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“Año del bicentenario del Perú: 200 años de independencia”

II Parte “Filosofía de la
tecnología y otros ensayos”
FACULTAD: ECONOMÍA
CÁTEDRA: FILOSOFÍA Y ÉTICA
CATEDRÁTICO: Dr. FIDEL YOFRE LOPEZ BALBIN
ALUMNO: CHANCASANAMPA GONZALES PATRICK H.
SEMESTRE: PRIMERO
AÑO LECTIVO: 2021 – II
EXPOSICIÓN: N° 1.2
EL ESTILO DE RUSSELL:
Antes de explicar el estilo de Russell, debemos saber ¿Quién es Russell?
Russell se considera a sí mismo como un filósofo atómico lógico y matemático. Su postura
sobre la filosofía es dentro de todo científica y muy analítica, para él las cuestiones que no
tienen respuesta pertenecen a la filosofía y cuando se encuentra respuesta a dicha cuestión
pasa a ser ciencia.
Lo que más interesa en Russell, como en cualquier otro filósofo de primera magnitud, no es
tal o cual particular doctrina que ha expuesto, sino el problema que la originó y el modo de
tratarlo. Es decir, interesa más en Russell el filosofar que las filosofías que resultaron de ese
filosofar.
Para Mario Bunge, Russell tiene un procedimiento para realizar su filosofía, de esta manera
las divide en 5 etapas.
Etapas de como filosofa Russell
1. Descubrimiento de un problema auténtico: Russell menciona que debe haber una
importancia sobre los temas relativos a nuestra realidad, desdeña en cambio los
problemículas bizantinos, tales como los verbales; de esta manera crítica la neosofística
inaugurada por el segundo Wittgenstein.
2. Estudio del contexto del problema: La elección del tipo de problemas lleva
automáticamente a la segunda etapa del proceso de filosofar. En esta segunda etapa,
Russell averigua qué se sabe sobre el problema y, en particular, qué se sabe con algún
fundamento apartado de solo la filosofía.
3. Chispazo sugerido por dicho estudio: En esta tercera etapa, la meditación sobre el
problema elegido y el estudio sobre su contexto científico y acaso (pero no
necesariamente) histórico le sugieren posibles solucio­nes. Las ideas nacen embrionarias,
oscuras y en tropel; lo difícil es controlarlas y aclarar­las a todas. Es la etapa de los
chispazos, de las intuiciones intelectuales.
4. Elaboración de las consecuencias de la conjetura: En esta cuarta etapa Russell aplica
toda la ferretería analítica necesaria, con el fin de extraer las consecuencias ló­gicas de sus
conjeturas y, así, poder ponerlas a prueba. Pero no basta esta tarea de análisis -por así decir-
deductivo: hay que descubrir las premisas que pueden fundar las hi­pótesis, también
menciona una tremenda necesidad científica para el desarrollo de la investigación, de esta
manera Russell dice: “todo problema filosófico, cuando se lo somete al necesario análisis y
purificación, resulta o bien que no es filosófico o bien [...] que es lógico”
5. Crítica de la solución: En esta última etapa, se hace una autocrítica a la supuesta
solución, pero no siempre llega esta etapa crítica en seguida, después de elaborada la teoría;
él mismo, enamorado momentáneamente de su criatura, puede no advertir sus
imperfecciones hasta pasados unos años.
REDUCCIÓN E INTEGRACIÓN, SISTEMAS Y
NIVELES, MONISMOS Y DUALISMO
En el transcurso del conocimiento existen limites de la ciencia y la filosofía, a su vez hay diversas
cuestiones que se catalogan respecto a su identidad. Preguntas como: ¿Los estados mentales son
estados cerebrales? ¿La psicología es reductible a la neurociencia? Dan cierta duda sobre a que campo
pertenece; Estas dos preguntas, son dos cuestiones filosóficas de gran importancia para psicólogos y
neurocientíficos, así como para psiquiatras y neurólogos, lingüistas y educadores, y otros especialistas
que se ocupan de la experiencia subjetiva o de la conducta, sea normal o anormal. Más aun, cualquier
respuesta a la cuestión gnoseológica depende en parte de la respuesta que se dé a la cuestión
ontológica. Pero lastimosamente, ante importantes cuestiones todavía existen personas quienes la
toman para crear supuestas respuestas y no investigar dichos problemas con la debida seriedad.
