Los fantasmas lo asustan, la soledad lo atormenta. Como había buscado el buen combate, no pensaba que esto pudiera sucederle a él; pero sucedió. Rodeado de oscuridad, se comunica con su maestro: – Maestro, caí en el abismo –dice–. Las aguas son ondas oscuras. –Recuerda esto –dice el maestro –. Lo que ahoga a alguien no es la inmersión, sino el hecho de permanecer bajo el agua. Y el guerrero usa sus fuerzas para salir de la situación en la que se encuentra.