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UNIVERSIDAD

CATÓLICA DE
EL SALVADOR
DESARROLLO PERSONAL
Licda. Eva Luisa Estrada
´ORACIÓN 

REFLEXIÓN 

´SECUENCIA DE CONTENIDOS

´Sensibilidad y tendencias 

AGENDA  ´sensación y percepción 

´la memoria 

´la imaginación

´las tendencias
Sensibilidad y Tendencias

La sensibilidad y las tendencias son las


siguientes estructuras personales que
vamos a analizar. Su misión principal es
establecer las interacciones básicas de la
persona con su entorno.
a) La sensación
a.1) Concepto y caracterización de los sentidos

La sensación es el elemento primario en la captación del mundo, como


el átomo del conocimiento: ver un color, oír un sonido, sentir la dureza
de una piedra. El acto de sentir no es algo puramente físico, sino
subjetivo, porque el que siente es el sujeto, pero la sensación depende
directa y totalmente de la realidad material o física.
Las sensaciones están asociadas a los
sentidos, las facultades con las que se
captan. Como es conocido existen cinco:
el tacto, el gusto, el olfato, el oído y la
vista.
Ver un color  
oir un sonido  
Sentir la suavidad o
dureza 
La sensibilidad permite un primer acceso al mundo de tipo cognoscitivo
y efectúa una primera elaboración de esas adquisiciones perceptivas en
el interior de la persona. La sensación, la percepción, la memoria y la
imaginación son sus componentes básicos.
Se han hecho muchas clasificaciones de los sentidos en relación a su
importancia, su utilidad, su rango ontológico, etc.

Una de ellas los divide en dos clases: los sentidos «objetivos», que
comprenden la vista y el oído, y que se denominan así porque el objeto al que
se dirigen está separado físicamente del sujeto, por lo que hay una mayor
independencia entre ambos; y los sentidos «objetivo-subjetivos», el tacto,
gusto y olfato, que tienen que estar en contacto directo con el objeto para
que sean estimulados.
Julián Marías, por su parte, considera que la
importancia de los sentidos cambia con la
evolución del hombre y con el desarrollo
individual de la persona.

En épocas no civilizadas es bastante probable


que el oído y el olfato fueran mucho más
importantes que ahora y en la fase inicial de cada
hombre está claro que el sentido más importante
es el gusto.
El niño divide las cosas en las que se
pueden chupar y las que no se
pueden (porque son ásperas,
rugosas, hirientes, etc.). Por lo que
se refiere a un hombre adulto, la
clasificación fundamental los divide
en dos grandes grupos:
Los que son esenciales en nuestra vida:
el tacto, la vista y el oído; y

los dos sentidos restantes, también


importantes, pero mucho menos
esenciales: el gusto y el olfato. 
El tacto 

Respecto al tacto, explica Marías, que es un sentido esencial


porque «nos revela la ‘efectividad de las cosas.

La distinción entre ‘apariencia’ y ‘realidad’, entre ‘parecer’ y


‘ser’
La vista por su parte  es la que nos proporciona el contexto
y la organización del mundo.
 Gracias a ella estamos, cuál es el mundo que nos rodea,
cómo está estructurado y tenemos además una
perspectiva que nos indica la dimensión de las cosas y su
entidad.

La vista  Lo importante está situado en el centro de nuestra mirada,


lo accesorio, en los extremos y desenfocado. Porque se
prescindible.
El oído 
•El oído, es el sentido ambiental por
excelencia.

•Los sonidos nos circundan, se perciben


simultánea o sucesivamente, se funden o
confunden, proceden de diferentes
direcciones y distancias variables, pero no de
puntos precisos.

•Concluye Marías, la dimensión vitalmente


relevante de la audición es la voz humana.
El proceso
psicológico de la
El proceso a través del cual se
sensación 
activan los sentidos ha sido
estudiado principalmente por la
psicología y se puede resumir
esencialmente en las siguientes
fases. Inicialmente, el medio físico
en el que se encuentra la persona
produce un estímulo físico de tipo
electromagnético, químico o
mecánico que impacta en los
sentidos alterándolos.
Pero no todo estímulo posee esa capacidad. Para afectar a un órgano
sensorial tiene que superar una barrera a la que se denomina
UMBRAL.
Hay tres tipos de umbrales:
1.- INFERIOR
2.- SUPERIOR
3.- DIFERENCIAL
Si el estímulo es menor que el umbral
inferior o mayor que el superior el
sujeto no captará nada.
Ejemplo:
En el caso del oído, la persona nunca
sentirá un sonido con una
frecuencia inferior a 16 ciclos por
segundo ni mayor que 20.000 ciclos
por segundo.
El estímulo afecta a los órganos
sensoriales a través de los
denominados receptores.
TIPOS DE RECEPTORES

Serrington, distinguía los


siguientes tipos:
«los cinco sentidos clásicos forman
los llamados exteroceptores, o
sentidos abiertos al análisis de la
sensibilidad exterior al organismo,
aunque también algunos de
información sobre el propio
cuerpo. 
El grupo de los propioceptores
comprende un dispar conjunto de
receptores situados en los músculos,
articulaciones y oído interno, que
informan al sujeto de su tono
muscular, movimientos corporales y
equilibrio o relación postural con el
suelo, mediante las correspondientes
cinestesias.
Por último, las
terminaciones
sensoriales radicadas
en las vísceras
forman la clase de
los interoceptores,
encargados de las
cenestesias, o
sensibilidad visceral
difusa»
En los receptores se produce el fenómeno llamado trasducción, que
consiste en la transformación de la energía del estímulo en impulsos
nerviosos que ya pueden ser asimilados e interpretados por el
organismo
Estos impulsos son transmitidos por el sistema nervioso hacia el
cerebro dando lugar propiamente a la sensación y, en el caso de que
sea necesario, a la respuesta consiguiente del organismo.
La respuesta sigue el proceso inverso.
Parte del cerebro, pasa a través del
sistema nervioso y llega a los músculos
a los que da las órdenes necesarias
para que ejerciten el movimiento
correspondiente. 
Por ejemplo, ajustar la posición de la
cabeza ante un objeto en movimiento
como sucede en un partido de tenis. 
En la práctica, pocas veces se da
una percepción aislada pura: ver un
color solamente, por ejemplo.
Habitualmente lo que realizamos
son percepciones complejas de las
que la sensación constituye solo un
elemento.
Percibimos una rosa como una entidad
unitaria y múltiple simultáneamente, y
al percibirla olemos su fragancia,
distinguimos su forma y apreciamos su
diversidad de tonos y matices. La
sensación está ahí, pero forma parte de
un proceso cognoscitivo mucho más
complejo al que –si nos limitamos a la
parte sensible– se le suele denominar
percepción.
BIBLIOGRAFÍ
A.
Burgos, J.M. (2005). Antropología: una
guía para la existencia. (2da. Edición)
Madrid España. Ediciones Palabra. (20
ejemplares)   

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