- La parte y el todo

Una hipótesis de todas las ciencias fácticas maduras es que sus objetos de estudio son
cosas concretas (materiales), tales como átomos y campos electromagnéticos, células y
ecosistemas, seres humanos y sociedades. Los científicos no estudian propiedades en sí,
sino solamente propiedades de cosas, tales como la energía, la conectividad neuronal, y la
estructura social. Sólo los psicólogos mentalistas dicen estudiar los esta­dos y cambios de
estados de la mente concebida como ente inmaterial, antes que como colección de procesos
cerebrales de cierto tipo. Pero no se molestan en decirnos qué es la mente, excepto tal vez
que es la colección de facultades, estados y procesos mentales. De aquí parte que los
científicos estudian cosas concretas pero no ais­ladas.
-Resultante y emergentes

Cuando dos o más cosas se combinan formando una tercera, ésta puede o no poseer
propiedades que caracterizan a sus precursoras. Por ejemplo, el añadido de un grano de
arena a una playa no modifica cualitativamente a ésta; pero si dos neuronas se conectan
entre sí, pueden sincronizar sus actividades, o una de ellas puede excitar o inhibir a la otra.
Estas propiedades sistémicas se llaman emergentes, y el
proceso de su aparición se llama emergencia. En cambio las propiedades de un sistema que
también son poseídas por sus componentes se llaman resultantes. Por ejemplo, la energía
total de un sistema es una propiedad resultante; análo­gamente, el estar vivo es una
propiedad resultante de un módulo neuronal, no así de los componentes subcelulares.
-Niveles y jerarquías
Existen diversos tipos de visiones en cuanto a la epistemología, pero específicamente la
visión fisicista (o mecanicista) del mundo, menciona que la única diferencia entre dos
cosas puede ser una diferencia en configuración o en complejidad. Por ejemplo, un ser
humano no sería sino un sistema físico-químico muy complejo, y el proceso de su
desarrollo no sería sino un proceso de ensamble y reajuste de átomos. La consecuencia
método
lógica es obvia: “Averigua cuáles son los componentes de un sistema y conocerás el
sistema mismo”. Por ejemplo, el conocimiento de los componentes moleculares de una
célula sería necesario y suficiente para entender la célula. La maravillosa variedad
cualitativa del mundo refuta esta visión simplista aunque, hasta cierto punto, fértil (Más
aun,
el espacio de los estados de un sistema de componentes fuertemente acoplados entre sí no
puede descomponerse en los espacios de los estados de sus componentes: ésta es una de las
enseñanzas de la teoría cuántica).
-Reduccionismos: referente a las cosas y a nuestro
conocimiento de ellas
En el mundo del conocimiento, ya sea filosófico o científico, se sabe de la variedad
y mutabilidad de todas las cosas, y buscan la unidad en medio de la variedad, así
como la invariancia o permanencia en medio del cambio. Buscan la unidad en
términos de unas pocas “substancias” básicas, y la perma­nencia en términos de
pautas generales (leyes o reglas). A este respecto todas las ciencias y filosofías son
reduccio­nistas. Sin embargo, hay diversas clases y varios grados de reduccionismo.
Hay opiniones acerca de la naturaleza última de las cosas, y opiniones acerca de la
mejor manera de conocerlas. O sea, el reduccionismo puede ser ontológico
(referente al mundo) o gnoseológico (referente al conocimiento), o de ambos tipos a
la vez.
-Reducción gnoseológica
Se refiere a constructos, o sea, conceptos, proposiciones, o teorías. La reducción
conceptual es una clase de definición (o identificación. Es­tipularemos que el concepto A es
reductible al concepto B si, y solamente si, (a) A y B se refieren a objetos en distintos
niveles y (b) existe una definición correcta de A en términos de B. La reducción de A a B
es legítima siempre que la in­vestigación empírica confirme la hipótesis de que, en efecto, A
y B no son sino dos conceptualizaciones diferentes de lo mismo (cosa, propiedad, suceso,
o proceso). Ejemplos: el
calor es movimiento atómico o molecular caótico, la luz es radiación electromagnética
dentro de cierta banda, y los estados mentales son estados de subsistemas especiales del
cerebro humano o del cerebro de algún otro vertebrado su­perior. Estas son definiciones
reductivas, también llamadas ‘fórmulas puente’. Representan reducciones ontológicas.
