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1.- Indicar al paciente que descanse, ya sea acostado o sentado. Ayudarle a colocar el brazo apoyado en su
cama o mesa.
2.- Colocar el tensiometro en una mesa cercana.
3.- Colocar el brazalete alrededor del brazo con el borde inferior 2.5 cm. por encima de la articulación del
brazo, a una altura que corresponda a la del corazón, evitando presión del brazo.
4.- Colocar el estetoscopio en posición de uso, en los conductos auditivos externos con las olivas hacia
delante.
5.- Con las puntas de los dedos medio índice, localizar la pulsación mas fuerte, colocando el estetoscopio
en este lugar, procurando que éste no quede por abajo del brazalete, pero sí, que toque la piel sin
presionar. Sostener la perilla que de caucho con la mano contraria y cerrar la válvula del tornillo.
6.- Mantener colocado el estetoscopio sobre la arteria. Realizar la acción de bombeo con la perilla, e insuflar
rápidamente el brazalete hasta que el mercurio se eleve 20 0 30 Mm. Hg. por arriba del nivel en que la
pulsación de la arteria ya no se escuche.
7.- Aflojar cuidadosamente el tornillo de la perilla y dejar que el aire escape lentamente. Escuchar con atención
el primer latido claro y rítmico. Observar el nivel de la escala de mercurio y hacer la lectura. Esta cifra es la
presión sistólica.
8.- Continuar aflojado el tornillo de la perilla para que el aire siga escapando lentamente y mantener la vista fija
en la columna de mercurio. Escuchar cuando el sonido agudo cambia por un golpe fuerte y amortiguado.
Este último sonido claro es la presión diastólica. Abrir completamente la válvula, dejando escapar todo el
aire del brazalete y retirarlo.
9.- Repetir el procedimiento para confirmar los valores obtenidos o bien para aclarar dudas.
10.- Hacer las anotaciones correspondientes en la hoja de registro.
SISTOLE
DIASTOLE
ERRORES MAS FRECUENTES PARA
LA TOMA DE LA P/A
La hipertensión arterial es el aumento de la presión arterial de forma
crónica. Es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y, si
HIPERTENSION no se trata, puede desencadenar complicaciones severas como un infarto
de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede evitar
si se controla adecuadamente. Las primeras consecuencias de la
hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida que
soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y
puede verse dificultado al paso de sangre. Esto se conoce con el nombre
de ateroesclerosis.
Ateroesclerosis
Una acumulación de placa grasosa que se espesa y
endurece en las paredes arteriales, que puede inhibir
el flujo de sangre por las arterias a órganos y tejidos y
puede conducir a un ataque al corazón, dolor de pecho
(angina) o derrame cerebral.
Causas
● Sexo: Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las
mujeres hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia. A partir de esta etapa la
frecuencia en ambos sexos se iguala. Esto es así porque la naturaleza ha dotado a la
mujer con unas hormonas protectoras mientras se encuentra en edad fértil, los
estrógenos, y por ello tienen menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, en las mujeres más jóvenes existe un riesgo especial cuando toman
píldoras anticonceptivas.
● Edad y raza: La edad es otro factor, por desgracia no modificable, que va a influir
sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la presión arterial sistólica
o máxima como la diastólica o mínima aumentan con los años y lógicamente se
encuentra un mayor número de hipertensos a medida que aumenta la edad. En
cuanto a la raza, los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de
desarrollar hipertensión que los de raza blanca, además de tener un peor
pronóstico.
● Sobrepeso: los individuos con sobrepeso están más expuestos a tener más alta la
presión arterial que un individuo con peso normal. A medida que se aumenta de
peso se eleva la tensión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de
40 años y en las mujeres. La frecuencia de la hipertensión arterial entre los obesos,
independientemente de la edad, es entre dos y tres veces superior a la de los
individuos con un peso normal. No se sabe con claridad si es la obesidad por sí
misma la causa de la hipertensión, o si hay un factor asociado que aumente la
presión en personas con sobrepeso, aunque las últimas investigaciones apuntan a
que a la obesidad se asocian otra serie de alteraciones que serían en parte
responsables del aumento de presión arterial. También es cierto, que la reducción
de peso hace que desaparezcan estas alteraciones.
Diagnóstico
La única manera de detectar la hipertensión en sus inicios es con revisiones
periódicas. Mucha gente tiene la presión arterial elevada durante años sin saberlo.
El diagnóstico se puede realizar a través de los antecedentes familiares y
personales, una exploración física y otras pruebas complementarias.
Tratamientos