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“Competencias

parentales”
Margarita Chavira R.
Celia María Flores Hernández

Cd. Juárez, Chih. Julio del


2010
Propósito del módulo

• Que las participantes examinen las


bases de una parentalidad sana, bien
tratante y resiliente a partir del
reconocimiento del derecho de los niños
y las niñas a que sus necesidades sean
satisfechas.
Objetivos del Módulo:
Que discutan los niveles de responsabilidad que padres,
cuidadores y demás adultos tenemos en el destino de los niños y las
niñas.
Que reconozcan las necesidades de niños y niñas para un
crecimiento sano y armonioso.

Que revisen las competencias parentales y su relación con


el crecimiento sano y armonioso de los niños, niñas y adolescentes.
( entre ellas las prácticas de crianza)

Que analicen la relación entre las incompetencias parentales


y los malos tratos hacia los niños y niñas.

Que reflexionen acerca de los efectos de los malos tratos


en la vida de los niños, las niñas y los adolescentes.
Contenidos:
¿De quién es responsabilidad el destino de los niños y las
niñas?
Necesidades de los niños y las niñas para crecer sana y
armoniosamente.
Competencias parentales (¿qué son y de dónde surgen?).-
Parentalidad sana, bien tratante y resiliente.
Prácticas de crianza basadas en el apego y expresión de
sentimientos y emociones.
Incompetencias parentales (¿por qué se presentan?)
Relación entre las incompetencias parentales y los malos
tratos a los niños, las niñas y los adolescentes.
Los efectos de los malos tratos en el desarrollo de los niños,
las niñas y los adolescentes.- Trastornos del apego.
Hacia una Tutoría Sana, Bien tratante y resiliente.
Salir adelante a pesar de todo.- “Los patitos feos” Una
infancia infeliz no significa necesariamente una vida perdida”.
Metodología

• Dialoguemos
• Participemos
• Analicemos historias o relatos sobre la vida de los niños y las niñas.
• Transitemos paralelamente el camino de la comprensión de “los
otros” y el de la comprensión de “nosotros”.

• Referencias Bibliográficas:
• “Los buenos tratos a la infancia”
• Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan
• Gedisa 2005
• “Cómo poner límites a tus niños sin dañarlos”
• Ma. Angélica Verduzco Álvarez Icaza, Esther Murow Troice
• Ed. Pax México 2001

¿Qué necesitan los niños y niñas para
crecer sana y armoniosamente?
• 1) Necesidades fisiológicas.- existir,
permanecer vivos con salud, comer en
cantidad y calidad suficiente, vivir en
condiciones adecuadas, estar protegidos de
peligros reales, tener asistencia médica,
ambiente que permita actividad física sana.
• 2) Necesidad de lazos afectivos efectivos y
seguros.- Vínculos seguros, aceptación, ser
importante para los demás.
• 3) Necesidades cognitivas.- Estimulación para
aprender, experimentación, refuerzo de su
aprendizaje.
• 4) Necesidades sociales.- Comunicación,
consideración (respeto), estructuras (normas
sociales legítimas), reglas familiares,
jerarquías, modular sus emociones.
• 5) Valores.- El respeto a la vida, a los seres
vivos, a los derechos humanos. Una ética que
les haga responsables de sus actos.
Los buenos tratos (BT) en
la niñez y la adolescencia
están asociados a la
integración de una vida
adulta sana constructiva y
feliz, por lo tanto,
permitirá establecer
relaciones conyugales,
parentales y sociales
basadas en modelos de
buenos tratos hacia sí y
hacia otros.
En cuanto al “buen tratante”, la biología
plantea que el buen trato es
potencialidad de cualquier comunidad
humana (hormonas). En cuanto al “ bien
cariño, la
tratado”, considera que el
estimulación y los cuidados que el
niño recibe del adulto (especialmente antes de
los tres años), repercute en la maduración del
cerebro y del SN, así como en el
desarrollo de funciones mentales necesarias
para el aprendizaje, la adaptación
al entorno y la participación en relaciones
afectivas basadas en respeto y
reciprocidad
Por otro lado, existe la explicación social del buen trato

Recursos comunitarios Competencias parentales

BI = BT = RESILIENCIA
Factores contextuales Necesidades Infantiles

Así entonces que el desarrollo sano de los menores, es


consecuencia del predominios de experiencias de buenos
tratos que han conocido en su vida.
Desde las Competencias Parentales…

El BT es resultado de la existencia
de competencias parentales
(capacidad práctica de los
padres para proteger, cuidar y
educar a sus hijos,
asegurándoles un desarrollo
sano) que a su vez resultan de las
experiencias de BT que los adultos
conocieron en su niñez. Así, el
maltrato infantil seria el resultado
de la incompetencia en el ejercicio
de la función parental.
• El origen de las competencias parentales

Factores hereditarios + experiencias de buen o mal trato especialmente en


la infancia y adolescencia.

Los padres bientratantes ejercen una actividad parental prácticamente


mecánica, resultado de las dinámicas socio-familiares sanas de las que aprendieron
respuestas adecuadas a las necesidades su sus hijos que además de diversas son
evolutivas.
• Evaluación de la parentalidad

Se revisa la capacidad de los padres para satisfacer las necesidades


múltiples y evolutivas y cuando no hay competencias parentales, brindar
apoyo.

