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La radio fue un arma fundamental de propaganda para Hitler y los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Goebbels, el ministro de propaganda nazi, utilizó la radio para transmitir agresiva retórica antisemita y nacionalista que ayudó a Hitler a ganar y mantener el poder absoluto en Alemania. La radio también se usó para desinformar y confundir a las tropas enemigas durante la guerra. Hitler comprendió el poder de la radio para influir e intoxicar a las masas con su ideología.
La radio fue un arma fundamental de propaganda para Hitler y los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Goebbels, el ministro de propaganda nazi, utilizó la radio para transmitir agresiva retórica antisemita y nacionalista que ayudó a Hitler a ganar y mantener el poder absoluto en Alemania. La radio también se usó para desinformar y confundir a las tropas enemigas durante la guerra. Hitler comprendió el poder de la radio para influir e intoxicar a las masas con su ideología.
La radio fue un arma fundamental de propaganda para Hitler y los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Goebbels, el ministro de propaganda nazi, utilizó la radio para transmitir agresiva retórica antisemita y nacionalista que ayudó a Hitler a ganar y mantener el poder absoluto en Alemania. La radio también se usó para desinformar y confundir a las tropas enemigas durante la guerra. Hitler comprendió el poder de la radio para influir e intoxicar a las masas con su ideología.
LA UTILIZACIÓN DE LA RADIO EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
• Se busca mostrar cómo el uso de la radio a lo largo de la historia se relaciona con el
poder. De hecho, ya en sus primeros escritos antes de llegar al poder, Hitler escribía que la radio “es un arma terrible en manos de quienes sepan hacer uso de ellas”. • Cuando en 1933 alcanza la cancillería, una de sus primeras preocupaciones es hacerse con el dominio de las ondas. Para ello pone al frente de su Ministerio de Educación Popular y Propaganda, al hábil Joseph Goebbels, que utilizando todo tipo de recursos psicológicos hace de la radio un dócil instrumento de propaganda. • En los años bélicos, las radios alemanas podían retransmitir a través de ondas muy fuertes a distintos sitios de Europa. Así, aprovechando esto, se transmitían duros ataques a las tropas aliadas. Ello ha sido denominado: “guerra psicológica”. • Hitler tenía muy claro que sus ideas no tendrían éxito a no ser que éstas también fueran las ideas de los demás. Así, cuanto más grande fuera el número de personas que pensaran igual a él, más fuerza tendría. • El movimiento hitleriano se apoyaba en los grandes grupos de burgueses. Los intereses de estas masas eran bien conocidos por Hitler, quien dejó claro que Alemania tenía la misión de cambiar el mundo. • El Führer pues, aprovechó todas las circunstancias que tenía a su favor y se hizo con el poder absoluto, imponiendo sus ideas a todo el mundo. La radio era uno de sus mejores aliados. • Tenía al Ministro de Propaganda, Goebbels, muy bien enseñado. Y es que éste consideraba la propaganda como un arma de guerra infalible, ya que con esta se ganaban nuevos adeptos para la causa del nacionalsocialismo. • En esta línea, muchas eran las técnicas utilizadas por Goebbels. Así, si el discurso era al aire libre, se copiaba de la Iglesia Católica generando el ambiente propicio para la emotividad a través del uso de inciensos, sumidos en la oscuridad con tan solo unas pocas luces encendidas. • Si en cambio, la oratoria se daba a través de la radio, se utilizaban medios de persuasión como la música y los distintos cambios de voz y de tono, los cuales llevaban a los oyentes a estar sumamente atentos a lo que se decía. • Además, para el führer la constancia y la repetición eran imprescindibles para conseguir el éxito. Por ello, Hitler insistía a los locutores de radio que los contenidos nazis debían estar presentes a cada momento.
Goebbels consideraba la radio imprescindible para su Ministerio.
