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las
Obligaciones.
Segundo Semestre – año 2021.
LAS OBLIGACIONES, SUS FUENTES Y
CLASIFICACIONES.
► La relación jurídica obligatoria.
► Aspectos Generales.
Art. 578 vincula la obligación a un derecho.
► 2. LA PRESTACION.
Es lo que el deudor debe dar, hacer o no hacer (art. 1438).
Si este objeto consiste en la realización de un hecho positivo, como dar o hacer lago,
recibe el nombre de prestación; en cambio, si consiste en la realización de un hecho
negativo, toma el nombre de abstención.
► Como la obligación en su sentido jurídico debe tener un carácter
pecuniario, por ser el correlato de un crédito, se discute si la prestación
puede o no ser un hecho no pecuniario, no avaluable en dinero. Se
distinguen diversas corrientes sobre este punto.
► A) Doctrina Clásica (Pothier, Aubry et Rau, Georgi, Laurent, Braudry
Lacaninirie, tc.), La prestación debe ser SIEMPRE PECUNIARIA.
► B) Para Ihering, es suficiente que el acreedor tenga un interés en la
prestación, aunque no sea pecuniario, porque el derecho también
ampara los intereses morales de las personas.
► C) Los tratadistas italianos Sciojola y Ruggerio, basados en el
art. 1174 Código Civil Italiano, es preciso distinguir entre la
prestación misma y el interés del acreedor. La primera debe ser
siempre pecuniaria, mientras el segundo puede tener tal carácter o
ser meramente moral o afectivo.
D. Deber de cumplimiento y
responsabilidad del deudor .
► La obligación pone al deudor en una necesidad, de carácter jurídico, de dar,
hacer o no hacer una cosa para con su acreedor. El deudor, por tanto, ha de
cumplir ese deber, o de lo contrario debe soportar las consecuencias jurídicas
que el derecho señale, y que pueden llegar hasta la invasión de sus bienes en
forma forzada con el auxilio de la autoridad.
► El deudor se hace responsable del incumplimiento de su obligación.
► Al día de hoy subsisten algunas figuras que pueden asociarse a la prisión
por deudas, pero se refieren mas propiamente a delitos: La quiebra culpable o
fraudulenta, la prisión derivada del no pago de ciertas multas y el giro doloso de
cheques.
► Otro resabio Art. 1553 CC y el art. 543 CPC.
► En nuestros días la responsabilidad del deudor es patrimonial.
FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
► CONCEPTO: son “(...) los hechos que las generan o las producen, los
antecedentes de donde emana una obligación, las circunstancias que
producen una obligación”.
Clasificación.
► A. DIVISIÒN CLÀSICA.
1. El contrato.
2. El cuasicontrato.
3. El delito civil.
4. El cuasidelito civil.
5. La ley.
El Código Civil adopta esta clasificación, lo que se obtiene de las siguientes
normas: Art. 1437, art. 2284 incis. 1, 2, 3 y 4.
► B. DIVISIONES ALTERNATIVAS.
► Hay autores que discrepan de la clasificación tradicional de las fuentes de las
obligaciones, y proponen, en su lugar, tres alternativas:
► 1. El contrato y la Ley.
► 2. Las tradicionales más el enriquecimiento sin causa y la declaración
unilateral de voluntad.
► 3. Fuentes voluntarias, no voluntarias y la ley, esta última en la cual el
deudor no tiene participación alguna.
LAS DIVERSAS FUENTES.
1. Contratos.
Los contratos son una especie de acto jurídico bilateral que se caracteriza por crear
derechos y obligaciones.
Para el Código Civil: “Contrato o convención es un acto por el cual una persona se obliga
con otra a dar, hacer o no hacer”. Definición criticada:
1. Porque hace sinónimo los términos convención y contrato, no lo son.
2. Más que dar una definición de ctto, da una de obligación.
La funcion de los contratos, ser el modo de realizar los intercambios. No solo los
intercambios onerosos son contratos, también son la donación.
Este enfoque económico cede frente al fundamente jurídico, el contrato obliga porque detrás suyo
siempre existe una promesa, se justifica por una razón moral.
La justificación no solo descansa en el aspecto moral, también como una institución social que
cumple dos funciones.
3. Mecanismo de coordinación de la economía.
4. Mecanismo eficiente para crear riqueza.
El art. 1437, que establece el ordenamiento genérico de las obligaciones, es relativizado
en el art. 2284, ya que éste consagra otra clasificación de las fuentes de las obligaciones.
2. LOS CUASICONTRATOS.
► Según el art. 2284, si el hecho es lícito, se dice que hay un cuasicontrato. Si, por
el contrario, es ilícito, se trata de un delito o cuasi delito. Por eso la noción de
cuasi contrato se opone al hecho ilícito.
► Instituciones cuyo origen esta en el derecho romano.
► Se puede afirmar que la institución del cuasi contrato en el derecho chileno, se
sustenta en los tres cuasicontratos nominados que contiene el art. 2285, en el
principio de enriquecimiento sin causa, y en la declaración unilateral de voluntad.
► LA DOCTRINA DEL CUASICONTRATO HA SIDO CRITICADA, por 3 razones:
1. Se dice que el cuasicontrato no surge a raíz de un hecho voluntario de quien se
obliga.
2. Se dice que no hay un acto lícito.
3. Tampoco existe una analogía con el contrato.
Cuasicontratos Nominados:
► 1. AGENCIA OFICIOSA, (art. 2286). Es el acto de asumir negocios ajenos sin
mandato.
► 2. PAGO DE LO NO DEBIDO, (art. 2295). Es el pago que se hace a un tercero
por error.
► 3. COMUNIDAD. De una comunidad constituida sin que medie contrato, emanan
dos tipos de obligaciones: por una parte, aquellas que versan sobre el uso de la
cosa, y, por la otra, las que devienen de gastos que un comunero ha realizado
con el fin de conservar la cosa.
Estas tres instituciones que son del todo diversas entre si, sin embargo tienen un
elemento en común: las obligaciones de las que son fuente son en general
restitutorias, por lo que puede advertirse que subyacente a ellas está el principio de
enriquecimiento sin causa.
El Código Civil no plantea la existencia de un principio general de enriquecimiento sin
causa, sino que éste se ha generado de manera autónoma. De este modo, es una
institución residual que opera cuando no existe otra que se adapte.
Se han creado algunas instituciones específicas en que la
declaración unilateral de voluntad genera obligaciones.
► La oferta.
► EL Pagaré y la letra de cambio.
3.DELITOS Y CUASIDELITOS CIVILES
(RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL).
► Según el art. 1437, lo determinante es que se presente un hecho que cause
daño de índole diversa al incumplimiento de un contrato.
► Existe una responsabilidad llamada estricta, que consiste en la imputación de
responsabilidad independientemente del grado de culpa con que haya actuado
el sujeto.
► La responsabilidad contractual tiene su antecedente en el incumplimiento de
una obligación contractual, en otras palabras, es una obligación derivada de las
que tienen su origen en el contrato.
► Ejemplo: La Ley de Tránsito.
4. LA LEY.
► El art. 2284 señala que las obligaciones que impone la ley
se expresan en ella. En el Derecho Civil, la ley establece el
mayor número de obligaciones en la cede de familia
(alimentos, art. 321 y ss.).
Clasificación de las Obligaciones.
► 1.SEGÚN SU ORIGEN:
A. Contractuales.
B. Extracontractuales, y estas, a su vez:
i. Cuasicontractuales.
ii. Cuasidelictuales.
iii. Delictuales.
iv. Legales.
► 2. SEGÚN SU OBJETO:
A. De dar, hacer y no hacer.
B. De especie o cuerpo cierto y de género.
C. De objeto singular o de objeto múltiple, y estas ultimas, a su tiempo, se dividen en:
i. De simple objeto múltiple.
ii. Alternativas.
iii. Facultativas.
D. Positivas y negativas.
E. Patrimoniales y extrapatrimoniales.
F. Ordinarias y reales o propter rem.
G. Obligaciones de medios o de resultados.
H. En cuanto a la cosa en que recaen: puede ser muebles o inmuebles, de cosas
consumibles o consumibles, fungibles o no fungibles, etc.
► 3. SEGÚN EL SUJETO:
i. Singular.
ii. Plural.
► 4. SEGÚN SUS EFECTOS:
i. Civiles o naturales.
ii. Principales o accesorias.
iii. Puras y simples o sujetas a modalidad.
iv. De ejecución única, instantánea o postergada y de tracto sucesivo.
OBLIGACIONES DE DAR, HACER Y NO
HACER.
► Antecedentes legales.
► 1.- Art. 1460: “Toda declaración de voluntad debe tener por objeto una o
más cosas que se trata de dar, hacer o no hacer”.
► 2.- Art. 1438: “Contrato o convención es un acto por el cual una parte se
obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa”.
CONCEPTOS:
► OBLIGACIÒN DE DAR:
Doctrinariamente: La que tiene por objeto la transferencia del dominio o la constitución
de un derecho real.
► Nace de los títulos traslaticios de dominio y demás derechos reales. Mediante la
tradición.
► La obligación de dar es distinta de la de entregar.
► El Código Civil confundió ambos tipos de obligaciones, en tal forma que debe
concluirse que la obligación de dar -–para el Código Civil- es aquella que tiene por
objeto la transferencia del dominio, la constitución de un derecho real, o traspasar la
mera tenencia de una cosa.
► ESTA CONCLUSIÒN, ES ACEPTADA POR LA MAYORIA DE LA DOCTRINA, se basa:
1. Según el art. 1548.
2. Los art. 1438 y 1460 CC.
3. El Código Civil utiliza las indistintamente los términos “entregar”, “dar” y “tradición”
para referirse a una misma cosa: La obligación de dar, en la reglamentación de tres
contratos:
A. Compraventa. Art. 1793 CC.
B. Comodato. Art. 2174 CC.
C. Mutuo. Art. 2196, art. 2197 CC.
4. En los arts. 580 y 581 el Código, o confunde los términos, o derechamente adopta la posición de que
la obligación de dar y la de entregar son una misma cosa.
5.El CPC no hace distinción alguna entre ambos tipos de obligaciones: la de entregar es asimilada a la
de dar. La comisión redactora dejo establecido expresamente que el procedimiento establecido para
ejecutar las obligaciones de dar se aplicaría también a las de entregar.
CARACTERISTICAS IMPORTANTES:
1.El deudor no las cumple sino entregando la cosa que es objeto de ella. De los
art. 1548 y 1549 comprende 3 obligaciones:
i. Conservar la especie o cuerpo cierto hasta la entrega.
ii. Emplear en la custodia de la especie el cuidado debido.
iii. Entregar la cosa en el momento oportuno.
2.- El deudor cumple la obligación entregando cualquier individuo del género, siempre que sea a lo menos de
calidad mediana (art. 1509).
3.- La obligación de género no se extingue por la pérdida de la cosa debida, pues el género no perece. El
riesgo es de cargo del deudor (art. 1510).
4.- El acreedor no puede oponerse a que el deudor disponga (destruya, enajene, etc.) de las cosas
comprendidas dentro del género, , con tal que subsistan otras para el cumplimiento de la obligación (art.
1510).
DIFERENCIAS entre las oblig. de especie
o cuerpo cierto y de las de género.
1.Extinción y riesgos.
❖ Las obligaciones de especie o cuerpo cierto se extinguen por la pérdida de la
cosa que se debe, mientras que las de género no.
❖ Los riesgos en las obligaciones de especie o cuerpo cierto son de cargo del
acreedor, y en las de género, son de cargo del deudor.
2.Cumplimiento.
3.Efectos.
❖ En las de especie o cuerpo cierto, además de la obligación de entregar la cosa,
el deudor tiene la de conservarla con el debido cuidado, mientras que en las de
género no tiene esa obligación.
Obligaciones Monetarias.
► Las obligaciones monetarias son por excelencia genéricas y fungibles.
► Si hay un género que no perece, ese es el dinero.
► Cumplimiento de las Obligaciones de Dinero.
Dos principios rigen esta materia:
1. El principio nominalista. Art. 1569 CC.
2. Se aplica algún sistema de reajuste cuando al ley, la convención o la resolución judicial así
lo determina.
► Reajustabilidad de las Obligaciones de Dinero.
1. Cláusula oro, moneda de oro y valor oro.
2. Cláusula moneda extranjera y valor moneda extranjera.
3. Cláusulas en mercadería y valor mercadería.
4. Cláusulas expresadas en valores sujetos a reajustes.
a. Sueldo Vital, b. IPC, c. Unidad tributaria, d. Unidad de fomento.
► Sistema Actual: La Ley 18.010.
Reemplazó al D.L. 455 y modificada por la Ley 18.840 de 1989, es un elemento
esencial a la hora de analizar la reajustabilidad de las obligaciones de dinero.
La ley distingue:
1. Las operaciones de crédito de dinero. Art. 1 Ley 18.010.
a. Operaciones de crédito en moneda nacional en las que no es parte alguna
institución bancaria, sociedad financiera o cooperativa de ahorro y crédito.
b. Operaciones de crédito en que es parte alguna institución bancaria, sociedad
financiera o cooperativa de ahorro y crédito.
► Art. 13 Ley 18.010.
► Art. 10 Ley 18.010.
i. Operaciones no reajustables, pague el capital y los intereses estipulados.
ii. Operaciones reajustables, pague capital reajustado al día del pago efectivo y
los intereses estipulados.
2. Las demás obligaciones de dinero. Diferenciar:
i. Los saldos de precios de compraventas de bienes muebles e inmuebles.
ii. Aquellas que no tienen ningún régimen especial.
iii. Aquellas que tienen reglamentación especial de la ley que las somete a
alguna forma de reajuste.
LOS INTERESES.
► La Ley 18010 contempla una definición especial, más amplia. El art. 2
de dicha ley distingue, en todo caso, entre operaciones de crédito de
dinero no reajustables y reajustables.
► En cuanto a su naturaleza, son:
1. Frutos civiles (art. 647 CC) (art. 790 CC).
2. Accesorios de la obligacion principal. (Art. 1595 inciso 2 CC). (Art. 18
de la Ley 18.010).
Por ser accesorios se traspasan junto con el traspaso del capital, en caso
de sucesión por causa de muerte, subrogación o cesión de créditos. No
así con la Novación, del mismo modo, las cauciones del crédito principal
cubren sus respectivos intereses.
El principio a su respecto es, también, la nominalidad. Excepcionalmente,
se presumen en las operaciones de crédito de dinero. (art. 12 Ley 18.010).
Clasificación de intereses.
► 1. En cuanto a su origen, pueden ser:
- Estipulados.
- Fijados por la ley. Intereses legales:
A. Art. 12 ley 18.010.
B. Art. 1559 CC.
C. Art. 80 ley 18.092.
D. CC, art. 406, 424, 797, 2156, 2158, 2300, 2370, etc.
► 3. Interés por el uso y penales. (Los intereses penales son legales en el caso del art. 1559, y
convencionales cuando se pacta una cláusula penal)
Limitación del Interés Convencional.
► Para estos efectos, el Código Civil distingue entre el interés por el uso(art. 2206
CC) y el penal (art. 1544 CC).
► Estas normas han sido interpretadas extensivamente, de manera que se
estima que se aplican a todo tipo de intereses.
► Art. 6 inc. Final de la Ley 18.010, límite de interés se denomina interés máximo
convencional.
Sanción para la estipulaciones de intereses que excedan al máximo legal, se
distingue dependiendo de la obligacion que se trata:
1. Obligaciones de dinero que constituyen operaciones de crédito de dinero o
saldos de precio de compraventas, o que deriven de convenciones entre
proveedores y consumidores. Art. 8 ley 18.010.
2. Demás obligaciones de dinero (indemnizaciones). Art. 2206, art. 1544.
El Anatocismo.
► El anatocismo consiste en que los intereses devengados por el crédito y no pagados al
acreedor se capitalicen y devenguen a su vez intereses, o, lo que es lo mismos, cosiste en
aplicar intereses sobre intereses.
► Art. 2210 prohibida estipular intereses de intereses.
► Actualmente, Código Civil y la ley 18.010 lo regula:
1. Art. 1559 regla 3.
2. Art. 9 de la Ley 18.010.
Se puede concluir:
- Respecto de las operaciones de crédito de dinero, está plenamente autorizada la
estipulación del anatocismo e incluso los intereses atrasados si generan interés.
- Respecto de la indemnización de perjuicios por la mora de obligaciones de dinero que
no sean operaciones de crédito, intereses monetarios no se capitalizan, no se producen.
- Respecto de las demás obligaciones de dinero, es licito, no hay norma que lo prohíba,
como lo hacia el art. 2210 CC.
Obligaciones de objeto singular o de
objeto múltiple.
► Lo normal es que la obligación tenga un objeto y dos sujetos: acreedor y
deudor. Sin embargo, puede suceder que sean varios.
Cuando se debe más de un objeto, hay tres formas posibles en que se puede
cumplir la obligación:
► 1.- Pagando todos ellos, en cuyo caso se está en presencia de
obligaciones de simple objeto múltiple, o, como también se las llama,
conjuntas o conjuntivas y acumulativas.
Por tanto, las obligaciones complejas de objeto múltiple son tres: las de simple
objeto múltiple, las alternativas y las facultativas.
Las Obligaciones de Simple Objeto Múltiple.
► Estas obligaciones siguen las reglas generales, por lo que no han sido
reglamentadas.
Obligaciones Alternativas (art. 1499 a
1504).
► Art. 1499, “Obligación alternativa es aquella por la cual se deben varias cosas,
de tal manera que la ejecución de una de ellas, exonera de la ejecución de las
otras”.
► La expresión cosas del art. 1499, son tanto cosas materiales como también hechos.
► Los caracteres constitutivos de estas obligaciones:
1. La pluralidad de objetos.
2. El derecho del deudor para extinguir su obligacion mediante el pago de una de las
cosas debidas, no todas.
La ley concede la elección de la cosa (o el hecho que se debe ejecutar o no ejecutar)
con la cual de debe pagar la obligación al deudor (art. 1500), a menos que se estipule
lo contrario.
Efectos de las Obligaciones Alternativas.
1. La naturaleza de mueble o inmueble de la obligacion se determina por la
naturaleza de la cosa que con que se paga.
2. La obligacion no se extingue hasta que se extingan todas las cosas debidas
alternativamente. (art. 1503, art. 1504 CC).
3. El deudor sólo se libera de su obligación entregando cualquiera de las cosas
debidas, pero no puede obligar al acreedor recibir parte de una y parte de otra,
porque las cosas son debidas en su totalidad. (art. 1500 inc. 1).
4. El acreedor no puede pedir determinadamente ninguna de las cosas debidas, a
menos que se haya pactado que la elección fuera suya. (art. 1501).
5. Cuando hay varios deudores o varios acreedores, la elección debe hacerse de
consuno por quienes tengan la facultad de hacerla, es decir, todos de común
acuerdo. (art. 1526 n°6).
La regla general es que la elección de la cosa con la cual pagar sea del deudor (art.
1500 inc. 2), pero ello no obsta a que pueda convenirse lo contrario.
Los riesgos en las Obligaciones
Alternativas.
► Para determinar quien soporta los riesgos de que la obligación alternativa haya
devenido en imposible, hay que distinguir:
1. Perdida Total:
A. Fortuita. Art. 1504.
B. Culpable. Art. 1672.
2. Perdida Parcial:
C. Fortuita.
D. Culpable. Art. 1502 inciso final.
Obligaciones Facultativas (art. 1505-
1507).
► Definición de acuerdo al art. 1505: “la que tiene por objeto una cosa determinada, pero
concediéndose al deudor la facultad de pagar con esta cosa o con otra que se
designa”.
► Lo que caracteriza a este tipo de obligaciones es que hay sólo una cosa debida. La pluralidad
de objeto se presenta en el momento del pago.
► Los efectos de estas obligaciones:
1. El acreedor no puede pedir una cosa distinta de la debida. Art. 1506.
2. Si la cosa debida perece por caso fortuito, el acreedor carece de derecho para demandar
cosa alguna. Art. 1506.
► Si la cosa perece por hecho o culpa del deudor.
► Si la cosa perece por caso fortuito.(Alessandri).
► El art. 1507: “En caso de duda sobre si la obligación es alternativa o facultativa, se tendrá por
alternativa”.
Diferencias entre las obligaciones alternativas y
facultativas.
Obligaciones Alternativas Obligaciones Facultativas.
Hay pluralidad de objetos, se deben todos ellos. Hay unidad de objeto, se debe uno solo, se
El deudor se libera de la obligacion entregando concede al deudor la facultad de pagar con otro
o ejecutando solo uno. diverso que se designa en la convención.
► CARACTERISTICAS:
1. Pluralidad de partes. No puede haber menos de dos personas en la obligacion.
2. Unidad de prestación. Debe ser una sola cosa debida.
Como se ha dicho, cada deudor no se obliga a más que su cuota, y cada acreedor no
puede exigir más que la suya.
La regla general es que la deuda o el crédito se divida por partes iguales, que se
denominan cuotas o partes viriles. Pero la obligación puede dividirse de formas
distintas, por acuerdo de las partes, o cuando hay una sucesión hereditaria (art.
1354 CC).
► EFECTOS:
Dividida la obligación, pasan a existir tantas deudas o créditos según cuantos
sean los deudores o acreedores, generándose las siguientes consecuencias:
1. Si un deudor paga más de lo que le corresponde, dicho pago será considerado
como pago por subrogación o como pago indebido. Derecho de reembolso.
2. La extinción de la obligación que opere respecto de un deudor o a un
acreedor, no afecta los demás acreedores o deudores. (Art. 1690. nulidad).
3.La cuota del deudor insolvente no grava a los demás deudores (art. 1526 y
1355).
4. La interrupción de la prescripción en beneficio de un acreedor no aprovecha a
los demás, del mismo modo como la que perjudica a un deudor no perjudica a los
otros (art. 2519).
5. La nulidad o rescisión de la obligación respecto de uno de los deudores o
acreedores, no aprovecha o perjudica al resto de ellos (art. 1560).
6. La mora de un deudor no afecta a los otros, y la mora respecto de un acreedor
no aprovecha a los otros.
7. La culpa de uno de los deudores no perjudica a los otros ni da acción a los
demás para reclamar perjuicios contra los otros, sino sólo contra el culpable (art.
1540 inc. 1º).
Obligaciones Solidarias.
► ASPECTOS COMUNES A TODA OBLIGACION SOLIDARIA:
Existen casos en que, a pesar de haber varios deudores o acreedores, la obligación no se divide,
estando cada deudor obligado al pago total de ella, y cada acreedor facultado para exigirla
completa.
La solidaridad no proviene del objeto debido. La indivisibilidad, en cambio, proviene de la
naturaleza del objeto debido (indivisibilidad del pago).
La similitud que existe entre las obligaciones solidarias y las indivisibles ha llevado a la ley a
declarar en el art. 1525 que “El ser solidaria una obligación no le da el carácter de indivisible”.
► DEFINICIÓN:
Obligación solidaria es aquella en que hay varios deudores o varios acreedores, y que tiene por
objeto una prestación que, a pesar de ser divisible, puede exigirse totalmente por cada uno de
los acreedores o a cada uno de los deudores, por disponerlo así la ley o las partes, el pago
efectuado a uno de aquellos extingue la obligacion respecto de los demás.
El art. 1511 inciso 2 lo expresa.
Obligaciones Solidarias.
► EXPLICACIÓN O JUSTIFICACIÓN:
Existen dos doctrinas que intentan dar con la justificación de esta institución.
1. Doctrina Clásica Romanista. La solidaridad tiene su justificación en el hecho que en Roma cada
acreedor se entendía dueño del crédito en su totalidad, cuestión que, a su vez, tenía su
antecedente en un factor histórico.
❖ Punto de vista pasivo: la solidaridad se fundaba en la noción de que cada deudor está obligado
por el total, lo es de toda la deuda y puede operar con ella como el deudor único.
1. Doctrina Francesa. Para ésta la solidaridad debe ser entendida de la mano de la institución de
la representación; así, se dice que el acreedor o el deudor que actúa lo hace a nombre de
todos los unos y todos los otros.
❖ Punto de vista activo: cada acreedor puede actuar respecto de la totalidad del crédito en
virtud de un mandato tácito y recíproco que se han conferido todos los acreedores, pero no
porque sea dueño de dicho crédito.
El Código Civil sigue en este aspecto a la doctrina romana, de manera que cada acreedor se
entiende dueño del crédito.
Características de toda Obligación Solidaria.
► Pluralidad de sujetos
► Unidad de la Prestación
► Prestación divisible
► Pluralidad de vínculos obligatorios
► Que provenga de la ley, el testamento o la declaración de las partes.
► Que la obligación se extinga por el pago total efectuado por cualquiera de los
deudores a cualquiera de los acreedores
Fuentes de la Solidaridad (art. 1511 inc.2)
► La ley
► El testamento
► La convención
Se le denomina legal, testamentaria o convencional, respectivamente. Cuando es
testamentaria o convencional, ella es voluntaria, pues proviene de la voluntad de
las partes. Cuando proviene de la ley es forzosa, ya que actúa aún contra la
voluntad de las partes. LA SOLIDARIDAD NO SE PRESUME
Aunque se deduce que la solidaridad legal puede ser activa o pasiva, no hay en el
Código Civil ningún caso de solidaridad legal activa.
SOLIDARIDAD ACTIVA
► “Existe solidaridad activa cuando hay varios acreedores, y cada uno de ellos puede demandar la
totalidad del crédito, en términos que el pago efectuado a cualquiera de ellos, extingue la obligación
respectiva de los demás”.
La solidaridad activa se encuentra actualmente en desuso, fundamentalmente por los peligros que encierra:
1.- Puede suceder que el acreedor que cobra el crédito no quiera pagarle a los otros la parte que les
corresponde.
2.- En Chile, el acreedor puede disponer del crédito, novándolo, remitiéndolo y compensándolo, aun en
perjuicio de los demás acreedores.
3.- La solidaridad activa se transmite a los herederos del acreedor fallecido, por lo que las facultades
que tenía éste respecto del crédito favorecen a todos éstos.
► Una vez efectuado el pago a uno de los acreedores, la obligación se extingue respecto de todos.
Efectos de la solidaridad activa
► Se deben estudiar desde el punto de vista de los efectos que se producen entre el deudor y los acreedores solidarios, y desde el de los que se
producen entre los coacreedores una vez extinguida la obligación.
► “Existe solidaridad pasiva cuando hay varios deudores y cada uno está
obligado al pago del total de la deuda, y el pago efectuado por cualquiera de
ellos extingue la obligación para todos.”
Las ventajas que la solidaridad pasiva reporta al acreedor son, fundamentalmente,
las siguientes:
1.- Con una demanda puede cobrar toda el crédito.
3.- Puede dirigirse contra otro deudor por el remanente que no pagó el
primitivo.
-Todos los modos susceptibles de extinguir la obligación lo hacen hasta el monto de la deuda
respecto del cual operan, con independencia de si benefician o no a todos los deudores. (arts. 1514
y 1515).
► 1.- Pago. El pago total de la obligación, la extingue respecto de todos los demás.