-Reduccionismo

La reducción puede ser descendente o ascendente: puede explicar el todo por sus partes
(descendente) o las partes por el todo (ascendente). En el primer caso se lla­ma micro-
reducción, y en el segundo macro-reducción. En otras palabras, la micro-reducción, o
análisis de abajo
para arriba, parte de los componentes elementales e intenta explicar la totalidad en función
de estos componentes y sus interacciones; ejemplos: física del estado sólido, genética
molecular, y economía neoclásica. En cambio la macro-reducción, o análisis de arriba para
abajo, da por sentada la existencia de la totalidad e intenta explicar sus partes en función
de la primera; ejemplos: biología aristotélica, teodicea cristiana, y sociología marxista.
-Integración
No todo puede explicarse por micro-reducción; a veces
es menester ubicar al objeto en un contexto más amplio para
poder comprender su comportamiento. A su vez, la consideración de semejante contexto más
amplio requiere juntar o consolidar cierto numero de fragmentos de información y conjetura
dispersos entre varios campos de investigación. En ocasiones tal integración o síntesis da
como resultado la fusión de teorías o aun de disciplinas íntegras. Ejemplos obvios: la
neuroendocrinología y la psicología fisiológica. No se puede entender, por ejemplo, la historia
de un organismo aislado, sino tan sólo como miembro de algún ecosistema o comunidad. En
particular, el comportamien­to de un psicólogo no podría explicarse con sólo abrirle la tapa de
los sesos o midiendo algunos indicadores de su actividad cerebral. Con ser necesaria, esta
información es insuficiente: también es menester estudiar la conducta social del psicólogo, y,
por lo tanto, los sistemas sociales en los que se desenvuelve: su familia, laboratorio,
comunidad científica, e incluso la cultura íntegra.
-El caso de la mente
Casi todos los dualistas, empezando por Descartes, no tienen inconveniente en admitir que
los fisiólogos intenten descubrir los mecanismos del comportamiento. Pero cuanto se trata
de lo mental se alarman ante la transgresión del territorio de la psicología, alegando que la
mente, o cosa pensante, es radicalmente diferente de la materia, o cosa extensa. Para peor,
se rehúsan a enterarse de los datos pro­ducidos por la psicología fisiológica en el curso del
último medio siglo. Estos datos confirman la hipótesis de que los procesos mentales son
procesos cerebrales, y que cuando se dañan ciertos subsistemas del cerebro quedan
afectadas las funciones mentales correspondientes. En cambio los materialistas, si son
consecuentes, adoptarán y elaborarán la hipótesis de que los procesos mentales no sólo
están acompañados de, o correlacionados con, procesos fisiológicos, sino que son idénticos
a procesos cerebrales de ciertos tipos
-El caso de la psicología
El psicólogo de orientación biológica no puede prescin­dir de los hallazgos de la psicología
clásica o pura (siempre que se trate de hallazgos verdaderos, lo que no siempre ocurre).
Estos resultados son los que se propone explicar: para él son datos, aunque ciertamente no
los únicos ni si­quiera indiscutibles. Así como el químico cuántico parte de
las fórmulas de reacción clásicas y de las correspondientes ecuaciones de tasa de cambio,
el bio psicólogo se propone encontrar los mecanismos de los procesos descriptos por los
investigadores clásicos de la percepción, la imagina­ción, la solución de problemas, etc.
Incluso hace uso de los datos de la introspección, por ejemplo para hallar que la
atención puesta en la ejecución de una tarea puede inhibir la percepción de un sonido, o
que dos destellos luminosos sucesivos se perciben como uno solo si están separados por
menos de 20 milisegundos.
