fidelidad?


DANIEL LOS 3 HEBREOS
Hebreos 11:33-38
ELISEO

Taparon Apagaron Evitaron el


bocas de fuegos filo de la
leones impetuosos espada

JEREMÍAS PABLO MICAÍAS

Fueron
Fueron Fueron encarcelados
atormentados azotados
SER PACIENTES
«Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a
los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos
por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia
de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy
misericordioso y compasivo» (Santiago 5:10-11)

¿Qué aflicciones sufrieron los profetas por su fidelidad?


ZACARÍAS ISAÍAS Hebreos
JOB 11:33-38

Fueron
Fueron Fueron
puestos
apedreados aserrados
a prueba

SACERDOTES DE NOB ELÍAS JOSÉ

Anduvieron Fueron
Murieron a
cubiertos de angustiados
filo de espada
pieles
DECIR SIEMPRE LA VERDAD
«Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la
tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y
vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación» (Santiago 5:12)

En consonancia con las palabras de Jesús


(Mateo 5:34-37), Santiago nos pide que
nuestras palabras sean siempre veraces.
Cuando las palabras de un hombre son
siempre verdaderas como sus hechos lo
demuestran, no tendrá por qué tratar de
probar sus afirmaciones con juramentos.
Cuando hablamos la verdad, lo primero es
que rara vez conocemos toda la verdad, aun
acerca de nosotros mismos, y por eso
debemos ser humildes. Segundo, cuando
hablamos la verdad, debería siempre ser
pronunciada con amor y para la edificación
de los oyentes.
«Compañeros de peregrinación, estamos todavía entre las sombras y
la agitación de las actividades terrenales; pero pronto aparecerá
nuestro Salvador para traer liberación y descanso. Contemplemos por
la fe el bienaventurado más allá, tal como lo describió la mano de
Dios. El que murió por los pecados del mundo está abriendo de par
en par las puertas del Paraíso a todos los que creen en él. Pronto
habrá terminado la batalla y se habrá ganado la victoria. Pronto
veremos a Aquel en quien se cifran nuestras esperanzas de vida
eterna. En su presencia las pruebas y los sufrimientos de esta vida
resultarán insignificantes…
Alcemos los ojos y dejemos que nuestra fe aumente de continuo.
Dejemos que esta fe nos guíe a lo largo de la senda estrecha que ha
de llevarnos por las puertas de la ciudad al gran más allá, al amplio e
ilimitado futuro de gloria que espera a los redimidos»

E.G.W. (Profetas y reyes, cp. 60, pg. 540-541)

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