► 2.- Otros modos de extinguir las obligaciones. Lo dicho respecto del pago es aplicable a la
extinción de la obligación por novación, compensación, y confusión. Arts 1510, 1520 inc. 2,
1521 y 1657
Pérdida de la cosa que se debe. Si la especie o cuerpo cierto debido perece, es necesario distinguir
si la pérdida fue fortuita o culpable (art. 1521)
ii) Pérdida culpable: en este caso se debe separar lo que es la obligación de pagar el precio de lo
que es la indemnización de perjuicios. La solidaridad subsiste respecto de lo primero; en
consecuencia, los codeudores son solidariamente obligados al pago del precio, salva su acción
contra el culpable o moroso. Pero, dicha solidaridad no subsiste respecto de la indemnización, pues
ésta sólo puede exigirse al deudor culpable o moroso.
Si todos los deudores están constituidos en mora, o si la cosa perece por culpa de todos ellos,
responden solidariamente por el precio de la cosa, pero no por los perjuicios, ya que no hay
disposición expresa referente a ello, y se ha dicho que la solidaridad no se presume.
3) Interrupción de la Prescripción: La interrupción de la prescripción en perjuicio de un
codeudor, perjudica a todos los demás (2519). Este efecto no se produce respecto de la
suspensión, pues –como se dijo- este es un beneficio que se concede sólo a ciertas
personas.
4) Mora: La constitución en mora de un deudor, importa la constitución de todos los
demás. No lo dice la ley, pero esta conclusión es uniformemente aceptada en la
doctrina.
5) Otros Efectos Menores
► 1.- Claúsula penal. Si hay establecida una cláusula penal, el acreedor podrá exigir toda
la pena del deudor infractor, o podrá exigir de cada deudor, la cuota correspondiente,
sin perjuicio del derecho de los codeudores de repetir contra el infractor (art. 1540).
► 2.- Cesión de Créditos. Basta la notificación a uno de los codeudores para que quede
perfecta la cesión, porque éste representa a los otros.
6) Excepciones que los Deudores Solidarios pueden Oponer al Acreedor
► Entre los CODEUDORES (CONTRIBUCIÓN A LA DEUDA)
Una vez satisfecho el crédito, los codeudores deben soportar lo que efectivamente les
correspondía en la deuda; se termina la solidaridad, rigiendo entre ellos las reglas
generales de las obligaciones simplemente conjuntas: la obligación se divide a
prorrata de la cuota que corresponde a cada cual.
b) La solidaridad interesaba sólo a alguno de los codeudores. En este evento, la ley da el carácter de fiadores a los
que no tienen interés en la deuda. De esto se derivan diversas consecuencias según quién extinguió la deuda. En
consecuencia, si:
- La deuda la extinguió un codeudor que no estaba interesado en ella: Este codeudor se subroga en todos los
derechos del acreedor, incluída la solidaridad. Art. 2372: “Si hubiere muchos deudores principales y solidarios, el
que los ha afianzado a todos podrá demandar a cada uno de ellos el total de la deuda, en los términos del art. 2370
[con intereses, gastos e indemnización de perjuicios]; pero el fiador particular de uno de ellos sólo contra él podrá
repetir por el todo; y no tendrá contra los otros sino las acciones que le corresponda como subrogado en las del
deudor ha quien a afianzado”.
- La deuda fue extinguida por alguno de los codeudores interesados en la deuda. Art. 1522 inc. 2º dispone que en
este caso los codeudores interesados “(...) son responsables entre sí, según las partes o cuotas que les
correspondan en la deuda (...)”, de manera que no pueden cobrar nada a los no interesados en ella. El fiador nada
debe cuando la deuda es pagada por el deudor principal. DEUDOR INSOLVENTE: La cuota del deudor insolvente
no grava, naturalmente, a la del que no tenía interés en la deuda, pues a éste nada se le puede cobrar.
RESUMEN CONTRIBUCIÓN A LA DEUDA
El deudor que pagó se
subrroga en la acción del
Solidaridad Interesaba a
acreedor. Conserva todos los
todos:
privilegios y seguridades
(menos solidaridad)
La extinguió un codeudor
INTERESADO:Art 1522 inc. 2°
No da lugar a la contribución
Gratuito
a la deuda
Extinción de la Solidaridad
► Por muerte de uno de los codeudores dejando varios herederos: Art. 1523
El acreedor puede:
ii) Puede demandar a alguno de ellos, pero sólo por la parte que le corresponda en el total de la deuda según sus derechos hereditarios.
► Por renuncia de la solidaridad por el acreedor. Art 1516 inc. 1 La renuncia puede ser:
a) Individual o parcial, cuando favorece a uno varios codeudores designados precisamente. En este caso, el acreedor no puede demandar a los beneficiados sino
por la cuota que les cabe a éstos en la deuda, sin perjuicio de que al resto pueda demandarlos por el total, o por el saldo si alguno de los beneficiados pagó su
cuota. Así lo señala el art. 1516 inc. 3º: “Pero esta renuncia expresa o tácita no extingue la acción solidaria del acreedor contra los deudores, por toda la parte del
crédito que no haya sido cubierta por el deudor a cuyo beneficio se renunció la solidaridad”.
b) General o total, cuando favorece a todos los codeudores, consintiendo el acreedor en la división de la deuda (art. 1516 inc. final). la obligación pasa a ser
simplemente conjunta.
d) Tácita, cuando se deduce de ciertos actos que revelan el ánimo de renuncia, o, cuando es individual, se reúnen estas tres circunstancias señaladas en el inc.
2º del art. 1516:
i) Que el acreedor haya exigido o recibido a uno o de uno de los deudores su cuota de la deuda.
ii) Que el acreedor haya declarado en la demanda o carta de pago que exige o recibe esa cantidad a título de la parte o cuota correspondiente.
iii) Que el acreedor no haya hecho reserva especial de la solidaridad o reserva general de sus derechos, como si declara que limita su acción a la parte o
Solidaridad Imperfecta
Según algunos autores franceses, la solidaridad se divide en perfecta e imperfecta,
según si produce todos los efectos anteriormente señalados, o si sólo produce el
efecto de dar el derecho al acreedor de cobrar el total de la obligación, sin que hayan
otros efectos.
Esta teoría se ha formado para llenar los vacíos de la del mandato tácito, que explica
satisfactoriamente los efectos de la solidaridad convencional, pero no los de la legal:
¿cómo se explica que exista un mandato entre quienes han cometido un delito o
cuasidelito civil?. Así, se dice en estos casos que la solidaridad es imperfecta, pues
únicamente otorga el derecho a cobrar el total de la deuda a todos los codeudores, en
la forma que señala en Chile el art. 1514 del Código Civil.
Sin embargo, esta doctrina no ha sido aceptada ni siquiera por los tribunales
franceses. Además, en Chile no tiene ningún valor legal, porque el art. 1511 no hace
distinción alguna entre perfecta e imperfecta, y donde el legislador no distingue, no es
lícito al hombre distinguir.
OBLIGACIONES INDIVISIBLES
► La singularidad de las obligaciones indivisibles está dada, entonces, por que, por
un lado, constituyen una excepción a la regla de que cuando hay más de un
deudor y/o más de un acreedor cada uno de los primeros está obligado a su cuota
y cada uno de los segundos tiene derecho nada más que a la suya; y, por otro, por
que su carácter excepcional no proviene del arbitrio de la ley, el testamento o la
convención de las partes –como es el caso de la solidaridad-, sino que de la
naturaleza misma del objeto debido. La regla que sufre modificaciones no es, por
ende, la del art. 1591, pues el acreedor siempre tiene derecho a recibir el pago en
forma íntegra, sino la de que, cuando hay pluralidad de sujetos, cada uno de éstos
tiene derechos y obligaciones sólo respecto de su cuota.
En derecho una cosa es materialmente divisible cuando puede fraccionarse sin dejar de ser lo que es, sin
perder su identidad. Son materialmente indivisibles, por tanto, las cosas que no admiten fraccionamiento sin
que dejen de ser lo que son. Un buen criterio para determinar cuándo una cosa fraccionada pierde su
identidad está dado por si la reunión de todas las fracciones resulta o no en el mismo valor que la cosa tenía
antes de la división. Así, es físicamente indivisible, por ejemplo, un caballo.
La división intelectual o de cuota, en cambio, consiste en suponer o imaginarse fraccionada una cosa
material o físicamente indivisible. Una cosa es intelectualmente divisible cuando su utilidad se puede
dividir, para cuya definición se atiende a si el derecho que en la cosa o con respecto a la cosa ha de
ejercerse es o no susceptible de división o posesión por varias personas.
Así, hay cosas físicamente indivisibles que admiten división intelectual, como cosas que, si bien son
físicamente divisibles, la ley las considera indivisibles, como son los lagos de dominio privado, las
servidumbres y la propiedad fiduciaria (arts. 1317, 751, 827 y 825). Están también en esta situación la acción
de saneamiento de la evicción y de los vicios redhibitorios, la denuncia de obra nueva y la de obra ruinosa.
Según el art. 1524, una obligación es divisible cuando su objeto es una cosa susceptible de división física o
intelectual; y es indivisible cuando el objeto no es susceptible de división. Para que sea divisible no es
necesario que ambas divisiones se presenten en forma copulativa, basta con una de ellas. Para que sea
indivisible es necesario que el objeto no admita ninguna de las dos divisiones.
Clasificación de la Indivisibilidad
► La indivisibilidad que se opone a la divisibilidad de un objeto puede ser de dos grandes tipos:
1.- Implícita. Se subentiende aun cuando no se pacte, y corresponde a la indivisibilidad que la ley contiene en el
art. 1524, según el cual una obligación es divisible según la naturaleza de la prestación o cosa debida, esto es,
dependiendo de si ésta es "susceptible de división, sea física, sea intelectual o de cuota". La indivisibilidad se
este tipo se divide en dos, atendiendo a la razón por la cual la obligación se hace indivisible:
a) Absoluta, necesaria o natural. La prestación, como tal, no puede ser dividida desde el punto de vista lógico. La
obligación es de tal modo indivisible, que las partes no pueden derogarla.
b) Relativa o de obligación. La prestación es lógicamente divisible, pero el deudor sólo satisface al acreedor,
desde el punto de vista del interés económico implícito en el contrato, realizando la prestación en unidad
(indivisibilidad implícita propiamente tal). Aquí la indivisibilidad se asocia a la buena fe. El art. 1524 contiene un
ejemplo en este sentido: la obligación de construir una casa. Si bien ésta es lógicamente divisible, no lo es
económicamente, ya que el acreedor busca obtener una casa construida en su totalidad.
La diferencia entre la indivisibilidad absoluta y la relativa radica en que como en la segunda la obligación
es lógicamente divisible, las partes pueden dejar sin efecto la indivisibilidad.
2.- Convencional o de pago, y testamental. Esta indivisibilidad cumple fines económicos o de simple garantía
(pasa a los herederos). Corresponde a los casos en que, siendo la obligación por su naturaleza divisible, la ley,
en el art. 1526, la califica, sin embargo, de indivisible. Merece este artículo un desarrollo especial, pero no debe
olvidarse que forma parte de la indivisibilidad de pago.
Indivisibilidad en las obligaciones de
dar, hacer y no hacer.
1.- Obligaciones de dar. Es normalmente divisible (no la de entregar, que para
estos efectos es una obligación de hacer), pues cada deudor puede transferir su
cuota en el dominio o derecho de que se trate, y cada acreedor puede demandar la
suya. La excepción la constituye la obligación de constituir una servidumbre.
1.- El objeto dado en prenda o hipoteca. Si son más de una las cosas que garantizan una deuda con
prenda o hipoteca, el acreedor puede dirigirse contra alguna o todas ellos por el total de la deuda. Así lo
señala el art. 2408 inc. 2º: “En consecuencia, cada una de las cosas hipotecadas a una deuda y cada
parte de ellas son obligadas al pago de toda la deuda y de cada parte de ella”.
2.- En cuanto al crédito garantizado. El o los objetos dados en prenda o hipoteca garantizan la deuda
hasta que ésta se extinga completamente. El art. 2408 inc. 2º establece esta regla, al decir que las
cosas dadas en prenda o hipotecadas son obligadas al pago de “cada parte de ella”.
3.- En cuanto a la acción hipotecaria o prendaria. Las acciones también son indivisibles, porque
puede exigirse el pago total de la deuda a cualquiera de los codeudores que posea la cosa empeñada o
hipotecada. Cuando son varios los poseedores, la acción prendaria o la hipotecaria debe dirigirse
contra todos ellos. Establece el art. 1526 n°1 inc. 1º que “La acción hipotecaria o prendaria se dirige
contra aquel de los codeudores que posea, en todo o en parte, la cosa hipotecada o empeñada" (art.
1526 n°1 inc. 1º).
Como la indivisibilidad de la acción prendaria o hipotecaria sólo existe pasivamente, cada acreedor por
separado sólo puede exigir su parte o cuota del crédito, si todos quieren cobrar deben proceder de
consuno.
El inc. 2º de este n°1 establece dos consecuencias de lo dicho anteriormente:
a) "El codeudor que ha pagado su parte de la deuda, no puede recobrar la prenda u obtener la
cancelación de la hipoteca, ni aun en parte, mientras no se extinga el total de la deuda (...)”.
b) “(...) el acreedor a quien se ha satisfecho su parte del crédito, no puede remitir la prenda o
cancelar la hipoteca, ni aun en parte, mientras no hayan sido enteramente satisfechos sus
coacreedores."
Estos principios son también recogidos en los arts. 2405 y 2408. El primero 2405 señala que “La
prenda es indivisible. En consecuencia, el heredero que ha pagado su cuota de la deuda, no
podrá pedir la restitución de una parte de la prenda, mientras exista una parte cualquiera de
la deuda; y recíprocamente, el heredero que ha recibido su cuota del crédito, no puede
remitir la prenda, ni aun en parte, mientras sus coherederos no hayan sido pagados”. Lo
mismo se aplica a la hipoteca, según dispone el segundo de dichos artículos: “La hipoteca es
indivisible”. Agrega el inc. 2º que “En consecuencia, cada una de las cosas hipotecadas a una
deuda y cada parte de ellas son obligadas al pago de toda la deuda y de cada parte de ella”.
La entrega de una especie o cuerpo
cierto (art 1526 n°2)
► "Si la deuda es de una especie o cuerpo cierto, aquel de los codeudores que lo posee
es obligado a entregarlo" (art. 1526 n°2).
La noción de cuerpo cierto no debe entenderse en oposición a género, pues puede haber
una obligación de este tipo que sea indivisible (entregar un caballo). En general, las cosas
que se pueden medir, pesar o contar se pueden entregar divididamente; las demás no.
Debe tenerse presente que cuando la obligación de dar transfiere el dominio, es divisible,
porque el objeto es el derecho de dominio, el cual es susceptible de división intelectual, por
lo cada uno de los propietarios puede transferir su parte o cuota en el dominio. Pero el
legislador comprendió que en la práctica esto era absurdo, porque se podía dar el caso de
que las obligaciones de especie o cuerpo cierto se cumplieran fraccionadamente, lo que va
contra la lógica, contra el fin que persigue el acreedor al establecer una obligación de
especie o cuerpo cierto, y por tanto consignó esta excepción.
Por esto lo que la ley declara indivisible es el hecho material de la entrega, no el acto
jurídico de la transferencia del dominio.
La indemnización de perjuicios
(art. 1526 n°3)
► "Aquel de los codeudores por cuyo hecho o culpa se ha hecho imposible el
cumplimiento de la obligación, es exclusiva y solidariamente responsable
de todo perjuicio al acreedor" (art. 1526 n°3).
Todos los deudores son obligados al cuidado de la cosa, y esta es una obligación
indivisible, que pesa por igual sobre todos ellos, de manera que si uno falta a ella,
es exclusivamente responsable de los perjuicios causados. La expresión
solidariamente que usa esta disposición es impropia, porque hay un solo deudor.
Si son varios los deudores responsables, no responden solidariamente, sino que
cada uno responde por su cuota.
Las deudas hereditarias (art. 1526 n°4)
► La regla general es que las deudas hereditarias se dividen entre los herederos a prorrata de sus cuotas, lo que se produce de pleno derecho al
fallecimiento del causante, a diferencia de los que sucede con el activo, que permanece en indivisión.
1.- Los herederos, el testador o la partición establecen una división diferente del pasivo hereditario. Expresa el inc. 1º de este número que “Cuando
por testamento o por convención entre los herederos, o por la partición de la herencia, se ha impuesto a uno de los herederos la obligación de pagar
el total de una deuda, el acreedor podrá dirigirse o contra este heredero por el total de la deuda, o contra cada uno de los herederos por la parte que
le corresponda a prorrata." El precepto aplica las mismas normas que los arts. 1358 y 1359. En este caso el acreedor puede optar entre darle validez
al pacto de indivisibilidad, o actuar a prorrata contra cada uno de los herederos. La lógica que sustenta esta norma se basa en que el acreedor no
concurre al pacto, por lo que le es inoponible. Este inciso se refiere a las deudas hereditarias, no a las testamentarias.
2.- El causante y el acreedor estipulan indivisibilidad. Dispone el inc. 2º que "Si expresamente se hubiere estipulado con el difunto que el pago no
pudiese hacerse por partes, ni aun por los herederos del deudor, cada uno de éstos podrá ser obligado a entenderse con sus coherederos para
pagar el total de la deuda, o a pagarla él mismo, salva su acción se saneamiento." Aquí el acreedor sí concurre al pacto, de modo que le es oponible.
Se produce una diferencia sustancial con la solidaridad, ya que en la indivisibilidad el heredero puede interponer una excepción dilatoria mientras se
entiende con los demás.
Este caso consagra una indivisibilidad pasiva, pues el inc. 3º declara que “(...) los herederos del acreedor, si no entablan conjuntamente su acción, no
podrán exigir el pago de la deuda, sino a prorrata de sus cuotas”. Entre los dos casos surgen cuatro diferencias claras:
1.- En el caso del inc. 1º se pone una deuda a cargo de un sólo heredero, mientras que en el caso del inc. 2° no se individualiza a ningún heredero
en especial.
2.- En el primer caso no interviene la voluntad del acreedor en el acuerdo o la disposición testamentaria, en cambio en el segundo caso el acreedor sí
interviene.
3.- En el primer caso el acreedor sólo puede dirigirse por el total de la deuda contra el heredero que tiene a su cargo la obligación, y contra el resto
sólo por sus cuotas, mientras que en el segundo caso puede dirigirse por el total contra cualquiera de ellos;
4.- En el primer caso el heredero que paga el total de la deuda no tiene derecho a repetir contra los otros, mientras que en el segundo sí tiene acción
por la cuota que respectivamente le correspondía a cada uno.
Cosa cuya división causa perjuicio
(art. 1526 n°5)
► “Si se debe un terreno, o cualquier otra cosa indeterminada, cuya división ocasionare grave
perjuicio al acreedor, cada uno de los codeudores podrá ser obligado a entenderse con los
otros para el pago de la cosa entera, o pagarla él mismo, salva su acción para ser
indemnizado por los otros."
Se consagra en este inciso primero la indivisibilidad implícita económica. Lo primero que hay que
resolver es si la división provoca un perjuicio al acreedor, porque si no resulta perjudicado, la
obligación es divisible y cada deudor es obligado al pago de la cuota. Pero si hay un grave
perjuicio, se debe aplicar el n°5 de este art. 1526, y el codeudor demandado deberá entenderse
con los demás para el pago total, o pagar él mismo, con derecho a pedir indemnización de los
otros.
Esta es, también, una indivisibilidad sólo pasiva, pues el inc. final del número señala que “(...) los
herederos del acreedor no podrán exigir el pago de la cosa entera sino intentando conjuntamente
su acción." Se hace una excepción, de este modo, al principio del art. 1527, según el cual los
acreedores de una obligación indivisible tienen derecho cada uno a exigir el total del crédito.
Obligaciones alternativas (art. 1526 n°6)
► "Cuando la obligación es alternativa, si la elección es de los acreedores, deben
hacerla todos de consuno; y si de los deudores, deben hacerla de consuno
todos éstos." La elección es indivisible”.
Efectos de la indivisibilidad
► INDIVISIBILIDAD PASIVA. Atendiendo a lo que preceptúa el art. 1527, produce efectos análogos a los de la solidaridad. Los artículos
subsiguientes contienen algunas excepciones:
1.- Cada deudor está obligado al pago total de la deuda. Expresa el art. 1527 que “Cada uno de los que han contraído unidamente
una obligación indivisible, es obligado a a satisfacerla en el todo, aunque no se haya estipulado solidaridad (...)”. El art. 1530
consagra una excepción dilatoria que habilita al codeudor para entenderse con los demás. Este derecho está contemplado en el art.
1530: “Demandado uno de los deudores de la obligación indivisible, podrá pedir un plazo para entenderse con los demás deudores a
fin de cumplirla entre todos (...)”. Hay dos casos, sin embargo, en que no opera:
a) Si el demandado es el único que está en condiciones de realizar la prestación, por ejemplo, si el cuerpo cierto se encuentra
en su poder. El mismo art. 1530 estatuye que tal beneficio existe “(...) a menos que la obligación sea de tal naturaleza que
sólo él pueda cumplirla, pues en tal caso podrá ser condenado, desde luego, al total cumplimiento, quedándose a salvo su
acción contra los demás deudores para la indemnización que le deban”.
b) Si se ha pactado solidaridad. Por eso la garantía personal más fuerte es la indivisibilidad solidaria.
2.- La interrupción de la prescripción respecto de un deudor, perjudica a todos los demás. Dice el art. 1529 que “La prescripción
interrumpida respecto de uno de los deudores de la obligación indivisible, lo es igualmente respecto de los otros”.
3.- El pago efectuado por cualquiera de los deudores extingue totalmente la obligación. Establece el art. 1531 que “El
cumplimiento de la obligación indivisible por cualquiera de los obligados, la extingue respecto de todos”. Extinguida la obligación,
se procede a la la contribución a la deuda, del mismo modo que en la solidaridad. Según los autores, por eso el art. 1530 en su
parte final señala que queda a salvo la acción del que cumplió la obligación para las indemnizaciones que le deban los demás
deudores. Esta es una obligación divisible, exactamente idéntica a la que se produce en el caso de la solidaridad: una vez
extinguida obligación, cada codeudor debe soportar su parte en la forma que determina el contrato, y si no hay contrato, en partes
iguales.
4.- La indivisibilidad pasa a los herederos del deudor. Así lo establece el art. 1528: “cada uno de los
herederos del que ha contraído una obligación indivisible es obligado a satisfacerla en el todo, y cada uno
de los herederos del acreedor puede exigir su ejecución total”.
5.- La indemnización de perjuicios que se sigue del incumplimiento de una obligación indivisible es
siempre personal, es decir, divisible. Los arts. 1533 y 1534 establecen las siguientes reglas en el caso de
las obligaciones indivisibles:
a) Si la obligación indivisible se hace imposible de cumplir por hecho o culpa de un deudor, sólo éste
debe pagar todos los perjuicios. Dice el art. 1533 inc. 2º que “Si por el hecho o culpa de uno de los
deudores de la obligación indivisible se ha hecho imposible el cumplimiento de ella, ése sólo será
responsable de todos los perjuicios”.
b) Si la obligación indivisible se hace imposible de cumplir por hecho o culpa de uno o más deudores,
responden todos éstos, pero en forma simplemente conjunta. Estatuye el art. 1533 inc. 1º que “Es
divisible la acción de perjuicios que resulta de no haberse cumplido o de haberse retardado la
obligación indivisible: ninguno de los acreedores puede intentarla y ninguno de los deudores está
sujetos a ella, sino en la parte que le quepa”.
c) “Si de dos codeudores de un hecho que deba ejecutarse en común, el uno está pronto a cumplirlo,
y el otro lo rehúsa o retarda, éste sólo será responsable de los perjuicios que de la inejecución o
retardo del hecho resultaren al acreedor” (art. 1434)
► INDIVISIBILIDAD ACTIVA
1.- Cada uno de los acreedores tiene derecho a exigir el total de la obligación. La parte final del art. 1527
prescribe que “(...) cada uno de los acreedores de una obligación indivisible tiene igualmente derecho a
exigir el total”.
En esto las obligaciones indivisibles no se diferencian en nada de las solidarias. En lo que sí son distintas es
en que respecto de los demás modos de extinguir las obligaciones, los acreedores de una obligación
indivisible no se entienden dueños del crédito, por lo que “(...) ninguno de ellos puede, sin el consentimiento
de los otros, remitir la deuda o recibir el precio de la cosa debida. Si alguno de los acreedores remite la
deuda o recibe el precio de la cosa, sus coacreedores podrán todavía demandar la cosa misma, abonando al
deudor la parte o cuota del acreedor que haya remitido la deuda o recibido el precio de la cosa”. Lo mismo
se aplica a los demás modos de extinguir las obligaciones.
2.- La indivisibilidad activa pasa a los herederos del acreedor, por lo que cada uno de ellos puede demandar
el pago total. De acuerdo con el art. 1528, “(...) cada uno de los herederos del acreedor puede exigir la
ejecución total”.
3.- El pago efectuado a cualquiera de los acreedores, extingue la obligación respecto de todos, pero como
cada acreedor no es dueño sino sólo de su parte, sólo puede ejecutar actos de dominio respecto de ésta.
4.- El acreedor que ha recibido el pago total de la cosa deberá entregar a cada uno de sus coacreedores la
parte que a ellos corresponda, según establezca el contrato, o en partes iguales si no hay uno.
5.- La interrupción de la prescripción que es obra de uno de los coacreedores beneficia a todos. No lo dice la
ley, pero se desprende del hecho que cada acreedor puede exigir el total, y de que, para el caso de los
codeudores, sí hay regla expresa en el art. 1529, según el cual la interrupción de la prescripción respecto de
uno de los codeudores opera con relación a todos.
SOLIDARIDAD v/s INDIVISIBILIDAD
SEMEJANZAS
3.- En ambas, cada uno de los deudores puede ser obligado a satisfacer la
obligación en su totalidad, y cada acreedor tiene la facultad de exigirla íntegra.
4.- En las dos, el pago efectuado a uno de los acreedores por cualquiera de los
deudores extingue la obligación respecto de todos los demás.
5.- Tanto en unas como en otras una vez extinguida la obligación por pago o
algún medio equivalente, debe procederse a la distribución en cuotas.
► El art. 1470 establece la diferencia esencial que existe entre una obligación civil
y una natural al señalar: "Civiles son aquellas que dan derecho para exigir su
cumplimiento. Naturales las que no confieren derecho para exigir su
cumplimiento, pero que cumplidas, autorizan para retener lo que se ha dado o
pagado en razón de ellas". Por consiguiente, el acreedor no tiene acción para
exigir el cumplimiento de la obligación natural, pero si el deudor se la paga, sí
dispone de una excepción para retener ese pago en caso que éste quisiera
repetirlo. Así lo estatuye el art. 2296.
TIPOS DE OBLIGACIONES NATURALES
► Como las obligaciones son una excepción, no pueden existir más de las que la
ley señala. El art. 1470 contiene una enumeración de ellas, pero en todo caso
no es taxativa. De este artículo se derivan dos grupos de obligaciones: las
denominadas obligaciones civiles degeneradas (n°2 y 4° del art. 1470), y las
obligaciones nulas o rescindibles (n°1 y 3° del art. 1470).
Obligaciones Civiles Degeneradas o Desvirtuadas
Son aquellas obligaciones que nacieron como civiles, con toda la fuerza que la ley les otorga, pero que el transcurso del tiempo, o
la falta de prueba, les ha quitado su eficacia. Son, en consecuencia, las siguientes:
1.- "Las obligaciones civiles extinguidas por la prescripción" (n°2). Se suscita a su respecto la duda de si se requiere
sentencia que la declare para que la obligación civil se transforme en natural. Una postura dice que no, puesto que el art. 2514 es
claro al disponer que la prescripción opera por el sólo transcurso del tiempo.
