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INCIDENCIA DE LA

CORRUPCIÓN
INSTITUCIONAL DEL PAÍS
POR:

EDWIN ALEXANDER ROJAS RODRÍGUEZ.


• Una situación de crisis potencial ha acompañado el desempeño del gobierno del Partido
Patriota dirigido por el presidente Otto Pérez Molina. Tanto los votantes de la derecha
hoy gobernante como mucha gente que no la votó sufren un profundo desencanto. La
consigna de gobernar con mano dura no se cumplió y la tasa de homicidios, por ejemplo,
ha continuado subiendo. El desorden que provoca entre la población la extendida
inseguridad se agrava con las reiteradas muestras de incapacidad gubernamental. Pero los
numerosos ejemplos de ineficacia en cualquiera de los espacios administrativos
encolerizan especialmente porque son acompañados por diversos delitos.
• El movimiento ha tomado pasos importantes encaminados a fortalecer el sistema de justicia. El
Ministerio Público, con apoyo de la CICIG, investigó más de 100 casos de corrupción de alto perfil,
procesó judicialmente a 660 personas, y ha obtenido la condena de más de 400 de ellas. A su vez, la
Comisión propuso o ayudó a implementar una docena de reformas que modernizaron los métodos y
herramientas de investigación, y fortalecieron las instituciones de justicia. Las encuestas más 
recientes revelan que la CICIG recibió más del 70 por ciento del apoyo popular del pueblo de
Guatemala.
• A pesar del amplio apoyo de la población Guatemalteca, un esfuerzo coordinado para revertir
los avances logrados empezaba a tomar forma. El presidente de Guatemala Jimmy Morales y
algunos de sus aliados en el Congreso y el sector económico empezaron una estrategia pro-
impunidad que estigmatizó a líderes sociales y operadores de justicia, aprobó leyes de
impunidad para protegerse a sí mismos, y asfixió a los medios de comunicación y a las
empresas que apoyaron la lucha contra la corrupción. La campaña pro impunidad también
tuvo un componente internacional. El cabildeo realizado en Estados Unidos tuvo un gran
impacto en el apoyo político a la CICIG y por primera vez en más de diez años se quebrantó
el consenso bipartidista que venía respaldando a la CICIG y la lucha contra la corrupción.
• En particular, mientras estaba siendo investigado por el Ministerio Público y la CICIG
por financiamiento electoral ilícito, el presidente anunció que su administración no
renovaría el mandato de la Comisión. Aunque la Corte de Constitucionalidad dictaminó
que la decisión del presidente de terminar unilateralmente el mandato de la CICIG era
ilegal, la administración de Morales ignoró el fallo y procedió con su decisión. En
septiembre de 2019, la CICIG cerró sus puertas después de una década de trabajo
histórico.
• Pero para la coalición de actores corruptos, la salida de la CICIG no fue suficiente. Hoy,
estos grupos buscan revertir muchos de los avances alcanzados en los últimos 12 años y
así poder recuperar el control de las instituciones del Estado. 
EL MINISTERIO PÚBLICO Y LA
FISCALÍA ESPECIAL CONTRA LA
IMPUNIDAD
• Dada la naturaleza híbrida de su mandato, la CICIG nunca hubiera sido capaz de promover tantas
investigaciones de alto perfil sin el apoyo y el liderazgo del Ministerio Público. Durante su
presencia en el país, la CICIG trabajó adecuadamente con las Fiscales Generales Claudia Paz y Paz
(2010-2014) y Thelma Aldana (2014-2018). Sin embargo, el apoyo a los esfuerzos de
anticorrupción ha disminuido durante el mandato de la actual Fiscal General Consuelo Porras,
quien no ha tomado acciones decisivas encaminadas a defender el legado de la CICIG y los logros
alcanzados. 
• Durante los últimos años, esta fiscalía ha jugado un rol importante en exponer oficiales públicos
quienes cometieron delitos graves de corrupción, y fue utilizada por fiscales generales como una
herramienta para ayudar a limpiar las instituciones de justicia. Sin embargo, familiares y abogados
de individuos implicados en casos de corrupción cada vez más utilizan esta fiscalía para presentar
denuncias cuestionables contra los jueces y fiscales involucrados en sus casos. En lugar de rechazar
rápidamente estas quejas espurias, han permanecido sin resolver durante meses sin justificación.
• Otra importante unidad de investigación bajo el ámbito de la fiscal general y cuyo futuro está en limbo es
la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI). Creada en 2008 para trabajar en conjunto con la CICIG,
la FECI se asoció con la Comisión en 92 casos, incluidos algunos de los casos de corrupción más grandes
de Guatemala. El personal altamente calificado de aproximadamente 64 personas ahora soporta el peso de
algunos de los casos de corrupción más complejos y de más alto perfil del país. 
• Tras una petición del jefe de la FECI, la Fiscal General Porras acordó convertir a la FECI en una fiscalía
de sección que pueda continuar su trabajo ahora únicamente bajo la competencia del Ministerio Público.
Sin el apoyo de la CICIG, la FECI necesitará más recursos y apoyo decidido del Ministerio Público para
poder dar continuidad a las investigaciones en curso y responder a nuevas denuncias que permitan seguir
avanzando en la lucha contra la corrupción. Sin embargo, el personal de la FECI tiene alrededor de 80 
demandas de mérito espurias en su contra, una táctica utilizada para detener o apartar al personal de la
FECI de los casos. Juan Francisco Sandoval, el jefe de la FECI, ha sido sistemáticamente atacado y para
julio de 2019 habían sido presentadas unas 20 demandas en su contra. Hasta la fecha, Porras no ha dado
indicaciones claras sobre qué tipo de apoyo, garantías de continuidad y protecciones recibirá la FECI
ahora que la CICIG no esté en Guatemala.
EL FUTURO DE LOS CASOS ACTUALMENTE EN
CURSO