ALBERT EINSTEIN, EL CÉLEBRE
DESCONOCIDO
Einstein tuvo un reconocimiento muy elevado en el mundo científico, sin embargo esto no
se dio por el estudio de su teoría, sino por el reconocimiento que se le dio a esta. En parti­
cular, dedicaron mucha atención a la famosa paradoja de Einstein-Podolslcy-Rosen, que
sigue causando insomnio a muchos de nosotros. En suma, Einstein ha vuelto a estar de
moda. Casi todos reconocen hoy que muchos de los problemas que le ocuparon siguen
abiertos. Echemos un vistazo a algunos de estos. ¿Es verdad que, según la teoría de la
relatividad, todo es relativo? No. Según esa teoría, que ha sido amplia men­te confirmada
en el laboratorio, algunas propiedades son relativas al sistema de referencia, al par que
otras son abso­lutas, o sea, independientes del sistema de referencia. Por ejemplo, la
velocidad y la temperatura son relativas, pero la carga eléctrica y la entropía son absolutas.
Las ecuaciones básicas del movimiento y de los campos son absolutas, o sea, valen
relativamente a todos los sistemas de referencia de cierto tipo.
LOS FILÓSOFOS DEBEN CONTRIBUIR A
CONTINUAR LA OBRA DE JEAN PIAGET
Para Bunge, Jean Piaget y Donald Hebb han sido los psicólogos más importantes entre
1920 y 1980, y cree que serán recordados como los más originales, profundos y pro­
ductivos de nuestro siglo. Piaget, por haber desarrollado la psicología del desarrollo, que
era un campo subdesarrollado cuando él entró a cultivarlo y lo llevó a una posición central
en la psicología científica, y Hebb por haber retomado el hilo de la psicología fisiológica,
perdido en el desierto de la mitología psicoanalítica y de la antisicología conductista,
ninguna de las cuales sabe de la existencia del sistema nervioso. Creo que la próxima etapa
de la psicología será unir la escuela de Piaget con la de Hebb: encarar desde el punto de
vista neurofisiológico los procesos estudiados por Piaget y sus discípulos, enriquecer la
psicología fisiológica —hasta
ahora poco interesada por el desarrollo y la evolución— con la temática piagetiana.
RELIGIÓN Y CIENCIA SEGÚN JUAN PABLO
II
La Iglesia Católica ha cambiado de actitud frente a la ciencia en el curso de los últimos
decenios. En efecto, de la desconfianza y aun hostilidad características de la ecclessia
militans de hace un siglo ha pasado a la conciliación. Esta actitud, esbozada ya por Pío
XII, se acentúa en Juan
Pablo II, quien ha hecho un llamado para que se reabra el infame proceso a Galileo,
“reconociendo honestamente las equivocaciones de una y otra parte”, sin aclarar sin
embargo en qué consistieron los errores del gran físico florentino (1980). Los protestantes
ya habían llegado a un modus vivendi con la ciencia hace varios siglos, y muchos teólogos
protes­tantes habían descubierto que, mejor que atacar la ciencia, es abrazarla e intentar
mostrar que ella confírmala teología al descubrir la maravilla y el propósito de la creación
(Re­cuérdese los trabajos de Robert K. Merton). Pero, mientras los teólogos protestantes
están divididos en la manera de justificar este arreglo, los católicos están unidos.
VEINTICINCO SIGLOS DE TEORÍA
CUANTICA:
DE PITAGORAS A NOSOTROS Y DEL
SUBJETIVISMO ALbásica,
Un quantum, o cuanto, es una unidad REALISMO
tal como el óbolo en el sistema monetario de
la Grecia antigua, la carga eléctrica del electrón, o la energía del fotón y el bit de
información. Suele creerse que los cuantos son característi­cos de la física cuántica, y que
ésta nació hace sólo un siglo.
Me propongo demostrar que ambas afirmaciones son falsas. El primero en descubrir
cuantos no fue Planck sino Pitágoras, al estudiar cuerdas vibrantes como las del arpa.
También creo que una característica de los cuantones, o referentes de la teoría cuántica, no
es que algunas de sus
propiedades varíen de a saltos, sino que, salvo excepciones, carecen de valores precisos:
son borrosas.