• Este funcionario del gobierno utilizaba los recursos para promover la producción de receptores económicos y tener a su disposición al mayor número de personas posibles. • De este modo, se les concedía a las emisoras de radio equipos muy potentes para que sus ondas se extendiera lo más lejos posible, incluso para traspasar las fronteras del país. • Por supuesto con ideas nacional socialistas; aunque no todo sería ideología nazi. La BBC se convierte pronto en la única emisora aliada que empieza a copiar el modelo alemán. Desde que comienza la guerra las propagandas que son oídas por el mundo entero, consiguen una influencia tal que varias emisoras empiezan a copiar su estilo. • Volviendo a Alemania, durante la ocupación de Francia, los nazis llevaron a cabo una propaganda de lo más eficaz para salirse con la suya. • Así, se sirvieron de la radio para conseguir sus objetivos bélicos. Trasladaron a Francia dos transistores y los montaron como si fueran emisoras francesas. • A través de sus mensajes por la radio comunicaban a los ciudadanos que fueran a las áreas más seguras, en las que no estaban los soldados alemanes. Esta, pues, era la manera que tenían los alemanes de evitar el colapso en las vías que necesitaban para avanzar lo más rápidamente posible. • La propaganda nazi era llevada a cabo apelando siempre al sentimiento nacional alemán. Se hablaba directamente al corazón, buscando la empatía emocional y alejarse lo más posible de lo racional. Sobre ello, el mismo führer decía: “hay que reducir tanto más el nivel intelectual de la propaganda cuanto mayor es la masa de hombres a los que se quiere llegar”. • Cuando Hitler hablaba de sus obsesiones por la raza y la sangre, el pueblo estaba totalmente fanatizado. A él sólo le preocupaba sobreexcitar a la gente para salirse con la suya. Le interesaba engendrar un odio fuerte. Por otro lado, las ideas antisemitas eran retransmitidas con una brutalidad total. Y es que Hitler, siempre hablaba de violencia, y lo hacía de forma totalmente positiva. Como si destrozar vidas fuese lo más maravilloso del mundo. Así, el führer declaró: “la primera de las condiciones para el éxito consiste únicamente en la aplicación perpetuamente uniforme de la violencia”. • De este modo, los mensajes eran infundados a través de un arma infalible: el miedo. Éste siempre era originado por los nazis, los cuales no dejaban de amenazar a la población a través de continuas alusiones al ejército y a la fuerza animal. • Otra característica esencial de la propaganda hitleriana era crear una imagen muy concreta del führer, basada en una concepción del héroe nacional. De esta manera se lograba tener a las masas en una especie de esclavitud psicológica. • En su obra Mein Kampf (Mi Lucha) Hitler dejó bien claro que “la propaganda política es el arte esencial de guiar políticamente a las grandes masas”. Además, durante el congreso de Nuremberg, en 1936, declaró: “la propaganda nos ha llevado hasta el poder, la propaganda nos ha permitido conservar desde entonces el poder. También la propaganda nos concederá la posibilidad de conquistar el mundo”. • También fue por radio que más tarde se establecieron los contactos entre los resistentes y las fuerzas aliadas. De manera que este medio de comunicación desempeñó un papel fundamental en la estrategia. • La radio ante todo fue un arma psicológica, no sólo por sus emisiones de información sino también por la intoxicación producida a sus adversarios. • Ese fue el papel de las radios negras que ocultaban su origen para intoxicar a la opinión de los países enemigos. También contribuyó, en algunos casos, a la finalización del conflicto. Por ejemplo en 1943 en Italia la radio fue utilizada para hacer ganar Malta por los barcos italianos. • O en Japón, en donde el emperador tomó la palabra para anunciar la capitulación en 1945. • En el año 1941 Alemania contaba con 16 millones de aparatos receptores, de modo que la radio resultaba el principal instrumento utilizado por Goebbels para mantener el “frente interno” y para desarrollar la devoción a Hitler. • Se lo utilizaba no solo para el adoctrinamiento del país, sino también para la guerra más allá de las fronteras propias. • El contenido de las emisiones era propagandístico. De hecho en 1939, el Ministerio de Propaganda prohibió a todo el país la escucha de cualquier emisora extranjera. • En cuanto a los puntos de vista de los autores podemos pensar que en la Segunda Guerra Mundial la radio no era utilizada para investigar la sociedad humana en términos de valores, como afirma Laswell; sino que se utilizaba para falsear y transformar la información tonel exclusivo a fin de enardecer los ánimos populares y convencer a las personas de la superioridad de la raza aria y del uso de la violencia para imponerla. • En lo que concuerda el uso de la radio en este período con el pensamiento de Laswell es en que, la radio en ese entonces, al igual que ahora, facilita información acerca de lo que está haciendo la otra elite o gobierno. Lo más seguro es que Hitler haya recurrido a la vigilancia secreta por el miedo a que los canales de información que él utilizaba fueran controlados por otros, con el fin de retener y deformar los mensajes. • Hitler, al igual que Laswell concuerdan en que la radio es un poder muy grande en manos de quien lo maneja, y si se lo utiliza bien se puede convencer acerca de ideologías y posturas a la sociedad casi en su totalidad. • Eso fue lo que puso en práctica Hitler, quien se