La otra postura, sustentada por Alessandri, considera que sí es necesaria una sentencia judicial que la declare, por las siguientes
razones:
a) Todas las obligaciones naturales contempladas en el art. 1470 surten efectos después de que han sido declaradas judicialmente.
b) La prescripción debe ser alegada, y no puede ser declarada de oficio (art. 2493).
c) Porque considerar lo contrario sería confundir la renuncia de la prescripción con la obligación natural. En efecto, mientras la
prescripción no ha sido declarada en juicio, el acreedor puede perfectamente ejercer la acción correspondiente con mira a
satisfacer su crédito, frente a lo cual el deudor podrá o no alegar prescripción (es renunciable); si no lo hace estará cumpliendo una
obligación civil (está pagando a virtud de la acción) y no una natural, no obstante hayan concurrido los requisitos necesarios para
configurar la prescripción.
2.- "Las que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba" (n°4). En este caso en necesaria que la demanda del
acreedor sea rechazada por falta de prueba, no por otro motivo o excepción del deudor. Además, la obligación debe haber existido
como civil, de modo que el documento en que conste debe ser exigido por vía de prueba y no de solemnidad. Un caso claro es el
del art. 1709, referente a los actos que deben constar por escrito.
Por consiguiente, para que exista este tipo de obligaciones naturales es preciso que haya habido un juicio, que el deudor haya sido
absuelto, y que la absolución se haya fundado exclusivamente en que el acreedor no pudo probar la existencia de la obligación.
Obligaciones Nulas o Rescindibles
Son aquellas obligaciones civiles que reúnen los requisitos de fondo que exige la ley, pero no los de forma, de manera
que son anulables o rescindibles. Se trata de los siguientes casos:
1.- "Las contraídas por personas que teniendo suficiente juicio y discernimiento, son, sin embargo, incapaces
de obligarse según las leyes, como los menores adultos" (n°1). Se refiere este número a aquellos casos en que la
obligación es anulable relativamente por incapacidad relativa de las partes, excluyéndose los vicios del
consentimiento y los actos de los incapaces absolutos; esto último en conformidad con artículo 1447, que los
sanciona con nulidad absoluta y declara, específicamente, que no producen ni aun obligaciones naturales (inc. 2°).
No obstante, tampoco todos los incapaces relativos pueden generar obligaciones naturales, puesto que, en primer
término, dado que el artículo habla de personas con suficiente juicio y discernimiento, se debe descartar al pródigo en
interdicción, y, en segundo término, por lo mismo deben excluirse las personas jurídicas. Finalmente, las
incapacidades especiales tampoco caen en este número, por cuanto generan nulidad absoluta (art. 10 y 1466).
La doctrina está dividida en cuanto al momento en que nace este tipo de obligaciones naturales:
a) Unos sotienen que es necesario que la nulidad sea declarada judicialmente, y se apoyan en los arts. 1684 y 1687,
según los cuales la nulidad no produce efectos mientras no sea declarada por sentencia judicial.
b) Otros consideran que la obligación natural existe desde la fecha del acto o contrato, para lo cual se apoyan en los
siguientes antecedentes:
i) El mismo art. 1470 n°1 declara que son obligaciones naturales las “contraídas”.
ii) El art. 1375 n°1 niega la acción de reembolso que tiene contra el deudor principal el fiador que ha pagado la deuda,
“Cuando la obligación del principal deudor es puramente natural, y no se ha validado por la ratificación o por el lapso
de tiempo”. Estas dos vías son las únicas que pueden sanear la nulidad relativa, por lo que la ley supone en este caso
que la nulidad no ha sido judicialmente declarada y, aun así, le otorga a la obligación rescindible el carácter de natural.
2.- "Las que proceden de actos a que faltan las solemnidades que la ley exige para que produzcan efectos
civiles, como la de pagar un legado, impuesto por un testamento que no se ha otorgado en la forma debida "
(n°3). Este número hace mención a las obligaciones civiles nulas absolutamente cuyo vicio proviene de una omisión en
las solemnidades legales que se exigen para que produzcan efectos jurídicos. Luego la falta de consentimiento, o la
ilicitud del objeto o causa, no producen obligaciones naturales.
La ley ha dado en este número a la expresión "acto" el sentido que generalmente le da, esto es, de acto jurídico
unilateral. Alessandri esgrime las siguientes razones para afirmar lo dicho:
a) El ejemplo que otorga la ley en el n°3 del art. 1470, ya que ha tenido por objeto esclarecer el sentido de la norma.
b) La historia fidedigna del establecimiento de la ley, por cuanto ésta se redactó en base a las doctrinas romanas y
francesas imperantes en la época, ambas de esta opinión.
c) Porque si se aplicara esa norma a los actos bilaterales se llegaría a considerables absurdos jurídicos. Por ejemplo, si
se realizara la venta de un bien inmueble mediante escritura privada (art. 1801), una vez efectuado el pago
correspondiente por el comprador no podría éste ser repetido. Ahora, como la tradición se efectúa a través de la
inscripción en el Conservador, el acreedor (comprador) tendría sólo la tenencia material de la cosa, por lo que
probablemente exigiría que se le hiciera la transferencia válida del bien. Para ello se tienen, según Alessandri, dos
caminos: o que se verifique la inscripción a instancias de la escritura privada, lo cual es improcedente, o que se otorgue
la correspondiente escritura pública y luego se realice la inscripción; pero, en este último caso la venta sería perfecta, de
modo que no tendría cabida en este número.
Abeliuk agrega que la obligación natural nace en este caso con el acto, no con la sentencia. Dice que la ley habla en el
n°3 del art. 1470 de obligaciones que “procedan” de un acto nulo, y que el art. 2375 es argumento válido también en
este caso (Abeliuk, pág. 270).
Efectos Jurídicos de las O.Naturales
Las obligaciones naturales producen los siguientes efectos:
1.- Dan derecho al acreedor para retener lo pagado, porque el pago que se ha realizado no es indebido, y no lo es porque es
causado (art. 1470 en relación con el 2296). Para que este pago sea válido, debe reunir los siguientes tres requisitos que si faltan
dan derecho para repetir lo pagado:
a) Debe ser hecho voluntariamente. Esto significa, además, que el deudor debe pagar en conocimiento de que el acreedor no
tiene medios para exigirle el pago, vale decir, debe estar consciente de que paga una obligación natural. El art. 2296 señala que
"no se podrá repetir lo que se ha pagado para cumplir una obligación puramente natural de las enumeradas en el art. 1470",
indicando con ello que no se puede repetir aquel pago que se hace con la intención de extinguir en virtud de un vínculo jurídico
que no otorga medios al acreedor para exigir su derecho.
Otra postura plantea que la referencia a "voluntariamente" sólo implica que el deudor natural debe pagar con la conciencia de que
cumple una obligación, no necesariamente natural.
b) Debe ser hecho por una persona que tenga la libre administración de sus bienes. La expresión "libre administración de sus
bienes" está tomada en el sentido de libre disposición, esto es, de facultad para enajenar sus bienes. Cabe señalar que no
obstante ambas ideas son diversas (libre administración corresponde a lo preceptuado en el art. 2132), el Código las ha hecho
sinónimas en muchos de sus artículos, como por ejemplo en los arts. 173, 447, 1578, 1388, 1686, 1766. Es lógico, entonces, que
se haya tomado en ese sentido la frase aludida, ya que las más de las veces el pago busca transferir el dominio, siendo por ello
válido tanto como el que paga tiene la facultad para disponer del bien dado en pago. Por consiguiente, el deudor debe ser
plenamente capaz.
c) Que se haga con arreglo a la ley. Este requisito no es propio de las obligaciones naturales, sino que por el contrario, es
consecuencia de la aplicación de los principios generales del derecho, de manera que todas aquellas normas que regulan el pago
se aplican a las obligaciones naturales en todo aquello en que las reglas específicas de éstas no modifiquen aquéllas.
2.- Las obligaciones naturales pueden ser novadas, puesto que existen y la ley las reconoce (art. 1630), y, además, porque la
novación no es sino el pago de una obligación con otra nueva, constituyendo en ese sentido una forma de pago. En puede
operar, eso sí, la compensación legal, ya que para ello es necesario que las obligaciones sean actualmente exigibles (art. 1656
n°3).
3.- Las obligaciones naturales pueden ser caucionadas. El art. 1472 estatuye que "las fianzas,
hipotecas, prendas y las cláusulas penales constituidas por terceros para seguridad de estas
obligaciones valdrán". Reitera la regla el art. 2338 al hablar de la fianza.
Ahora, para que dichas cauciones sean válidas deben cumplirse dos condiciones:
a) Es menester que emanen de un tercero, porque de lo contrario, dado que el acreedor no puede
exigir la obligación principal, no podría exigirse la obligación accesoria, es decir, la caución.
b) Es necesario que la obligación sea ya natural al constituirse la caución, es decir, que una sentencia
judicial haya declarado prescrita o nula la obligación civil, o que la demanda del acreedor haya sido
desechada por falta de prueba.
Con respecto a la fianza, debemos tener presente que existen reglas especiales cuando ella se
celebra en torno a una obligación natural, que son las siguientes:
a) El fiador no goza de beneficio de excusión (art. 2358 n°3), que es la facultad que la ley da al fiador
a quien el acreedor le exige el cumplimiento de la obligación, de excusarse de pagarle mientras el
acreedor no haya agotado sus recursos contra el deudor principal (art. 2357). La disposición referida
es del todo lógica, pues este beneficio supone que el acreedor dispone de medios para exigir su
crédito contra el deudor, lo cual no es efectivo en el caso de las obligaciones naturales.
b) El fiador no goza del derecho de reembolso (art. 2375 n°1). Según el art. 1610, el fiador que paga
es objeto de una subrogación real en virtud de la cual puede ejercer todos los derechos que al
acreedor correspondían frente al deudor principal. Por consiguiente, como al acreedor originario no le
correspondía el derecho de exigir el crédito, mal podría el fiador subrogarse en éste.
4.- No hay a su respecto cosa juzgada. En efecto, el art. 1471 señala que "la sentencia judicial que
rechaza la acción intentada contra el naturalmente obligado, no extingue la obligación natural". En
otras palabras, la sentencia que da origen a la obligación natural por razones obvias no sirve de
fundamento al deudor para repetir lo pagado con posterioridad.
Otros casos de O. Naturales.
¿El art. 1470, es taxativo?
Se discute la taxatividad del art. 1470. La mayoría de la doctrina considera que la
enunciación que contiene es meramente ejemplar, lo que se desprende de la frase “tales
son”. Pero no haya cuerdo en cuáles son los demás casos de obligaciones naturales que
contiene el Código Civil. Somarriva hacía notar que el precepto quiso ser taxativo, por las
siguientes razones: primero, “tales son equivale a decir “ellas son”, lo que no es
ejemplificar; segundo, el art. 2296 señala que no se puede repetir lo dado en
cumplimiento de una obligación “(...) puramente natural de las enumeradas en el art.
1470”, o sea, el efecto propio de dichas obligaciones se produce, según este artículo,
sólo respecto de las enumeradas en el art. 1470; y, tercero, a través de los distintos
proyectos se fueron concentrando en este artículo todos los casos de obligaciones
naturales. El punto es que al Código Civil se le escapó de esa enumeración al menos un
caso de obligación natural: el de las obligaciones nacidas de aquellos juegos en que
predomina el intelecto.
Por otro lado, Abeliuk, agrega que para estar en presencia de una obligación natural no es
suficiente con que lo dado en pago de ella no pueda repetirse, sino que además es
necesario que exista alguna razón de equidad
Otros casos de O. Naturales
Se señalan generalmente como obligaciones naturales las siguientes:
1.- Las que provienen del juego y de la apuesta lícita. La ley distingue tres tipos de
juegos:
c) Juegos de azar, que son aquellos donde predomina la fortuna, o se apuesta sobre
lo que otros hacen. Estos juegos adolecen de objeto ilícito, salvo aquellos
autorizados por leyes especiales.
2.- El pago de intereses no estipulados en el mutuo. Dice el art. 2208 que "si se han pagado intereses,
aunque no estipulados, no podrán repetirse ni imputarse al capital". Si bien concurre tanto el efecto
propio de éstas cuanto su fundamento moral, es dudoso que se trate de un caso de obligación natural,
pues no hay una obligación civil previa ni e posible la novación o la caución.
3.- El pago de la multa en el caso de los esponsales no cumplidos (art. 99). "Los esponsales o
desposorios, o sea la promesa de matrimonio mutuamente aceptada, es un hecho privado, que las
leyes someten enteramente al honor y conciencia del individuo, y que no produce obligación alguna
ante la ley civil" (art. 98). Según Alessandri, en este caso no estamos frente a un obligación natural,
porque no hay ni ha habido obligación civil, como se desprende del artículo citado. Además, no se
podrían producir efectos secundarios respecto de ellas como una novación o el que sean caucionadas,
ya que no producen obligación alguna ante la ley civil. No puede decirse que sean obligaciones civiles
imperfectas o desvirtuadas.
4.- El pago que tiene un objeto o causa ilícitos, hecho con conocimiento de la ilicitud (art. 1468). Aquí
tampoco hay obligación natural, ya que no hay ni hubo obligación civil, sino que más bien existe una
sanción.
5.- También se citan como casos de obligaciones naturales el del deudor concursado, el del deudor que
goza de beneficio de competencia, y el del deudor que posee beneficio de inventario, cuando paga más
de a lo que estaba obligado según el convenio, el beneficio de competencia o el beneficio inventario,
respectivamente. En estos casos tampoco hay obligaciones naturales, pues lo que verdaderamente
existe es un beneficio al cual el deudor renuncia al pagar el excedente. Por lo tanto, paga una
verdadera obligación civil. Por lo demás, no hay artículo alguno que diga que estos casos constituyen
obligaciones naturales, y como sabemos, no hay más obligaciones naturales que las que señala la ley.
OBLIGACIONES SUJETAS A MODALIDAD
► Las modalidades son las cláusulas particulares que pueden insertarse en una
obligación para modificar sus efectos, sea en cuanto a su existencia, a su ejercicio o a
su extinción. Las modalidades son tres: la condición, el plazo, y el modo.
► Las modalidades son, por regla general y dentro de los términos del art. 1444,
elementos accidentales de los actos jurídicos, es decir, de aquellos que se entienden
incorporados en éstos sólo mediante estipulación de las partes. Por consiguiente,
únicamente por excepción son elementos esenciales o de la naturaleza.
► Así por ejemplo, la modalidad es un elemento esencial del contrato de promesa, pues
el art. 1554 establece que “La promesa de celebrar un contrato no produce obligación
alguna, salvo que concurran las circunstancias siguientes: (...) 3. a Que la promesa
contenga un plazo o condición que fije la época de la celebración del contrato”.
2.- No se presumen, por lo que quien la alega debe probarla. Hacen excepción a esta
regla la condición resolutoria tácita, y, en el fideicomiso, la que exista el fideicomiso al
tiempo de cumplirse la condición
La regla general es que todo acto jurídico pueda ser condicional, confirmando dicha regla las siguientes
excepciones:
1.- Las legítimas rigurosas (art. 1192).
2.- El matrimonio (art. 102, expresión "actualmente").
3.- La aceptación y la repudiación (art. 1227).
Con todo, las condiciones son una excepción en el derecho, y por lo tanto no se presumen ni se subentienden,
cualquiera que sea su fuente. Toda condición, para ser tal, debe estar señalada expresamente, salvo el caso del
art. 1489, o cuando se desprenda de la naturaleza de la obligación, como en las ventas de cosa futura.
1.- En el título IV del Libro IV: De las Obligaciones Condicionales y Modales, arts. 1473 a 1493.
2.- En el Título IV del Libro III: De las Asignaciones Testamentarias, arts. 1056 a 1165. Rigen, según el art. 1493, todas
aquellas disposiciones acerca de las asignaciones testamentarias condicionales o modales, en lo que no pugnen con el
grupo de normas contenido en el título IV del Libro
Elementos de toda condición
Según estas definiciones, dos son los elementos de toda condición:
1.- Hecho futuro. Es el elemento común a toda modalidad. Puede suceder que las partes señalen como condición
un hecho presente o pasado. Al respecto dispone el art. 1071 que “La condición que consiste en un hecho presente
o pasado, no suspende el cumplimiento de la disposición. Si existe o ha existido, se mira como no escrita; si no
existe o no ha existido, no vale la disposición. Lo pasado, presente y futuro se entenderá con relación al momento
de testar, a menos que se exprese otra cosa”.
Vale decir, si el hecho existe o ha existido, se mira como no escrita y el acto es puro y simple, porque no hay nada
que detenga sus efectos. En cambio, si el hecho no existe o no ha existido, no vale la disposición, puesto que
desde el comienzo ha habido un hecho que ha impedido que el vínculo se forme. Por ejemplo, Juan le dice a
Pedro: "le doy 1000 pesos si su hijo se recibió ayer de abogado". Si el hijo de Pedro se recibió de abogado, la
obligación es pura y simple, pero si no se recibió, no hay obligación. Es irrelevante que las partes hayan o no
tenido conocimiento del acaecimiento o no acaecimiento del hecho.
2.- Incertidumbre. Este es el elemento que distingue a las condiciones de las demás modalidades, y consiste en
que, para que haya una condición, es preciso que la ocurrencia o no ocurrencia –según corresponda- del hecho
futuro del cual pende sea incierta.
La incertidumbre que la ley toma en cuenta es la objetiva, esto es, la que depende de la naturaleza misma del
hecho, mas no de los conceptos que las partes tengan de la realización del hecho. Lo cual se traduce en que la
incertidumbre que la ley considera es aquella que es conocida de todas las partes. No cumple esta exigencia, por
ejemplo, la condición que consiste en darle a una persona 1000 si va a Júpiter, contando con que ésta ignora la
imposibilidad actual de ir a Júpiter.
La muerte de una persona es siempre plazo, pues su acontecimiento es absolutamente cierto, salvo que vaya
acompañada de ciertas circunstancias de índole incierta, como su causa. Por ejemplo: que Juan muera de Cáncer.
La determinación o indeterminación del hecho futuro, esto es, la época en que debe verificarse, no califica la
existencia de una condición. Así, la condición será determinada cuando en el supuesto de que el hecho incierto
suceda, se sabrá cuando, e indeterminada, cuando no se sabrá cuando.
Clasificación de las Condiciones
De acuerdo con el art. 1474, Es positiva la que “(...) consiste en acontecer una
cosa (...)” (si llueve mañana, si Ud. se casa). Es negativa si consiste “(...) en que
una cosa no acontezca” (si no va a París).
(3) Potestativas, Causales y Mixtas
1.- Potestativa: es la que depende de la voluntad del deudor, o del acreedor, o de la de ambos (art. 1477). Por ejemplo, "le doy 1000 pesos si yo voy a
París", que sería potestativa del deudor. La condición potestativa puede ser:
a) Puramente o meramente potestativa: cuando la condición potestativa consiste en la mera voluntad de cualquiera de las partes. Para analizar su
eficacia debe distinguirse:
i) Si consiste en la mera voluntad del acreedor, es válida, sea suspensiva o resolutoria, ya que de todas formas hay un deudor que se
encuentra en la necesidad de dar, hacer o no hacer, necesidad que no depende de su voluntad (por ejemplo, “te doy $1000 si tú quieres”. La ley consagra
ejemplos específicos de este tipo de condiciones:
A) La venta a prueba, consagrada en el art. 1823. Expresa este artículo en su inc. 1º que “Si se estipula que se vende a prueba,
se entiende no haber contrato mientras el comprador no declara que el agrada la cosa de que se trata (...). Añade el inc. 2º que “Sin necesidad de
estipulación expresa se entiende hacerse a prueba la venta de todas las cosas que se acostumbra vender de ese modo”. El vendedor debe al acreedor la
cosa bajo condición suspensiva de que a éste le agrade.
B) Comodato precario, porque el comodante (acreedor) se “(...) reserva la facultad de pedir la restitución de la cosa
prestada en cualquier tiempo” (art. 2194). Es una condición resolutoria.
C) El pacto de retroventa, en que el “(...) vendedor se reserva la facultad de recobrar la cosa vendida, reembolsando al
comprador la cantidad determinada que se estipulare, o en defecto de esta estipulación lo que le haya costado la compra”. Es una condición resolutoria.
ii) Si consiste en la mera voluntad de la persona que se obliga, debe hacerse una nueva diferenciación:
A) Si es resolutoria, es válida, porque la obligación se ha formado y ha producido sus efectos (ej: donaciones entre cónyuges, que
son esencialmente revocables al arbitrio del donante).
B) Si es suspensiva (le doy 1000 pesos si yo quiero), es nula (art. 1478), puesto que no hay nadie en la necesidad de dar, hacer o
no hacer; la voluntariedad en este caso acaba con toda posibilidad de obligación. Esta es la única condición potestativa que no es válida.
b) Simplemente potestativa o potestativa ordinaria, cuando consiste en un hecho voluntario
del acreedor o del deudor (le doy 1000 pesos si Ud. va a Valparaíso). Esta condición, no
obstante dependa de un hecho voluntario del deudor o del acreedor, es válida, porque ese
hecho no es del todo dependiente de esa voluntad, por un lado debido a que el acreedor o el
deudor pueden ser obligados a su realización por circunstancias extrañas a su voluntad,
como un enfermedad o una orden judicial, y, por otro, porque una vez realizado el hecho, las
consecuencias jurídicas que de él emanen no pueden ser modificadas por la voluntad del
acreedor o del deudor.
2.- Causal: cuando depende de la voluntad de un tercero o de un acaso. Por ejemplo, "le doy
1000 pesos si Juan va a París", o "le doy 1000 pesos si llueve mañana".
El art. 1479 define ambos tipos de condiciones, señalando que “La condición se llama suspensiva si, mientras
no se cumple, suspende la adquisición de un derecho; y resolutoria, cuando por su cumplimiento se extingue un
derecho”.
Un ejemplo de condición suspensiva es el ofrecimiento que hace una persona a otra de un automóvil si se
recibe de abogado. Un ejemplo de condición resolutoria, es el arrendamiento sujeto a la condición de que si
regresa el arrendador del extranjero, debe el arrendatario restituir la casa.
En estricto rigor, el único tipo de condición que existe es la suspensiva, porque, sea ella suspensiva o
resolutoria, su efecto es siempre suspender: en un caso el nacimiento de un derecho, en el otro su extinción.
Por ello se puede afirmar que lo que para una persona es condición resolutoria, para la otra es siempre
suspensiva, ya que el derecho que para la una se extingue bajo condición resolutoria, nace o se adquiere por la
otra bajo condición suspensiva. Así, en el ejemplo del abogado, la condición es suspensiva para quien debe
recibirse de tal, y resolutoria para quien formuló la oferta, pues de cumplirse la condición se extingue su
derecho sobre el auto.
De ahí que pueda afirmarse que las cosas se tienen o poseen bajo condición resolutorias, y se deben bajo
condición suspensiva, lo que es consecuencia de que la primera extingue un derecho existente, mientras la
segunda suspende su nacimiento. Esta precisión es importante porque de ella depende en buena media el real
alcance que tienen los efectos del cumplimiento de la condición resolutoria, según se verá más adelante.
1.- Posibles e Imposibles. Es posible la condición que físicamente puede realizarse, imposible la contraria a las leyes de
la naturaleza.
2.- Lícitas e Ilícitas. Es lícita la condición que no es contraria a las leyes, ni al orden público, ni a las buenas costumbres;
ilícita la que consiste en un hecho prohibido por las leyes, opuesto al orden público o a las buenas costumbres (le doy
1000 pesos si mata a Pedro, si va a Luna). En nuestro Código esta clasificación queda contenida en la de posible e
imposible, al modo de posibilidad e imposibilidad moral.
En las condiciones el hecho futuro es incierto, lo que no obsta a que su acontecimiento pueda ser determinado o
indeterminado, dependiendo de si se sabe cuándo sucederá. Así, condición indeterminada es aquella que no tiene plazo
ni época para su cumplimiento (por ejemplo, te daré $1000 el día que te recibas de abogado ). Condición determinada,
en tanto, es la que, si bien no se sabe si ocurrirá o no –como toda condición-, de hacerlo se sabe cuándo. Este último
tipo de condiciones tiene la particularidad de que queda prefijado el momento en que debe estimarse fallida.
Por eso, en principio la condición indeterminada puede cumplirse en cualquier momento, mientras que la determinada
sólo hasta el instante prefijado. Esta conclusión, sin embargo, es objeto de discusiones, pues no es conteste la doctrina
en cuanto a si efectivamente la condición indeterminada puede cumplirse en cualquier tiempo o si, por el contrario, hay
un límite.
Parte de la doctrina sostiene que el art. 739, ubicado dentro del articulado referente al fideicomiso, es de aplicación
general a todas las situaciones condicionales. Expresa dicha norma en su inc. 1º que “Toda condición de que penda la
restitución de un fideicomiso, y que tarde más de cinco años en cumplirse, se tendrá por fallida, a menos que la muerte
del fiduciario sea el evento de que penda la restitución”. Los argumentos que basaban esta opinión eran los siguientes:
1.- El deseo del legislador de obtener la estabilidad en todas las situaciones jurídicas. En el tiempo que se inicia la
discusión, el plazo establecido en el art. 739 era de 15 años, igual que el de la nulidad absoluta.
2.- El mensaje del Código así lo señalaría: “(...) Otra [regla fundamental] es la que tiende al mismo fin [circulación de los
bienes] es la que limita la duración de las condiciones suspensivas y resolutorias, que en general se reputan fallidas si
tardan más de treinta años en cumplirse”.
3.- El art. 962 inc. 3º, que establecía, hasta la Ley 16.962, un plazo de 15 años para la duración máxima de las
Por eso, actualmente resulta insostenible tal postura sobre la base del argumento basado en el art.
739, que por lo demás es todavía discutible por el solo hecho de ser notablemente especial, relativo
únicamente a los fideicomisos.
1.- Resaltar la idea expresada por Bello en el mensaje, que no es especial o relativa sólo a los
fideicomisos, como se desprende de su sola formulación.
2.- En virtud de una razón histórica, se puede afirmar que Bello no siguió en esto al Código Francés -
como sostienen algunos-, que, en su equivalente de nuestro art. 1482 (según el cual la condición se
reputa fallida si no se verifica dentro del plazo señalado), expresa que si no se indica plazo el hecho
puede producirse en cualquier momento, pues resulta extraño que de estar inspirado en la misma
norma no la hubiese reproducido en Chile. El mensaje también llama la atención sobre este cambio de
opinión.
3.- No es efectiva la idea de que si no existiera límite no tendría sentido la distinción entre condiciones
determinadas e indeterminadas, que el mismo Código hace a veces. Y no es efectiva, primero, porque
la distinción es más doctrinaria que legal, y, segundo, porque de todas maneras subsistiría, al modo de
que sería indeterminada la que puede verificarse dentro del plazo fijado por la ley.
Así, se puede concluir que toda condición debe verificarse en un plazo máximo de 10 años, o de lo
contrario debe entenderse fallida.
Efectos de las condiciones
Las condiciones positivas deben ser física y moralmente posibles, e inteligibles, o de lo contrario se mirarán como
imposibles (art. 1475).
Por su parte, las condiciones negativas deben ser asimismo física y moralmente posibles, e inteligibles.
