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Curso Integral de

Expresión Escrita
Escuela de Edición de Lima, 2021
Ejercicios de repaso
Ejercicio 1. Divida las palabras en sílabas, identifique la sílaba tónica e identifique el tipo de regla de
acentuación que aplica para la palabra (aguda, grave, esdrújula, hiato acentual, monosílabo, etc.). Luego,
acentúe en caso de ser necesario.
Palabra Silabeo Sílaba tónica Regla Aplicación
descuento des-cuen-to cuen grave descuento
ahinco  a-hin-co  hin  grave (hiato)  ahínco
anestesies  a-nes-te-sies  te  grave  anestesies
convoy  con-voy  voy  aguda  convoy
records  re-cords  re  grave  récords
miau  miau  miau  monosílabo  miau
tictacs  tic-tacs  tacs  aguda  tictacs
construir  cons-truir  truir  aguda  construir
paranoia  pa-ra-no-ia  no  grave  paranoia
amariais  a-ma-ri-ais  ri  hiato acentual  amaríais
casuistico  ca-suis-ti-co  suis  esdrújula  casuístico
Ejercicios de repaso
Ejercicio 2. Divida las palabras en sílabas y escriba junto a cada palabra si es hiato o si es diptongo. Tilde
cuando corresponda.
real re-al hiato real
hablais  ha-blais  diptongo habláis
pua  pu-a  hiato acentual  púa
puntapie  pun-ta-pie  diptongo  puntapié
lio  li-o  hiato acentual  lío
suave  sua-ve  diptongo  suave
aunque  aun-que  diptongo  aunque
mareo  ma-re-o  hiato  mareo
boina  boi-na  diptongo  boina
reir  re-ir  hiato  reír
vuela  vue-la  diptongo  vuela
buho  bu-ho  hiato acentual  búho
industria  in-dus-tria  diptongo  industria
actua  ac-tu-a  hiato acentual  actúa
Ejercicios de repaso
Ejercicio 3. Coloque tildes a las palabras que deban llevarla.

a. Quien bien te quiere te hará llorar.


b. La memoria es como el mal amigo; cuando más falta te hace, te falla.
c. A quien Dios no le dio hijos, el diablo le dio sobrinos.
d. Más vale un "toma" que dos "te daré".
e. Dime con quién andas, y te diré quién eres.
f. Del que te dé y te quite, el infierno te desquite.
g. Solo sé que no sé nada.
h. Sííííííí, acá estoy.
i. Las utopías no impedirán que tengamos dudas sobre cómo pensar el mundo.
j. Cuanto más pienso en las invenciones construidas, más quiero que algún vendaval las disperse.
k. Únicamente encontró un conejo. Y Alicia aún se pregunta que habrá tenido esa taza de té y de qué
lado del espejo estaba.
Ejercicios de repaso
Ejercicio 3. Coloque tildes a las palabras que deban llevarla.

l. Quiero que me dé una respuesta. No sé cómo no dio las explicaciones cuando se las pedimos.
m. No sabía dónde había dejado su billetera.
n. Cesar cortó el césped con una máquina eléctrica.
o. El farmacéutico le explicó cómo debía tomar el remedio.
p. Ya hacía veintiséis días que había dejado el cigarrillo.
q. El examen para obtener el carné es teórico-práctico.
r. Si puedo elegir, prefiero el té al café.
s. Un sinfín de preguntas se agolparon en su cabeza.
t. Sí, quiero saber qué te dijo y qué le contestaste.
u. Estaba sentidísima, se rio de todo.
v. Se levantó, fue al patio y dio un suspiro de alivio.
w. Desconoce qué hará y cuánto le pagarán.
x. Un tratado ítalo-francés se puso en vigencia días atrás.
Ejercicios de repaso
Ejercicio 4. En los siguientes fragmentos, coloque las tildes que faltan.

—No, te preguntaba por que por ahi en el retiro se te dio por la salud. ¡Mariano!
—Si, doctora.
—Andate hasta el cafe Uruguay y traenos dos cafes de los ricos.
—¿Les traigo cafe, doctora? [...]
 
—Perdon, mi estimado... ¿Por que seria un problema consultarme a mi?
—No, doctor. Lo que digo es que es una tonteria andar jorobandolo a usted por una pavada como esta [...]
El secreto de sus ojos (2009)
Ejercicios de repaso
Ejercicio 4. En los siguientes fragmentos, coloque las tildes que faltan.

El unico maestro que quedo como una de las grandes incognitas de mi juventud fue el rector que encontre a
mi llegada. Se llamaba Alejandro Ramos, y era aspero y solitario, con unos espejuelos de vidrios gruesos que
parecian de ciego, y un poder sin alardes que pesaba en cada palabra suya como un puño de hierro. Bajaba de
su refugio a las siete de la mañana para revisar nuestro aseo personal antes de entrar en el comedor. Llevaba
vestidos intachables de colores vivos, y el cuello almidonado como de celuloide con corbatas alegres y
zapatos resplandecientes. Cualquier falla en nuestra limpieza personal la registraba con un gruñido que era
una orden de volver al dormitorio para corregirla. El resto del dia se encerraba en su oficina del segundo
piso, y no volviamos a verlo hasta la mañana siguiente a la misma hora, o mientras daba los doce pasos entre
la oficina y el aula del sexto año, donde dictaba su unica clase de matematicas tres veces por semana. Sus
alumnos decian que era un genio de los numeros, y divertido en las clases, y los dejaba asombrados con su
sabiduria y tremulos por el terror del examen final.
Ejercicios de repaso
Ejercicio 4. En los siguientes fragmentos, coloque las tildes que faltan.

