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CRONOLOGÍA
F EL REY
E
U
D ALTA NOBLEZA
A ALTO CLERO
L
I BAJA NOBLEZA
BAJO CLERO
S
M
O PUEBLO
LLANO
SOCIEDAD
MEDIEVAL
CONCEPTO DE AUTORIDAD
Esto explica que se juzgara como
VERDAD aquello que los AUTORES
ANTIGUOS (Platón, Aristóteles, los
Padres de la Iglesia…) habían
afirmado en sus escritos.
La figura de ARISTÓTELES será clave
en la Edad Media.
El concepto de
ORIGINALIDAD
era totalmente distinto del
actual.
DANTE
ALIGHIERI
Marqués de
Santillana
Divina Juan de Mena
comedia
Sonetos Laberinto de
fechos al Fortuna
itálico modo
RUPTURA DE LA ARMONÍA
Tema amoroso
Sencillez expresiva
Versos cortos
Interrogaciones y exclamaciones.
• Los versos son irregulares, esto es, sin medida fija, y están divididos en dos
partes, o hemistiquios, por una fuerte pausa intermedia, o cesura, que suele
representarse con una separación central.
De los sos ojos tan fuertemientre llorando,
Tornaba la cabeça y estábalos catando.
Vio puertas abiertas e uços sin cañados,
Alcándaras vazías sin pielles e sin mantos
E sin falcones e sin adtores mudados.
Sospiró mio Cid, ca mucho habié grandes cuidados.
Fabló mio Cid bien e tan mesurado:
-“Grado a ti, Señor Padre, que estás en alto!
Esto me han vuelto mios enemigos malos”
Rima asonante
Frecuentes llamadas a los oyentes Allí hablo mio Cid, bien oiréis lo que dirá
Una niña de nuef años a ojo se paraba: TEXTO 1
“Y¿a Campeador, en buen hora çinxiestes espada!
El rey lo ha vedado, anoch de él entró su carta,
en gran recabdo e fuertemientre sellada:
Non vos osariemos abrir nin coger por nada,
si non, perderiemos los haberes e las casas,
e demás los ojos de las caras.
Çid, en nuestro mal, vos no ganades nada;
mas el Criador os valga con todas sus virtudes santas”.
Esto la niña dixo e tornos’ para su casa.
Ya lo ve el Cid que del rey non habíe graçia.
Partios’ de la puerta, por Burgos aguijaba,
llegó a Sancta María, entonces descabalga.
Fincóse los hinojos, de coraçón rogaba.
La oración hecha, entonces descabalga.
Mio Cid Ruy Díaz, el que en buen hora ciñó espada,
acampó en la glera, cuando no lo acoge nadie en casa;
a su alrededor, una buena compaña.
Así acampó el Cid, como si estuviera en la montaña.
I se echaba Mio Çid después que fue çenado. TEXTO 2
Un sueñol’ priso dulçe, tan bien se adurmió;
El ángel Gabriel a él vino en sueño
“¡Cabalgad, Çid, el buen Campeador!
ca nunca en tan buen punto cabalgó varón:
mientras que visquisiéredes bien se fará lo to”
Cuando despertó el Çid, la cara se sanctigó,
sinaba la cara, a Dios se acomendó,
mucho era pagado del sueño que ha soñado.
Embraçan los escudos delant los coraçones, TEXTO 3
abaxan las lanças avueltas de los pendones,
enclinaron las caras de suso de los arzones,
íbanlos ferir de fuertes corazones.
A grandes voces llama el que en buen hora nació:
“¡Feridlos, caballeros, por amor del Criador!
¡Yo só Ruy Díaz, el Çid Campeador!”.
Todos fieren en el az do está Pero Vermúez,
trecientas lanças son, todas tienen pendones
seños moros mataron, todos de seños colpes;
A la tornada que facen otros tantos muertos son.
Veriedes tantas lanças premer e alçar,
tanta adágara foradar e pasar,
tanta loriga falsar e desmanchar,
tantos pendones blancos salir bermejos en sangre,
tantos buenos cavallos sin sus dueños andar.
Los moros llama Mafómat e los cristianos Sancti Yagüe,
Cayén en un poco de logar moros muertos mil e trezientos ya
Loriga
Pendón
Adarga
A Minaya Albar Fáñez matáronle el caballo,
bien lo socorren mesnadas de cristianos.
La lanza tiene quebrada, a la espada metió mano,
maguer de pie buenos golpes va dando.
Viólo mio Çid Ruy Díaz el Castellano,
se acercó a un algualcil que tenía buen caballo,
diole tal espadada con el su diestro brazo,
cortóle por la cintura, el medio echó en campo.