• Componentes evaluables de la parentalidad.

1)Capacidades parentales fundamentales: capacidades determinadas por


la biología y genética y que son modulados por la experiencia vital e
influenciados por cultura y contexto social.

2 ) Las habilidades parentales


Las capacidades parentales fundamentales son :
• Capacidad de apegarse a sus hijos

Son los recursos emotivos, cognitivos y


conductuales que los progenitores poseen
para apegarse a sus hijos, es decir para
desarrollar un vinculo entre padre/madre
e hijo.
La capacidad de apego no solo responde a
sus características genéticas, sino a las
propias experiencias de apego y la historia
de vida de cada padre/madre.
• Empatía

Capacidad de percibir las vivencias


internas de sus hijos a través de la
comprensión de sus manifestaciones
emocionales y gestuales.

Quien es capaz de sintonizar el


mundo interno de su hijo, puede
responder adecuadamente a sus
necesidades.

Habitualmente ante la falta de


apego, se presenta la falta de
empatía.
• Modelos de crianza
Son las formas de percibir y
comprender las necesidades
de los niños, así como las
respuestas para satisfacer
estas necesidades y las formas
prácticas para protegerles y
educarles.
Los modelos de crianza son
influenciados por la cultura y
las condiciones sociales de los
padres, y los déficits en esos
modelos (cualitativo y
cuantitativo) son indicadores
de incompetencia parental y
están vinculados a
experiencias de maltrato en la
infancia de los padres.
• Capacidad de participar en redes sociales y de utilizar
recursos comunitarios

Capacidad de pedir, aportar y recibir


ayuda de sus redes familiares y sociales,
incluyendo las redes institucionales y
profesionales que procuran el bienestar
infantil.
La parentalidad es también resultado
de una práctica social, por lo que se
vuelven importantes las instituciones
que apoyan la parentalidad en las
familias.
Indicadores de una relación de buenos tratos de los
padres con sus hijos e hijas

• Las madres y padres competentes ofrecen a sus hijos un


apego seguro y reaccionan con empatía frente a las
demandas de satisfacción de sus necesidades, pero al
mismo tiempo mantienen la autoridad necesaria para
protegerles y educarles.
• La proximidad física, las manifestaciones afectivas y las
demostraciones de ternura son vividas placenteramente.
• Los padres tienen un sentimiento de echar de menos a su
hijo o hija cuando está lejos o ausente, pero son capaces de
respetar sus procesos de autonomía.
• Demuestran explícitamente la alegría y el placer de su
presencia. Sonríen, favorecen los contactos físicos con él y
se dan tiempo no sólo para hablar, sino también para
conversar con sus hijas e hijos.
• Manifiestan interés y placer al descubrir cómo sus bebés se
comunican con el entorno. Por ejemplo, sonreír, seguir con
la mirada, balbucear, llorar para obtener lo que necesitan.
• Les emociona constatar los esfuerzos que hacen para
avanzar en el desafío de su desarrollo. Por ejemplo, tratar
de moverse en la cuna, intentar sentarse, los ensayos antes
de alcanzar la posición bípeda o caminar
Indicadores de una relación de buenos tratos de
los padres con sus hijos e hijas
• Mas tarde se interesan por la emergencia de la
palabra en sus hijos, no sólo de lo que dicen, sino
también las explicaciones que se construyen sobre
lo que van descubriendo y sobre los interrogantes
que se plantean.
• Les protegen en situaciones de peligro y previenen
los riesgos inútiles organizando el entorno.
• Son sensibles a su sufrimiento emocional.
• Conocen a sus hijos e hijas: gustos, intereses,
amigos, costumbres, habilidades, etc.
• No sustituyen a sus hijos e hijas ni les dejan solos
por el éxito profesional, por poseer bienes
materiales o por sus aficiones o pasatiempos.
• Los hijos e hijas tienen una importancia
trascendental en sus vidas, y por esto son capaces
de respetar sus procesos de diferenciación,
acompañándoles en los momentos de progreso y
regresión.
La parentalidad disfuncional,
incompetente y maltratante
• La presencia de incompetencias parentales siempre está asociada a los malos tratos
infantiles. En familias caracterizadas por la transmisión de una cultura de malos tratos,
predominan las paradojas constantes en la comunicación de los padres con sus hijos e hijas
“eres mi hijo/hija y te maltrato”.
Las competencias parentales forman
parte de la parentalidad social, que no
siempre va de la mano con la
parentalidad biológica.

La incompetencia parental se puede


explicar por las historias personales,
familiares y sociales de esos padres, que
en su mayoría fueron víctimas de maltrato
infantil, de medidas de protección inadecuadas o inexistentes , de
institucionalización masiva, de perdidas y rupturas, de antecedentes de
enfermedad mental de uno o los dos padres, de pobreza, de exclusión
social, etc.