- Cuantificación de la frecuencia:
de Pitágoras a D’Alembert y Fourier
Se sabe que las enseñanzas de Pitágoras y sus discípulos son una mezcla de oro y lodo: de
ciencia y mística. Una de las pepitas áureas de Pitágoras es su descubrimiento de que las
frecuencias posibles de una cuerda vibrante son múltiplos enteros de una frecuencia o
armónica fundamen­tal, que depende del material y de la tensión de la cuerda. O
sea, las frecuencias posibles de una cuerda vibrante son u, 2u, 3u,..., uo. Las membranas y
los sólidos vibrantes tienen propiedades parecidas. En todos estos casos, el mecanismo es
el siguiente. En una cuerda (o membrana o sólido) sujeta en sus extremos sólo cabe un
número entero de semiondas estacionarias.
-Cuantificación de la energía: Planck, Einstein y Bohr

Al estudiar experimentalmente la electrólisis, Michael Faraday descubrió en 1833 que el


efecto químico (la canti­dad de materia depositada en un electrodo) de una corriente
electrolítica es proporcional a la cantidad de electricidad que pasa. A su vez, esta cantidad
es un múltiplo entero de
cierta carga básica o elemental. O sea, la carga eléctrica está cuantificada. En 1911
Millikan descubrió que la unidad de carga eléctrica es la carga del electrón. Dicho de
manera negativa: no hay electrones con carga fraccionaria. Esto es tan sorprendente como
lo sería el descubri­miento de que también hay una unidad natural de masa,
de modo tal que la masa de una partícula de cualquier clase
sería un múltiplo entero de la masa del electrón.
-Variables clásicas y operadores cuánticos, valores precisos y
distribuciones aleatoria
La teoría cuántica moderna fue construida por de Broglie, Heisenberg, Born, Schródinger,
Dirac y unos pocos más, entre 1924 y 1930. Esta teoría conserva los conceptos clásicos de
espacio, tiempo, m asa y carga eléctrica. En cambio, una de sus características es que
carece de los
conceptos clásicos de posición y momento precisos, por lo cual tampoco retiene los
conceptos clásicos de energía ni de momento angular. En lugar de éstos figuran operadores
que actúan sobre la famosa función de estado ip, formalmente parecida a la que en física
clásica representa una onda, por lo cual también suele llamársela función de onda. Este
parecido formal sugirió, al principio, que la mate­ria es ondulatoria: se habló de ondas
materiales. Pronto se comprobó experimentalmente que esto es efectivamente así en ciertas
condiciones. Pero en otras condiciones so­bresale el aspecto corpuscular. De modo que se
habla de la dualidad onda-corpúsculo.
-Clasones y cuantones: semejanzas y diferencias

Un cuantón está, en general, en un estado borroso, o de superposición de una infinidad


de estados (propios), cada uno de los cuales se caracteriza por un valor preciso de la
energía. Las analogías con la cuerda del violín y con la luz blanca son obvias.
Hay cosas intermedias entre cuantones y clasones, tales como
haces luminosos extremadamente débiles y moléculas de ta­maño intermedio, tales
como la de agua. Podemos llamarlos semicuantones o semiclasones. Las cosas de este
tipo son descriptas por teorías semiclásicas (o semicuánticas). En ellas la constante h de
Planck es despreciable.
LA INTERPRETACION ORTODOXA A
COPENHAGUE
Según la interpretación habitual o de Copenha­gue, en este caso el cuantón carece de
posición, ni siquiera dentro del elemento de volumen considerado. En general, se dice que
un cuantón no medido carece de propiedades: que las adquiere solamente cuando se las
mide, lo que a su
vez depende de la decisión del experimentador. La desigualdad de Heisenberg solía
interpretarse así: se decía que Ax y Ap son efectos de las operaciones de medición de x y
de p respectivamente. Por ejemplo, para localizar a un átomo se lo ilumina con un fotón, el
que aparta al átomo de su posición originaria al impartirle un momento extra.
Pero la interpretación de marras presupone que los cuantones poseen una posición y un
valor precisos antes de la medición, sólo que no se los conoce. Y también presupone que
la causalidad rige al nivel cuántico.
-Cuantificación de la energía: Planck, Einstein y Bohr

Al estudiar experimentalmente la electrólisis, Michael Faraday descubrió en 1833 que el


efecto químico (la canti­dad de materia depositada en un electrodo) de una corriente
electrolítica es proporcional a la cantidad de electricidad que pasa. A su vez, esta cantidad
es un múltiplo entero de
cierta carga básica o elemental. O sea, la carga eléctrica está cuantificada. En 1911
Millikan descubrió que la unidad de carga eléctrica es la carga del electrón. Dicho de
manera negativa: no hay electrones con carga fraccionaria. Esto es tan sorprendente como
lo sería el descubri­miento de que también hay una unidad natural de masa,
de modo tal que la masa de una partícula de cualquier clase
sería un múltiplo entero de la masa del electrón.