A Minaya Alvar Fáñez íbale a dar el caballo:
“¡Cabalgad, Minaya, vos sois mi diestro brazo!”
A Minaya Alvar Fáñez bien le anda el caballo,
de aquestos moros mató treinta e cuatro;
espada tajador, sangriento trae el brazo,
por el cobdo ayuso, la sangre destellando.
Gran ha el gozo Mio Çid con todos sos vasallos. TEXTO 4
Dio a partir estos dineros e estos haberes largos:
En la su quinta al Çid caen çiento caballos.
¡Dios, qué bien paga a todos sus vasallos,
A los peones e a los encabalgados!
Bien lo aguisa el que en buen hora nació
Cuantos él trae todos son pagados.
“¡Oíd, Minaya, sodes mio diestro braço!
De aquesta riqueza que el Criador nos ha dado
A vuestra guisa prended con vuestra mano.
Enviarvos quiero a Castiella con mandado
De esta batalla que habemos arrandaca;
Al rey Alfons que me ha airado
Quiérol’ enviar en don treinta caballos,
Todos con siellas e muy bien enfrenados,
Señas espadas de los arzones colgadas”.
Dixo Minaya Alvar Fáñez: “Esto faré yo de grado”.
En cabo del coso Mio Çid descabalgaba TEXTO 5
adeliñó a su mujier e a sus fijas amas;
cuando lo vio doña Ximena, a sus pies se le echaba.
“¡Merced, Campeador, en buen ora cinxiestes espada!
Sacada me habedes de muchas vergüenças malas;
afeme aquí, señor, yo e vuestras fijas amas;
con Dios e convusco buenas son e criadas.”
A la madre e a las fijas bien las abraçaba,
del gozo que habién de los sos ojos lloraban.
Todas las sus mesnadas en gran deleite estaban,
armas teniendo e tablados quebrantando,
Oíd lo que dixo el que en buena ora nació.
“Vós, querida mujer e hondrada
e amas mis fijas, mi coraçón e mi alma,
entrad conmigo en Valençia la casa,
en esta heredad que vos yo he ganada”.
Madre e fijas las manos le besaban, TEXTO 5
a tan gran hondra ellas a Valençia entraban.
Adeliñó Mio Çid con ellas al alcáçar,
allá las subié en el más alto logar.
Ojos vellido catan a todas partes,
miran Valençia commo yace la çibdad
e del otra parte a ojo han el mar,
miran la huerta, espeso es a graná,
alçan las manos por a Dios rogar,
de esta ganançia cómo es bueno e grand.
Mio Çid e sus compañas tan a gran sabor están.
El ivierno es exido, que el março quiere entrar.
Dezirvos quiero nuevas de allent partes del mar
de aquel rey Yúcef que en Marruecos está.
Entrados son los ifantes al robredo de Corpes,
Los montes son altos, las ramas pujan con las núes;
¡e las bestias fieras que andan aderredor!
Fallaron un vergel con una limpia fuent,
Mandan fincar la tienda ifantes de Carrión,
Con cuantos que ellos traen i yacen esa noch
Con sus mugieres en braços demuéstranles amor
¡mal gelo cumplieron cuando salié el sol!
[…]
Todos eran idos, ellos cuatro solos son,
tanto mal comidieron, los ifantes de Carrión.
“Bien lo creades, doña Elvira e doña Sol,
aquí seredes escarnidas, en estos fieros montes.
Hoy nos partiremos e dexadas seredes de nós,
non habredes part en tierras de Carrión.
Irán aquestos mandados al Çid Campeador,
nós vengaremos aquesta por la del león”.
Allí les tuellen los mantos e los pelliçones
páranlas en cuerpos e en camisas e en çiclatones.
Espuelas tienen calçadas los malos traidores,
en mano prenden las çinchas fuertes e duradores.
Lo que ruegan las dueñas non les ha ningún pro,
Esora les compieçan a dar los ifantes de Carrión,
Con las çinchas corredizas májanlas tan sin sabor,
Con las espuelas agudasm dón ellas han mal sabor,
Rompién las camisas e las carnes a ellas amas dos
Limpia salié la sangre sobre los çiclatones,
Ya lo sientes ellas, en los coraçones.
“¡Cuál ventura serié esta, si ploguiese al Criador,
Que asomase esora el Çid Campeador!”
Tanto las majaron que sin cosimente son,
Sangrientas en las camisas e todos los çiclatones.