Poco despues de mi llegada tuve que escribir el discurso inaugural para algun acto oficial del liceo. La
mayoria de los maestros me aprobaron el tema, pero coincidieron en que la ultima palabra en casos como ese
la tenia el rector. Vivia al final de la escalera en el segundo piso, pero sufri la distancia como si fuera un viaje
a pie alrededor del mundo. Habia dormido mal la noche anterior, me puse la corbata del domingo y apenas si
pude saborear el desayuno. Toque tan despacio a la puerta de la rectoria que el rector no me abrio hasta la
tercera vez, y me cedio el paso sin saludarme. Por fortuna, pues yo no habria tenido voz para contestarle, no
solo por su sequedad sino por la imponencia, el orden y la belleza del despacho con muebles de maderas
nobles y forros de terciopelo, y las paredes tapizadas por la asombrosa estanteria de libros empastados en
cuero.
 
El rector espero con una parsimonia formal a que recobrara el aliento. Luego me indico la poltrona auxiliar
frente al escritorio y se sento en la suya. Habia preparado la explicacion de mi visita casi tanto como el
discurso. El la escucho en silencio, aprobo cada frase con la cabeza, pero todavia sin mirarme a mi sino al
papel que me temblaba en la mano. En algun punto que yo creia divertido trate de ganarle una sonrisa, pero
fue inutil. Mas aun: estoy seguro de que ya estaba al corriente del sentido de mi visita, pero me hizo cumplir
con el rito de explicarselo.
Ejercicios de repaso
Ejercicio 4. En los siguientes fragmentos, coloque las tildes que faltan.

Cuando termine tendio la mano por encima del escritorio y recibio el papel. Se quito los lentes para leerlo
con una atencion profunda, y solo se detuvo para hacer dos correcciones con la pluma. Luego se puso los
lentes y me hablo sin mirarme a los ojos con una voz pedregosa que me sacudio el corazon.
 
—Aqui hay dos problemas —me dijo—. Usted escribio: «En armonia con la flora exhuberante de nuestro
pais, que dio a conocer al mundo el sabio español Jose Celestino Mutis en el siglo XVIII, vivimos en este
liceo un ambiente paradisíaco». Pero el caso es que exuberante se escribe sin hache, y paradisiaco no lleva
tilde.
 
Me senti humillado. No tuve respuesta para el primer caso, pero en el segundo no tenia ninguna duda, y le
replique de inmediato con lo que me quedaba de voz:
 
—Perdoneme, señor rector, el diccionario admite paradisiaco con acento o sin acento, pero el esdrujulo me
parecio mas sonoro. Debio sentirse tan agredido como yo, pues todavia no me miro sino que cogio el
diccionario en el librero sin decir una palabra. Se me crispo el corazon, porque era el mismo Atlas de mi
abuelo, pero nuevo y brillante, y quizas sin usar. A la primera tentativa lo abrio en la pagina exacta, leyo y
releyo la noticia y me pregunto sin apartar la vista de la pagina:
Ejercicios de repaso
Ejercicio 4. En los siguientes fragmentos, coloque las tildes que faltan.

— ¿En que año esta usted?


—Tercero —le dije.
Cerro el diccionario con un fuerte golpe de cepo y por primera vez me miro a los ojos.
—Bravo —dijo—. Siga asi.
 
Desde aquel dia solo falto que mis compañeros de clase me proclamaran heroe, y empezaron a llamarme con
toda la sorna posible «el costeño que hablo con el rector». Sin embargo, lo que mas me afecto de la entrevista
fue haberme enfrentado, una vez mas, a mi drama personal con la ortografia. Nunca pude entenderlo. Uno de
mis maestros trato de darme el golpe de gracia con la noticia de que Simon Bolivar no merecia su gloria por
su pesima ortografia. Otros me consolaban con el pretexto de que es un mal de muchos.
Aun hoy, con diecisiete libros publicados, los correctores de mis pruebas de imprenta me honran con la
galanteria de corregir mis horrores de ortografia como simples erratas.
 
Gabriel García Márquez, Vivir para contarla
Ejercicios de repaso
Ejercicio 5. Tilda las siguientes palabras en caso de ser necesario.

abrebotellas girasol
asimismo guardamelo
beneplacito hidroavion
chino-japones logico-matematica
cine-teatro medico-quirurgico
cubrecama morfologico-semantico
cuideseme quitamanchas
decimoseptimo rascacielos
rectilineo sordomudo
tentempie vaiven
saltamontes traspies

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