LA INTERPRETACION ORTODOXA A
COPENHAGUE
Según la interpretación habitual o de Copenha­gue, en este caso el cuantón carece de
posición, ni siquiera dentro del elemento de volumen considerado. En general, se dice que
un cuantón no medido carece de propiedades: que las adquiere solamente cuando se las
mide, lo que a su
vez depende de la decisión del experimentador. La desigualdad de Heisenberg solía
interpretarse así: se decía que Ax y Ap son efectos de las operaciones de medición de x y
de p respectivamente. Por ejemplo, para localizar a un átomo se lo ilumina con un fotón, el
que aparta al átomo de su posición originaria al impartirle un momento extra.
Pero la interpretación de marras presupone que los cuantones poseen una posición y un
valor precisos antes de la medición, sólo que no se los conoce. Y también presupone que
la causalidad rige al nivel cuántico.
RACIONALISMOY EMPIRISMO ,
ESCEPTICISMO Y CIENTIFICISMO :
¿ALTERNATIVAS O COMPLEMENTOS?
Cuando optamos por la alternativa racional no solemos preguntarnos en qué consiste la
racionalidad ni a qué se le opone. Este es un error, porque el término ‘racional’ es multívoco. En
efecto, en el lenguaje ordinario ‘racional’ se opone a ‘irreflexivo’, infundado, admitido sin
examen previo, o incluso opuesto a la experiencia o a la razón. En la tradición laica, lo racional
son el agnosticismo y el ateísmo, por oponerse a la fe religiosa, que es ciega o dogmática. En la
economía neoclásica y en algunas teorías politológicas, ‘racional’ es sinónimo de ‘egoísta’ o
‘maximizador de beneficios’. En la tradición filosófica, la razón se opone, ya a la empiria, ya a
la intuición. Finalmente, en epistemología se entiende que es racional todo cuanto se base, ya en
la experiencia razonada, ya en la argumentación rigurosa (lógicamente válida), y al mismo
tiempo incluya una dosis de escepticismo, esto es, la admisión de la posibilidad de error.
GUNNAR MYRDAL [1898 -1987 ], TEÓRICO
Y CONSTRUCTOR DEL ESTADO
BENEFACTOR
Gunnar Myrdal fue uno de los economistas y sociólogos más originales e influyentes de nuestro
siglo. Hijo de un empleado ferroviario, llegó a ser ministro de comercio en su Suecia natal, y su
obra científica le valió el premio Nobel de economía en 1974, que compartió a regañadientes
con el economista conservador Friedrich von Hayek. Su esposa Alva, socióloga, ganó el premio
Nobel de la paz por su lucha contra la carrera armamentista. Myrdal comenzó su carrera como
economista neoclásico, deslumbrado por el aparato matemático de esta escuela, a un tiempo
alejada de la realidad y defensora del privilegio económico. También hizo econometría, rama
más modesta y neutral de la economía, así como más apegada a la realidad. Pero la econometría
no le satisfizo porque se limita a establecer correlaciones y líneas de tendencia a corto plazo, las
que nada explican. Eventualmente Myrdal adoptó la doctrina macroeconómica de Lord John
Maynard Keynes. Según éste, y sus precursores suecos, el Estado tiene el deber de controlar la
economia para impedir las crisis económicas.
RESPUESTA DE MARIO BUNGE : ANTES DE
DICIDIR CÓMO ARMAR NUESTRAS FUERZAS
ARMADAS DEBIERAMOS DECIDIR PARA QUÉ
LAS QUEREMOS
Para Bunge la mejor contribución que pueden hacer las comunidades científico-técnicas
iberoamericanas a la defensa de sus respectivos países no es ofrecer sus servicios a las fuerzas
armadas sino repensar críticamente y desde el comienzo el problema de la defensa nacional
como un subproblema de problemas mucho más vastos e importantes: los problemas del
desarrollo nacional y de la cooperación nacional para el desarrollo y la paz. Nuestras consignas
no debieran ser «Servir a las fuerzas armadas», sino «Sirvan las fuerzas armadas»; no «Cada
nación para sí», sino «Todas las naciones iberoamericanas a una»; ni «Si vispacem, para
bellum», sino «Si vis pacem, para pacem». Nuestro ideal debiera ser la paz mundial a través del
desarme universal y de la cooperación económica y cultural para el desarrollo integral.
