No es desconocido el orden que desde la religión se le ha impuesto a la mujer al crear un papel especifico para ella. Esto procede desde uno de los pilares del cristianismo más importantes como lo son las sagradas escrituras. Desde la narración de su creación, la mujer siempre ha estado sumida a la figura del hombre, de hecho, surgió por su deseo "Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.»" (Génesis 2: 18). También es notorio la orden de sumisión dad como una orden que viene de dios: "Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo." (Efesios 5: 21-23), y desde ahí se debe obedecer al hombre como la cabeza de la familia "Sin embargo, quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios" (1 Corintios 11: 3). Incluso, el papel de la mujer está directamente asociado con la entrada del mal en el mundo por el pecado original “Y Adán no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada completamente, cayó en transgresión” (1 Timoteo 2: 14). z Dentro de la espiritualidad cristiana y católica la mujer es relegada al papel de la maternidad, su principal ‘función’ dentro del mundo es engendrar y cuidar del bienestar de sus hijos y esposo. Esto solo denota que el cristianismo se basa en una estructura patriarcal en donde la mujer está relegada al servicio y función de los intereses masculinos. Prueba de ello es que el oficio sacerdotal solo puede estar administrada por los hombres, incluso, las más grandes congregaciones religiosas femeninas siempre tienen al lado la figura de un hombre como director espiritual o guía. Incluso, desde la misma concepción de la familia se sigue con esa concepción nacida desde la biblia y reafirmada por toda la doctrina y dogmática católica, en la que la mujer debe de ser la figura que acompaña, cuida y sirve a la figura del hombre que es la cabeza de la familia. Estas formas han calado hasta el día de hoy y en la actualidad es muy común ( y mas en el contexto paisa) ver a las mujeres todavía dependiendo no solo económica, sino principalmente emocional, profesional y familiarmente de su marido. "Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo." (Efesios 5: 21-23)