Motivo y Emoción • Necesidad o deseo específico, como el hambre, la sed o el logro, que impulsa la conducta dirigida a metas.
MOTIVACIÓN: Cosa que anima a una persona a actuar o realizar algo.
EMOCIÓN: “los motivos y las emociones son lo que nos empuja a emprender cierto tipo de acción” • HOLA!!!! Una laguna en nuestra comprensión a menudo estimula nuestra curiosidad. Pero a medida que nuestra curiosidad se satisface y lo desconocido vuelve familiar, tendemos a aburrirnos. A su vez, esto nos impulsa a explorar más nuestro entorno (Loewenstein, 1994). • A diferencia de la curiosidad y la exploración, la manipulación se concentra en objetos específicos que queremos sentir, tocar, manejar, o con los que queremos jugar antes de sentirnos satisfechos. • La importancia del contacto también se ha demostrado con bebés prematuros. Los bebés de bajo peso al nacer que son cargados y reciben masaje aumentan de peso con mayor rapidez y son más tranquilos que aquellos a los que se toca muy poco (Field, 1986). Queremos “TOCAR” o “MANIPULAR”???? • La agresión es un “motivo”????? • SI!!!! • Robert Plutchik (1980) propuso que existen ocho emociones básicas: temor, sorpresa, tristeza, repugnancia, enojo, expectativa, alegría y aceptación. • Felicidad y bienestar Quizá le impresione la cantidad de emociones negativas incluidasen la lista anterior de emociones primarias. Ciertamente sobresalen el temor, el enojo, la tristeza y la repugnancia. Pero si recuerda el capítulo 1, en los años recientesha surgido una perspectiva relativamente nueva, llamada psicología positiva, que se • interesa en entender una de nuestras emociones más positivas: la felicidad (Seligman, 2003). Para los psicólogos, la felicidad es sólo un aspecto del bienestar subjetivo (BS). Además de la felicidad, el bienestar subjetivo supone experimentar más emociones positivas • que negativas y tener sentimientos de satisfacción general con la vida. • Para entender las raíces de la felicidad y los sentimientos de bienestar, los investigadores • buscaron primero los eventos externos y las características demográficas de la • gente feliz. Pero después de décadas de investigación, y a pesar de lo que podría sugerir • el “sentido común”, encontraron que los eventos externos y las características demográficas • tenían muy poca influencia sobre el bienestar subjetivo (DeNeve y Cooper, • 1998; Diener, Suh, Lucas y Smith, 1999; vea también Myers, 2000). De manera más • específica, no encontraron correlación entre edad, género o inteligencia y felicidad • (DeNeve y Cooper, 1998; Diener y Suh, 1998; Diener et al., 1999). Los investigadores • encontraron que las personas casadas, ricas, bien educadas y con buena salud tienden a • ser más felices que los demás, pero las diferencias a menudo son pequeñas (Breetvelt y • Van Dam, 1991; Brickman, Coates y Janoff-Bulman, 1978; Diener et al., 1999). • Si esas variables no tienen un efecto importante en la felicidad, ¿qué lo tiene entonces? • Cada vez más, los investigadores están llegando a creer que las claves para la felicidad • son las metas que tiene la gente, su habilidad para adaptarse a las condiciones • que le rodean y su personalidad (Diener, 2000; Seligman, 2003). El hecho de que la • personalidad sea un predictor fuerte y consistente del bienestar por un periodo de • años es congruente con esta opinión (Diener et al., 1999). Además, la gente que es feliz • en un área de su vida (como el trabajo) suele ser feliz también en otras áreas. Por • ende, los investigadores creen que factores estables de personalidad predisponen a los • individuos a sentirse felices o desdichados en una amplia gama de situaciones, aunque • los eventos actuales de la vida influyen significativamente en la felicidad en cualquier • momento dado. De manera específica, DeNeve y Cooper (1998) encontraron que las • personas felices y las que reportan más emociones positivas que negativas tienden a ser • entusiastas, complacientes, comprensivas, flexibles, gregarias, dinámicas, confiadas, • optimistas y afectuosas. • Las técnicas de adaptación y afrontamiento también parecen contribuir a la felicidad • (Diener, 2000). Muchas personas que sufren lesiones graves o que son encarceladas • por largos periodos reportan que en un tiempo relativamente corto, luego de esos • episodios, recuperan sus niveles normales de felicidad. A la mayoría de la gente que • pierde a los compañeros de su vida les lleva más tiempo regresar a la normalidad, pero • muchos lo logran a la larga (Loewenstein y Frederick, 1998). Todavía no sabemos con • exactitud cómo contribuye la adaptación a la felicidad. Puede ser que la mayoría de la • gente simplemente “se acostumbre” a las situaciones desagradables, o quizá cambie la forma • en que percibe la nueva situación, o tal vez reestructure su vida para adecuarla a las situaciones • cambiadas, aunque quizá la explicación sea totalmente diferente. Pero las
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