La falta de algunos de los requisitos anteriores produce los siguientes efectos, dependiendo de si se trata de una
condición suspensiva o resolutoria.
1.- Positivas suspensiva. Si es físicamente o moralmente imposible, o ininteligible, se tiene por fallida, de modo que no
nace obligación alguna (art. 1480).
2.- Positiva resolutoria (art. 1480). Si es físicamente o moralmente imposible, o ininteligible, se la tiene por no escrita y la
obligación se reputa pura y simple, por lo que el que adquirió una cosa bajo condición resolutoria se hace
definitivamente dueño de ella (le doy 1000 pesos a condición de que me los restituya si Juan toma una estrella).
a) Si la abstención consiste en un hecho físicamente imposible (le doy mil pesos si Juan no toma una estrella), la
obligación es pura y simple, pues la condición se encuentra irrefutablemente cumplida (art. 1476).
i) Si la abstención corresponde al acreedor, la obligación es nula, pues la ley considera inmoral prometerle algo a alguien
a cambio de que se abstenga de realizar un hecho contrario al orden público o a las buenas costumbres (art. 1476).
ii) Si la abstención corresponde al deudor, no hay obligación, puesto que la condición es suspensiva, y ésta se reputa
fallida (art. 1480 inc. 3°).
ii) Si la abstención corresponde al deudor (dono un caballo a Pedro, con cargo a restituírmelo
si yo no mato a Juan), la condición se reputa no escrita, por lo que no hay obligación de
restituir.
c) Si la condición es ininteligible, se aplica la regla del art. 1480, según la cual se tiene por no
escrita, de manera que no hay cargo de restituir.
Efectos de las condiciones Suspensiva y Resolutoria
(a) Condición Suspensiva: En cuanto a sus efectos, la condición suspensiva puede encontrarse en tres
estados:
1.- Pendiente. En este caso sólo hay un germen de derecho, lo cual redunda en las siguientes
consecuencias:
a) El acreedor condicional no puede exigir el cumplimiento de la obligación (arts. 1485 inc. 1° y 1078), ni
el deudor está obligado a ella, de manera que si la paga, puede repetir lo pagado (art. 1485 inc. 2°).
b) La prescripción de la acción del acreedor no corre mientras esté pendiente la condición, porque,
según el art. 2514, la prescripción extintiva corre desde que la obligación se hace exigible.
c) No hay novación pendiente la condición. El art. 1633 prescribe que “Si la antigua obligación es pura y
la nueva pende de una condición suspensiva, o si, por el contrario, la antigua pende de una condición
suspensiva y la nueva es pura, no hay novación, mientras esté pendiente la condición; y si la condición
llega a fallar, o si antes de su cumplimiento se extingue la obligación antigua, no habrá novación”.
d) No puede operar la compensación legal, pues para ello es preciso, de acuerdo con el art. 1656 inc. 1º
regla 3ª, que las obligaciones sean actualmente exigibles.
c) El derecho del acreedor condicional entre la celebración del contrato y el cumplimiento de la
obligación condicional, es adquirido, por lo cual no puede ser afectado por una ley posterior al acto (art.
22 LERL).
d) Este derecho en germen es transmisible a los herederos del acreedor (art. 1492 inc. 1°), lo cual, con
todo, no es aplicable a las asignaciones testamentarias, ni a las donaciones entre vivos (art. 1492 inc.
2°). Con respecto a las obligaciones condicionales emanadas de un testamento o de una donación, se
aplican las reglas generales, es decir, ellas se transmiten a los herederos (el art. 1492 no distingue).
e) El acreedor condicional puede impetrar medidas conservativas, de acuerdo con lo preceptuado por
los arts. 761, 1078 y 1492, las cuales serán las que el juez estime prudente, pues el Código no las
menciona.
2.- Fallida. En este caso se extingue definitivamente la obligación y desaparece el derecho condicional.
3.- Cumplida. Aquí el derecho nace, por lo que el acreedor está en condiciones de exigir el cumplimiento
de la obligación, que si versa sobre una cosa le da derecho además para exigir sus aumentos y mejoras.
Por otra parte, si el deudor se había anticipado al pago, no podrá ahora repetirlo.
► (b) Condición Resolutoria Ordinaria
Condición resolutoria ordinaria es toda condición resolutoria estipulada por las partes en un contrato,
siempre que el hecho que la constituye no sea la infracción de alguna de las obligaciones contraídas,
pues en caso contrario, o es una condición resolutoria tácita, o es un pacto comisorio; y será lo segundo
si la condición estipulada es la resolutoria tácita hecha expresa por las partes en la convención.
1.- Pendiente. En este caso, mientras pende, la obligación condicional se considera pura y simple, de
modo que produce todos sus efectos. El deudor se encuentra obligado a cumplirla.
2.- Fallida. Aquí se consolidan definitivamente los efectos del contrato y, por ende, también las
enajenaciones y gravámenes que se hayan constituido pendiente la condición. En otras palabras, ésta
se considera como no escrita.
3.- Cumplida. En esta eventualidad el derecho desaparece, y como la condición opera retroactivamente,
el efecto que se produce es la restitución de las cosas al estado en que estaban antes de la celebración
del acto. El art. 1487 establece que “Cumplida la condición resolutoria, deberá restituirse lo que se
hubiere recibido bajo tal condición, a menos que ésta haya sido puesta a favor del acreedor
exclusivamente, en cuyo caso podrá este, si quiere, renunciarla; pero será obligado a declarar su
determinación, si el deudor lo exigiere”. No estará establecida a favor del acreedor, si, por ejemplo,
verificada la condición la cosa debe restituirse a una tercera persona.
El principio de retroactividad no opera, sin embargo, con absoluto vigor, sino que admite ciertas excepciones:
► 1.- Los frutos percibidos en el intertanto no deben restituirse, puesto que han sido obtenidos por quien era
dueño, a menos que se haya pactado algo distinto, o la ley (art. 1875) o el testador así lo dispongan. Dispone
el art. 1488 que “Verificada una condición resolutoria, no se deberán los frutos percibidos en el tiempo
intermedio, salvo que la ley, el testador, el donante o los contratantes, según los varios casos, hayan dispuesto
lo contrario”.
► 2.- Sólo se resuelven las enajenaciones y los gravámenes constituidos por quien tenía la cosa bajo condición
resolutoria a favor de terceros de mala fe (art. 1490 y 1491). Este efecto será abordado en un capítulo
especial.
► 3.- En los contratos de tracto sucesivo, simplemente no opera el efecto señalado, pues es imposible restituir a
las partes al estado anterior a la contratación. la resolución en estos casos adopta el nombre de terminación.
La condición resolutoria opera de pleno derecho, sin necesidad de declaración judicial alguna. Así se obtiene del
art. 1479: condición resolutoria es aquella que "por su cumplimiento se extingue un derecho", y del art. 1487:
“Cumplida la condición resolutoria, deberá restituirse lo que se hubiere recibido bajo tal condición (...)”. Además, la
resolución que proviene de una condición resolutoria ordinaria puede ser alegada por toda persona que tenga
interés en ella, porque o se resuelve para todos, o no se resuelva para nadie, lo que proviene en gran medidas de
que no requiere resolución judicial alguna que pudiere producir efectos relativos.
Al juez compete en esto un papel pasivo, porque simplemente debe "constatar la defunción" del derecho,
comprobando que se ha producido el hecho constitutivo de la condición, que se ha resuelto la obligación y se han
producido sus efectos. Como consecuencia, la resolución puede ser alegada por todo el que tenga interés en ello,
porque el contrato se resuelve para todos o no se resuelve para nadie.
El art. 1078 corrobora lo establecido en esta disposición, mientras que el art. 1875 establece una contra excepción:
"“a resolución de la venta por no haberse pagado el precio, dará derecho al vendedor para (...) que se le restituyan
los frutos, ya en su totalidad si ninguna parte del precio se le hubiere pagado, ya en la proporción que corresponda
a la parte del precio que no hubiere sido pagada” (Meza Barros, pág. 102).
► (2) Un Efecto en Especial: Resolución de las Enajenaciones y Gravámenes a
Terceros
Como señala el art. 1487, cumplida la condición resolutoria debe restituirse lo que se
hubiere recibido en virtud de ella. Esto no ofrece problemas cuando la cosa está en
manos del deudor, pero si éste la ha enajenado en el intertanto o ha constituido
gravámenes sobre ella, como hipotecas o servidumbres, el asunto ya no es el mismo.
Se genera un conflicto entre el acreedor y los terceros adquirentes o que se beneficien
de dichos gravámenes. Los primeros pueden defender su interés señalando que el
deudor no ha podido transferir más derechos que los que tenía; y que no tenía ninguno,
pues una vez cumplida la condición ésta opera retroactivamente, de manera que se
entiende que nunca tuvo derechos sobre la cosa. Los segundos, mientras, pueden
proteger el suyo señalando que el contrato que celebraron con el deudor es plenamente
válido y, además y especialmente, que ellos son los poseedores de la cosa.
La ley intenta resolver este conflicto de intereses, y lo hace inclinándose por el interés
de los terceros, siempre que éstos cumplan una condición: se encuentren de buena fe.
De este modo, la regla general es que las enajenaciones y gravámenes constituidos
antes del cumplimiento de la condición, por el que poseía la cosa bajo ésta, no pueden
resolverse, sino en la medida que los terceros adquirentes o beneficiarios hayan estado
de mala fe. La ley adopta este criterio debido a que los terceros han contratado con
quien tenía la facultad de gravar o enajenar, aunque la tuviera bajo condición de
perderla, por lo que el contrato que celebraron con el deudor condicional fue válido.
► b. Elementos de la Resolución de las Enajenaciones y Gravámenes
De las disposiciones de los arts. 1490 y 1491 se obtiene que dos son las circunstancias que merecen atención especial:
los actos que pueden resolverse, de un lado, y la mala o buena fe del tercero, por el otro.
Tanto el art. 1490 cuanto el art. 1491 se refieren a las enajenaciones de la cosa, pero el segundo de ellos, referente a los
bienes inmuebles, agrega la hipoteca, el censo y la servidumbre. La solución no es la misma para los bienes muebles y
los inmuebles:
1.- Bienes Muebles. Enajenación significa la transferencia del dominio o la constitución de un derecho real. Así, a primera
vista, dados los términos del art. 1490, pudiera pensarse que tanto lo uno como lo otro puede verse afectado por la
resolución. Empero, un examen atento obliga a concluir que, respecto de los bienes muebles, sólo pueden resolverse las
transferencias de dominio, esto es, las enajenaciones totales. Los siguientes antecedentes corroboran esta conclusión:
a) Los bienes muebles sólo son susceptibles de ser objeto de los siguientes derechos reales, además del dominio:
prenda, usufructo y uso. Se excluyen, por tanto, la servidumbre, la hipoteca, censo y habitación.
b) La prenda se excluye en virtud del art. 2406 inc. 3º, porque se extingue “(...) cuando en virtud de una condición
resolutoria se pierde el dominio que el que dio la cosa en prenda tenía sobre ella; pero el acreedor de buena fe tendrá
contra el deudor que no le hizo saber la condición el mismo derecho que en el caso del art. 239”, esto es, que se le
entregue en prenda otra cosa de igual o superior valor, u otra caución competente, o, en defecto de una y otra, que se
cumpla de inmediato la obligación, aunque haya plazo pendiente para el pago.
c) El usufructo y el uso se excluyen porque se extinguen por la resolución del derecho del constituyente (arts. 806 y 812).
2.- Bienes Inmuebles. La ley sólo se refiere, además de la enajenaciones totales, a las hipotecas, censos y
servidumbres. Como estas normas constituyen una excepción al principio de que las enajenaciones que favorezcan a
terceros sólo pueden resolverse cuando éstos estaban de mala fe, deben interpretarse estrictamente; por lo tanto, debe
entenderse que se aplican sólo a los casos señalados. Además, en sus proyectos, A. Bello hacía extensiva la disposición
a los derechos de usufructo, uso y habitación o aludía a los gravámenes en general, lo que en definitiva no prosperó.-
► 2. La Buena o Mala Fe del Tercero
La buena fe consiste en haber recibido la cosa desconociendo que la persona de quien la adquiría
la poseía bajo condición resolutoria: a la inversa, la mala fe consiste en haberlo hecho a sabiendas
de que la persona de la que adquiría poseía la cosa bajo tal condición.
Para juzgar la buena o mala fe de los terceros, se distingue entre las cosas muebles e inmuebles:
1.- Cosas muebles (art. 1490). Como para determinar la buena o mala fe se atiende al momento de
adquirir la posesión, para saber si el tercero estaba de mala fe se verá si sabía o no de la
condición al adquirir la cosa. La mala fe la prueba el demandante, el que intenta la acción
reivindicatoria, porque, de acuerdo con el art. 707, la buena fe se presume.
2.- Cosas inmuebles (art.1491). Rige la misma regla que la del art. 1490, sólo que la ley ha
sustraído de las reglas generales de la prueba la cuestión de la buena o mala fe. Y así, ha
establecido que se procede la resolución si la condición constaba en el título y éste fue inscrito u
otorgado por escritura pública.
Una cosa "consta" cada vez que es manifiesta, sin necesidad de ser expresa; consta tanto cuando
se expresa en virtud de una estipulación de las partes, como cuando es tácita. Por su parte, título
respectivo es aquel del cual arranca el derecho bajo condición resolutoria del enajenante. Ahora,
cuando se dice inscrito u otorgado por escritura pública, lo que debe constar en la escritura pública
no es la condición, sino el contrato (o si no se diría: la inscrita u otorgada...).
La exigencia de que el contrato esté inscrito u otorgado por escritura pública, no es copulativa sino
disyuntiva: basta una o la otra. No son necesarias las dos.
c. Regla Especial Relativa a las Donaciones
El art. 1490 estatuye que “Si el que debe una cosa mueble a plazo, o bajo condición suspensiva o
resolutoria, la enajena, no habrá derecho a reivindicarla contra terceros poseedores de buena fe”.
Por su parte, el art. 1491 declara que “Si el que debe un inmueble bajo condición lo enajena, o lo
grava con hipoteca, censo o servidumbre, no podrá resolverse la enajenación o gravamen, sino
cuando la condición constaba en el título respectivo, inscrito u otorgado por escritura pública”.
A la primera disposición se la critica, al igual que a la segunda, por sugerir que el acreedor a plazo
o condición de una cosa mueble puede reivindicarla del tercero adquirente una vez cumplida la
condición, lo que no es posible. En efecto, la acción reivindicatoria compete sólo al dueño, y el
acreedor nunca lo ha sido, ya que respecto de él no ha operado el modo de adquirir tradición. La
cosa estuvo en poder del deudor condicional o a plazo, aquel que debía entregarla al acreedor
condicional una vez cumplida la condición, y antes de que esto aconteciera, la enajenó a un
tercero.
En realidad, si quien debe una cosa a plazo o a condición la enajena antes de que llegue el
primero o se cumpla la segunda, cuando acontezca el uno y la otra se encontrará en una situación
de incumplimiento contractual, pues no podrá entregarla, y el acreedor no tendrá más opción que
solicitar la indemnización de perjuicios correspondiente.
La acción puede nacer contra el tercero sólo en la medida que el derecho que el enajenante tenía sobre la cosa haya
estado sometido a alguna limitación a favor del acreedor condicional, de manera tal que el derecho que el enajenante
podía enajenar no era completo o íntegro, cumpliéndose la regla de que nadie puede enajenar más derechos de los
que tiene. Y el derecho sobre la cosa nace únicamente mediante un modo de adquirir, en estos casos la tradición.
La ley ha querido, por tanto, referirse al que tiene un derecho de dominio, pero limitado por una condición; ha querido
aplicar el principio de que resuelto el derecho del causante, se resuelve también el del causahabiente. Por eso, la
frase correcta hubiese sido “si el que tiene o posee” la cosa a plazo o a condición, que, dicho sea de paso, es justo lo
inverso de deber una cosa bajo condición suspensiva. Para Alessandri, tal sería la solución correcta porque así ese
individuo tiene un derecho eventual, resoluble, que, al enajenarlo, se transfiere en iguales condiciones, esto es,
también con el carácter de eventual y resoluble. Para Meza Barros, en tanto, de ese modo, producto de la ficción
retroactiva que genera el cumplimiento de la condición, se supone que el que tenía la cosa nunca fue dueño, y que
este dominio le pertenecía a quien le corresponde la cosa en virtud del cumplimiento de la condición.
Por este motivo, las cosas que se reciben bajo condición resolutoria no se ”deben”, sino que se tienen o se poseen o
se es dueño de ellas con el límite de que termine ese derecho una vez que se cumpla la condición. Sólo una vez que
se cumpla ésta se puede decir que el que tenía la cosa bajo condición resolutoria deviene en deudor resolutorio, en el
sentido de que la debe restituir por haberla recibido bajo tal condición. En todo caso, que devenga en deudor
resolutorio no modifica en ningún caso la situación de estos artículos, ya que el problema se presenta cuando la cosa
es enajenada antes de cumplirse la condición, instante en el cual el individuo sólo tiene, posee o es dueño de la cosa
bajo condición resolutoria, y no es, por ende, deudor resolutorio. Y aún más, si llegase a suceder que quien tenía la
cosa en tal carácter la enajenare luego de cumplida la condición, tampoco habría problema, ya que tal enajenación
sería hecha por una persona que no tiene ningún derecho sobre la cosa, y que sería un deudor puro y simple.
De lo dicho se concluye que la posibilidad de resolver las enajenaciones a favor de terceros debe descartarse en el
caso de la condición suspensiva y del plazo, sea este último suspensivo o extintivo. Si el plazo es suspensivo, se
razona del mismo modo que con las condiciones suspensivas. Si es extintivo, el que tiene la cosa es un mero tenedor,
como se desprende del art. 1087, según el cual las asignaciones hasta día cierto, determinado o no, constituyen un
usufructo, y como mero tenedor no puede enajenar más que su derecho de usufructo, o de lo contrario la enajenación
es inoponible el dueño.
En consecuencia, los art.1490 y 1491 se refieren únicamente al caso en que el que posee una cosa bajo condición
resolutoria, la enajena en el tiempo que corre desde que la recibe hasta que se cumple la condición.
Estados en que Pueden Encontrarse las Condiciones
El art. 1482 establece reglas precisas para determinar cuándo una de estas condiciones se encuentra fallida y
cuándo cumplida: "Se reputa haber fallado la condición positiva o haberse cumplido la negativa, cuando ha
llegado a ser cierto que no sucederá el acontecimiento contemplado en ella, o cuando ha expirado el tiempo
dentro del cual el acontecimiento ha debido verificarse, y no se ha verificado". De lo anterior se desprende que
son cuatro las situaciones posibles:
1.- Si la condición es positiva y no se ha señalado plazo o época dentro del cual deba verificarse el suceso en que
consiste, se reputará haber fallado cuando llegue a ser cierto que el acontecimiento no se verificará (le doy 1000
pesos a Juan si se casa, y Juan muere antes de casarse.)
2.- Si la condición es positiva y se ha señalado plazo o época, la condición ha fallado si dentro de esa época no
se cumple (le doy 1000 pesos a Juan si se casa antes de los 25 años).
3.- Si la condición es negativa y no se ha señalado plazo dentro del cual deba cumplirse, se tiene por cumplida si
llega a ser cierto que no se verificará el acontecimiento (le doy 1000 pesos a Juan si no se casa. Juan fallece).
4.- Si la condición es negativa y se ha señalado tiempo dentro del cual deba verificarse, se reputará cumplida si el
hecho no se verifica dentro del plazo señalado (le doy 1000 pesos a Juan si no se casa en 2 años).
Pero, para que la condición se repute fallida, es menester que su incumplimiento provenga de circunstancias
fortuitas, o, al menos, extrañas a la voluntad del que se obliga, porque de lo contrario, esto es, si el deudor se vale
de medios ilícitos para impedir el cumplimiento de la obligación, la ley sanciona su mala fe dando la condición por
cumplida. Lo anterior proviene de una aplicación extensiva del art. 1481.
Modo de Cumplir las Condiciones
► El art. 1483 dispone que "La condición debe ser cumplida del modo que
las partes han probablemente entendido que lo fuese, y se presumirá que
el modo más racional de cumplirla es el que han entendido las partes". La
aplicación de este artículo conduce a la averiguación de la manera cómo
debe cumplirse la condición, para lo cual ha de estarse a la voluntad de las
partes, del mismo modo como sucede en el los contratos (art. 1560).
► Acto seguido, debe aplicarse el art. 1484, según el cual "Las condiciones
deben cumplirse literalmente, en la forma convenida". Parece haber aquí
una contradicción, pero ello no es tal. Lo que quiere decir este artículo es
que queda descartado cualquier cumplimiento por equivalencia de ellas,
bien que aproveche al acreedor.
► 1.- Si no se acoge esta postura no podría explicarse la transmisión de los derecho y obligaciones
condicionales (art. 1492), pues si el derecho y obligación sólo nacen una vez cumplida la obligación,
pendiente ésta, a la muerte de una de las partes no hay vínculo jurídico que transmitir.
► 2.- Tampoco podría explicarse el derecho del acreedor condicional a solicitar medidas conservativas mientras
pende la condición, porque quien no tiene derechos sobre una cosa, no puede solicitar sobre ella medidas
conservativas.
► 3.- La posibilidad de resolver las enajenaciones efectuadas por el deudor pendiente la condición pueden da
un indicio de que el acreedor tenía derechos sobre la cosa mientras la condición no se cumplía.
► 4.- Entre la celebración del contrato y el cumplimiento de la obligación no puede el deudor desligarse de ella,
lo que podría hacer perfectamente si no existiera obligación alguna antes del cumplimiento de la condición
► 5.- Se observa que cada vez que la ley subordina los efectos de un acto a circunstancias posteriores, les
atribuye a éstas un efecto retroactivo. Así por ejemplo, el caso del art. 77, que mantiene en suspenso los
derechos del que está por nacer, pero una vez que acontece el nacimiento, el recién nacido entra en el goce
de dichos derechos, como si hubiese existido al tiempo que se defirieron. Igual solución emplea el art. 2413,
pues declara que la fecha de la hipoteca constituida bajo condición suspensiva o desde cierto día, es,
cumplida la condición, la de su inscripción, y no la del cumplimiento de ella.
► 6.- Pertenecen al acreedor los aumentos, mejoras y deterioros, y es de su cargo la pérdida fortuita de la cosa
debida, ocurridos pendiente la condición. No podrían pertenecer a ni soportar este último riesgo quien no
tiene ningún derecho sobre la cosa sino hasta que se cumple la condición.
Sin embargo, hay ciertos casos en que se advierte que la ley no adoptó un criterio de
retroactividad, tales como los siguientes:
► 1.- “(...) no se deben los frutos percibidos en el intermedio, salvo que la ley, el
testador, el donante o los contratantes, según los varios casos, hayan dispuesto lo
contrario” (art. 1488). Igual regla siguen los arts. 1078 inc. final y 1338 regla 1ª. Si
el acreedor tuviera su derecho desde el nacimiento de la obligación, debería tender
derecho a los frutos.
► 2.- Las enajenaciones que se resuelven son aquellas en que el tercero estaba de
mala fe, lo indica que la condición no opera con efecto retroactivo respecto de los
terceros de buena fe.
► 3.- Los actos de administración efectuados por el deudor condicional, como los
arrendamientos, quedan a firme. Este criterio sigue el art. 758 para el fideicomiso.
(vii) Entrega de la Cosa Debida una vez Cumplida la Condición
► Si la obligación es de género, los problemas que pueden presentarse son escasos, por no
decir inexistentes, ya que el género no perece, ni aumenta ni se deteriora.
► Distinto es el caso de las obligaciones de especie, que sí pueden sufrir alguno de esos
acontecimientos. Por eso corresponde tratar con detención las siguientes eventualidades
que pueden acontecer mientras pende la condición.
1.- Aumentos y mejoras. El art. 1486 inc. 2º señala que “(...) la cosa se debe en el estado en que
se encuentre, aprovechándose el acreedor de los aumentos y mejoras, sin estar obligado a dar
más por ella (...)”. Esta solución es contraria a los principios generales del derecho, pues el
acreedor al verse desligado de la obligación de indemnizar mejoras de cualquier clase, incluso
las necesarias, obtiene un enriquecimiento injusto que la misma ley rechaza en los arts. 904 y
sgts, donde obliga al dueño a indemnizar las mejoras necesarias aun al poseedor de mala fe.
2.- Deterioros. El mismo art. 1486 inc. 2º señala que el acreedor debe sufrir el deterioro o
disminución que haya experimentado la cosa, “(...) sin derecho alguno a que se le rebaje el
precio (...)”. Se siguen el mismo principio establecido en el art. 1550: el riesgo de la especie o
cuerpo cierto cuya entrega se deba es del acreedor.
Sin embargo, si la pérdida es culpable, “(...) el acreedor podrá pedir o que se rescinda el contrato
o que se le entregue la cosa, y además de lo uno y de lo otro tendrá derecho a indemnización de
perjuicios” (art. 1486 inc. 2º).
3.- Frutos. A menos que la ley, el testador o las partes, según los casos,
establezcan lo contrario, se siguen las siguientes reglas:
► a) La pérdida total o parcial se produce sin culpa del deudor. Si es total se extingue la
obligación; si es parcial, el riesgo lo asume el acreedor, a quien la ley, a modo de
compensación, le otorga todos los aumentos y mejoras que la cosa reciba, sin que deba dar
más por ella.
► b) La pérdida total o parcial se produce por culpa del deudor. Si es total, el acreedor tiene
derecho a exigir el precio e indemnización de perjuicios; si es parcial, el acreedor tiene
derecho a pedir a su arbitrio o la resolución del contrato (el Código dice rescisión), o la entrega
de la cosa, en ambos casos con indemnización de perjuicios.
5.- Enajenaciones y gravámenes del deudor condicional. Se hace referencia a lo visto respecto de
los efectos de la condición resolutoria.
ACCIÓN RESOLUTORIA
Es la que emana de la condición resolutoria en los casos en que ella requiere sentencia judicial, y en cuya virtud el
contratante diligente solicita que se deje sin efecto el contrato por no haber cumplido la contraparte alguna de las
obligaciones emanadas de él.
c) La acción resolutoria es mueble o inmueble, según la cosa sobre que recaiga. Es aplicación del Art. 580 CC.
d) La acción resolutoria es indivisible.
a) Subjetivamente: si son varios los acreedores, deben ejercitar la acción conjuntamente, y si hay
pluralidad de deudores, debe demandarse a todos (Art. 1526 N° 6 CC, relativo a las obligaciones
alternativas).
b) Objetivamente: no se puede demandar en parte el cumplimiento y en parte la resolución.
Resolución y nulidad de un contrato.
1) Hay nulidad cuando existe un vicio originario en el contrato; la resolución deriva del hecho de que en un contrato
bilateral, una parte no cumple lo pactado.
2) En cuanto a los efectos, la nulidad borra totalmente el acto o contrato, por lo que da acción reivindicatoria contra
terceros; la resolución sólo da acción contra terceros de mala fe.
3) Hay diferencias en las prestaciones mutuas.
4) Sólo cabe resolución respecto de un contrato válido.
Resolución y resciliación.
Resciliación: es un modo de extinguir las obligaciones que se produce cuando las partes, siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, y
en virtud del principio de la autonomía de la voluntad, acuerdan dejar sin efecto el contrato de donde emana la obligación (Art. 1567 inc. 1º CC).