• Un número importante de caso de corrupción de alto impacto están actualmente


moviéndose en las cortes, sin embargo, sin un compromiso claro para continuar
investigando la corrupción, el futuro de muchos de estos casos emblemáticos es incierto.
MANIPULACIÓN DEL PROCESO DE SELECCIÓN DE LAS ALTAS
CORTES

• El 2019 también coincide con el proceso de selección de nuevos magistrados de la Corte Suprema y jueces de la Corte de
Apelaciones. Asegurar la elección de jueces independientes, idóneos y con la debida honorabilidad y trayectoria profesional es
esencial para el Estado de derecho y la imparcialidad de los procesos judiciales. El proceso de selección es donde los operadores
políticos corruptos ven la mayor oportunidad de intentar encontrar jueces corruptibles dispuestos a participar en el proceso para así
poder recuperar el control de las instituciones de justicia y garantizar su impunidad. La CICIG y el Ministerio Público
descubrieron un ejemplo de esta manipulación durante la selección de funcionarios de las altas cortes en 2014.
• Conforme la ley, los candidatos son nominados por una comisión de postulación compuesta por decanos de las facultades de
derecho de Guatemala, representantes del Colegio de Abogados del país y, en el caso de la comisión de la Corte Suprema, jueces
de las cortes de apelación. La lista de candidatos producida por la comisión luego va al Congreso, el cual es el encargado de
seleccionar la lista de finalistas para ocupar los puestos judiciales. A primera vista, la participación de la academia parece servir
como una forma para lograr un proceso de selección más objetivo. Sin embargo, debido al papel clave que juegan las cortes, en el
pasado, las comisiones de postulación han sido infiltradas por representantes de universidades de cartón que llegan con agendas
políticas específicas o acuerdos con actores corruptos. Según la investigación de CICIG y el MP, el empresario y operador político
guatemalteco, Roberto López Villatoro, creó una estructura paralela durante el proceso de selección de 2014 para influir sobre los
miembros de la comisión de postulación y miembros del Congreso. En un caso particular, los investigadores descubrieron que
López había pagado un departamento de lujo para un juez de la corte de apelaciones miembro de la comisión de postulación. 
ATAQUES CONTRA EL MOVIMIENTO
ANTICORRUPCIÓN 
• Además de las y los jueces que presiden los casos de corrupción de alto nivel, muchos defensores de
derechos humanos y líderes sociales también se encuentran en un mayor estado de riesgo. Actores
prominentes de la sociedad civil que jugaron un rol crítico durante el proceso de paz, denunciaron la
violencia posconflicto e impulsaron importantes reformas del sector justicia para que los graves abusos
contra los derechos humanos pudieran ser sancionados, también han jugado un importante papel en impulsar
la agenda anticorrupción. Guatemaltecos poderosos interesados en mantener el estatus quo están actuando
coordinadamente desde el Congreso, en las redes sociales, en los tribunales y en las calles para intimidar a
muchas organizaciones e individuos que defienden la justicia y el fortalecimiento del Estado de derecho. 
• Como señaló la Relatora Especial sobre los derechos de los pueblos indígena después de una visita a
Guatemala en Mayo de 2018.

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