Cansados son de ferir ellos amos a dos,
Ensayandos’ amos cuál dará mejores colpes.
Ya no pueden fablar don Elvira e doña Sol,
Por muertas las dexaron en el robredo de Corpes.
Andidieron en pleitos los de Navarra e de Aragón,
hobieron su ajunta con Alfonso el de León,
ficieron sus casamientos con don Elvira e doña Sol
Los primeros fueron grandes mas aquestos son mejores,
a mayor hondra las casa que lo que primero fue.
¡Ved cuál hondra creçe al que en buen hora naçió
cuando señoras son sus fijas de Navarra e Aragón!
Hoy los reyes de España sos parientes son.
a todos alcança hondra por el que en buen hora naçió.
Mester de clerecía
• Escuela poética que surge a mediados del siglo XIII y
que da a luz una serie de poemas formalmente muy
cuidados y de contenido variado:
– Vidas de santos
– Aventuras
– Antigüedad clásica…
• Propósito didáctico.
EL NOMBRE DEL MESTER DE CLERECÍA
1. Intención propagandística:
atraer fieles (y limosnas) al
monasterio.
2. Intención didáctica y
moralizadora.
3. Instrucción del bajo clero,
ignorante y sin formación.
OBRAS
POEMAS Vida de Santo Domingo de Silos
HAGIOGRÁFICOS Vida de San Millán de la Cogolla
(vidas de santos)
Poema de Santa Oria
Martirio de San Lorenzo (inacabado)
Sombra: oraciones de
la Virgen.
El Bien vs. El Mal Bien: María, Cristo, los santos y los ángeles
Mal: Diablo
INTENCIONALIDAD DE LA OBRA DE
BERCEO
• La imagen que se nos ha transmitido de Berceo
es la del clérigo simpático, sencillo, ingenuo y
de excelente humor.
http://www.youtube.com/watch?v=AY12hxrtMTc
Creaba los priores, los obispos y abades,
arzobispos, doctores, patriarcas, potestades;
a muchos necios clérigos dábales dignidades;
de verdad hace embustes; de mentiras, verdades.
Creaba muchos clérigos y muchos ordenados,
muchos monjes y monjas, religiosos sagrados,
el dinero los daba por bien examinados,’
y a los pobres decían que no eran muy letrados.
Yo a muchos monjes vi en sus predicaciones
denostar al dinero y a las sus tentaciones;
pero, al fin, por dinero, otorgan los perdones,
absuelven el ayuno y ofrecen oraciones.
Pues, aunque lo denuestan los monjes por las plazas,
guárdanlo en el convento en sus vasos y tazas,
—de este mismo dinero bien usan en sus bazas—,
¡más escondrijos tienen que tordos y picazas!
http://www.youtube.com/watch?v=AY12hxrtMTc
Y aunque los mismos frailes no tomen los dineros,
bien les guiñan el ojo a los sus medianeros;
luego los toman, prestos, sus hombres despenseros;
ellos se dicen pobres, mas tienen tesoreros.
Monjes, clérigos, frailes dicen a Dios servir,
mas, si el rico barruntan que estpa para morir,
cuando oyen que el dinero comienza a retiñir,
por llevarlo comienzan, en seguida, a reñir.
http://www.youtube.com/watch?v=AY12hxrtMTc
Historia del pintor
Pitas Payas
No abandones tu dama, no dejes que esté quieta,
Siempre requieren uso mujer molino y huerta;
no quieren en su casa pasar días de fiesta,
no quieren el olvido; cosa probada y cierta.
Es cosa bien segura: molino andando gana,
huerta mejor labrada da la mejor manzana,
mujer muy requerida anda siempre lozana;
con estas tres verdades no obrarás cosa vana.
Dejó uno a su mujer (te contaré la hazaña:
si la estimas en poco, cuéntame otra tamaña).
Era don Pitas Payas un pintor de Bretaña,
casó con mujer joven que amaba la compaña.
Antes del mes cumplido dijo él: —Señora mía,
a Flandes volo ir, regalos portaría.
Dijo ella:— Monseñer, escoged vos el día,
mas no olvidéis la casa ni la persona mía.
Dijo don Pitas Payas: —Dueña de la hermosura,
yo volo en vuestro cuerpo pintar una figura
para que ella os impida hacer cualquier locura.
Contestó: — Monseñer, haced vuestra mesura.
Pintó bajo su ombligo un pequeño cordero
y marchó Pitas Payas cual nuevo mercadero;
estuvo allá dos años, no fue azar pasajero.
cada mes a la dama parece un año entero.
• Destacan:
• Calila e Dimna
• Sendebar
.
