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Desafíos y retos para la fe cristiana

“La ruptura entre evangelio y cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo”
(EN.20) afecta al sentido de Dios y al sentido del hombre.

El hombre pierde sus convicciones sobre su ser y realidad al tener la ausencia de


Dios en su vida se pierde.

El primer reto a la fe cristiana es que a Dios ya no resulta fácil de encontrar a causa


de la mentalidad científico técnica. Dios es misterio y por ello es ignorado haciéndose
innecesario y hasta superfluo.

La increencia afecta a muchas personas, incluso bautizados para quienes la práctica religiosa
ha perdido significación vital. Las formas de vida ayudan a la pérdida sobre el sentido último de
la vida y la religión no les ayuda a responder sus interrogantes.
  Desafíos y retos para la fe cristiana
La nueva cultura “posmodernismo” ha provocado una gran sensibilidad por la
dignidad de la persona y su libertad, y un resurgir de lo sagrado.

Junto a esta sensibilidad existe una solicitud de valores religiosos que den sentido
a la vida. Anhelan respuestas válidas a la sed de infinito que no se domina ni se
apaga fácilmente.

Existe una vuelta a lo sagrado: un anhelo a lo trascendente que no siempre tiene


formas auténticas llegando incluso a una religión sin Dios
  Desafíos y retos para la fe cristiana
Al leer los signos de los tiempos, encontramos una división profunda
que anida y atenaza el corazón del hombre moderno.

Sin embargo a los ojos de la fe el mundo aparece “fundado y conservado por el


amor del creador, esclavizado bajo la servidumbre del pecado, liberado por
Cristo, crucificado y resucitado, roto el poder del maligno, para que se
transforme según el designio divino y llegue a su consumación.” (GS,2).

Se refleja una lucha dramática entre el bien y el mal en cada


persona “lo que realizo, no lo entiendo, pues lo que yo quiero, eso
no lo hago y, en cambio, lo que detesto es lo que hago” (Rom 7,14)

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