LA FILOSOFÍA TRAS LA PSEUDOCIENCIA
La pseudociencia está tan cargada de filosofía como la ciencia. Sin embargo, la filosofía
inherente a una de ellas es perpendicular a la que se atrinchera en la otra. En concreto, la
ontología de la ciencia es naturalista (o materialista), mientras que la de la pseudociencia es
idealista. La gnoseología de la ciencia es realista, mientras que la de la pseudociencia no lo es y
la ética de la ciencia es tan exigente que no tolera los autoengaños ni los fraudes que plagan la
pseudociencia. En suma, la ciencia es compatible con la filosofía procientífica esbozada en la
sección 2, mientras que la pseudociencia no lo es. Pero, ¿y qué más da?, puede que se pregunte
el lector. ¿Para qué sirve el ejercicio de patrullaje fronterizo arriba citado? Respuesta: puede
ayudar como advertencia de que un proyecto de investigación inspirado en una filosofía errónea
probablemente fracasará.
CORRESPONDENCIA, ANALOGÍA,
COMPLEMENTARIEDAD, SUPERPOSICIÓN Y REALIS
Todos concuerdan en afirmar que Bohr fue uno de los máximos científicos de todos los siglos. Lo que a
veces está en discusión es el valor relativo de sus aportes. Por ejemplo, el propio Bohr creía que su
máxima contribución había sido el principio de complementariedad, que, como vimos, ni siquiera existe.
En cambio, los físicos que acudían en peregrinación a su instituto, que se referían a Copenhague como la
Meca de la física cuántica, y que hablaban del «espíritu de Copenhague» casi como los cristianos hablan
del Espíritu Santo, valoraban su aporte de manera distinta. Ellos creían que el máximo aporte de Bohr fue
la interpretación estándar de la teoría cuántica en términos de experimentos reales e imaginarios así como
por analogía con la física clásica. A la distancia puede afirmarse que las principales aportaciones positivas
de Bohr, aparte de sus notables trabajos estrictamente técnicos, no son las que se acaba de mencionar.
Estas han sido efímeras, han retardado la comprensión correcta de la nueva teoría, y han reforzado la
filosofía fenomenista y por tanto semi subjetivista, que es incompatible con el realismo científico.
LA PSICOLOGÍA: ¿CIENCIA DEL SIGLO
XXI?
El gran problema abierto que está abordando la psicología científica es el de la naturaleza de la
mente. Este problema tiene, como se ha dicho de la psicología, un largo pasado pero una breve
historia. Hasta hace poco fue abordado exclusivamente por teólogos, filósofos y médicos. A
mediados del siglo pasado empezó a ser abordado de manera experimental, pero rara vez en
relación con la neurociencia. Recién a mediados de nuestro siglo empezó a ser abordado de
manera plenamente científica, esto es, de manera experimental teórica e interdisciplinaria, como
corresponde tratándose de un problema multifacético. En efecto, actualmente se ocupan del
problema la psicobiología, la etología cognitiva y la psicología social, además de dos disciplinas
clásicas, la psicofísica y la psicología cognitiva. Algunos de los investigadores que han hecho
aportes decisivos al estudio de la mente en el curso del último medio siglo han sido J. Piaget,
F.C. Bartlett, L.S. Vygotsky, A.R. Luria, W. Penfield, D.O. Hebb, D. Bindra, W.R. Uttal, L.
Weiskrantz, E. Warrington, M. Mishkin, E. Póppel, J. Delius, F. Nottebohm, J.L . Gould y P.
Marler.
BIBLIOGRAFÍA:
Libro: Filosofía de la tecnología y otros ensayos
Autor: Mario Bunge
Editorial: Fondo Editorial de la UIGB
Editor: Lucas Lavado

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