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La Divina Proporción.
Desde hace mucho tiempo se han querido buscar las características que hacen que algo sea bello y se ha buscado una regla que cumplan las cosas
bellas. Esas reglas son, principalmente, las proporciones y las relaciones matemáticas. La razón se esconde tras tres simples teorías matemáticas
enlazadas entre sí:
1. El segmento áureo. Es un segmento dividido en dos partes, de forma que se cumple la igualdad (a+b)/a = a/b, donde (a+b) es el total del
segmento, a la parte más grande y b la parte de menor tamaño.
2. Número de oro. También llamado número fi, está asociado a la belleza y a la naturaleza. Se representa con la letra griega “phi” (φ), se
pronuncia “fi” y su valor es 1.618… Se trata de un número irracional, pues cuenta con infinitos números decimales no periódicos.
3. Sucesión de Fibonacci. Partiendo desde el número uno, la sucesión de Fibonacci consiste en ir sumando el resultado de la última
operación con su mayor sumando.
EJEMPLO:
0+1=1, 1+1= 2, 1+2=3, 2+3=5, 3+5=8, y así sucesivamente.
Relación entre sí
Sucesión de Fibonacci
y
el número de oro:
RECTÁNGULO ÁUREO
Se han encontrado relaciones áureas entre distintas partes del cuerpo humano.
• La relación que hay entre la altura de una persona y la altura a la que se encuentra su
ombligo.
A través del uso de un calibrador Pie de Rey, instrumento para medir dimensiones
internas y profundidades de objetos relativamente pequeños, desde centímetros
hasta fracciones de milímetros, los doctores pueden observar los desequilibrios y
asimetrías del rostro de sus pacientes y así, basándose en los principios de la
proporción áurea, sugerir determinados retoques estéticos.
El objetivo es lograr no tanto una apariencia más joven sino más armónica y bella a
cualquier edad: con facciones, volúmenes y medidas más equilibradas.
STEPHEN MARQUARDT