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Huelgas de la Patagonia

• Alumnos: Florencia Gutierrez, Daniela Gutierrez, Julieta Sequeira,


Tadeo Carnevale y Alan Almonacid.
• Espacio curricular: Historia.
• Docente: Liliana García.
• Curso: 3° Inf.
• Escuela: Industrial n°4 “José Menéndez”.
Indice
• Causas de las huelgas (diapositiva 3)
• Primera Huelga (diapositiva 4)
• Intermedio del conflicto (diapositiva 5)
• Segunda huelga (diapositiva 6)
• Llegada de Varela (diapositivo 7)
• Conclusión y consecuencias de las huelgas (diapositiva 8)
Causas de las huelgas
• Crisis económica, luego de la Primera Guerra Mundial:
• El precio de la lana se desbarranca, hay falta de compradores y la lana se acumula; lo que
provoca que los estancieros no tengan casi ganancia.
• Los asalariados son los más afectados y hay una gran cantidad de despidos.
• Los trabajadores eran explotados.
• Tenían una jornada laboral de entre 12 y 16 horas diarias.
• Los salarios eran ínfimos y se pagaban en bonos que solo pueden ser utilizados en los
negocios de sus patrones, o en moneda extranjera.
• Solo tenían como día de descanso el domingo.
• Descansaban multiples trabajadores en un mismo lugar.
• No había una autoridad pública ni controles a los patrones.
Primera Huelga
• El detonante de esta primera huelga ocurrio en septiembre de 1920 cuando la Sociedad Obrera de Río
Gallegos pidiera permiso para realizar un acto en homenaje a un fusilado en España y luego de que fuese
denegado la sociedad obrera fue allanada. La respuesta de la Sociedad fue un paro de 48 hs y exigieron
mejores condiciones de trabajo y el reconocimiento de la sociedad obrera. Los patrones fracasaron al
intentar imponerse a ellos, por lo que aceptaron parte de las reivindicaciones de los trabajadores, a
condición de que los delegados sean elegidos de común acuerdo con ellos. Por un lado, los delegados lo
aceptaron; sin embargo, Soto y su grupo no.
• El paro siguió y se declaró la huelga en Puerto Deseado en diciembre y se sumaron los trabajadores de “La
Anónima”. Se producieron enfrentamientos y tomas de estancias en las que varios huelguistas fueron
asesinados, heridos y detenidos. En el norte, los diarios escribieron sobre el “Bandolerismo” y la anarquia de
la patagonia; y en respuesta a esto, Yrigoyen mandó al teniente coronel Héctor Benigno Varela a “pacificar”
la situación y a un nuevo gobernador interino el capitán Ángel Ignacio Yza. Varela ordenó la rendición
incondicional y las patronales firman una propuesta reconociendo la organización de los peones. La mayoría
de la peonada acepta y se levanta la huelga.
Intermedio del conflicto
• Los estancieros, comerciantes y capitalistas patagónicos de la sociedad rural abrieron una ofensiva contra los obreros de la
Sociedad Obrera y los que estaban en favor de estos. En respuesta, estos últimos denunciaron por medio del periódico “La
Verdad” los contratos injustos que el frigorífico estadounidense Swift hacía firmar a los obreros; siendo el frigorífico el
ganador de esto. Por otro lado, la FORA (Federación Obrera Regional Argentina) atacaba constantemente la Sociedad
Obrera, logrando que se dividiera.
• A pesar de los triunfos parciales que tuvo, la Sociedad Obrera mostró cierta debilidad, y ahora Yza no los reconocía como
interlocutores válidos, reconociendo solamente a los de la FORA sindicalista.
• La Sociedad Rural comenzó a mover sus influencias en Buenos Aires, y propició una campaña en algunos periódicos
importantes para denunciar el peligro anarquista, el bandolerismo y la posibilidad de que el Gobierno chileno intentase
apoderarse de la región de Santa Cruz. La FORA, para evitar que el conflicto se agrave en otras regiones, intentó conformar
un gremio autónomo en el interior de la provincia y repartió una gran cantidad de volantes en la región de Lago Argentino.
Por esto, Soto fue por toda Santa Cruz para enclarecer la naturaleza del conflicto y el incumplimiento del acuerdo con Yza
por parte de la patronal a los obreros de la región; haciendo que fracasara la maniobra de la FORA.
• El Consejo Rojo, dirijido por Alfredo Fonte “El Toscano”, actuó por su cuenta, perpetrando asaltos, saqueos y toma de
rehenes, de forma sorpresiva y violenta. Soto no estuvo de acuerdo con esto ya que solo le daba motivos a la Sociedad