No puede afectar a los terceros, pues el acuerdo que supone es inoponible.
Efectos de la resolución.
Hay que distinguir efectos entre las partes y efectos respecto de terceros.
1. Efectos de la resolución entre las partes.
a) Vuelven al estado anterior a la celebración del contrato, como si nunca hubieran contratado.
b) En virtud del efecto retroactivo, el deudor condicional debe restituir lo que había adquirido bajo condición (Art. 1487 CC).
c) El deudor, por regla general, no restituye los frutos percibidos en el tiempo intermedio (Art. 1488 CC).
d) El deudor debe entregar la cosa en el estado en que se encuentre, con sus aumentos y mejoras, y sufriendo el acreedor los deterioros
fortuitos.
e) Los actos de administración realizados por el deudor quedan firmes, sin perjuicio de que la resolución produzca la extinción de
algunos contratos.
f) Si el deudor había cumplido en parte sus obligaciones, debe restituírsele lo que había pagado (Art. 1875 CC).
Efectos de la resolución respecto de terceros.
La resolución va a afectar a los terceros cuando el deudor condicional, pendiente la condición resolutoria, haya enajenado o gravado la
cosa poseída bajo esa condición.
Por el efecto retroactivo de la condición, se entiende que el deudor condicional nunca ha sido dueño, por lo que esos actos son
inoponibles al verdadero dueño.
Pero para conciliar los intereses de los terceros con los del acreedor, se llega a una regla muy general: la resolución no afecta a los
terceros de buena fe (Arts. 1490 y 1491 CC).
2.- Que la ocurrencia del hecho sea cierta. El elemento que distingue al plazo de la condición es la certeza que se tiene respecto del
acontecimiento que constituye el plazo. Si hay incertidumbre con relación a si el hecho ocurrirá o no, hay una condición; si no hay dicha
incertidumbre, sino todo lo contrario, hay un plazo.
De ahí que no existan plazos fallidos, y que las fechas sean siempre plazos. Al igual que la condición, el plazo puede ser determinado, cuando
se sabe la época en que ha de llegar (día, mes, año), o indeterminado, si se sabe que llegará, pero no se sabe cuando (muerte).
3.- La obligación a plazo existe desde un principio, no es que opere retroactivamente, por lo que si el deudor paga renunciando al beneficio del
plazo, paga una obligación existente.
Toda obligación puede ser sometida a plazo, a excepción del matrimonio, las legítimas rigurosas, y la repudiación o aceptación de una
herencia. Las obligaciones, del mismo modo que las asignaciones testamentarias, pueden ser a plazos o días, y el día ser cierto o incierto,
determinado o indeterminado.
► Cualquiera que sea la naturaleza de los plazos, éstos se computan siempre de una
misma manera y según las mismas reglas: Los plazos son completos y corren
hasta las doce de la noche del ultimo día del plazo, y no se descuentan durante los
días feriados, a menos que la ley disponga que el plazo de días es de días útiles.
Por último, cabe señalar que las obligaciones a plazo se encuentran reguladas en las
siguientes disposiciones:
2.- Título V del Libro IV: De las Obligaciones a Plazo, arts. 1494 a 1498, donde se
refiere sólo al plazo suspensivo.
3.- Título IV del Libro III sobre las asignaciones testamentarias a día, por expresa
referencia del art. 1498.
Clasificación de los plazos
1.- Plazos legales, convencionales y judiciales.
Legal es el señalado por la ley. En materia civil los plazos legales son escasos, no así en materia procesal. Ejemplos:
a) Art. 1879, sobre el pacto comisorio: “Si se estipula que por no pagarse el precio al tiempo convenido, se resuelva ipso
facto el contrato de venta, el comprador podrá, sin embargo, hacerlo subsistir, pagando el precio, lo más tarde, en las
veinticuatro horas subsiguientes a la notificación judicial de la demanda”.
b) Art. 2200, sobre el mutuo: “Si no se hubiere fijado término para el pago, no habrá derecho de exigirlo dentro de los diez
días subsiguientes a la entrega”.
Convencional es el estipulado por las partes en el contrato, o el testador en su testamento. Puede ser expreso o tácito.
Judicial, por último, es el señalado por el juez. El art. 1494 inc. 2º regula los plazos judiciales: “No podrá el juez, sino en
casos especiales que las leyes designen, señalar plazo para el cumplimiento de una obligación: sólo podrá interpretar el
concebido en términos vagos u oscuros, sobre cuya inteligencia y aplicación discuerden las partes”. Son ejemplos de plazos
judiciales:
a) Art. 904, sobre prestaciones mutuas. El poseedor vencido “(...) restituirá la cosa en el plazo que el juez señalare (...)”.
b) Art. 2201, sobre el mutuo. “Si se hubiere pactado que el mutuario pague cuando l sea posible, podrá el juez, atendidas las
circunstancias, fijar un término”.
Según el art. 49, “Cuando se dice que un acto debe ejecutarse en o dentro de cierto plazo, se entenderá
que vale si se ejecuta antes de la medianoche en que termina el último día del plazo (...).
Son plazos fatales los que la ley designa llamándolos tales, o bien aquellos que se dan a conocer por el
empleo de las expresiones "en", o "dentro de".
3.- Plazos suspensivos y extintivos. Plazo suspensivo es aquel que mientras pende, suspende el
ejercicio de un derecho o el cumplimiento de una obligación. No afecta la existencia de la obligación ni del
derecho; sólo suspende su ejercicio.
Plazo extintivo, por su parte, es aquel que por su vencimiento extingue un derecho. Este plazo se designa
empleando la expresión "hasta". En el Código Civil sólo se reglamenta el plazo suspensivo, definiéndolo
como "la época que se fija para el cumplimento de la obligación". Si bien en nuestro Código no existe un
conjunto de disposiciones que reglamenten este plazo, hay diversas disposiciones aisladas que lo
señalan.
Cuando la obligación está subordinada a un término extintivo, ella produce sus efectos desde un principio
tal como si el acto fuera puro y simple. Los efectos del plazo extintivo son los mismos de la condición
resolutoria, pero con dos diferencias: (i) el plazo opera de pleno derecho, sin necesidad de sentencia
judicial, y (ii) el derecho se extingue sólo para el futuro, ya que el plazo no opera con efecto retroactivo.
4.- Plazos determinados e indeterminados. Es determinado el plazo si se
sabe cuándo ocurrirá el hecho que lo constituye, e indeterminado en caso
contrario (como la muerte).
5.- Plazos expresos y plazos tácitos (art. 1494). El plazo es expreso cuando
se establece en términos formales y explícitos. Es tácito cuando es
indispensable para cumplir la obligación, lo que puede darse, por ejemplo, por
razones de cosecha, de distancia, etc.
Efectos de los plazos – Plazo Suspensivo
(a) Antes de Su Vencimiento o Pendiente
Respecto del plazo suspensivo, a diferencia de lo que sucede con la condición suspensiva, hay certeza acerca de la llegada de
su vencimiento. Por eso, no está comprometida la existencia del derecho, sino sólo su exigibilidad. El art. 1084 recoge esta idea:
“La asignación desde día cierto y determinado da al asignatario, desde el momento de la muerte del testador, la propiedad de la
cosa asignada y el derecho de enajenarla y transmitirla; pero no el de reclamarla antes de que llegue el día”.
1.- “Lo que se paga antes de cumplirse el plazo, no está sujeto a restitución” (art. 1495 inc. 1º). Lo que ha operado en este caso
es, simplemente, una renuncia al plazo.
Esta norma encuentra una excepción en el art. 1495 inc. 2º: “Esta regla no se aplica a los plazos que tienen el valor de
condiciones”. La ley, errando en el lenguaje, se ha referido a la situación del art. 1085, en que hay una “(...) condición impuesta
por la ley; en consecuencia el derecho y la obligación están sujetos a condición suspensiva y por ello procede la repetición de lo
dado o pagado antes de cumplirse”. Dispone el art. 1085 inc. 1º que “La asignación desde día cierto pero indeterminado, es
condicional y envuelve la condición de existir el asignatario ese día”.
2.- El acreedor a plazo puede impetrar medidas conservativas. Si puede hacerlo el acreedor condicional, que no tiene derecho
alguno, con mayor razón puede el acreedor a plazo.
4.- No puede exigirse el cumplimiento de la obligación. El art. 1496 inc. 1º declara que “El pago de la obligación no puede
exigirse antes de expirar el plazo (...)”.
6.- No puede operar la compensación legal, pues no son actualmente exigibles (art. 1656 n°3).
Efectos de los plazos – Plazo Suspensivo
1.- Por su cumplimiento, que toma el nombre de vencimiento. Es la forma más usual, y para determinarla ha de recurrirse a las normas
sobre cómputo de los plazos contenidas en los arts. 48 a 50.
2. Renuncia del Plazo. El plazo es perfectamente renunciable, con tal que la renuncia mire al interés del renunciante y no esté prohibida su
renuncia. Por consiguiente, puede renunciar el plazo aquella de las partes en cuyo beneficio se ha establecido. Por regla general, la ley
presume que el plazo se entiende estipulado en beneficio del deudor, lo que se obtiene del art. 1496 n°2, según el cual el deudor cuyas
cauciones se han extinguido o disminuido considerablemente puede reclamar el “beneficio” del plazo renovando o mejorando las cauciones, y
del art. 1497, que consagra el principio de que el deudor puede renunciar el plazo, salvo las excepciones.
De esta manera, el deudor es generalmente el que está en condiciones de renunciar al plazo, lo que no puede hacer, sin embargo, cuando:
1.- Le es prohibido, por el testador o las partes. Expresa el art. 1547 inc. 1º que “El deudor puede renunciar el plazo a menos que el
testador haya dispuesto o las partes estipulado lo contrario (...)”.
2.- No está establecido a su favor, lo que sucede, en general, toda vez que “(...) la anticipación del pago acaree al deudor un perjuicio que
por medio del plazo se propuso manifiestamente evitar” (art. 1547 inc. 1º), esto es, cuando el plazo no esté establecido asu favor.
Como se advierte, nada obsta a que el plazo pueda estipularse en beneficio de ambos contratantes o en beneficio del acreedor. Así por
ejemplo, se entiende estipulado a favor de ambos contratantes en el mutuo con interés, y a favor del acreedor en el depósito y en todos los
casos que caigan dentro de la hipótesis del art. 1497.
Cundo el plazo está establecido a favor de ambos contratantes, sólo pueden renunciarlo de común acuerdo, y cuando lo es a favor del
acreedor, sólo éste podrá hacerlo.
3. Caducidad del Plazo: La caducidad del plazo es su vencimiento anticipado en los casos señalados por la ley o las partes. Es una institución
que beneficia al acreedor y resguarda su acreencia.
La caducidad convencional es muy frecuente en los casos de obligaciones de cumplimiento fraccionado, como las compraventas con saldo
de precio. En estos casos suele pactarse una cláusula en virtud de la cual el incumplimiento en el pago de una de las cuotas a su
respectivo vencimiento, las hace a todas exigibles, es decir, permite al acreedor cobrar el total de la deuda. De no existir esta cláusula, éste
tendría que aguardar el vencimiento de la última de las cuotas para demandar el pago del crédito.
La caducidad legal, por su parte, es de excepción, tal como se obtiene del encabezado del art. 1496: “El pago de la obligación no puede
exigirse antes de expirar el plazo, si no es (...)”. En consecuencia, no hay más caducidad legal que la que proviene de estas dos
eventualidades:
1.- Cuando el deudor se halla en quiebra o en notoria insolvencia. El objetivo es evitarle un perjuicio al acreedor, pues si tuviera que esperar
hasta el vencimiento del plazo, hallaría al deudor sin bienes suficientes, debido a que los acreedores puros y simples se pagarían antes con
sus bienes.
La declaración de quiebra produce de pleno derecho la caducidad de todas los plazos que el deudor tiene para pagar. Todas las
obligaciones del fallido se hacen exigibles de inmediato.
También hay caducidad de los plazos cuando el deudor se halla en notoria insolvencia, que es una situación económica de agravación del
pasivo que impide al deudor pagar sus deudas. La insolvencia ha de ser notoria, y corresponde al acreedor probar esta circunstancia.
2.- Cuando las cauciones dadas por el deudor se han extinguido o han disminuido considerablemente de valor por su hecho o culpa.
Generalmente el plazo se concede en consideración a las cauciones que otorga el deudor, a la garantía que recibe el acreedor con respecto
al cumplimiento de la obligación. Por eso, al desaparecer el motivo que lo llevó a otorgar el plazo, es justo que éste reclame la caducidad
del mismo.
Para que la caducidad opere por esta causal, deben reunirse dos requisitos:
1.- Que el deudor haya dado caución a su acreedor (es decir, que haya garantizado su obligación con cualquiera de aquellas obligaciones
accesorias destinadas a asegurar el cumplimiento de una obligación principal).
2.- Que estas cauciones hayan desaparecido o disminuido considerablemente por culpa del deudor. El juez determinará si las cauciones se
han extinguido o disminuido considerablemente de valor.
Si han desaparecido o disminuido por caso fortuito, no procede la caducidad del plazo. Hace excepción a esta regla el caso de la hipoteca,
porque el art. 2472 consagra una regla similar que no exige que la cosa se haya perdido o deteriorado por hecho o culpa del deudor.
CAPÍTULO I: CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN: EL PAGO
A. EL CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN.
► La ley habla de pago efectivo porque este modo de extinguir las obligaciones no
produce sus efectos sino mediante la realización material de aquello sobre lo
que la obligación recae (es menester que el deudor cumpla efectiva, real o
materialmente aquello a que se obligó).
► Por último, debe tenerse presente que en las obligaciones de dar el pago equivale
a la tradición.
► El pago puede clasificarse en voluntario y forzado; que tiene causa, civil o natural,
y que no tiene causa; y normal, que es el efectuado por el deudor voluntariamente
y recibido en igual forma por el acreedor, y el efectuado con modalidades.
► Lo natural es que pague el deudor, y por éste se entiende no sólo la persona que contrajo la
obligación, sino todas aquellas que en concepto de ley sean, jurídicamente hablando, la persona
del deudor. Quedan comprendidos en esta expresión "el deudor", por tanto:
► 1.- Sus herederos, pues son continuadores de la persona del difunto, representándolo, de
manera que cuando paga un heredero, por una ficción legal se entiende que paga el difunto.
► 2.- Sus legatarios, que pueden ser gravados por el deudor con el pago de una deuda suya, y
que, al pagar, lo hacen por cuenta del deudor.
► 3.- Sus mandatarios o representantes legales, pues, tal como lo señala el art. “Lo que una
persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para representarla,
produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese contratado él mismo”.
► El pago efectuado por el deudor es el más simple de todos, y no supone, generalmente, efectos
ulteriores; se extingue la obligación sin que subsistan relaciones jurídicas. Por excepción puede
haberlas, por ejemplo, cuando el mandatario ha pagado con dineros propios, o el heredero ha
pagado más de lo que le correspondía, casos en que se deben ciertas compensaciones.
► (ii) Pago Efectuados por Otras Personas que el Deudor
► El art. 1572 inc. 1º señala que “Puede pagar por el deudor cualquiera
persona a nombre del deudor, aun sin su consentimiento o contra su
voluntad, y aun a pesar del acreedor”. Esta regla tiene una excepción: las
obligaciones intuito personae. En efecto, estatuye el art. 1572 inc. 2°:
“Pero si la obligación es de hacer, y si para la obra de que se trata se ha
tomado en consideración la aptitud o talento del deudor, no podrá
ejecutarse la obra por otra persona contra la voluntad del acreedor”. En
este evento, sólo podría un tercero efectuar el pago si el acreedor
consintiese en ello, pero no se podría obligar al acreedor a aceptarlo si
éste se opusiera. Salvo esta excepción, en todas las demás obligaciones,
incluso en las de hacer, puede hacerse el pago por otra persona, y el
acreedor está obligado a recibirlo.
► El pago hecho por el tercero a nombre del deudor, en los casos en que la
ley lo admite, no está sometido a ninguna formalidad y debe hacerse en
las mismas condiciones en que debe efectuarlo el deudor. Lo importante
es que el paga lo haga con la conciencia de que paga una deuda ajena,
pues de lo contrario paga lo que no debe, pudiendo repetir ese pago.
► En consecuencia, además del el deudor mismo y todos aquellos que pagan por su
cuenta, pueden pagar válidamente la deuda:
► El tercero extraño que paga a nombre del deudor, puede pagar con consentimiento del deudor, sin
consentimiento del deudor e incluso contra la voluntad de éste:
► a) El tercero paga con consentimiento del deudor. El consentimiento puede ser expreso o tácito. Es
expreso si el deudor ha manifestado en términos explícitos o formales su voluntad de que otro pague
por él, y es tácito si, conociendo de este pago, no manifiesta ninguna voluntad contraria a él ni rechaza
lo que el tercero va a hacer. Del hecho que puede ser tácito, se ha resuelto que el consentimiento no
debe observar ningún tipo de formalidades.
► Como hay consentimiento, se produce entre el deudor y el tercero un verdadero mandato. Por
consiguiente, el tercero que paga en estas condiciones tiene contra el verdadero deudor dos acciones, a
su elección:
► i) La que proviene de la subrogación legal establecida en el art. 1610 n°5: “Del que paga una deuda
ajena, consintiéndolo expresa o tácitamente el deudor”. Para que proceda esta acción, la jurisprudencia
ha dicho que es necesario que el tercero pague con dineros propios, ya que en caso contrario, habría
pago del deudor mismo.
► Así lo establece el art. 1573: “El que paga sin el consentimiento del deudor no
tendrá acción sino para que éste le reembolse lo pagado; y no se entenderá
subrogado por la ley en el lugar y derechos del acreedor, ni podrá compeler al
acreedor a que le subrogue.
► Pero nada obsta a que el tercero quede subrogado en los derechos del acreedor si
éste voluntariamente se los cede.
► Hay en todo esto una razón de moralidad, pues si fuese de otra manera, se habría
establecido una industria de pagar deudas ajenas, y mediante convenios entre
tercero y acreedor se habría obtenido el pago de una cantidad inferior, para ir más
tarde a cobrar al deudor la totalidad del pago de su obligación.
► 3.- Se puede pagar contra la voluntad del deudor. Puede suceder que el deudor no
quiera pagar la obligación porque no le conviene (Ej. un contrato bilateral en que la otra
parte no ha cumplido). Pero aparece un tercero que quiere pagar y el deudor, sin
embargo, le prohíbe hacerlo. Si el tercero paga, la obligación se extingue, pero la ley le
niega la posibilidad de exigir el reembolso de lo que pagó, a menos que el acreedor le
ceda voluntariamente la acción que tenga en contra del deudor (art. 1574).
► Hay una contradicción entre el art. 1574 y el art. 2291. Este último dispone que el que
administra una negocio ajeno “(...) contra la expresa prohibición del interesado, no tiene
demanda contra él, sino en cuanto esa gestión le hubiere sido efectivamente útil, y
existiere la utilidad al tiempo de la demanda; por ejemplo, si de la gestión ha resultado
la extinción de una deuda, que sin ella hubiere debido pagar el interesado”. Como se
ve, la solución es la inversa. Entre los tratadistas hay dos opiniones al respecto:
a) Según L. Urrutia, el art. 1574 se refiere a los casos en que el pago no es útil al deudor y
el art. 2291 se refiere a los casos en que sí le es útil. Así por ejemplo, si el deudor lo es en
virtud de un contrato bilateral y no tiene interés en extinguir la obligación porque la otra
parte no ha cumplido la suya, o porque puede oponer una excepción de nulidad, el pago del
tercero no le sería útil. En cambio, si el pago ha sido útil al acreedor se aplica el art. 2291.
Esta interpretación tiene el inconveniente de que incorpora al art. 1574 un distingo que no
efectúa.
► b) Otros, y esta es la opinión mayoritaria, creen que el art. 1574
reglamenta la situación de los pagos aislados, es decir, de aquellos en que
el tercero se limita exclusivamente a efectuar un pago por el deudor contra
la voluntad de éste. En cambio, el art. 2291 se refiere a aquellos casos en
que se está administrando los negocios ajenos (agencia oficiosa o gestión
de negocios) y el pago no es sino uno de los tantos actos que el gerente o
gestor oficioso está llevando a cabo en la administración de negocios
ajenos.
► 1.- Que el que paga sea dueño de la cosa pagada o al menos pague con
consentimiento del dueño. Dispone el art. 1575 inc. 1º que “El pago en que
se debe transferir la propiedad no es válido, sino en cuanto el que paga es
dueño de la cosa pagada, o la paga con el consentimiento del dueño”.
► i) Art. 1815, según el cual “La venta de cosa ajena vale, sin perjuicio de
los derechos del dueño de la cosa vendida, mientras no se extingan por el
lapso de tiempo”. Si la venta de cosa ajena es válida, no puede menos que
serlo el pago por el cual el vendedor entrega la cosa ajena vendida.
► ii) Art. 1824 inc. 1º, de acuerdo con el cual “Las obligaciones del vendedor se
reducen en general a dos: la entrega o tradición, y el saneamiento de la cosa
vendida”. Vale decir, el vendedor, quien debe pagar una obligación de dar, no se
obliga a transferir el dominio, sino a efectuar la tradición. Ello es amparado por el
hecho de que la ley le impone además la obligación de sanear la evicción, esto
es, de “(...) amparar al comprador en el dominio y posesión pacífica de la cosa
vendida (...)” (art. 1837). O sea, la ley reconoce, prevé y regula la posibilidad de
que el vendedor pague con una cosa que no le pertenece.
► Además, dada la importancia que reviste la compraventa en la normativa del
Código Civil, sus disposiciones pueden extenderse a los demás títulos traslaticios.
► b) Art. 682, con arreglo al cual “Si el tradente no es el verdadero dueño de la
cosa que se entrega por él o a su nombre, no se adquieren por medio de la
tradición otros derechos que los transmisibles del mismo tradente sobre la cosa.
► a) La primera, es que sí lo hace, y se basa en que los arts. 682, 1815 y 1824
primarían sobre el tenor literal del art. 1575. A esta postura adhiere Abeliuk, quien
señala que “(...) si paga quien no es el dueño, el pago es válido, pero deja a salvo
los derechos del verdadero propietario mientras no se extingan por la prescripción”.
► b) La segunda, es que el pago efectuado en tales circunstancias no extingue la obligación,
sin perjuicio de que el acreedor pueda hacerse dueño de la cosa por prescripción, o si con
posterioridad a su realización el deudor llega a ser dueño de la cosa pagada o si la persona a
quien pertenece la cosa, acepta y ratifica el pago. En estos casos el pago se valida
retroactivamente hasta el momento en que tuvo lugar la tradición (art. 682 inc. 2º). Meza
Barros señala tres consecuencias lógicas de esta conclusión:
i) El acreedor puede demandar del deudor un nuevo pago, restituyendo, claro está, el que ya
recibió.
ii) El deudor puede repetir la cosa que ha pagado, ofreciendo pagar otra de que sea
verdaderamente dueño.
iii) El verdadero dueño conserva el dominio de la cosa y, por ende, puede reivindicarla.
► 2.- Que el que paga tenga facultad de enajenar la cosa, sea capaz de enajenar. La tradición
no es válida sino cuando el tradente es capaz de transferir el dominio, o sea, tiene la máxima
capacidad, la exigida para los actos de disposición. De ahí que la persona que carece de
esta capacidad no pueda pagar sino cumpliendo las formalidades que exige la ley (por
ejemplo, incapaces relativos). Si se efectúa un pago por una persona incapaz, este pago
sería rescindible (art. 1575).
Hay una excepción en el art. 1575 inc. 2º en que el pago, no obstante ser hecho por quien no es
dueño o por quien no tiene la facultad de enajenar, es válido. Este caso de excepción se presenta
cuando:
a) La cosa pagada es fungible. En realidad, se refiere a cosas consumibles, ya
que se trata de aquellas cosas que no prestan servicio o no pueden utilizarse,
según su naturaleza, sino consumiéndose, destruyéndose.
► 3.- Que el pago se haga con las solemnidades legales. Por hacerse el pago
mediante la tradición, es indispensable que concurran en él los requisitos
prescritos por ley para la validez de este acto jurídico. Y si la ley exige
solemnidades especiales para la enajenación, no se transfiere el dominio sin
ellas (art. 679).
C. A quién debe hacerse el pago.
► (i) Generalidades
El tema es de mucha importancia, pues de aquí emana el aforismo de que quien paga mal, paga dos veces,
que, en términos jurídicos, significa que no puede oponerse a la demanda la excepción de haberse pagado
a quien no tenía facultades para recibirlo.
Conforme con el art. 1576, “Para que el pago sea válido, debe hacerse o al acreedor mismo (bajo cuyo
nombre se entienden todos los que le hayan sucedido en el crédito, a un a título singular), o a la persona
que la ley o el juez autoricen a recibir por él, o a la persona diputada por el acreedor para el cobro.
El pago hecho de buena fe a la persona que estaba entonces en posesión del crédito, es válido, aunque
después aparezca que el crédito no le pertenecía”.
En primer lugar, el pago debe hacerse al acreedor, pues a su favor se ha contraído la obligación. Pero no es
necesario que el pago se haga personalmente al acreedor, ya que es suficiente con que se haga a
cualquiera otra persona que tenga la calidad suficiente para recibirlo a su nombre o en su lugar.
Del art. 1576 se desprende que el pago puede hacerse al acreedor, a su representante y al poseedor del
crédito.
ii. A Quiénes Puede hacerse el Pago.
► A. Pago Hecho al Acreedor.
Que se pague al acreedor es lo normal, entendiéndose por éste no sólo a quien es el
sujeto activo de la obligación, sino a todos aquellos que le suceden en el crédito, esto es,
el heredero, el legatario y el cesionario del crédito.
Sin embargo, hay casos, enumerados taxativamente en el 1578, en que el pago hecho al
acreedor mismo que contrajo la obligación es inválido y no extingue la obligación:
iii) Este tipo de crédito se convierte en objeto ilícito si se enajena (1464 n°3).
► c) “Si se paga al deudor insolvente en fraude de los acreedores a cuyo favor se
ha abierto concurso [quiebra]” (n°3). Este número no aplica sino el principio
sentado en el art. 2467, en virtud del cual los actos celebrados o ejecutados por
el fallido son nulos.
ii) Que el pago haya sido hecho a él en fraude de los acreedores en cuyo favor se ha
declarado la quiebra. Para que este pago sea nulo, es menester que el deudor del
fallido haya pagado en fraude a los acreedores del concursado (conociendo del
estado de quiebra, o el mal estado de los negocios en que el acreedor se
encontraba).
► B. Pago Hecho al Representante del Acreedor.
El pago también puede efectuarse al representante del acreedor, quien puede
detentar esta calidad por virtud de la ley, el juez o del propio acreedor:
1.- Representantes legales. Son todas las personas que la ley autoriza para ello.
Así, el art. 1579 expresa que “reciben legítimamente los tutores y curadores por sus
respectivos representados; los albaceas que tuvieren este encargo especial o la
tenencia de los bienes del difunto; los maridos por sus mujeres en cuanto tengan la
administración de los bienes de éstas; los padres o madres de familia por sus hijos,
en iguales términos; los recaudadores fiscales o de comunidades o establecimientos
públicos, por e Fisco o las respectivas comunidades o establecimientos; y las demás
personas que por ley especial (...) estén autorizadas para ello”.
