Seguramente, puede haber habido veces en las que todos
nos hemos preguntado sobre nuestro destino y la razón de nuestra presencia en este mundo. ¿Por qué estamos en esta tierra? ¿Cuál es el propósito de nuestra presencia en este mundo? ¿Cuáles son los pensamientos de Dios sobre nosotros? Hoy, quiero ver con ustedes lo que la Palabra de Dios dice sobre las preguntas anteriores, para que podamos apreciar mejor las verdaderas respuestas que ésta da. Escogidos antes de la fundación del mundo. Efesios 1:3-6 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado” Dios nos escogió en Cristo ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él en amor. El hecho de que estemos aquí y de que conozcamos a Dios no es “accidental”. Dios nos escogió antes de la fundación del mundo Él nos escogió en Cristo para ser SUS HIJOS, santos y sin mancha delante de Él. El envolvimiento del Señor concerniente a nuestra presencia en este mundo, también es evidente en el Salmos 139:13-16 “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.” Dios nos había visto antes de que naciéramos. Todos los días planeados para nosotros fueron escritos en Su libro mientras nada de eso había aún sucedido. Sus ojos vieron nuestro embrión y Él nos dio la forma que hoy tenemos. Nos hizo de una forma maravillosa y sorprendente. Sus obras son maravillosas y somos una de ellas. Pero el Salmos 139 no termina ahí. Tomándolo desde el principio leemos: Salmos 139:1-3 “Oh Jehová, Tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos” El Señor sabe todo de nosotros. Entiende nuestros pensamientos desde lejos y para Él no hay nada oculto. Todo lo que hacemos, y todo lo que pensamos es enteramente conocido por Él. Y el mismo Salmo continúa: ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano. Dios nos ha rodeado por delante y detrás y Su mano está puesta sobre nosotros. Cada uno de nosotros es un hombre que DIOS escogió, DIOS formó y del cual DIOS cuida y conoce todo, incluso nuestro sentar y levantar. Siempre está con nosotros y no hay ningún lugar donde él no esté. Sentado en los lugares celestiales Pero la visión del Señor para nosotros no trata solamente de esta pequeña vida. De hecho, como 1a Pedro 2:11 dice, somos extranjeros aquí. Y como dice: Filipenses 3:20:21 “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas” Nuestro verdadero hogar está en los cielos. Ahí es a donde pertenecemos, y ahí es donde está nuestra verdadera ciudadanía. Ahí está lo que Dios ve, sentado junto con el Señor Jesucristo: Efesios 2:4-7 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús” Desde el punto de vista de Dios, ya estamos sentados en los lugares celestiales junto con Cristo. Él es nuestra visión y Aquel sobre el cual debemos poner nuestros ojos. Como dice en Hebreos 12:1-2 “y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” CONCLUSIÓN Como queda claro de lo anterior, no somos gente que simplemente está ahí, sin un propósito en la vida. Dios nos predestinó y nos escogió en Cristo ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO. Él te ha escogido y fue Él, el que te dio la forma que tienes. Como todas Sus obras, tú también eres MARAVILLOSO. Él personalmente estaba en tu formación y vio tu cuerpo antes de que fuera formado. Todos los días planeados para ti están escritos en Su libro antes de que hayan sucedido. No eres un accidente en este mundo. No eres parte de una multitud sino una maravillosa creación de Dios. Eres un hijo de Dios escogido por Él antes de que el mundo empezara, Dios está contigo rodeándote y no hay lugar en el que estés y Él no esté ahí. DIOS te ama amigo mío, y te ama tanto que nada puede separarte de Su amor. Sus pensamientos para ti son incontables. Multiplican cualquier número. Su presencia no trata de sentimientos si no de una realidad sin cambio. Dios no está contigo cuando tienes ganas y desaparece cuando no tienes ganas, está contigo si tienes ganas o no. Te ama aunque te sientas digno o no de su amor. Eres Su hijo independientemente de cuanto lo sientas. Esa es la palabra de Dios, la VERDAD, dice y la verdad es independiente de los sentimientos. Te ha dado vida eterna y vas a estar con Él por siempre. Aunque otros solo fluyan en la corriente de la vida, sin objetivo y sin propósito, tú tienes un propósito: HACER LA VOLUNTAD DE TU PADRE, hacer lo que a Él le agrada. Correr la carrera consistentemente sin concentrarse en las cosas de ésta tierra sino en las cosas de arriba de donde tu Salvador, el Señor Jesucristo viene. Ahí perteneces y ahí estarás por siempre.