Don Juan Manuel, Don Juan Manuel poseía una gran
conciencia de escritor
el escritor
Por ello incluyó muchos datos
biográficos en sus obras
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/57959842116027273022202/thm0000.htm
ESTRUCTURA DEL LIBRO ESTRUCTURA DE LOS ENXIEMPLOS
Enxiemplo:
Patronio le narra un cuento alusivo al
problema del que se deriva la
51 solución
PARTE I ENXIEMPLOS
Se dice que el conde la aplica y le va
bien.
PARTE V Conclusión
TEMAS
Don Juan Manuel sabe que la nobleza Su estrecha vinculación con los
está perdiendo prestigio y poder frente a dominicos (una orden de predicadores)
la burguesía y quiere defender su le lleva a incluir el afán moralizador en
estamento. su obra.
Antología de textos
Aquí comienza el libro titulado Del Conde Lucanor
Este libro hizo don Juan, hijo del muy noble infante don Manuel, deseando que
los hombres hiciesen en este mundo tales obras que les fuesen aprovechamiento de las
honras y de las haciendas y de sus estados, y fuesen más allegados a la carrera en la cual
pudiesen salvar sus almas. Y puso en él los ejemplos más provechosos que él supo de las
cosas que acaecieron, para que los hombres puedan hacer esto que dicho es. Y será
maravilla si de cualquier cosa que acaezca a cualquier hombre no se halla en este libro su
semejanza en lo que acaeció a otro.
Y porque don Juan vio y sabe que en los libros acontecen muchos yerros al
copiarlos, porque las letras se asemejan unas a otras, cuidando que una letra es otra al
trascribirlos, múdase toda la razón y por ventura confúndese; y los que después hallan
aquello escrito, echan la culpa al que hizo el libro. Y porque don Juan receló de esto, ruega
a los que lean cualquier libro que sea copia del que él compuso o de los libros que él hizo,
que si hallan alguna palabra mal puesta, que no le echen la culpa a él hasta que vean el
mismo libro que don Juan hizo y que está enmendado en muchos lugares de su letra.
DE LO QUE ACONTECIÓ A UN ZORRO CON UN CUERVO QUE TENÍA UN
PEDAZO DE QUESO EN EL PICO
En otra ocasión, hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, y le dijo:
— Patronio, un hombre que se dice mi amigo, me empezó a alabar mucho,
asegurándome que me esperaban grandes aumentos de honra y de poder, y
muchas cosas buenas Y, a la vez que me halagaba mucho, me inducía a que
entablara un pleito que, a primera vista, tal como lo planteaba, parece que se
fallaría a mi favor.
Y el conde explicó a Patronio en qué consistía el pleito, pero, aunque parecía
pleito provechoso, Patronio se dio cuenta del engaño oculto bajo aquellas
palabras hermosas. Por lo cual, dijo al conde:
— Señor conde Lucanor, sabed que ese hombre os quiere engañar, dándoos a
entender que podéis aspirar a mayor poder y estado del que os corresponde en
verdad. Y para que podáis libraros del engaño que os quiere hacer, me gustaría
que supieseis lo que aconteció a un cuervo con un zorro.
Y el conde le preguntó qué había sucedido.
—Señor conde Lucanor— dijo Patronio—, una vez halló el cuervo un gran
pedazo de queso, y se subió a un árbol para poder comérselo más a gusto, sin
recelo y sin estorbo de nadie. Y cuando así estaba, pasó el zorro por el pie del
árbol, y apenas vio el queso que tenía el cuervo se puso a tramar el modo de
quitárselo. Y, por ello, empezó a hablar de esta manera:
— “Don Cuervo, hace mucho tiempo que oí hablar de vos y de vuestra nobleza y
apostura. Y aunque os he buscado, no ha sido voluntad de Dios ni ventura mía el
que os hallara hasta este momento. Y para que veáis que no os lo digo por
lisonja, enumeraré tanto las aposturas que en vos veo como aquellas cosas que,
según las gentes, no sois tan apuesto.
Todas las gentes piensan que el color de vuestro plumaje, ojos y pico, patas y
uñas es negro. Y dado que las cosas negras no son tan apuestas como las de
otro color, y vos sois enteramente negro, opinan las gentes que ello constituye
mengua de vuestra apostura. No se dan cuenta de que se equivocan pensando
así. Pues si vuestras plumas son negras, es tan negra y brillante su negrura, que
se vuelven de azul índigo como las plumas del pavo real, la cual es el ave más
hermosa del mundo. Y aunque vuestros ojos son negros en cuanto son más
hermosos que los de cualquier otro animal.
