Está en la página 1de 3

Antiguo Testamento

Hebreo
La mayor parte de lo que llamamos el Antiguo Testamento (los judíos lo llaman Tanaj) fue escrito en hebreo. El
hebreo es una antigua lengua semítica parecida al ugarítico. Fue hasta el año 180 a. C. que esta lengua
comenzó a ser llamada “hebreo”, ya que antes se le llamaba la lengua de Canaán, o de Judá (Is. 19:18; 2 R.
18:26; Is. 36:11). El alfabeto hebreo consta de 22 letras, las cuales se usan en algunas porciones acrósticas en la
Biblia, como el Salmo 119 y los primeros cuatro capítulos de Lamentaciones.
Los antiguos textos hebreos fueron escritos sin vocales (como nosotros las conocemos), y fue hasta mucho
tiempo después que unos hombres llamados los masoretas (en el siglo VII d. C., aproximadamente) incluyeron
las vocales para facilitar la comprensión del texto.

Arameo
Esdras, Daniel – Daniel 2:4–7:28; Esdras 4:8–6:18; 7:12–26; Jeremías 10:11. El arameo era el lenguaje de los
asirios, quienes tenían su capital en Nínive. Mientras más crecía el imperio asirio, el arameo se convertía en el
lenguaje del comercio. Era el lenguaje usado en las cortes de Babilonia (el tiempo de Daniel), y el lenguaje
de comunicación oficial en el imperio persa (en el tiempo de Esdras).

Nuevo Testamento –Griego


El griego bíblico es llamado koiné, que quiere decir «común». Este griego era el que se hablaba comúnmente
• La lengua koiné (en griego ἡ κοινὴ γλῶσσα hē koinḕ glṓssa, 'lengua
común', o, más frecuentemente, ἡ κοινὴ διάλεκτος hē koinē diálektos,
'habla común')1​fue una variedad de la lengua griega utilizada en el
mundo helenístico, es decir, en el periodo subsiguiente a las
conquistas de Alejandro Magno. A esta lengua también se le ha
llamado a veces griego helenístico.
• El griego del Nuevo Testamento[editar]
• El griego del Nuevo Testamento es esencialmente griego koiné, no obstante suele ser considerado como variedad
independiente por la importante influencia que tienen el arameo y el hebreo, las lenguas maternas de sus
escritores[cita requerida], en la sintaxis y en léxico; así como por la incorporación de neologismos cristianos. Para
entender adecuadamente esta influencia hay que tener en cuenta que la lengua vehicular de la parte oriental del 
imperio Romano era el griego y por tanto ésta fue la elegida por los judíos cristianos para su predicación tanto a
los paganos como a los judíos de la diáspora en Grecia, Egipto y otros territorios orientales del Imperio. Otra gran
influencia en la redacción del Nuevo Testamento es la Biblia de los Setenta, la traducción griega del 
Antiguo Testamento del siglo III a. C., tanto por su importancia en el griego empleado como por su presencia a
través de citas.
• Características del griego koiné del Nuevo Testamento son el predominio de la coordinación sobre la 
subordinación; era una escritura corrida, sin separación entre vocablos, no se hacía diferencia entre letras
mayúsculas ni minúsculas ni se usaban signos de puntuación. Otras características eran la repetición de partículas
como καί, δέ, ίδού dando al estilo sencillez, soltura y en ocasiones monotonía y empleo de locuciones, modismos
 y figuras de dicción al modo semítico. En el léxico se introducen nuevas palabras como: αββα (padre), πάσχα
(pascua) y algunas palabras griegas adoptan un nuevo significado: δόξα (gloria), 4​δύναμις (milagro),5​ὀφείλημα
(pecado).

También podría gustarte