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Adaptación
sensorial rápida y
lenta.
Los órganos del huso muscular son estructuras sensoriales incrustadas en los
músculos esqueléticos, las cuales proporcionan al SNC información referente a
la longitud del músculo. Los usos musculares se adaptan con rapidez a cambios
de longitud, pero siguen emitiendo señales con un estímulo sostenido. El rango
de emisión de señales decrece con lentitud durante el estímulo, ya que los husos
musculares se adaptan en forma paulatina.
El sistema nervioso favorece la recepción de cambios ambientales, no obstante,
es susceptible de prestar más atención a cualquier cambio reduciendo los
mensajes que indican la presencia de un estímulo. La adaptación ocurre en
numerosos niveles, del tejido accesorio anterior al receptor de potencial, el
receptor de potencial mismo, el mecanismo codificador que inicia los
potenciales de acción y numerosas sinapsis superiores en las cuales el mensaje
entrante se integra con otras señales. La adaptación a la luz se debe a la
contracción de las pupilas, a fotoblanqueamiento de los pigmentos y a
retroalimentación que regula los pasos de la cascada bioquímica.
Muchos sentidos cuentan con alguna forma de “control eferente”. El
sistema nervioso simpático puede liberar norepinefrina en el
corpúsculo de Pacini, que incrementará su sensibilidad a estímulos
mecánicos. Los órganos de huso muscular poseen nervios eferentes
(nervios motores y) que establecen el rango de longitudes a los cuales el
nervio sensorio es más sensible. Hay células pilosas motoras en el oído
que amplifican en forma selectiva la sensibilidad de las células pilosas a
sonidos específicos. En el ojo hay muchos controles para asegurar que
el objeto de interés sea enfocado de manera adecuada en una porción
apropiada de la retina, a pesar de los cambios espaciales de la posición
de la cabeza.
Conceptos Claves