La incompetencia parental puede producir daños diversos, entre ellos “el


dolor invisible de la infancia “ que sin protección ni tratamientos
oportunos pueden formar adolescentes que expresan su sufrimiento por
medio de la violencia, la delincuencia, el abuso sexual o las adicciones.
Las características de la parentalidad
maltratante
• 1) Deficiencias en la función nutridora.- Como la
base de sus dificultades son los trastornos del apego
y la empatía, no ven a sus hijos como personas con
necesidades y con derechos y no los satisfacen o
bien presentan “intoxicación de cuidados”
• 2) Deficiencias en la función socializadora.- No
pueden representarse y comunicar evaluaciones
positivas a sus hijos e hijas. No reconocen
cualidades, valor, capacidades, porque a su vez no
fueron reconocidos. Tienen una identidad
desvalorizada y vulnerable que se expresa en
comportamientos negligentes o abusivos, de
dominación “tú eres los clavos de mi ataúd y me
conducirás a la tumba” Los hijos de padres
incompetentes son más dependientes de estos, en
comparación con los hijos de padres y madres
competentes (por las fuerzas emocionales
centrípetas que dificultan la emancipación).
• 3) Deficiencias en la función educativa.- Los sistemas
de modulación emocional y conductual que los
niños necesitan se ejercen a través de formas de
agresión, amenazas, castigos corporales, privación
de la libertad, aislamiento emocional, exclusión, etc.
y se derivan en Modelo autoritario o Modelo
permisivo con los consiguientes estilos: represivo
autoritario, permisivo indulgente, permisivo
negligente
Tipología de la parentalidad disfuncional,
incompetente y maltratante
1) La parentalidad mínima.- Existen recursos de
apego, modelos de empatía y de crianza que
aunque imperfectos muestran que se aceptan los
derechos y necesidades de los niños y niñas.
2) La parentalidad parcial.- Los padres y madres
tienen deficiencias importantes en los ámbitos
indispensables para ejercer la parentalidad
mínima, pero desean “sacar adelante a sus hijos”
(generalmente son las madres) buscan ayuda.
3) Parentalidad disfuncional, severa y crónica.-
Padres y madres ausentes con trastornos en la
empatía, las relaciones y cuidados son inestables,
son inaccesibles para los hijos, falta de
estimulación en el crecimiento y evolución de los
niños (as), déficit en los modelos de crianza,
comunicación incoherente y contradictoria. Por
tanto no ofrecen seguridad y fiabilidad sino
desconfianza y ansiedad.
4) La parentalidad tóxica.- Madres y padres que
necesitan dañar a sus hijos para resolver sus
problemas personales
• Buenos tratos y resiliencia

La resiliencia es la capacidad de una persona o un grupo para desarrollarse


bien, para segur proyectándose en el futuro a pesar de los acontecimientos
desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves
(Manciaux, Vanistendael, Lecomte y Cyrulnik, 2003)

La resiliencia es uno de los objetivos tanto en la promoción del BT, como en las
intervenciones de reparación de daño en niños y jóvenes victimas de maltrato y en la
rehabilitación de las competencias parentales.

La presencia de por lo menos un progenitor competente en la parentalidad, puede


explicar en gran parte la resiliencia en una persona. La parentalidad competente y
resiliente trata de ayudar a los hijos a hacer frente a los sucesos dolorosos que les toca
vivir, logrando que incorporen las dificultades perturbadores y les den un sentido.
Un padre competente y resiliente se caracteriza por su presencia afectiva y autoridad en
los cuidados de sus hijos, por su flexibilidad, capacidad para enfrentar y resolver
problemas, habilidad de comunicación y destrezas para participar en redes sociales de
apoyo.
Los adultos competentes y resilientes
que no son precisamente los padres,
juegan un papel fundamental cuando
éstos se hallan en estado de
incapacidad o indispuestos ya que
pueden compensar las carencias de
cuidados de los padres y ser tutores
de resiliencia.
En la escuela, el maestro, el director
(a), el personal de cocina, etc.,
pueden también ejercer un papel
importante en el desarrollo de las
capacidades de los niños al brindarles
confianza, afecto, respeto,
reciprocidad, autoridad, etc.
 
“Una sola mirada puede bastar”
“Un niño herido no está condenado a
convertirse en un adulto fracasado.
No todo se juega antes de los tres
años. No todo está decidido a los
seis. Un niño maltratado no tiene
porqué convertirse en un padre
violento”

“Para que la fantasía, la creación


artística o el don puedan sanar la
herida de un niño, la sociedad adulta
tiene que estar preparada para
acogerlo y para acompañarlo tal como
es, con sus particularidades de niño y
de traumatizado. Cuando se recupera
el lazo social (y a veces el contacto
con UNA SOLA PERSONA es
suficiente), cuando el niño logra
convertirse en alguien que da, sólo
entonces el patito feo podrá
transformarse en cisne”
“Tratar bien a un niño es también darle los utensilios para que desarrolle su
capacidad de amar, de hacer el bien y de apreciar lo que es bueno y
placentero. Para ello debemos ofrecerles la posibilidad de vivir en contextos
no violentos, donde los buenos tratos, la verdad y la coherencia sean los
pilares de su educación”

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