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Inmutable, como un gallo de madera transmite en esta fábula! Aquel aplomo que emerge del interior
de uno como una paz y calma de espíritu y que a menudo solo
Ji Shengzi criaba un gallo de pelea para el rey. se alcanza luego de haber superado las tribulaciones y
dificultades de la vida: aquel riguroso “entrenamiento” al que
Al cabo de diez días, el rey le preguntó: todos, en la vida nos ha tocado vivir. Son muchos los combates
-“¿Está listo ya mi gallo?” que hemos de enfrentar en nuestro día a día, y si los viésemos
-“Aún no, el ave se muestra demasiado arrogante y no como problemas en sí mismos, sino como parte del
temperamental”. Fue la respuesta de Ji Shengzi. entrenamiento, como los bloques que construyen un muro,
Diez días después, el rey volvió a preguntar por su ave de como los escalones que nos llevan al piso elevado, como cada
pelea, hora, cada día, de los cuarenta que el gallo de nuestra fábula
-“Aún no, todavía reacciona con violencia ante el ruido y tuvo que superar, hasta alcanzar la calma interior, la victoria
las sombras”. Explicó Ji Shengzi. definitiva.
Es inevitable también recordar las palabras de Sun Zi en “El arte
Pasaron diez días más y el rey volvió a realizar la misma de la guerra”, donde el célebre general define el triunfo más
pregunta. sublime: “La mejor victoria es vencer sin combatir”. Nuestro
-“Aún no, todavía se muestra vigoroso y con un carácter gallo, es un combatiente sublime.
dominante.” Fue la respuesta que recibió de parte del Podrán algunos objetar que nuestro diligente y carismático
criador. gallo tenía a su lado a un experto criador que lo llevo a alcanzar
Otros diez días más transcurrieron y el rey, ya por cuarta el más elevado nivel de fortaleza espiritual, pero no olvidemos
vez, preguntó a Ji Shengzi por su gallo de pelea. tampoco las palabras de Confucio “por cada dos que caminen a
– “Está prácticamente listo, a pesar de oír el cacareo de mi lado, uno será mi maestro. Elegiré sus virtudes y las imitaré,
observaré sus defectos y me corregiré a mí mismo”. Busquemos
otras aves de pelea, ello no tiene el menor efecto en su pues, ser como aquel gallo, y también, ¡por supuesto!, ser
gallo. Al verlo, se asemeja a un gallo hecho de madera, nuestros propios criadores, nuestros propios entrenadores.
completamente inmutable, imperturbable; está entrenado Cultivemos nuestro espíritu, nuestra mente, las adversidades
de tal modo que obtendrá la victoria en cualquier combate, que nos arroja la vida no son sino el entrenamiento para
los gallos rivales no se atreverán a enfrentársele, darán alcanzar ese estado de inmutabilidad, el cual nos mantendrá
media vuelta y huirán.” serenos, imperturbables, como un gallo hecho de madera, que
irradia una entereza y poder ante el cual los rivales y los
problemas de toda índole, huyen despavoridos.