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PARTICIPANTES

 “Bienaventurados los de
corazón limpio, pues ellos José Augusto Yarleque
Yamunaque
verán a Dios” (Mt 5, 8)
José Mauricio Guzmán
Correa

Ruiz Ojeda Carlos


 ¿QUE SIGNIFICA?
 Bienaventurados los de corazón limpio, pues ellos verán a
Dios” (Mt 5, 8), es la sexta bienaventuranza. La palabra
“limpio” proviene del griego katharós, que tiene un
significado más profundo, pues significa puro.
 Esta bienaventuranza se refiere a quienes tienen un
corazón sencillo, puro, sin suciedad, porque un corazón
que sabe amar no deja entrar en su vida algo que atente
contra ese amor, algo que lo debilite o lo ponga en riesgo.
 Como dice el salmo 24 (3-4): “¿Quién puede subir al
monte del Señor? ¿Quién puede permanecer en su santo
templo? El que tiene las manos y la mente limpias de todo
pecado; el que no adora ídolos ni hace juramentos falsos”.
 Es cierto que no hay amor sin obras de amor, pero esta
bienaventuranza nos recuerda que el Señor espera una
entrega al hermano que brote del corazón, ya que si repartiera
todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo
a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría. Lo que
viene de dentro del corazón es lo que contamina al hombre,
porque de allí proceden los asesinatos, el robo, los falsos
testimonios, y demás cosas.
 En las intenciones del corazón se originan los deseos y las
decisiones más profundas que realmente nos mueven.

 Cuando el corazón ama a Dios y al prójimo, cuando esa es su


intención verdadera y no palabras vacías, entonces ese
corazón es puro y puede ver a Dios. Jesús promete que los de
corazón puro verán a Dios.
 Reflexión
 Esta bienaventuranza nos promete la visión de Dios y tiene como
condición la pureza de corazón. ¿Qué quiere decir tener el corazón
“puro”? Significa conservar en nuestro interior lo que es digno de
una relación auténtica con el Señor, y llevar una vida integra, lineal
y sencilla en su Presencia.

 Tener un corazón puro es un camino de purificación interior. Hay


que reconocer que, con frecuencia, nuestro peor enemigo está
escondido dentro de nosotros mismos, y necesitamos
convertirnos al Señor. Este proceso implica reconocer la influencia
del mal que hay en nosotros, y dejarse conducir con docilidad por
el Espíritu Santo; es un camino de maduración que supone
renuncia, sinceridad y valentía.
GRACIAS

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