ocupó de convencer a la población de que cambiaría al mundo y de que existían razas inferiores a otras. Convenció a una gran masa de seguidores y ya nada lo detuvo. La eficacia del mensaje ya estaba dada y dejó de depender de las posibilidades de juicio racional de las personas. • Tal como lo dice Laswell el proceso de comunicación en la sociedad vigila al entorno, revela amenazas y oportunidades y es un gran medio para influenciar, lo cual en la Segunda Guerra Mundial quedó a la vista. • Shannon y Weaver a diferencia de Laswell ven a la comunicación como la transferencia de un mensaje bajo la forma de señal, desde una fuente de información, y por medio de un emisor y un receptor. En la Segunda Guerra Mundial la radio era utilizada de esta manera, Hitler era el emisor o el que elegía qué mensaje se emitía, y éste iba dirigido a un receptor, en este caso la sociedad. • En el modelo de comunicación de Shannon y Weaver surge más tarde la devolución del mensaje, el intercambio de roles entre el emisor y receptor, el llamado feedback, el cual en esta época, y con Hitler como “emisor” no aparecía. • Por el contrario la sociedad acataba las propuestas dichas por medio de la radio, sobre todo sabiendo quien era el emisor o de parte de quien venía. Sino se tenían que atener a las consecuencias. En este contexto, sin feedback, la comunicación sigue siendo esto y no interacción, tal como pasa en el modelo técnico de comunicación. • Por último, los conceptos de la Teoría Crítica plantean que está todo prefijado y que se trabaja para el sistema. Vinculando estas ideas al trabajo, podemos pensar que la sociedad se tenía que adaptar al Estado, hacer lo que se le decía, sin permitir la posibilidad del razonamiento o la discusión. • La persona que se quedaba fuera del sistema en este periodo histórico se lo consideraba una amenaza. Es importante tener en cuenta que la Segunda Guerra Mundial afectó en gran parte a los creadores de esta teoría, ya que con la toma de poder por parte de Hitler despidieron a Max Horkheimer, y con él, a todos los miembros fundadores judíos del instituto. • Los eruditos de la teoría (Adorno-Horkheimer-Marcuse) planteaban que el potencial emancipador de la ciencia y de la técnica se debe dedicar a beneficiar la reproducción del sistema de dominación y sometimiento. La utilización que le daba Hitler a la radio y lo que generaba con ésta, se vincula con el concepto de alienación, ya que en esa época gran parte de la sociedad vivía una vida prestada, una vida impuesta por el gobierno. LA PRENSA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL • Cuando Hitler llegó al poder en 1933, Alemania tenía una infraestructura de comunicación bien desarrollada. • En Alemania se publicaban más de 4.700 periódicos diarios y semanales al año, más periódicos que en cualquier otra nación industrializada, con una circulación total de 25 millones de ejemplares. Aunque Berlín era la capital de la prensa, las imprentas de ciudades pequeñas dominaban la circulación de periódicos (el 81% de todos los periódicos alemanes estaba en manos de empresas locales). Los ocho periódicos que se publicaban en las ciudades más grandes, sin embargo, tenían reputaciones internacionales bien establecidas. • La industria cinematográfica alemana se encontraba entre las mayores del mundo, y sus películas recibían elogios internacionales; además, la nación era pionera en el desarrollo de la radio y la televisión. • Cuando Hitler asumió el poder en 1933, los nazis controlaban menos del tres por ciento de los 4.700 periódicos que circulaban en Alemania. • La eliminación del sistema político multipartidista no solo provocó la desaparición de cientos de periódicos producidos por partidos políticos proscritos, sino que también permitió que el estado confiscara las prensas y el equipo de los partidos comunista y socialdemócrata, que a menudo se entregaban directamente al partido nazi. • En los siguientes meses, los nazis establecieron el control o ejercieron influencia sobre los organismos de la prensa independiente. • Durante las primeras semanas de 1933, el régimen nazi utilizó la radio, la prensa y los noticieros cinematográficos para avivar el temor de un “levantamiento comunista” en proceso, y después canalizó la ansiedad popular en medidas políticas que erradicaron las libertades civiles y la democracia. • En cuestión de meses, el régimen nazi destruyó la prensa libre alemana, que antes fuera tan vigorosa. Para 1941, la editorial Eher del Partido Nazi se había convertido en la editorial más grande de la historia de Alemania, y su principal periódico, Völkischer Beobachter (Observador Nacional) había alcanzado una circulación de más de un millón de ejemplares. • El periódico Völkischer Beobachter, que Hitler había comprado para el partido en 1920, anunciaba reuniones y otras noticias a los miembros del partido y extendía el alcance del partido más allá de las reuniones y la cervecería. La circulación aumentó a la par que el éxito del movimiento nazi, llegando a más de 120.000 ejemplares en 1931 y a 1,7 millones para 1944. • El editor del Völkischer Beobachter era el escritor antisemita e ideólogo nazi Alfred Rosenberg; el periódico se especializaba en publicar hipérboles breves de los temas favoritos de los nazis: la humillación del Tratado de Versalles, la debilidad del sistema parlamentario de Weimar y el flagelo mundial de la judería y el bolchevismo. Todos estos temas se contrastaban con eslóganes patrióticos nazis.