Rural de atacarlos. Por lo tanto, ambos rompieron relaciones por completo. El Toscano fue capturado el 8 de Octubre
siendo denunciado por los obreros.
• Soto fue en campaña por distintas regiones, teniendo una adhesión aplastante entre los obreros rurales, pero ahora no
tenían apoyos externos ni fuerza en los puertos, ya que preferían a la FORA.
Segunda Huelga
Las reivindicaciones no se cumplieron, los presos,
siguieron detenidos, se persiguió a activistas, se
cerraron locales y se deportaron trabajadores; por lo
tanto, se proclamó la huelga general. De esta forma,
da inicio la segunda huelga y esta vez lucharían por
los presos políticos. Se radicalizaron y extendieron las
tomas de estancias y requisas de armas y comida. El 5
de noviembre de 1921, Río Gallegos estaba
completamente paralizado y hubieron marchas de
miles de obreros con banderas anarquistas. Exigían
volver a los tiempos donde unos mandaban y todos
los otros obedecían.
El gobierno decidió enviar nuevamente a Varela a
Santa Cruz; sin embargo, ahora tenía a cargo unos
200 soldados bien pertrechados del Regimiento 10°
de Caballería “Húsares de Pueyrredón”. La otra parte
del regimiento, estaba a cargo de Elbio C. Anaya.
Llegada de Varela
Varela y sus subordinados fueron fusilando o tomando prisioneros a los huelguistas que
encontraban. Ellos pasaron por Río Gallegos, El Cifre, y varios parajes. En las cercanías de
Punta Alta atacaron a un centenar de huelguistas, matando a 5 huelguistas y tomando
prisioneros unos 80, cuya mitad fue fusilada aproximadamente.
Por otro lado, Outerello y su columna de 400 huelguistas se dirigieron a Paso Ibáñez y
ocuparon el poblado. Luego de tomar rehenes y resistirse a las tropas de la marina con
éxito, Outerello solicitó parlamentar con Varela, y los huelguistas demandaron la libertad
de los compañeros presos y de los deportados, y el cumplimiento del pliego de
condiciones que la patronal había firmado; sin embargo, Varela les respondió que debían
rendirse incondicionalmente. Mientras los obreros deliberaban, Varela los atacó en Río
Chico, provocando el fusilamiento de decenas de huelguistas. Luego tendieron una
emboscada al grupo de Outerello (el cual había huido), que resultó muerto junto a una
decena de obreros; mientras que las tropas de Varela no sufrieron bajas.
Las tropas dirigidas por el capitán Viñas comenzaron una “limpieza” de activistas,
fusilando a todos los que encontraran en su camino. En La Leona se entregaron
voluntariamente unos 100 huelguistas, mientras que unos 80 siguieron a Soto a la
estancia La Anita. Viñas Ibarra luego de alcanzarlos les exigió una rendición incondicional.
Decidieron rendirse, a excepción de Soto y otros 12 compañeros que huyeron a Chile, y
fueron fusilados entre 100 y 200 obreros. Por otro lado, Viñas Ibarra recorrió la región
capturando y fusilando a los últimos huelguistas dispersos en la región.
Conclusión y consecuencias de
las huelgas
Solo quedaba un grupo de huelguistas activos dirigido por Facón Grande,
el cuál dividió las fuerzas en dos: una de 300 hombres que se dirigieron al
sur de Puerto Deseado, en Bahía Laura, y la otra a Pico Truncado. Lograron
ocupar Las Heras y pusieron a cargo al delegado Antonio Echevarría; el
cuál sería fusilado junto con otros dirigentes huelguistas a manos de los
hombres de Varela, los cuales retomaron Las Heras el 18 de diciembre. El
20 de diciembre, Varela se enfrentó a los huelguistas que pusieron
resistencia. Un soldado murió, dos salieron heridos, murieron tres
huelguistas y varios terminaron heridos. Varela se vio forzado a desistir y
prometió acceder a sus demandas y respetar sus vidas si se rendían; a lo
que los obreros accedieron. No obstante, Varela fusiló a Facón Grande, a
Leiva y al menos a medio centenar de obreros, rompiendo su promesa de
paz. Luego de esto, persiguieron a los huelguistas restantes dispersos por
Santa Cruz.
En total resultado de todo el conflicto fueron fusilados entre 300 y 1500
obreros y huelguistas. Esto intentó mantenerse oculto, perose intentó
largar a la luz lo sucedido. Sin embargo, solo unos meses después, todo lo
ocurrido cayó en el olvido.
Varela fue asesinado por Kurt Wilckens el 27 de enero de 1923, tirándole
una bomba de percusión a los pies y luego disparándole cuatro balazos.

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