contemplado en el inciso 24, párrafo e) del artículo 2 de nuestra Constitución peruana: “Toda persona es considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente su responsabilidad” La Presunción de inocencia es uno de los principios recogidos por el Título preliminar de Nuevo código procesal penal en el Artículo II, el cual señala lo siguiente:
1. Toda persona imputada de la comisión de un hecho punible es considerada inocente, y debe ser tratada como tal, mientras no se demuestre lo contrario y se haya declarado su responsabilidad mediante sentencia firme debidamente motivada. Para estos efectos, se requiere de una suficiente actividad probatoria de cargo, obtenida y actuada con las debidas garantías procesales. En caso de duda sobre la responsabilidad penal debe resolverse a favor del imputado.
2. Hasta antes de la sentencia firme, ningún funcionario o autoridad pública puede presentar a una persona como culpable o brindar información en tal sentido ALCANCE
El alcance de este principio debe estar vigente y ser respetado en
todas las etapas y lo que dura el proceso penal.
De acuerdo a lo señalado por el numeral 2. del artículo II del Título preliminar, hasta que exista una sentencia con calidad de firme, este principio excluye que cualquier persona, sea funcionario, autoridad o medio informativo, pueda alegar culpabilidad del inculpado. ORIGEN Se puede tener como origen de este principio al Código de Justiniano, el cual afirmaba que: “Todos los acusadores entiendan que sus cargos no serán preferidos a menos que puedan ser probados por testigos probos o por documentos concluyentes, o por evidencias circunstanciales que equivalgan a pruebas indubitadas y claras como el día”. Es así que, podemos afirmar que, desde ese tiempo se tiene indicio entonces que se exigía la carga de la prueba al acusador y que por ende, el inculpado permanecía con calidad de inocente, hasta que los cargos sean concluyentes y sin mediar duda alguna de su culpabilidad CONSECUENCIAS