2.- Respresentantes judiciales. Son todas las personas autorizadas por el juez para
recibir el pago a nombre del acreedor. Dice el art. 1579 que “Reciben legítimamente
(...) las demás personas que por ley especial o por decreto judicial estén autorizadas
para ello” (por ejemplo, el secuestre, el depositario, o cualquier persona nombrada
por el juez).
3.- Representantes voluntarios. Son todas las personas autorizadas por el acreedor
para recibir el pago a su nombre, sea en virtud de su sola voluntad, sea en virtud de
un acuerdo de voluntades entre él y el deudor.
El mandato puede ser expreso o tácito. Si es expreso se llama diputación, y a él se
refieren los arts. 1580 a 1586, que se limitan a reproducir las reglas del mandato. De
acuerdo con el art. 1580, la diputación para el pago puede conferirse de tres maneras:
a) Por un poder general de administración de todos los negocios del acreedor, caso en
el cual el diputado solo está autorizado para cobrar el pago de las obligaciones que
quedan comprendidas dentro del giro ordinario del mandante (arts. 2132 y 2133).
b) Por un poder especial para la administración del negocio o negocios en que quede
comprendido el pago, caso en que sólo puede percibir legítimamente el pago relativo a
dichos negocios.
Puede ser diputado para el pago toda persona a quien el acreedor confiera este cargo,
aunque al tiempo de conferírselo no tenga la libre administración de sus bienes ni sea
capaz de tenerla (art. 1581, que es la aplicación del principio que también contiene el
art. 2128, en orden a que pueden ser mandatarios las personas relativamente
incapaces, porque el mandatario obra con la capacidad del mandante).
► La diputación para el cobro termina:
a) Por la muerte del mandatario o diputado: por ser este un contrato intuito personae, no se
transmite la diputación a los herederos, a menos que las partes expresamente lo hayan
establecido en el contrato (art. 1583).
b) Por revocación del mandato: por ser un contrato basado exclusivamente en la confianza
reciproca de las partes, puede cesar por la voluntad del acreedor, lo que hace excepción a la
regla de que los contratos sólo pueden terminar por causa legal o mutuo consentimiento (art.
1545).
Hay dos casos en que no puede el acreedor que ha conferido una diputación para el cobro
revocarla por su sola voluntad, porque está en juego, además, la del deudor:
ii) Cuando se ha estipulado en el contrato que el pago puede hacerse tanto al acreedor como a
un tercero, pues en tal caso el pago efectuado a cualquiera de los dos es igualmente válido. Por
eso “(...) no puede el acreedor prohibir que se haga el pago al tercero, a menos que antes de la
prohibición haya demandado en juicio al deudor, o que pruebe justo motivo para ello”.
c) También termina la diputación en todos los casos en que la persona diputada para el cobro se
haga inhábil y en que termina el mandato (art. 1586). Así, según el mismo art. 1586, la demencia
o interdicción, la cesión de bienes o que se haya trabado ejecución en todos ellos.
► C. Pago Hecho al Poseedor del Crédito.
Prescribe el art. 1576 inc. 2º que “El pago hecho de buena fe a la persona que
estaba entonces en posesión del crédito, es válido, aunque después aparezca
que el crédito no le pertenecía”.
Para que este pago sea válido, debe reunir dos condiciones:
1.- Que la persona a quien se hace el pago, tenga al tiempo de efectuarse éste
la calidad de poseedor del crédito. Es poseedora del crédito la persona que a
pesar de no ser realmente el acreedor, tiene ante todos las apariencias de tal,
como, por ejemplo, el heredero putativo, quien a pesar de no ser heredero, es
poseedor de la herencia y, por lo tanto, lo es del crédito, de manera que puede
válidamente recibir el pago de lo que se le adeuda por sucesión.
2.- Que el pago sea hecho de buena fe. Ésta consiste en ignorar la situación de
que la persona a quien se está efectuando el pago no es el acreedor. De este
modo, si el deudor conoce la verdadera situación del poseedor del crédito, está
de mala fe y el pago es, en consecuencia, nulo. Como la buena fe se presume,
al verdadero acreedor compete probar la mala fe.
Desde otro punto de vista, esta norma reviste interés por dos razones: primero,
porque recoge la teoría de la apariencia y del error común; y, segundo, porque
es la única que se refiere a la posesión de los derechos personales, posesión
que, en todo caso, no habilita para adquirir por prescripción.
III. Efectos del Pago Hecho a otras Personas.
Si el pago es efectuado a personas diversas que las señaladas por la
ley o sin cumplir los requisitos, la obligación no se extingue y el
verdadero acreedor puede exigir el pago, aunque ello implique un
desembolso adicional para el deudor. Solo por excepción es válido el
pago hecho a quien no es acreedor o no tiene calidad bastante para
recibir a nombre del acreedor (art. 1577):
La regla de que los gastos que demande el cumplimiento del pago son de
cuenta del deudor (art. 1571), tiene 3 excepciones:
► 2.- Cuando el juez ordena otra cosa acerca de las costas judiciales.
► 3.- Cuando la ley disponga otra cosa, como lo hace, por ejemplo, en el
pago por consignación (art. 1604).
E. Cómo y en qué forma debe pagarse.
El principio fundante está establecido en el art. 1569 inc. 1º, según el cual “El pago se hará en
todos respectos en conformidad al tenor de la obligación; sin perjuicio de lo que en casos
especiales dispongan las leyes”.
De este principio emanan las reglas que regulan esta materia, en cuanto a la cosa que debe
pagarse y las condiciones en que esta cosa debe entregarse. Dichas reglas son esencialmente
dos:
► 1.- Identidad del pago. El pago debe hacerse con la misma cosa que se debe (art. 1569), por lo
que “El acreedor no podrá ser obligado a recibir otra cosa que lo que se le deba ni aun a pretexto
de ser de igual o mayor valor que la ofrecida” (art. 1569 inc. final), y el deudor no puede ser
obligado a entregar algo distinto de lo que adeuda. Este articulo 1569 tiene dos excepciones:
► a) Las obligaciones modales, en que la ley autoriza el cumplimiento por equivalencia (art.
1093).
► b) Las obligaciones facultativas, en que el deudor tiene, precisamente, el derecho a pagar con
una cosa diversa de la debida. En cierto sentido, se trata sólo de una excepción aparente,
pues la obligación siempre contempló esa alternativa.
No obstante lo anterior, no hay ningún inconveniente para que si el acreedor quiere, acepte en
pago una cosa distinta de la que el deudor debe pagarle . En este caso, habrá una dación en
pago, que en el fondo constituye una verdadera novación por cambio de objeto.
Para determinar la cosa que debe darse en pago y el estado en que ésta debe entregarse,
hay que estudiar separadamente los distintos tipos de obligaciones:
a) Si la obligación es de cuerpo cierto (art. 1590 inc. 1º), el cuerpo cierto debe ser
entregado en el estado en que se encuentre, asumiendo los deterioros y beneficiándose
de las mejoras el acreedor (los riesgos del cuerpo cierto cuya entrega se deba son de
cargo del acreedor). Esta regla reconoce las siguientes excepciones, en que el deudor
puede ser hecho responsable (art. 1590 inc. 1º):
i) El deterioro o la pérdida de la especie se produce por hecho o culpa del deudor o de las
personas por cuyos actos él responda.
ii) El deterioro o la pérdida de la especie sobreviene durante la mora del deudor por un
caso fortuito en virtud del cual la cosa no hubiere estado expuesta a perderse en manos
del acreedor.
iii) El deterioro o la pérdida de la especie proviene del hecho o culpa de terceros por los
cuales el deudor es responsable.
► Por último, previene el inc. final del art. 1590 que “Si el deterioro ha
sobrevenido antes de constituirse el deudor en mora, pero no por hecho o culpa
suya, sino de otra persona por quien no es responsable, es válido el pago de la
cosa en el estado en que se encuentre; pero el acreedor podrá exigir que se le
ceda la acción que tenga su deudor contra el tercero, autor del daño”.
Por lo tanto, el deudor debe, si quiere cumplir su obligación, pagar íntegramente la obligación
principal con todos sus accesorios; es decir, el capital, los intereses e indemnizaciones que le
deba al deudor. Así lo dice el art. 1591 inc. 2º: “El pago total de la deuda comprende el de los
intereses e indemnizaciones que se deban”.
► a) A las obligaciones de sujeto singular, pues las de sujeto plural se rigen por lo establecido
en el art. 1526 inc. 2º; y así, en éstas cada acreedor sólo puede cobrar su cuota y cada
deudor no está más obligado que a la suya, a menos que se haya pacato solidaridad o la
prestación debida sea indivisible.
b) La sucesión hereditaria, ya que las deudas hereditarias se dividen entre los herederos a prorrata de sus cuotas.
c) La compensación, que extingue las obligaciones hasta la concurrencia de la de menor valor por el solo ministerio
de la ley.
d) Los beneficios de división y de excusión: por el primero, si los fiadores son más de uno, pueden oponerle al
acreedor la división de la deuda, con el fin de pagarle sólo la cuota que les corresponde; al tiempo que por el
segundo, el fiador puede exigirle al acreedor que se dirija primeramente contra el deudor, y que sólo lo haga contra
él por el remanente, debiendo aquél en tal evento recibir el pago parcializado, esto es, del uno y del otro (art. 2364).
e) La cesión de bienes (art. 1619 n°2), porque extingue las deudas hasta el valor de los bienes objeto de la cesión.
f) El beneficio de competencia (art. 1625), ya que permite que ciertos deudores paguen sólo hasta lo que
buenamente puedan.
g) La facultad que el art. 1592 concede al juez. Cuando en un juicio hay disputa sobre la cantidad de la deuda, el
juez puede ordenar que se pague no disputada mientras se decide la cuestión (art. 1592).
h) Las obligaciones a plazo, puesto que, con arreglo al art. 1593, se entenderá dividido el pago en partes iguales, a
menos que en el contrato se haya determinado la parte o cuota que haya de pagarse en cada plazo.
La imputación del pago presenta interés tanto para el deudor cuanto para el acreedor, pues a
ninguno le es indiferente cuál deuda se va a extinguir con el pago efectuado.
► 1.- Que entre unos mismos, deudor y acreedor, existan varias obligaciones de la misma
naturaleza, o de una que produzca intereses.
► 2.- Que lo que el deudor paga no sea suficiente para extinguir todas las obligaciones.
► a) Si la deuda devenga intereses, no puede, sin el consentimiento del acreedor, imputar el pago a
capital y no a aquéllos; de lo contrario, disminuye el capital productivo de intereses, lo que
perjudica al acreedor, porque los atrasados no devengan más intereses, a menos que se haya
estipulado. Dice el art. 1595 inc. 1º: “Si se deben capital e intereses, el pago se imputará
primeramente a los intereses, salvo que el acreedor consienta expresamente en que se impute a
capital”.
b) Si una de las deudas es a plazo, no puede imputar el pago a la deuda aún no vencida, porque el
acreedor no puede ser obligado a recibir el pago antes del vencimiento del plazo (art. 1596).
c) Si el pago que hace es suficiente para extinguir una de las obligaciones pero no en su totalidad otra
de las mismas, no puede imputarlo a alguna de éstas, porque ello sería obligar al acreedor a recibir un
pago parcial. Esta regla se deduce del principio de integridad del pago establecido en el art. 1591.
► 2.- El acreedor, cuando el deudor no hace la imputación. La imputación la debe hacer en la carta
de pago, es decir, en el recibo que debe dar. Y si el deudor no reclama de la imputación en el
momento de recibir esta carta de pago, no puede hacerlo posteriormente (art. 1596).
► 3.- La ley. Si ni el deudor ni el acreedor han hecho la imputación, la hace la ley en la forma
siguiente:
a) El pago se imputa en primer lugar a la deuda que al tiempo del pago estaba devengada (art. 1597).
b) Si todas están vencidas y en la misma situación, la elección vuelve a recaer en el deudor, debiendo
aplicarse en este caso la limitación del art. 1595, vale decir, la de no preferir el capital antes que los
intereses.
En el caso de la sociedad, hay una excepción a estas reglas (art. 2092 C.C ). Si un socio
administrador es acreedor de una persona de la que la sociedad también es acreedora, siendo ambas
obligaciones exigibles, lo que dicho socio reciba en pago se imputará a ambos créditos a prorrata, con
perjuicio de cualquiera otra estipulación efectuada en la carta de pago que perjudique a la sociedad.
En consecuencia, si esta estipulación la beneficia, es válida. Todo lo anterior se entiende sin perjuicio
del derecho del deudor de imputar el pago según las reglas generales.
G. La Prueba del Pago.
► La prueba del pago se rige por las siguientes reglas:
► 1.- Corresponde al deudor hacerla, pues, de acuerdo con el art. 1698, “Incumbre probar las
obligaciones o su extinción al que alega aquéllas o ésta”.
► 2.- Puede hacerse por todos los medios probatorios establecidos por ley, a excepción de la
prueba testimonial (salvo los casos del art. 1711) cuando el pago sea superior a dos UTM (art.
1709 en relación con el art. 1708).
► 3.- Hay tres presunciones simplemente legales a favor del deudor que alega el pago:
► a) Art. 1595 inc. 2°: "Si el acreedor otorga carta del pago sin mencionar los intereses, se
presumen estos pagados".
b) Art. 1570: "En los pagos periódicos, la carta de pago de tres períodos determinados y
consecutivos, hará presumir los pagos de los anteriores períodos, siempre que hayan debido
efectuarse entre los mismos acreedor y deudor (por eso basta con guardar los tres últimos recibos
del pago de la luz, etc.).
c) Art. 120 del Código de Comercio: "El finiquito de una cuenta hará presumir el de las anteriores,
cuando el comerciante que lo ha dado arregla sus cuentas en períodos fijos".
► 4.- El Código Civil no obliga al acreedor a darle un recibo o carta de pago al deudor. El Código
de Comercio (art. 119) autoriza al deudor para exigir un recibo, el que probará la liberación de
la deuda.
H. MODALIDADES DEL PAGO.
i. Aspectos Generales.
Son modalidades del pago aquellas en que se alteran las reglas generales que
se han tratado anteriormente. Son tales las siguientes:
De los anteriores, no se tratará del pago por quiebra, por ser una materia propia
del Derecho Comercial.
ii. Pago por Consignación.
A. Concepto.
El deudor no sólo tiene la obligación de pagar, sino también el derecho de hacerlo, porque la
ley reconoce que puede tener gran interés en extinguir la obligación; por ejemplo, para evitar
la resolución del contrato, recobrar una cosa dada en prenda, no incurrir en una pena,
sustraerse de intereses gravosos, liberarse de los riesgos de la cosa, etc.
Por eso, el art. 1598 declara que “Para que el pago sea válido, no es menester que se haga
con el consentimiento del acreedor(...)”.
Pero puede suceder que el acreedor se niegue a recibir el pago, por mero capricho o porque
no está de acuerdo con lo que el deudor pretende pagarle. O, también, puede suceder que
éste no pueda determinar con precisión quién es el acreedor, lo que puede producirse, por
ejemplo, en el caso de una sucesión.
Cuando alguna de estas hipótesis de plantea, el deudor no queda relevado de cumplir su
obligación ni queda purgada su mora, (art. 1552); cuando más, la mora del acreedor descarga
al deudor del cuidado ordinario de la cosa y le da derecho para exigir perjuicios (arts. 1548,
1680 y 1827). Ello porque el deudor puede siempre cumplir su obligación, mediante este
mecanismo denominado pago por consignación, que puede definirse como “(...) el que se
hace contra la voluntad del acreedor cuando después de habérsele ofrecido la cosa debida,
opusiera una negativa inmotivada o no compareciera a recibirla, mediante el depósito de esa
misma cosa, con autorización judicial, en manos de una tercera persona”.
El procedimiento del pago por consignación consta de dos etapas: la oferta y la consignación.
B. La Oferta.
► I. Concepto.
“La oferta es el acto por el cual el deudor manifiesta su intención de cumplir la obligación”. El art. 1600 declara
que “La consignación debe ser precedida de oferta (...)”.
► II. Requisitos.
Para determinar los requisitos de la oferta, debe distinguirse entre la situación en que el acreedor está
presente de aquella en que no lo está, y, en ambos casos, entre los de forma y los de fondo, señalados en
el art. 1600.
a) Requisitos de fondo:
ii) “Que sea hecha al acreedor, siendo éste capaz de recibir el pago, o a su legítimo representante” (n°2).
iii) Que la obligación sea exigible. El n°3 del art. 1600 señala que para hacer la oferta es necesario que,
“(...) si la obligación es a plazo o bajo condición suspensiva, haya expirado el plazo o se haya cumplido la
condición. Con todo, si la obligación es a plazo, la oferta podrá también hacerse en los dos últimos días
hábiles del plazo”. Por tanto, la oferta de pago de una obligación a plazo puede hacerse válidamente en los
dos últimos días hábiles antes de su vencimiento y al día hábil siguiente de éste (art. 1605 inc. 2º).
i) La oferta debe hacerse por un funcionario público, sin previa orden del tribunal.
Son funcionarios competentes el notario, el receptor, y, en las comunas en que no
haya notario, el oficial del Registro Civil del lugar donde debe hacerse el pago. Para
estos efectos, “(...) el deudor pondrá en sus manos una minuta de lo que debe, con
los intereses vencidos, si los hay, y los demás cargos líquidos, comprendiendo en
ella una descripción individual de la cosa ofrecida. para la validez de la oferta no
será menester la presentación material de la cosa ofrecida” (n°5). Si la obligación es
en moneda extranjera, “(...9 el deudor acompañará a la minuta exigida (...) un
certificado de un banco de la plaza otorgado con no más de dos días de
anterioridad a aquel en que se efectúe la oferta, en el cual conste la equivalencia
en moneda nacional, al tipo de cambio vendedor, de la moneda extranjera
adeudada, a la fecha del certificado. El deudor podrá, en todo caso, consignar en la
moneda extranjera adeudada” (art. 23 de la Ley 18.010).
a) Requisitos de fondo:
i) “Que sea hecha por una persona capaz de pagar” (art. 1600 n°1).
ii) Que la obligación sea exigible, en los términos del art. 1600 n°3.
iii) “Que se ofrezca ejecutar el pago en el lugar convenido” (art. 1600 n°4).
b) Requisitos de forma:
ii) Que el funcionario extienda acta de la oferta, copiando en ella la minuta de que
trata el n°5 del art. 1600 (art. 1600 n°6).
(3) Casos en que se Omite la Oferta
2.- Si el acreedor deduce cualquiera otra acción que pueda enervarse con el
pago de la deuda, como una acción resolutoria (art. 1600 n°7 inc. 2º).
► 1.- Rentas de arrendamiento de predios urbanos. De acuerdo con el art. 23 de la Ley 18.101, “En caso
de negativa del arrendador a recibir la renta de arrendamiento o a otorgar el correspondiente recibo al
arrendatario que no deseare recurrir al procedimiento de pago por consignación establecido en el Párrafo
7.° del Título XIV del Libro IV del Código Civil, podrá depositar aquélla en la unidad del Servicio de
Tesorerías que corresponda a la ubicación del inmueble, indicando el nombre, apellidos y la residencia
del arrendador. Dicha unidad le otorgará el respectivo recibo y comunicará al arrendador, por carta
certificada, la existencia del depósito. Este pago se considerará hecho al arrendador para todos los
efectos legales; pero su suficiencia será calificada en el juicio que corresponda.
El retiro del depósito por el arrendador no significará renuncia a sus derechos ni producirá los efectos
previstos en el inciso tercero del artículo 1956 del Código Civil.
Si transcurridos tres años desde la fecha del ingreso del depósito en el Servicio de tesorerías, el arrendador
no hubiere efectuado su retiro, los fondos correspondientes pasarán a rentas generales de la Nación”.
► 2.- Letras de cambio. Abeliuk señala que “De acuerdo al Art. 70 de la Ley 18.092 de 14 de enero de 1982
(...) y al DFL N° 2.437 de 8 de noviembre de 1927, Ley Orgánica de Tesorerías, tratándose de una letra
de cambio basta para su pago el depósito de su valor en la tesorería comunal respectiva el día de su
vencimiento, pero siempre que el documento señale la comuna correspondiente al lugar del pago” Debe
tenerse presente que, de acuerdo con el art. 1° transitorio inc. 1º de esta ley, “Los contratos de
arrendamiento de bienes raíces urbanos celebrados con anterioridad a la vigencia de esta ley
continuarán regidos por las disposiciones del Decreto Ley N.° 946, de 1975, el que se entenderá
subsistente en todas sus partes para tal fin”. El procedimiento está descrito en el texto de Abeliuk, pág.
530.
C. LA CONSIGNACIÓN.
► I. Concepto.
Si el acreedor acepta la oferta, el procedimiento termina ahí y la obligación se
extingue. Sin embargo, si no la acepta, o él no es habido o se mantiene la
incertidumbre respecto de su persona, se procede a la consignación. No hay otra
posibilidad, porque al acreedor no se le admite otra intervención que pueda
obstaculizar el procedimiento, tal como lo señala el art. 1601 inc. 4º: “En el pago por
consignación no se admitirá gestión ni recurso judicial alguno del acreedor
tendiente a obstaculizar la oferta, o la consignación. Por consiguiente, no se dará
curso a ninguna oposición o solicitud del acreedor”.
El art. 1601 inc. 3º insiste sobre algo que ya había señalado la ley en el art. 1600
n°5: “No será necesario decreto judicial previo para efectuar la oferta ni para hacer
la consignación”.
Formas de la Consignación.
La consignación debe hacerse en los términos del art. 1601:
► 1.- Si la obligación es dinero, éste puede consignarse (o depositarse) (art. 1601 inc. 1º):
a) En la cuenta corriente del tribunal competente, que es el de Letras de Mayor Cuantía del
lugar donde deba efectuarse el pago.
b) En la tesorería comunal.
c) En un banco cualquiera.
► 2.- Si la obligación es de cualquiera otra cosa, ésta puede consignarse de la siguiente
manera:
Todos estos lugares deben corresponderse con aquel en que debe realizarse el pago.
d) En poder de un depositario nombrado por el juez competente (art. 1601 inc. 2º), que es el
señalado en el art. 1601 inc. final.
La calificación del Pago.
Por efectuarse mediante una consignación, el pago no deja de ser tal
ni de exigir para su validez los requisitos que exige normalmente. Por
eso, una vez efectuada aquélla, se desarrolla un procedimiento
destinado a determinar si el pago cumple o no con las condiciones
legales. Este procedimiento consta de las siguientes etapas:
El juicio lo puede iniciar tanto el deudor cuanto el acreedor. Lo hará el primero cuando, una
vez intimada la consignación, el acreedor la rechazare o guardare silencio, ocasión en la
cual debe pedir que el juez declare la suficiencia de la consignación. Por su parte, iniciará
el juicio el acreedor cuando ejerza cualquiera acción basada en el incumplimiento y a la
cual el deudor pueda oponer la excepción de pago, momento en el cual el juez deberá
calificar la consignación. Esta última será la situación más frecuente, ya que el art. 1603
inc. 3º preceptúa que “(...) si el acreedor no prueba, dentro del plazo de treinta días hábiles
contados desde la fecha en que haya sido notificado de la consignación, la circunstancia
de existir juicio en el cual deba calificarse la suficiencia del pago, el juez que ordenó dicha
notificación lo declarará suficiente, a petición del deudor, y ordenará alzar las cauciones,
sin más trámite. Las resoluciones que se dicten en virtud de este inciso serán apelables
sólo en el efecto devolutivo”. Agrega el inciso siguiente que “(...) el juez podrá prorrogar
hasta por treinta días el plazo establecido en el inciso anterior si por causas ajenas a la
voluntad del acreedor no ha sido posible notificar al deudor”.
Por lo tanto, lo común es que el deudor espere el transcurso de dicho término con el fin de
solicitar del tribunal la declaración de suficiencia del pago. Ahora, si el acreedor lo demanda
en el intertanto, simplemente opone la excepción de pago y será el tribunal respectivo el que
calificará la suficiencia del pago.
Efectos del Pago por Consignación.
En conformidad con lo estatuido por el art. 1605, “El efecto de la consignación
suficiente es extinguir la obligación, hacer cesar, en consecuencia, los
intereses y eximir del peligro de la cosa al deudor, todo ello desde el día de la
consignación.
Según el art. 1604, “Las expensas de toda oferta y consignación válidas serán
de cargo del acreedor”. Consignación y oferta válidas son las que han sido aceptadas
por el acreedor o declaradas suficientes por el tribunal.
7.- El cedente traspasa al cesionario sus derechos, acciones, privilegios, prendas e hipotecas,
pero en ningún caso las acciones personales. En tanto el subrogante adquiere todas las acciones,
garantías y calidades del acreedor, aún las acciones personales.
El pago hecho por el deudor extingue la obligación respecto de todo individuo. En cambio, el pago
que hace el tercero (con subrogación) sólo la extingue con respecto al acreedor, pues subsiste entre el
deudor y el subrogado que ha pagado al acreedor.
(b) Especies de Subrogación
En cuanto a su fuente, la subrogación puede ser legal o convencional, según si opera por el solo
ministerio de la ley o lo hace en virtud de un acuerdo entre el acreedor y el que paga. Dice el art. 1609: “Se
subroga un tercero en los derechos del acreedor, o en virtud de la ley o en virtud de una convención del
acreedor”.
Sin embargo, en cuanto a los efectos que producen una y otra, no hay diferencia alguna, como se
desprende del art. 1612 inc. 1º.
a. Aspectos Generales
La subrogación es legal cuando opera en virtud de la ley, por su solo ministerio, en todos los casos
señalados en ella y aún contra la voluntad del acreedor. La transferencia de los derechos del acreedor opera
ipso iure.
Esta subrogación es de derecho estricto, por ser una excepción al derecho común, en que la regla
general es la extinción de una obligación surta efectos respecto de todos. Por eso estos casos deben
interpretarse estrictamente.
No puede haber subrogación legal sin un texto expreso de la ley, lo que no significa que el Art. 1610 del
C. Civil sea taxativo, como él mismo lo reconoce: la subrogación opera “(...) en todos los casos señalados pro
las leyes, y especialmente a beneficio (...)”.
La subrogación legal es una especie de protección establecida por la ley en favor de ciertas personas
1. DE LA RESCILIACIÓN O EL MUTUO DISENSO
Art. 1567 inc. 1º CC. “Toda obligación puede extinguirse por una convención en que las partes
interesadas, siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consienten en darla por nula.”
Resciliación: acuerdo de voluntades (convención) en que las partes, dotadas de capacidad de
disposición, dejan sin efecto un acto anterior, extinguiendo de esa manera las obligaciones pendientes
provenientes de ese acto.
Aunque dice “toda obligación”, sólo es aplicable a las obligaciones contractuales. Si la fuente es
otra, la voluntad juega de otra manera. Ej. Remisión de la deuda, novación, etc.
La resciliación es una convención.
Es un acto jurídico bilateral destinado a extinguir una obligación.
2. Requisitos de validez.
Son los propios de todo acto jurídico: consentimiento, capacidad, objeto y causa.
3. Consentimiento en la resciliación.
Las partes son las mismas que celebraron el acto que se deja sin efecto.
La jurisprudencia ha dicho que debe hacerse y perfeccionarse con las mismas solemnidades que
las partes adoptaron al celebrar el contrato, refiriéndose al caso de un contrato consensual que las
partes hicieron solemne (en derecho las cosas se deshacen de la misma manera como se hacen). Pero
Ramos Pazos no está de acuerdo: las solemnidades son de derecho estricto, y la ley no ha establecido
ninguna para la resciliación.
