Definición.

Es la descomposición de minerales y rocas que ocurre

sobre o cerca de la superficie terrestre cuando estos
materiales entran en contacto con la atmósfera,
hidrosfera y la biósfera.
Se considera como un proceso exógeno y es
importante para estudiar las formas del relieve y para
entender al suelo y sus nutrientes.
La temperatura y la presión donde ocurre esta
meteorización se considera entre los 100°C y 1 kbar.
 Existen dos tipos de
meteorización: Física y
Química.
 Meteorización Física.

Produce desintegración o ruptura en la roca, sin afectar

a su composición química, es por esto que las rocas no
cambian sus características químicas pero sí las físicas.
Esta causada por las condiciones ambientales (agua,
calor, sal, etc.) y los agentes que la provocan son:
● Descompresión.
● Termoclastia.
● Gelifracción.
● Haloclastia.
 Meteorización Química.

Produce una transformación química de la roca

provocando la pérdida de cohesión y alteración de la
roca. Los procesos más importantes son los
atmosféricos, el vapor de agua, el oxígeno y el dióxido de
carbono, que están implicados en:
● Oxidación.
● Disolución.
● Carbonatación.
● Hidratación.
● Hidrólisis.
Como tercer tipo se
incluye la
meteorización
biológica.
 Meteorización Biológica.

Consiste en la ruptura de las rocas debido a la actividad

de los animales y plantas. La construcción de
madrigueras y la acción de las raíces de los árboles
pueden provocar una acción mecánica, mientras que los
efectos de la presencia de agua y diversos ácidos
orgánicos, así como el aumento del dióxido de carbono,
pueden complementar la meteorización alterando la
roca.
 La meteorización productora de suelos.

La meteorización desintegra las rocas existentes y

aporta materiales para formar otras nuevas. Un suelo
refleja, hasta cierto grado, el material rocoso del cual se
derivó, pero la roca basal no es el único factor que
determina el tipo de suelo, ya que diferentes suelos se
desarrollan sobre rocas idénticas en áreas distintas
cuando el clima varía de un área a otra. El afloramiento
natural o artificial de un suelo revela una serie de zonas
diferentes entre sí, donde cada zona constituye un
horizonte, que representan desde la superficie hacia el
interior, las capaz más meteorizadas con diferentes