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Fundamentos Antropológicos.

Vivimos en un mundo globalizado donde el contacto entre las diferentes culturas del planeta se ha convertido en algo cotidiano.
Esta realidad obliga a incorporar en las agendas educativas de los diferentes países de la región, el tema de la diversidad de
manera prioritaria. Desde el nivel inicial urge desarrollar en los niños y niñas una actitud de consideración a la dignidad humana y
el respeto a la diversidad. Una de las consecuencias de la mundialización es el aumento de las migraciones, lo que ocasiona que al
interior de los países se viva una situación de interculturalidad. Además de las migraciones, en nuestra región conviven diversos
grupos étnicos, bajo las mismas leyes, con los mismos derechos y responsabilidades, pero muchas veces con lenguas, costumbres y
creencias diferentes. Lo anterior obliga a los sistemas educativos a asumir un enfoque intercultural; el contacto entre personas con
diferentes códigos culturales y lingüísticos, obliga a los sistemas educativos a desarrollar estrategias que contribuyan a la equidad y
al fomento de relaciones simétricas, donde prime la igualdad de derechos, independientemente del color de la piel, origen, raza,
creencias, sexo o situación socio-económica. En sociedades democráticas, la educación está llamada a ofrecer a todos sus
ciudadanos y ciudadanas, las mismas oportunidades de desarrollo personal y de avanzar como grupo hacia la integración, la
colaboración y la solidaridad. La educación Inicial, a través de contenidos, estrategias, recursos y actividades pertinentes en el aula
debe primar un clima de respeto a las diferencias y un diálogo cultural permanente, que logre conciliar diferentes modos y estilos
de vida, ya que el objetivo es logra el crecimiento personal y colectivo del grupo.

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