Capacidad para resciliar.
El Art. 1567 CC exige capacidad de disposición. No basta con la simple capacidad general. Se exige
porque la resciliación es para ambas partes una renuncia de los derechos provenientes del acto. Es por ello
que no se pueden resciliar las obligaciones legales (no se pueden renunciar).
Para que haya resciliación tiene que existir una obligación pendiente.
Si no hay obligaciones que extinguir, la resciliación no tendría objeto.
La pregunta es si las partes, en virtud del principio de la autonomía de la voluntad, podrían dejar sin
efecto un contrato ya cumplido:
A) En este caso no debe hablarse de resciliación. Las partes, para dejar sin efecto el contrato, tendrían que
celebrar un nuevo contrato igual al primero, pero en sentido contrario.
B) Hay un autor que plantea que lo que se rescilia no son las obligaciones que ya están extinguidas, sino el
contrato (su causa eficiente). Al invalidarse el contrato por el consentimiento mutuo, se invalidarían las
obligaciones. Por la resciliación, las partes no se obligan a realizar las prestaciones del contrato en
sentido contrario, sino a realizar las prestaciones mutuas según las reglas de la nulidad.
La resciliación sólo opera en los contratos patrimoniales. No cabe en el derecho de familia, por cuanto no
cabe allí la renuncia de derechos.
Efectos de la resciliación.
El Art. 1567 CC incurre en un error al decir que las partes consienten en dar por nula la
obligación, pues el acto no nació viciado: no cabe hablar de nulidad. La disposición se refiere a que
las partes acuerdan dejar sin efecto el acto.
Se dice que la resciliación no opera retroactivamente, sino hacia el futuro, para proteger a los
terceros que pudieran haber celebrado algún contrato sobre la cosa objeto del contrato resciliado.
Esto no es tan cierto: entre las partes, la resciliación puede tener los efectos que ellas quieran.
Efectos de la resciliación entre las partes.
Produce los efectos que las partes quieran atribuirle (autonomía de la voluntad). Si quieren,
pueden darle efecto retroactivo.
Efectos de la resciliación respecto de terceros.
1) Terceros que adquieren sus derechos sobre la cosa objeto del contrato antes
de la resciliación: la resciliación les es inoponible.
2) Terceros que adquieren sus derechos sobre la cosa después de la
resciliación: deben respetar la resciliación.
La Prescripción
Ideas generales. Arts. 1567 N° 10 y 2492 a 2524 CC.
Clases de prescripción.
- Adquisitiva: modo de adquirir el dominio (Arts. 2498 a 2513 CC).
- Extintiva o liberatoria: modo de extinguir las obligaciones (Arts. 2514 a 2524 CC).
Definición.: Prescripción extintiva: modo de extinguir las obligaciones y derechos ajenos, por no haberse ejercido dichas acciones y derechos durante un cierto lapso de
tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales (Art. 2492 CC).
OJO: La prescripción sólo extingue la acción, no el derecho ni la obligación correlativa. Esto es así porque de acuerdo al Art. 1470 N° 2, las obligaciones civiles
extinguidas por prescripción pasan a ser naturales.
Elementos comunes:
2) Acción prescriptible.
4) Tiempo de prescripción.
1. Reglas comunes a toda prescripción.
a) Toda prescripción debe ser alegada.
b) Toda prescripción puede ser renunciada una vez cumplida.
c) Corre por igual en contra toda clase de personas.
A) Toda prescripción debe ser alegada.
Art. 2493 CC. “El que quiera aprovecharse de la prescripción debe alegarla; el juez no puede declararla de oficio.”
1) Esto es así por el principio de pasividad de los tribunales en materia civil.
2) Además, el deudor debe probar en juicio que se encuentran cumplidos los requisitos de la prescripción.
3) Finalmente, debe darse al deudor la oportunidad procesal para renunciar a la prescripción.
Forma de alegar la prescripción. La adquisitiva sólo puede alegarse como acción mediante la reconvención. La extintiva puede alegarse
como acción o excepción.Como excepción, se puede plantear en cualquier estado de la causa, antes de la citación para oír sentencia
(primera instancia) o de la vista de la causa (segunda) (Art. 310 CPC). En el juicio ejecutivo, sólo puede oponerse en el escrito de
excepciones.
Se discute si la extintiva puede alegarse como acción, porque no hay ningún derecho del cual pudiera derivar, y porque no tendría utilidad,
puesto que el acreedor no está cobrando el crédito. Sin embargo, hoy se estima que basta un interés para que haya acción, y en este caso lo
hay: el interés del deudor en ser liberado de la obligación.
La prescripción debe ser alegada con precisión. No puede alegarse en términos generales. El deudor debe expresar de un modo preciso el
tiempo desde cuándo el plazo de prescripción ha empezado a correr. Así se ha fallado.
Excepciones a la regla de que toda prescripción debe ser alegada.
En estos casos, el tribunal debe declararla de oficio:
d) Prescripción de la acción ejecutiva (Art. 441 CPC). Más que un caso de prescripción, es un caso de caducidad
e) Prescripción de la acción penal y de la pena (Art. 102 CP).
B) Toda prescripción puede ser renunciada, pero sólo una vez cumplida.
Así lo establece el Art. 2494 inc. 1º CC. Razones:
1) Si se hiciera antes del vencimiento del plazo, la actitud del deudor sería una interrupción
natural (Art. 2518 inc. 2º CC).
2) Si se aceptara la renuncia anticipada, pasaría a ser cláusula de estilo en todos los contratos,
perdiéndose el efecto estabilizador de derechos.
Renuncia expresa: se hace en términos formales y explícitos.
Renuncia tácita: el que puede alegarla manifiesta por un hecho suyo que reconoce el derecho del acreedor (Art.
2494 inc. 2º CC).
Capacidad para renunciar la prescripción.Art. 2495 CC. “No puede renunciar la prescripción sino el que puede
enajenar.”
Efectos de la renuncia. Es de efectos relativos; no alcanza a terceros obligados, por lo tanto no afecta al fiador (Art.
2496 CC). El principio es de alcance amplio.
C) La prescripción corre igual contra toda clase de personas. Así lo establece el Art. 2497 CC, que tiene fundamento
constitucional en la igualdad ante la ley.
Excepciones a la regla de la igualdad. Se refiere a las personas respecto de las cuales la prescripción se suspende (Art.
2509 CC).
2. Acción prescriptible.
Regla general: todas las acciones son prescriptibles.
Excepciones:
a) Acción de partición (Art. 1317 CC).
b) Acción para reclamar el estado civil de padre, madre o hijo (Art. 320 CC).
c) Acción de demarcación y cerramiento (por ser una manifestación del dominio, motivo por el cual se
encontraría en el mismo caso la acción de precario).
3. Inactividad de las partes.
a) Acreedor: no debe haber requerido judicialmente al deudor exigiéndole el cumplimiento
de la obligación.
b) Deudor: actitud pasiva que no interrumpa la prescripción.
b. Notificación de la demanda. La notificación debe hacerse antes del vencimiento del plazo de prescripción.
4. Tiempo de prescripción.
Hay que distinguir:
I. Prescripciones de largo tiempo:
a) Prescripción de acciones personales ordinarias.
b) Prescripción de acciones ejecutivas.
c) Prescripción de acciones reales de dominio y herencia.
d) Prescripciones reales provenientes de las limitaciones del dominio.
II. Prescripciones de corto tiempo.
III. Prescripciones especiales.
En toda prescripción extintiva, el tiempo se cuenta desde que la obligación se hizo exigible (Art. 2514 inc. 2º
CC).
1. PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO.
a) Acciones personales ordinarias: 5 años desde que la obligación se hizo exigible (Art. 2515 inc. 1º CC).
b) Acciones ejecutivas: 3 años desde que la obligación se hizo exigible (Art. 2515 inc. 1º CC). Esta regla tiene algunas excepciones en que la ley
ha fijado plazos especiales. Hay que tener presente:
1) Transcurridos 3 años, la acción ejecutiva se transforma en ordinaria por 2 años más (Art. 2515 inc. 2º CC).
2) Puede ser declarada de oficio.
3) El solo reconocimiento por el deudor de la vigencia de la deuda no importa renuncia de la prescripción de la acción ejecutiva.
Así se ha fallado.
1.Prescripción de las acciones accesorias. Art. 2516 CC. “La acción hipotecaria, y las demás que proceden de una obligación accesoria, prescriben junto con la
obligación a que acceden.”
En consecuencia, las acciones provenientes de las cauciones no tienen plazo de prescripción.
2. Prescripciones de acciones reales de dominio y de herencia. Art. 2517 CC. “Toda acción por la cual se reclama un derecho se extingue por la prescripción
adquisitiva del mismo derecho.”
Ello explica que la acción reivindicatoria no tenga plazo propio. Por lo mismo, la acción de petición de herencia prescribe en 5 o 10 años, que son los
plazos de prescripción adquisitiva del derecho de herencia.
3.Prescripciones especiales en el caso de las limitaciones del dominio.
Usufructo:
a) La acción para reclamar el derecho poseído por un tercero se puede intentar en cualquier tiempo mientras el tercero no lo haya adquirido por prescripción
adquisitiva.
b) Si el usufructuario reclama el derecho al nudo propietario, la cuestión es más compleja, porque el Art. 806 CC señala que el usufructo se extingue por
prescripción.
A) El derecho se extingue por prescripción extintiva si el usufructuario no reclama su derecho.
B) No basta el simple no uso. El usufructuario tiene el dominio sobre su derecho, dominio que no pierde mientras otra persona no lo haya ganado por
prescripción adquisitiva.
Uso y habitación: se aplican las reglas del usufructo.
Servidumbres: si el titular las deja de gozar por 3 años, se produce la prescripción extintiva (Art. 885 N° 5 CC).
Suspensión de la prescripción extintiva de largo tiempo.
Art. 2520. “La prescripción que extingue las obligaciones se suspende en favor de las personas enumeradas en
los números 1.º y 2.º del artículo 2509.
Transcurridos diez años no se tomarán en cuenta las suspensiones mencionadas en el inciso precedente.” La
jurisprudencia ha dicho que la suspensión se aplica a la prescripción extintiva ordinaria, no a la ejecutiva.
a) Semejanza: en ambas se produce la pérdida de un derecho como consecuencia de la inactividad de su titular durante un
determinado plazo.
b) Diferencia: la caducidad significa que el legislador ha señalado un término final, sin atender a lo que haga el obligado. La
existencia del derecho está limitada desde un principio a un plazo prescrito de antemano, que es fatal.
Caducidad en el Código Civil. No está especialmente regulada y no está en la enumeración del Art. 1567 CC. Pero hay casos de acciones que
caducan. Ej. Plazos para impugnar la paternidad.
1. Diferencias entre prescripción y caducidad.
a) La prescripción debe ser alegada; la caducidad opera por el solo vencimiento del plazo.
b) Los plazos de caducidad son fijos e invariables, y no se le aplica la interrupción ni la suspensión, como ocurres con la
prescripción.
c) La prescripción no extingue el derecho, sino la acción; la caducidad extingue el derecho.
d) La prescripción es renunciable; la caducidad no.
EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES
Explicaciones previas.
Tradicionalmente se dice que los efectos de las obligaciones son los derechos que la ley confiere al acreedor, para exigir del deudor
el cumplimiento exacto, íntegro y oportuno de la obligación, cuando éste no la cumpla en todo o en parte o está en mora de cumplirla.
Esto es inexacto, pues es sólo una parte de los efectos de las obligaciones, pero no cubre la situación normal que se da cuando el
deudor cumple lo convenido.
Por eso se dice que el efecto de la obligación es el deber de prestación que compete al deudor, al cual corresponde el derecho del
acreedor a la prestación. El primer efecto será el pago voluntario, y si no lo hay, la ley confiere derechos al acreedor para obtener el
cumplimiento.
Efectos del contrato y efectos de la obligación. El CC mezcla ambos. Los Arts. 1545, 1546, 1547, 1552, 1554 y 1558 CC se refieren a los
efectos de los contratos; las demás disposiciones de ese título se refieren a los efectos de las obligaciones.
Efecto de las obligaciones (para el caso de incumplimiento del deudor).
La ley otorga medios al acreedor para:
1) El cumplimiento forzado (derecho principal).
2) El pago de una suma de dinero que le compense lo que le habría significado el cumplimiento íntegro y
oportuno de la obligación, cuando éste no es posible (derecho secundario: indemnización de perjuicios).
3) La conservación del patrimonio del deudor (derecho de prenda general de los acreedores).
En consecuencia, el acreedor tiene 3 derechos:
A) Derecho principal a la ejecución forzada de la obligación.
B) Derecho subsidiario para obtener el pago de una indemnización de perjuicios (forma de cumplir por equivalencia).
C) Derechos auxiliares destinados a mantener la integridad patrimonial del deudor.
CUMPLIMIENTO FORZADO DE LA OBLIGACIÓN.
Derecho principal a la ejecución forzada de la obligación.
Art. 2465 CC. “Toda obligación personal da al acreedor el derecho de perseguir su ejecución sobre todos los bienes raíces o
muebles del deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente los no embargables, designados en el artículo 1618.” (Derecho de
prenda general del acreedor).
Cumplimiento forzado en los distintos tipos de obligación.
El cumplimiento depende del tipo de obligación:
a) Obligaciones de dinero: el acreedor se dirigirá directamente sobre el dinero del deudor para pagarse, o sobre los bienes del
deudor para realizarlos y pagarse con el producto.
b) Obligaciones de dar una especie o cuerpo cierto que está en poder del deudor: se dirige a obtener la entrega de esa especie,
o al pago de la indemnización si eso no es posible.O
c) Obligaciones de hacer: tendrá por objeto que se realice el hecho personalmente por el obligado, o por un tercero si es
posible, o, en caso contrario que se convierta en obligación de dinero (indemnización).
d) Obligaciones de no hacer: se dirige a deshacer lo hecho, si es posible y necesario, o que se transforme en obligación de
dinero (indemnización).
1. Requisitos de la ejecución forzada en las obligaciones de dar.
e) Que la obligación conste en un título ejecutivo.
f) Que la obligación sea actualmente exigible.
g) Que la obligación sea líquida o que pueda liquidarse mediante simples operaciones aritméticas, con sólo los datos que el
mismo título ejecutivo suministre.
h) Que la acción ejecutiva no se encuentre prescrita. Por regla general, prescribe en 3 años desde que la obligación se hace
actualmente exigible.
Si no se reúnen, se debe demandar en juicio declarativo y obtener sentencia que una vez firme servirá de título ejecutivo.
2.Cumplimiento forzado de la obligación de hacer.
Si el deudor se constituye en mora, el acreedor puede pedir, junto con la indemnización de la mora, cualquiera de estas 3 cosas a
elección suya (Art. 1553 CC):
1) Que se apremie al deudor para la ejecución del hecho convenido.
2) Que se le autorice a él mismo para hacerlo ejecutar por un tercero a expensas del deudor.
3) Que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes de la infracción del contrato.
Para que proceda el procedimiento ejecutivo es necesario que exista un título ejecutivo, que la obligación esté determinada, que sea
actualmente exigible y que la acción no se encuentre prescrita. El procedimiento será distinto según:
a) Si el hecho debido consiste en la suscripción de un instrumento o en la constitución de una obligación: puede hacerlo el juez si el
deudor no lo hace dentro de un plazo.
b) Si el hecho consiste en la ejecución de una obra material: se le da un plazo al deudor para que empiece el trabajo.
Si el acreedor demanda perjuicios, debe hacerlo en un juicio declarativo, cuya sentencia fije la existencia y monto de los mismos.
3.Obligación de no hacer.
Art. 1555 CC. “Toda obligación de no hacer una cosa se resuelve en la de indemnizar los perjuicios, si el deudor contraviene y no
puede deshacerse lo hecho.
Pudiendo destruirse la cosa hecha, y siendo su destrucción necesaria para el objeto que se tuvo en mira al tiempo de celebrar el
contrato, será el deudor obligado a ella, o autorizado el acreedor para que la lleve a efecto a expensas del deudor.
Si dicho objeto puede obtenerse cumplidamente por otros medios, en este caso será oído el deudor que se allane a prestarlo.
El acreedor quedará de todos modos indemne.”
Cuadro resumen en casos en que es posible la ejecución forzada de la obligación.
a) Obligaciones de dar una especie que se encuentre en poder del deudor.
b) Obligaciones de dar un género.
c) Obligaciones de hacer que puedan ser ejecutadas por terceros a expensas del deudor.
d) Obligaciones de no hacer, si puede destruirse lo hecho y esa destrucción es necesaria para el objeto que se tuvo a la vista
al contratar.
CUMPLIMIENTO POR EQUIVALENCIA: INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS.
Cumplimiento subsidiario por equivalencia. Indemnización de perjuicios.
Es el derecho del acreedor para obtener del deudor el pago de una cantidad de dinero equivalente al beneficio
pecuniario que le habría reportado el cumplimiento exacto, íntegro y oportuno de la obligación.
Características fundamentales: tiende a reparar el perjuicio sufrido por el acreedor por el incumplimiento imputable del
deudor, y no implica un cumplimiento igual al que debió prestarse.
Tiene una doble función:
1) Es una sanción para el deudor que incumple con dolo o culpa.
2) Es un medio para que el acreedor pueda obtener el cumplimiento por equivalencia.
La indemnización de perjuicios es un derecho subsidiario. El deudor debe cumplir en la forma convenida; la
indemnización sólo puede pedirse subsidiariamente, lo que es cierto respecto de las obligaciones de dar, pero no en las
de hacer y no hacer, se puede demandar directamente la indemnización.
¿Tiene el acreedor un derecho optativo para exigir el cumplimiento de la obligación o la indemnización de
perjuicios compensatoria?
A) Algunos sostienen que incluso en las obligaciones de dar, el acreedor tiene el derecho a demandar, a su
elección, el cumplimiento o la indemnización.
a) Si bien el CC lo dice sólo para las de hacer y no hacer (Arts. 1553 y 1555 CC), es un principio general.
b) Esa es la solución que da el CC cuando hay cláusula penal (Art. 1537 CC).
B) Otros dicen que en las obligaciones de dar, se debe pedir el cumplimiento forzado, y sólo cuando no es
posible, la indemnización.
a) Los Arts. 1553, 1555 y 1537 CC son excepcionales.
b) De lo contrario, la obligación se transformaría en alternativa cuya elección corresponde al acreedor,
situación excepcional que debería establecer la ley expresamente.
1. Incumplimiento del deudor.
Debe incumplir una obligación contractual. Si no existe un contrato previo entre las partes, no puede existir responsabilidad
contractual. Es necesario que el contrato sea válido.
Ámbito de aplicación de estas normas. Son el derecho común en materia de indemnización, aplicándose cualquiera sea el origen de la
obligación incumplida. No se aplican:
a) Cuando la ley ha dado reglas distintas, como ocurre en la responsabilidad extracontractual.
b) Cuando las partes se han dado reglas especiales.
Sin embargo, hay quienes opinan que el derecho común son las reglas de la responsabilidad extracontractual.
2. Perjuicio del acreedor.
Este requisito fluye de varias disposiciones: Arts. 1548, 1553 N°3 y 1559 N°2 CC.
Perjuicio o daño: detrimento, menoscabo o lesión que sufre alguien tanto en su persona como en sus bienes.
Si el incumplimiento del contrato no genera perjuicios al acreedor, no hay lugar a la indemnización.
Prueba de los perjuicios.
Corresponde al actor (Art. 1698 CC). Excepcionalmente no es necesario probarlos:
c) Cuando existe cláusula penal (Art. 1542 CC).
d) Tratándose de la indemnización moratoria en una obligación de dinero (Art. 1559 N° 2 CC).
Clases de perjuicios.
e) Daño moral y daño material.
f) Perjuicio directo (previsto e imprevisto) y perjuicio indirecto.
g) Daño emergente y lucro cesante. Daño material: menoscabo que experimenta el patrimonio del acreedor.
Daño moral: produce una perturbación injusta en el espíritu del acreedor, es un perjuicio en la psiquis del individuo.
3. Relación de causalidad (nexo causal) entre el incumplimiento y los perjuicios.
Esta exigencia se desprende de los Arts. 1556 y 1558 CC.
Consecuencia de ello es que no se indemnizan los perjuicios indirectos ni aun en el caso de incumplimiento doloso.
El requisito del nexo causal se exige también en la responsabilidad extracontractual.
Clases de indemnización.
- Compensatoria: es la cantidad de dinero a que tiene derecho el acreedor para repararle el perjuicio que le reportó
el incumplimiento total o parcial de la obligación.
- Moratoria: es aquella que tiene por objeto reparar al acreedor el perjuicio sufrido por el cumplimiento tardío de la
obligación.
No se pueden acumular el cumplimiento y la indemnización de perjuicios compensatoria, pero sí el
cumplimiento y la indemnización moratoria.
Como la indemnización compensatoria equivale al cumplimiento, no se pueden demandar conjuntamente, porque
importaría un doble pago. Pero sí se puede pedir cumplimiento e indemnización moratoria. Por excepción, en la
cláusula penal se puede acumular el cumplimiento y la pena (Art. 1537 CC).También se pueden pedir ambas
indemnizaciones, porque corresponden a perjuicios diferentes.
REQUISITOS DE LA INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS.
a) Incumplimiento del deudor.
b) Perjuicio del acreedor.
c) Relación de causalidad entre incumplimiento y perjuicios.
d) Imputabilidad del deudor (dolo o culpa).
e) Que no concurra una causal de exención de responsabilidad.
f) Mora del deudor.
4.Imputabilidad del deudor (dolo o culpa del deudor).
Dolo contractual: Art. 44 inc. final CC. “El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro.”
A) Si nos atenemos al tenor literal, el dolo sólo existe cuando la acción u omisión del deudor se realiza con la intención premeditada de causar ese daño (dolo
directo). Así se ha entendido tradicionalmente, descartando la figura del dolo eventual.
B) Pero algunos autores opinan que comprende ambas hipótesis de dolo. El dolo consiste en la representación del efecto dañoso en nuestro actuar (acción u
omisión), unida a la certeza (dolo directo) o la mera probabilidad (dolo eventual) de que el efecto se produzca.
En la práctica, el deudor no deja de cumplir para perjudicar al acreedor, sino para conseguir una ventaja.
Campos en que incide el dolo civil.
a) En la fase de formación del consentimiento, como vicio.
b) En la fase de cumplimiento de los contratos.
c) En la responsabilidad extracontractual.
Teoría unitaria del dolo.
El concepto de dolo es en los 3 campos el mismo:
d) Está definido en el título preliminar.
e) Siempre importa una intención de perjudicar a otro.
f) El efecto del dolo es el mismo: tiende a restablecer la situación anterior a él.
g) Las reglas que gobiernan el dolo son las mismas.
Prueba del dolo.
Art. 1459 CC. “El dolo no se presume sino en los casos especialmente previstos por la ley. En los demás debe probarse.”
Esta norma es de aplicación general, lo que concuerda con la presunción de buena fe.
Casos en que se presume:
1) Art. 1301 CC: albacea que lleva a efecto disposiciones testamentarias contrarias a ley.
2) Art. 968 N° 5 CC: ocultación del testamento.
3) Art. 2261 CC: en la apuesta, cuando se sabe que se va a verificar o se ha verificado el hecho.
4) Art. 94 N° 6 CC: en la muerte presunta (ocultar la muerte o existencia).
5) Art. 280 CPC: solicitar medida precautoria prejudicial y no demandar dentro de plazo.
Efectos del dolo en el incumplimiento de las obligaciones.Agrava la responsabilidad del deudor. Lo normal es que el deudor responda
de los perjuicios directos previstos, pero si hay dolo, responde además de los directos imprevistos (Art. 1558 CC).
-El dolo no se puede renunciar anticipadamente. Puede renunciarse el dolo pasado, en forma expresa (Art. 1465 CC).
-El dolo se aprecia en concreto, no en abstracto, como la culpa. En cada caso deberá el juez resolver si la conducta del deudor resulta
o no dolosa.
De la culpa contractual.
Culpa: omisión de la diligencia que se debe emplear en el cumplimiento de una obligación o en la ejecución de un hecho.
Culpa contractual: falta de cuidado debido en el cumplimiento de un contrato.
Se discute si la culpa contractual y extracontractual son una sola o son diferentes.
Diferencias entre la culpa contractual y extracontractual.
a) La contractual supone un vínculo jurídico previo; la extracontractual no.
b) La contractual admite grados; la extracontractual es una sola.
c) La contractual se presume; la extracontractual debe probarse.
d) Para que la contractual origine indemnización, el deudor debe constituirse en mora; en la extracontractual no es
necesaria la mora.
Gradación de la culpa.
Art. 44 incs. 1º a 5º CC. “La ley distingue tres especies de culpa o descuido.
Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel cuidado que aun las
personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en sus negocios propios. Esta culpa en materias civiles equivale al dolo.
Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente
en sus negocios propios. Culpa o descuido, sin otra calificación, significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la
diligencia o cuidado ordinario o mediano.
El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia es responsable de esta especie de culpa.
Culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de
sus negocios importantes. Esta especie de culpa se opone a la suma diligencia o cuidado.”
La culpa contractual se aprecia en abstracto: la ley compara la conducta del sujeto con un modelo ideal.
La culpa grave equivale al dolo.
¿Cuál es el alcance de esta afirmación?
Implica que la culpa grave debe también probarse, al igual que el dolo.
a) El Art. 44 CC no hace distinciones, equiparando absolutamente ambos conceptos.
b) La norma viene de Pothier, que le daba alcance amplio.
c) No es lógico presumir la culpa grave contractual si ni el dolo ni la mala fe se presumen.
La mayoría de la doctrina estima que la equivalencia no tiene alcances probatorios. La culpa se presume siempre, aunque sea la grave. No
pueden llegar a ser dolo y culpa grave una misma cosa, pues por algo el Art. 44 CC da dos definiciones.
¿De qué culpa responde el deudor.?
De la culpa a que se haya obligado (Art. 1547 inc. final CC).
Si las partes nada han acordado, se sigue la siguiente regla:
Art. 1547 inc. 1º CC. “El deudor no es responsable sino de la culpa lata en los contratos que por su naturaleza sólo son útiles al
acreedor; es responsable de la leve en los contratos que se hacen para beneficio recíproco de las partes; y de la levísima, en los
contratos en que el deudor es el único que reporta beneficio.”
Lo normal es que se responda hasta de la culpa leve. Así ocurre con el que administra bienes ajenos.
Cláusulas para alterar la responsabilidad de las partes.
d) Que el deudor responda de un grado mayor o menor de culpa en relación al Art. 1558 CC.
e) Que el deudor responda del caso fortuito.
f) Que el deudor responda en todo caso de los perjuicios imprevistos.
g) Limitación del monto de la indemnización.
h) Limitación de los plazos de prescripción.
i) Alteración de las reglas del onus probandi (discutible).
Límites de estas cláusulas modificatorias de responsabilidad.
Las partes no pueden:
j) Renunciar al dolo futuro o a la culpa grave (Arts. 1465 y 44 CC).
k) Contravenir el orden público o la ley; habría objeto ilícito.
La culpa contractual se presume.
Art. 1547 inc. 3º CC. “La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; la prueba del caso fortuito al que lo alega.”
Excepción: Art. 2158 CC (mandato).
Culpa del deudor por el hecho de personas que dependen de él.
