• La semana pasada celebramos la venida del Espíritu Santo con la fiesta de Pentecostés. • El espíritu Santo nos trajo de regalo dones. • Cuando ponemos en práctica los dones que Dios siembra en nosotros y nos esforzamos para ser mejores, estos dones se convierten en frutos. • Por ejemplo, si ayudamos a alguien, aunque nos cueste, veremos que después nos sentimos contentos. Ese don de la fortaleza fructificó en el fruto de la alegría. Frutos del Espíritu Santo
• Los frutos son regalos de Dios y sólo
con nuestro esfuerzo no podemos hacer que crezcan o se desarrollen. Necesitan de la acción directa del Espíritu Santo para poder actuar con ellos en nuestra vida. Actividad: • Los invitamos a que cada uno haga su propio germinador en el que pondrá 2 o 3 semillas (vaso o frasco, semillas, algodón). • Durante este tiempo que estaremos en cuarentena, la cuidarán, regarán y le darán los cuidados necesarios para que crezca, se ponga fuerte y dé fruto. • A la par ustedes harán un compromiso. Lo escribirán en un papel que dejarán debajo del frasco o vaso. Cada vez que cuiden la semilla recordarán su compromiso (actitudes, ayuda concreta, etc.) • ¡Anímense! Cierre
Dios quiere que tratemos de ser mejores personas siendo
un aporte a nuestra sociedad. Jesús nos ofrece su amor sin límites y nos regala los dones y frutos del Espíritu Santo par ayudarnos a lograrlo. • Oración: Espíritu Santo ven a nuestro corazón para ser sembradores de un mundo mejor donde reine la justicia y la paz.