.
De igual manera, vuestro pico y vuestras patas y uñas son más fuertes que las
de ninguna otra ave de vuestro tamaño. Y en vuestro vuelo tenéis tanta ligereza,
que no os estorba el viento contrario, por recio que sea, cosa que ninguna otra
me puede hacer tan ligeramente como vos. Y tengo por seguro, puesto que Dios
hace todas las cosas razonablemente, que no consentiría que viendo vos tan
excelente en todo, tuvieseis el defecto de no cantar mejor que otra ave
cualquiera. Y pues Dios me ha concedido la merced de veros, y comprueba que
hay en vos mejor bien del que nunca oí, si me dejaseis oír vuestro canto, me
tendría bienaventurado para siempre.”
Y cuando el cuervo vio de qué modo le alababa el raposo, y cómo le decía
verdad en algunas cosas, pensó que se la decía en todas, e imaginó que era su
amigo, sin sospechar que era para quitarle el queso que llevaba en el pico. Y en
vista de las muchas y buenas razones que le había oído, y todos los halagos y
por los ruegos que le había hecho, abrió el pico para cantar. Por lo cual cayó el
queso en tierra, lo tomó el zorro y se fue con él. Y así quedó engañado el cuervo,
por creer que su apostura y gallardía eran mayores que las que tenía de verdad..
.
Y vos, señor conde Lucanor, a quien Dios os hizo abundantes mercedes en todo,
puesto que veis cómo aquel hombre os quiere hacer pensar que tenéis más
poder y mayor honra o más bondades de las que constan, comprended que lo
hace para engañaros: guardaos de él y obraréis como hombre de buen seso.
Al conde le plació mucho cuanto Patronio le dijo, y obró de conformidad con ello;
su consejo le preservó del yerro.
Y don Juan Manuel, entendiendo que este cuento era muy bueno, hízolo escribir
en este libro, y compuso estos versos en que se resumen la intención de todo el
relato:
Quien te alaba con lo que no hay en ti,
quiere llevarse lo que tienes de ti.
LO QUE LE DIJO EL CONDE FERNÁN GONZÁLEZ A NUÑO LAÍNEZ
El conde Lucanor hablaba un día con Patronio, su consejero, de esta guisa:
— Patronio, bien entendéis que yo no soy ya muy mancebo, y sabéis que pasé
muchos trabajos. Y bien os digo que querría de aquí en adelante holgar y cazar,
y excusar los trabajos y afanes. […] Ruégoos que me aconsejéis lo que me
conviene más hacer.
—Señor conde— dijo Patronio—, como quiera que vos decís bien y razón, me
placería que supieseis lo que dijo una vez el conde Fernán González a Nuño
Laínez.
El conde le rogó que le dijese cómo había sido aquello.
—Señor conde— dijo Patronio—, el conde Fernán González estaba en Burgos y
había pasado muchos trabajos para defender su tierra. Y una vez que estaba ya
como más en sosiego y en paz, díjole Nuño Laínez que sería bien que de allí en
adelante que no se metiesen en tantos ruidos, y que holgase él y dejase holgar a
sus gentes.
Y el conde respondiole que a ningún hombre del mundo le placería más que a él
holgar y estar cómodo; mas bien sabía que había guerra con los moros y con los
leoneses y con los navarros, y quisiesen mucho holgar, que los sus contrarios
estarían contra ellos; y que si quisiesen andar de caza que bien lo podrían hacer,
mas que les acontecería como la palabra antigua que dice: “Murió el hombre y
murió su nombre”; mas, si queremos olvidar las comodidades y hacer mucho
para defendernos y llevar nuestra honra adelante, dirán de nosotros después que
muramos: “Murió el hombre, pero no murió el su nombre”. Y pues cómodos y
lacerados todos hemos de morir, no me parece que sería bien que por
comodidad o por holganza dejásemos de hacer de guisa que después de que
nosotros muramos, que nunca muera la buena fama de nuestros hechos.
Y vos, señor conde, pues que sabéis que habéis de morir, según mi consejo,
nunca por comodidad ni por holganza dejéis de hacer cosas por las que, aun
después de que muráis, siempre quede buena fama de los vuestros hechos.
Al conde plugo mucho lo que Patronio le dijo, e hízolo así y hallose en ello bien.
Y porque don Juan Manuel tuvo este ejemplo por muy bueno, hízolo escribir en
este libro e hizo estos versos que dicen así:
Si por comodidad y holgura la buena fama perdemos,
la vida muy poco dura, denostados quedaremos.