Art. 1679 CC. “En el hecho o culpa del deudor se comprende el hecho o culpa de las personas por quienes fuere responsable.”
Reitera esta misma idea el Art. 1590 incs. 1º y 3º CC.
En el caso de hechos de terceros por quienes no responde el deudor, el acreedor sólo puede exigir que se le ceda la acción que tenga su deudor contra el tercero autor del daño
(Arts. 1590 inc. final y 1677 CC).
Causales de exención de responsabilidad.
a) Fuerza mayor o caso fortuito.
b) Ausencia de culpa.
c) Estado de necesidad.
d) Hecho o culpa del acreedor.
e) Teoría de la imprevisión.
1. Fuerza mayor o caso fortuito.
Art. 45 CC. “Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de
autoridad ejercidos por un funcionario público, etc.”
Se dice que a esta definición le falta el requisito de inimputabilidad. Pero esto aparece en el Art. 1547 inc. 2º CC.
El CC, la doctrina y la jurisprudencia hacen sinónimas las expresiones “caso fortuito” o “fuerza mayor”. Pero algunos autores hacen la distinción, generalmente diciendo
que la fuerza mayor proviene de un hecho de la naturaleza, y el caso fortuito, del un hecho del hombre.
Elementos del caso fortuito.
1) Inimputable.
2) Imprevisto.
3) Irresistible.
A. Inimputable. No debe provenir del hecho o culpa del deudor o de las personas por quien responde.
B. Imprevisto. Que dentro de los cálculos ordinarios de un hombre normal, no sea dable esperar su ocurrencia. Que no haya ninguna razón esencial para creer en su realización.
C. Irresistible. Impide al deudor, bajo todo respecto o circunstancia, poder cumplir.
Efectos del caso fortuito Libera de responsabilidad al deudor (Arts. 1547 inc. 2º y 1558 inc. 2º CC).
Excepciones en las que el caso fortuito no libera de responsabilidad al deudor.
a) Cuando el caso fortuito sobreviene por culpa del deudor (Arts. 1547 inc. 2º, 1590 inc. 1º y 1672 inc. 2º CC). No es
propiamente caso fortuito, porque es imputable.
b) Cuando sobreviene durante la mora del deudor (Arts. 1547 inc. 2º, 1672 inc. 2º y 1590 inc. 1º CC). Esta excepción no rige si el
caso fortuito igualmente hubiera sobrevenido tendiendo el acreedor la cosa debida en su poder.
c) Cuando se ha convenido que el deudor responda del caso fortuito (Arts. 1547 inc. final y 1558 inc. final CC).
d) Cuando la ley pone el caso fortuito de cargo del deudor (Art. 1547 inc. final CC). Ej. Art. 1676 CC respecto del que ha robado
o hurtado una cosa.
Prueba del caso fortuito. Incumbe la prueba del caso fortuito al que lo alega (Arts. 1547 inc. 3º y 1674 CC), lo que es aplicación de la regla
general del onus probandi del Art. 1698 CC.
Excepción: Art. 539 CCom (el siniestro se presume ocurrido por caso fortuito).
Teoría de los riesgos. Resuelve quién debe soportar en los contratos bilaterales la pérdida de la especie o cuerpo cierto debido, si el deudor no
puede cumplir su obligación de entregar esa cosa, por haberse destruido por un caso fortuito o fuerza mayor.
El riesgo es del deudor cuando no puede exigir a la contraparte que cumpla su propia obligación; es del acreedor si éste debe de todas
formas cumplir su propia obligación.
Requisitos para que opere la teoría de los riesgos.
e) Existencia de un contrato bilateral.
f) Que la obligación del deudor sea de entregar una especie.
g) Que cosa debida se pierda o destruya totalmente como consecuencia de un caso fortuito.
Principio contenido en el Código en materia de riesgos.
Art. 1550 CC. “El riesgo del cuerpo cierto cuya entrega se deba, es siempre a cargo del acreedor;…”
Esta regla es injusta, porque contradice el principio de que las cosas perecen para su dueño. La explicación es que la disposición se
copió del Código Francés, en el cual el sólo contrato transfiere
Ámbito de aplicación de la norma. Se aplica solo a compraventas y permutas no condicionales.
Art. 1820 CC. “La pérdida, deterioro o mejora de la especie o cuerpo cierto que se vende, pertenece al comprador, desde
el momento de perfeccionarse el contrato, aunque no se haya entregado la cosa; salvo que se venda bajo condición suspensiva,
y que se cumpla la condición, pues entonces, pereciendo totalmente la especie mientras pende la condición la pérdida será del
vendedor, y la mejora o deterioro pertenecerá al comprador.” (En relación al Art. 1900 CC).
Casos de excepción en que el riesgo de la especie o cuerpo cierto debido es del deudor.
a) Cuando el deudor se constituye en mora de entregar (Art. 1550 CC).
b) Cuando el deudor se ha comprometido a entregar una misma cosa a dos o más personas por obligaciones
distintas (Art. 1550 CC).
c) Cuando las partes lo convienen (Arts. 1547 inc. final y 1558 inc. final CC).
d) Cuando la ley así lo establece:
1) Art. 1950 N° 1 CC: extinción del contrato de arrendamiento por destrucción de la cosa.
2) Art. 1486 CC: obligaciones condicionales.
3) Art. 1820 CC: compraventas condicionales.
4) Art. 1996 inc. 2º CC: contrato para la confección de una obra material cuando los materiales los
pone el artífice (es en realidad una venta condicional).
Pérdida parcial. El CC no da reglas especiales, por lo que debe aplicarse el Art. 1550 CC.
2. Ausencia de culpa.
Esta causal de exención no es generalmente aceptada.
Problema: ¿le basta al deudor probar que ha empleado la debida diligencia para liberarse de responsabilidad, o debe probar
además el caso fortuito?
A) La CS ha dicho que basta acreditar que ha empleado el cuidado a que lo obligaba el contrato, es decir, que pruebe su
ausencia de culpa.
B) Pero algunos autores estiman que la imputabilidad cesa cuando el incumplimiento o demora en la obligación es resultado
de una causa extraña al deudor, o sea, de fuerza mayor o caso fortuito.
3. El estado de necesidad.
Es el caso en que el deudor, pudiendo cumplir, no lo hace para evitar un mal mayor.
La doctrina no es unánime en cuanto a aceptarlo como causal de exención.
A) Varios autores estiman que es necesario que se configure fuerza mayor para liberarse de responsabilidad. El CC
toca el punto en un caso, desechando el estado de necesidad (Art. 2178 N° 3 CC).
B) La tendencia moderna es que el estado de necesidad legitima el hecho y libera al deudor de responsabilidad.
4. Hecho o culpa del acreedor.
No está regulado en forma orgánica, pero el CC se refiere a ella en varias disposiciones para exonerar de
responsabilidad al deudor. Ej. Arts. 1548, 1680 y 1827 CC (que en general, liberan al deudor de la responsabilidad de
conservar la cosa debida cuando el acreedor se constituye en mora de recibir).
5. Teoría de la imprevisión. Es la doctrina jurídica que sostiene que el juez puede intervenir en la ejecución de la obligación con el
objeto de atenuar sus efectos, cuando, a consecuencia de acontecimientos imprevisibles para las partes al momento de contratar, ajenos a
su voluntad, la ejecución de la obligación se hace más difícil o más onerosa.
Elementos de la imprevisión.
a) Que se trate de un contrato de tracto sucesivo, o por lo menos de ejecución diferida.
b) Que por circunstancias sobrevinientes, ajenas a las partes y no previstas, se produzca un desequilibrio patrimonial en
las prestaciones.
c) Que los hechos que lo producen sean tan extraordinarios y graves, que si las partes los hubieran tenido a la vista al
momento de contratar, no habrían contratado, o lo habrían hecho en condiciones diferentes.
Posiciones doctrinarias.
A) La primera posición afirma que como el contrato es una ley para las partes, ninguna de ellas puede desconocerlo, aunque
hayan variado las condiciones bajo las cuales lo celebraron (pacta sun servanda). Así lo exige la seguridad jurídica.
B) La segunda posición sostiene que debe admitirse, por razones de equidad, la revisión de los contratos cuando varían
gravemente, y por causas imprevistas, la condiciones bajo las cuales el contrato fue acordado (rebus sic stantibus). La
voluntad de las partes se manifestó en relación con el medio existente y los riesgos normales.
Teoría de la imprevisión en Chile. Se estima que no tiene cabida, por el Art. 1545 CC. Pero hay casos puntuales en que la ley la acepta, y
otros en que en forma expresa la rechaza.
Ej. La acepta en los Arts. 2003 regla 2ª, 2180 y 2227 CC. La rechaza en los Arts. 2003 regla 1ª y 1983 CC.
Argumentos a favor de la teoría de la imprevisión.
a) Art. 1560 CC. Cabe presumir que la intención de las partes al momento de contratar fue la mantención del contrato en
el entendido de que no varíen substancialmente las condiciones existentes en ese momento.
b) Art. 1546 CC. Sería contrario a la buena fe que una de las partes pretenda que la otra cumpla en condiciones
excesivamente onerosas.
c) Toda persona al contratar contrae un determinado deber de cuidado. Si cambian las condiciones, pasaría a asumir un
riesgo que va más allá del que el deudor aceptó.
d) Por regla general, el deudor responde únicamente de los daños previstos (Art. 1558 CC).
5. Mora del deudor.
Art. 1557 CC. “Se debe la indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido en mora,…”. Esta idea es reiterada por el Art. 1538 CC,
en materia de cláusula penal.
Esta exigencia rige tanto para la indemnización compensatoria como para la moratoria. Pero hay autores que opinan que rige sólo para la
moratoria.
Se afirma que no se requiere en las obligaciones de hacer, pues la indemnización se debe desde la contravención (Art. 1557 CC). Pero en este
caso lo que ocurre es que la mora se produce por el sólo hecho de la contravención.
Concepto de mora. Es el retardo imputable en el cumplimiento de la obligación unido al requerimiento o interpelación por parte del acreedor.
Requisitos de la mora.
1. Que el deudor retarde el cumplimiento de la obligación.
2. Que el retardo le sea imputable.
3. Interpelación del acreedor.
4. Que el acreedor haya cumplido su obligación o se allane a cumplirla.
- Que el deudor retarde el cumplimiento de la obligación. Se debe distinguir entre exigibilidad, retardo y mora.
a) La obligación es exigible cuando no está sujeta a modalidades suspensivas.
b) Se retarda cuando no se cumple en la oportunidad debida.
c) La mora supone el retardo imputable del deudor más allá de la interpelación hecha por el acreedor (Arts. 1551 y 1558 CC).
- Que el retardo le sea imputable al deudor. El retraso en el cumplir tiene que deberse a dolo o culpa del deudor (Art. 1558 CC)
- Interpelación del acreedor. Acto por el cual el acreedor hace saber al deudor que su retardo le causa perjuicios. Hay 3 formas:
Art. 1551 CC. “El deudor está en mora,
1.º Cuando no ha cumplido la obligación dentro del término estipulado, salvo que la ley en casos especiales exija que se requiera al deudor para
constituirle en mora; (contractual expresa)
2.º Cuando la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino dentro de cierto espacio de tiempo, y el deudor lo ha dejado pasar sin darla o
ejecutarla; (contractual tácita)
3.º En los demás casos, cuando el deudor ha sido judicialmente reconvenido por el acreedor.” (judicial, regla general)
Interpelación contractual expresa (art. 1551 N° 1) Las partes han establecido un plazo en el contrato para que el deudor cumpla su
obligación. Por el solo hecho de cumplirse el plazo, el deudor queda constituido en mora, salvo que la ley exija que se le requiera para
constituirlo en mora. Ej. Art. 1949 CC.
Interpelación contractual tácita (art. 1551 N° 2). La obligación, por su propia naturaleza y por la forma como fue convenida, tiene un plazo
tácito para cumplirse.
Interpelación judicial (o extracontractual) (art. 1551 N°3). La regla general es que para que el deudor quede constituido en mora, se le
debe demandar. Se ha entendido que cualquier gestión judicial destinada a que el acreedor haga efectivos sus derechos es suficiente
requerimiento.
Queda el deudor constituido en mora cuando se le notifica válidamente la demanda.
- Que el acreedor, si el contrato es bilateral, haya cumplido su propia obligación o se allane a cumplirla en la forma y tiempo
debidos. Esto aparece en el Art. 1552 CC ya visto.
Efectos de la mora.
El acreedor puede demandar indemnización de perjuicios (Art. 1557 CC).
¿Desde cuándo se deben pagar los perjuicios?
A) Algunos estiman que deben pagarse desde el retardo (incumplimiento).
B) Otros sostienen que los perjuicios compensatorios se producen por el solo incumplimiento, pero los moratorios sólo se van
a generar con la constitución en mora.
El deudor se hace responsable del caso fortuito (Art. 1547 inc. 2º CC).
Excepción: si el caso fortuito hubiese sobrevenido a pesar de haberse cumplido oportunamente la obligación, hecho que debe
probar el deudor (Arts. 1547 inc. 2º, 1672 inc. 2º y 1590 CC).
El riesgo de la especie o cuerpo cierto debido pasa al deudor (Art. 1550 CC).
Mora del acreedor.
Se refieren a ella los Arts. 1548, 1552, 1599, 1680 y 1827 CC.
¿Desde cuándo está en mora el acreedor?
A) Según algunos, desde que el deudor haya debido recurrir al pago por consignación.
B) Según otros, desde que es reconvenido judicialmente (analogía Art. 1551 N° 3 CC).
C) Doctrina más aceptada: basta cualquier ofrecimiento del deudor, incluso extrajudicial (Art. 1680 CC).
Efectos de la mora del acreedor.
1. Disminuye la responsabilidad del deudor: sólo responderá de dolo o culpa grave en la conservación de la cosa (Art. 1680 y 1827 CC), y queda
liberado de perjuicios moratorios.
2. El acreedor debe indemnizar los perjuicios que se sigan de no recibir la cosa (Art. 1827 CC).
3. Si el deudor tuvo que pagar por consignación, el acreedor debe pagar las expensas (Art. 1604 CC).
AVALUACIÓN DE LOS PERJUICIOS
a) Judicial: es lo normal.
c) Fijar el monto.
1. Perjuicios que deben indemnizarse.
A) Daño moral.
En un principio se aceptaba su indemnización sólo en materia extracontractual, basada en la regla del Art. 2329 CC (“todo
daño”). Pero esta solución era manifiestamente injusta y discriminatoria.
Razones para no indemnizar el daño moral en materia contractual:
2. Falta una norma como la del Art. 2329 CC.
3. El Art. 1556 CC establece que la indemnización comprende el daño emergente y el lucro cesante, conceptos de contenido
patrimonial.
4. Es difícil su prueba y avaluación.
Ninguno de los argumentos es categórico:
5. Si falta la norma, hay una laguna legal que el juez debe llenar de acuerdo a los principios generales del derecho y la equidad
natural (Art. 24 CC).
6. El Art. 1556 CC no lo prohíbe.
7. En materia extracontractual existe la misma dificultad.
Frente al Art. 19 N° 1 y 4 CPol, no es sostenible seguir negando la indemnización del daño moral.
El daño moral debe indemnizarse en la responsabilidad contractual, pero no puede cualquier incumplimiento ser fuente de daño
moral. Es necesario que se haya turbado seriamente la moral, el honor, la libertad o los afectos del acreedor.
B) Daño emergente y lucro cesante.
Art. 1556 CC. “La indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y lucro cesante,
ya provengan de no haberse cumplido la obligación, o de haberse cumplido imperfectamente, o de
haberse retardado el cumplimiento.
Exceptúanse los casos en que la ley la limita expresamente al daño emergente.”
Daño emergente: empobrecimiento real y efectivo que sufre el patrimonio del acreedor.
Lucro cesante: utilidad que deja de percibir el acreedor por el incumplimiento o cumplimiento
tardío de la obligación.
Ej. Casos en que la ley limita la indemnización al daño emergente: Arts. 1930 inc. final, 1932,
1933 CC y Arts. 209 y 210 CCom.
“1.a Se siguen debiendo los intereses convencionales, si se ha pactado un interés superior al legal, o empiezan a deberse los
intereses legales, en el caso contrario; quedando, sin embargo, en su fuerza las disposiciones especiales que autoricen el cobro de
los intereses corrientes en ciertos casos.”
1. Si las partes pactaron intereses convencionales superiores al interés legal: se siguen debiendo los convencionales.
2. Si las partes no han pactado intereses, o han pactado intereses inferiores al legal: se empiezan a generar los
intereses legales.
3. Si hay una disposición que autorice el cobro de intereses corrientes: no rigen las reglas anteriores.
2. Regla segunda del artículo 1559.
“2.a El acreedor no tiene necesidad de justificar perjuicios cuando sólo cobra intereses; basta el hecho del retardo.”
3. Regla tercera del artículo 1559.
1. “3.a Los intereses atrasados no producen interés.” No acepta el anatocismo.
4. Regla cuarta del artículo 1559.
“4.a La regla anterior se aplica a toda especie de rentas, cánones y pensiones periódicas.”
Aquí parece que hay una contradicción, porque en el N° 67 dice que el anatocismo no opera de pleno derecho, pero puede
pactarse, y no que esté prohibido o que no se acepte.
AVALUACIÓN CONVENCIONAL DE LOS
PERJUICIOS
2 formas de tratar la cláusula penal:
A) Como una clase especial de obligaciones (obligaciones con cláusula penal).
B) Como una manera de avaluar los perjuicios.
1. Concepto.
Art. 1535 CC. “La cláusula penal es aquella en que una persona, para asegurar el cumplimiento de una
obligación, se sujeta a una pena, que consiste en dar o hacer algo en caso de no ejecutar o de retardar la obligación
principal.”
Críticas que se le han hecho a la definición:
1) La denominación “cláusula” es correcta sólo si se pacta conjuntamente con el contrato principal, no si se pacta
después.
2) No asegura ni garantiza nada. Sólo produce ventajas para el acreedor en caso de incumplimiento.
3) Omite obligaciones de no hacer.
4) “Pena” tiene una connotación ajena al derecho civil.
Funciones que cumple la cláusula penal.
a) Es una forma de avaluar convencional y anticipadamente los perjuicios.
b) Constituye una caución.
c) Importa una pena civil.
a) La cláusula penal constituye una forma de avaluar perjuicios.
Como tal, presenta 2 características:
d) Convencional: proviene del acuerdo de las partes. No es cláusula penal si la pena se establece
unilateralmente. No puede establecerla la ley o el juez.
e) Anticipada: el monto de los perjuicios queda irrevocablemente fijado antes del incumplimiento.
Producido éste, el deudor no puede discutir ni la existencia ni el monto de estos perjuicios (Art. 1542
CC).
La cláusula penal puede ser compensatoria o moratoria. Se desprende de la definición: “en caso de no ejecutar
(compensatoria) o de retardar (moratoria) la obligación principal”.
Diferencias de la cláusula penal con la indemnización de perjuicios ordinaria.
f) Oportunidad en que se fija (antes/después del incumplimiento).
g) En la cláusula penal, los perjuicios no se reparan necesariamente en dinero, como ocurre en la
ordinaria.
h) En la cláusula penal, no es necesario probar los perjuicios.
b) Constituye una caución.
Tiene por objeto asegurar el cumplimiento de una obligación principal (Art. 1535 CC en relación al Art. 46
CC, y Art. 1472 CC).
Pero debe considerarse que por sí sola no asegura el cumplimiento de la obligación; sólo sirve de estímulo
para que el deudor cumpla.
Su condición de caución se robustece cuando se constituye para garantizar una obligación ajena.
Es una caución personal.
c) La cláusula penal constituye una pena civil.
Así está dicho en la definición, y con ese carácter nació.
Paralelo de la cláusula penal con otras instituciones.
- Con la fianza:
a) El fiador sólo se obliga a pagar una suma de dinero; la cláusula penal puede consistir en dar, hacer o no hacer.
b) El fiador no puede obligarse en términos más gravosos que el deudor principal (Art. 2344 CC), limitación que
no existe en la cláusula penal.
Características.
1) Consensual.
2) Condicional.
3) Accesoria.
4) Puede garantizar una obligación civil o natural.
1) Consensual. No se exige ninguna formalidad especial. La voluntad puede ser expresa o tácita.
2) Condicional. El derecho del acreedor a cobrarla está sujeto al hecho futuro e incierto de que se produzca el incumplimiento del deudor, y que éste se encuentre
en mora.
3) Accesoria.
a) Extinguida la obligación principal, por cualquier medio, se extingue la cláusula penal.
b) La acción para exigir el pago de la pena prescribe conjuntamente con la obligación principal (Art. 2516 CC).
c) La nulidad de la obligación principal trae la nulidad de la pena (Art. 1536 inc. 1º CC).
Cláusula penal en la promesa de hecho ajeno.
Art. 1536 inc. 2º CC. “Con todo, cuando uno promete por otra persona, imponiéndose una pena para el caso de no cumplirse por ésta lo prometido, valdrá
la pena, aunque la obligación principal no tenga efecto por falta del consentimiento de dicha persona.”
Esto no es una excepción al inc. 1º, porque lo que garantiza la cláusula penal es la obligación que asumió el promitente de que el tercero acepte la
obligación que se contrajo para él.
Cláusula penal en la estipulación en favor de otro.
Art. 1536 inc. final CC. “Lo mismo sucederá cuando uno estipula con otro a favor de un tercero, y la persona con quien se estipula se sujeta a una pena
para el caso de no cumplir lo prometido.”
Tampoco es una excepción. Como el estipulante no puede exigir al promitente el cumplimiento, sino sólo el beneficiario, la cláusula es la forma que tiene
para compelerlo a cumplir. No hay nulidad de la obligación principal, sino que el promitente contrae 2 obligaciones: una con el beneficiario y otra con el otro
estipulante.
4) La cláusula penal puede garantizar una obligación civil o natural. Así lo permite el Art. 1472 CC.
Extinción de la cláusula penal.
1) Por vía principal: cuando se extingue no obstante mantenerse vigente la obligación principal.
2) Por vía accesoria: cuando desaparece como consecuencia de haberse extinguido la obligación principal.
Efectos de la cláusula penal. El efecto propio es dar al acreedor el derecho de cobrarla cuando no se cumple la obligación principal.
Requisitos para que el acreedor pueda cobrar la pena.
a) Incumplimiento de la obligación principal.
b) Incumplimiento imputable al deudor.
c) Mora del deudor.
1. La pena y el caso fortuito. Si hay caso fortuito, la obligación principal se extingue por el modo de extinguir pérdida de la cosa debida o
imposibilidad de la ejecución. Extinguida la obligación principal, se extingue la cláusula penal por vía de consecuencia.
2. La pena y la interpelación voluntaria. Para hacer efectiva la cláusula penal, el deudor debe estar constituido en mora:
A) Algunos dicen que existiendo cláusula penal, no operaría respecto de la obligación principal, la interpelación voluntaria expresa
del Art. 1551 N° 1 CC, en base a la frase inicial del Art. 1538 CC (“háyase o no estipulado un término”). Siempre sería necesaria
la interpelación judicial.
B) La mayoría de la doctrina estima que el deudor puede queda constituido en mora por cualquiera de las formas del Art. 1551 CC.
3. Efectos de la cláusula penal cuando el incumplimiento es parcial. Art. 1539 CC. “Si el deudor cumple solamente una parte de la
obligación principal y el acreedor acepta esa parte, tendrá derecho para que se rebaje proporcionalmente la pena estipulada por la falta de
cumplimiento de la obligación principal.”
Cobro de la obligación principal, de la indemnización ordinaria y de la pena.
a) Antes de constituirse el deudor en mora: el acreedor puede demandar la obligación principal (Art. 1537 CC).
b) Constituido el deudor en mora: el acreedor puede optar entre pedir el cumplimiento de la obligación principal o la pena, no ambas (Art.
1537 CC).
c) Se pueden acumular cumplimiento y pena cuando aparezca haberse convenido la pena por el simple retardo, o cuando se hubiere
estipulado que por el pago de la pena no se entiende extinguida la obligación principal (Art. 1537 CC).
d) De acuerdo al Art. 1543 CC, puede optarse por la pena o la indemnización de perjuicios ordinaria, pero no ambas, a menos que así se
haya convenido expresamente.
Cobro de la cláusula penal cuando la obligación principal es de cosa divisible y hay pluralidad de acreedores o de deudores.
Art. 1540 inc. 1º CC. “Cuando la obligación contraída con cláusula penal es de cosa divisible, la pena, del mismo modo que la obligación
principal, se divide entre los herederos del deudor a prorrata de sus cuotas hereditarias. El heredero que contraviene a la obligación, incurre pues en
aquella parte de la pena que corresponde a su cuota hereditaria; y el acreedor no tendrá acción alguna contra los coherederos que no han contravenido a
la obligación.”
Cobro de la cláusula penal cuando la obligación principal es de cosa indivisible o cuando se ha puesto la cláusula penal con la intención expresa
de que el pago no pueda fraccionarse.
Art. 1540 incs. 2º y final CC. “Exceptúase el caso en que habiéndose puesto la cláusula penal con la intención expresa de que no pudiera
ejecutarse parcialmente el pago, uno de los herederos ha impedido el pago total: podrá entonces exigirse a este heredero toda la pena, o a cada uno su
respectiva cuota, quedándole a salvo su recurso contra el heredero infractor.
Lo mismo se observará cuando la obligación contraída con cláusula penal es de cosa indivisible.”
*Situación en el caso de que la pena sea indivisible. Se puede reclamar a cualquiera de los deudores, sin importar quien sea el infractor.
*Situación en el caso de que la obligación principal sea solidaria. Se entiende que la pena también puede cobrarse solidariamente, por su carácter
accesorio. Se critica a esta tesis porque la indemnización es conjunta aun entre deudores solidarios. Además, la solidaridad requiere texto expreso.
Cláusula penal garantizada con hipoteca.
Art. 1541 CC. “Si a la pena estuviere afecto hipotecariamente un inmueble, podrá perseguirse toda la pena en él,
salvo el recurso de indemnización contra quien hubiere lugar.”
Cobro de la cláusula penal cuando hay pluralidad de acreedores.
De acuerdo a las reglas generales, cada acreedor sólo puede demandar su cuota en la pena, salvo que la pena sea
de cosa indivisible o haya solidaridad activa.
Cláusula penal enorme.
a) Cláusula penal en los contratos conmutativos:
Art. 1544 inc. 1º CC. “Cuando por el pacto principal una de las partes se obligó a pagar una cantidad
determinada, como equivalente a lo que por la otra parte debe prestarse, y la pena consiste asimismo en el pago
de una cantidad determinada, podrá pedirse que se rebaje de la segunda todo lo que exceda al duplo de la
primera, incluyéndose ésta en él.”
b) Cláusula penal en el mutuo:
Art. 1544 incs. 2º y 3º CC. “La disposición anterior no se aplica al mutuo ni a las obligaciones de valor
inapreciable o indeterminado.
En el primero se podrá rebajar la pena en lo que exceda al máximum del interés que es permitido estipular.”
Esto se referiría sólo al mutuo que no sea de dinero, porque en el de dinero, de acuerdo al Art. 8º Ley 18.010, los
intereses se rebajan al interés corriente.
c) Cláusula penal en las obligaciones de valor inapreciable o indeterminado:
Art. 1544 inc. final CC. “En las segundas se deja a la prudencia del juez moderarla, cuando atendidas las
circunstancias pareciere enorme.”