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INTELIGENCIA EMOCIONAL

El ser humano a lo largo de su evolución ha


desarrollado la capacidad de guardar y
asimilar información que le permite aprender,
reconocer, relacionarse con los demás,
controlar actividades y llegar a respuestas
adecuadas y verdaderas, esto es lo que define
como inteligencia.
Pero el hombre no solo ha desarrollado un tipo
de inteligencia, sino varios, tales como:
inteligencia matemática, inteligencia
sinestesica, inteligencia interpersonal y tras
personal, inteligencia mecánica, etc., entre
ellas la inteligencia emocional, una de las más
importantes.
La inteligencia emocional es la “capacidad para
reconocer, asimilar y controlar sentimientos en
sí mismo y en otros, siendo hábil para
gerenciarlos al trabajar con otros.
La inteligencia emocional nos da una muestra
exacta de cómo manejamos nuestras emociones,
que nos lleva a desarrollar el grado de
entendimiento hacia nosotros mismos y hacia las
personas que nos rodean, tolerar las presiones,
frustraciones y diferencias que soportamos en la
vida cotidiana.
Todas las personas tenemos emociones
diariamente, son estados innatos del ser
humano, por algunos momentos estamos tristes,
alegres, preocupados, enfadados, confundidos,
en fin un sin número de emociones, que son
reacciones a diversos sucesos que presenciamos
y es aquí donde juega su papel más importante,
la inteligencia emocional.
Cualquiera puede enfadarse, es muy fácil, pero
enfadarse con la persona adecuada, en el grado
exacto, en el momento oportuno, con el
propósito justo y del modo correcto eso en
verdad no resulta tan fácil, ya que la
irracionalidad puede invadirnos de algún modo y
sin pensarlo provocar muchos conflictos e
incluso muertes, como casi siempre sucede en el
ser humano.
Pero sin tan solo, todos desarrollamos esa
inteligencia emocional o tratáramos de hacerlo,
quizás podríamos solucionar problemas o
conflictos de una manera eficaz evitando
convertirlas en situaciones peligrosas.
El dominio, control y asimilación de nuestras
emociones nos ayuda a lograr objetivos sin
problemas, conviviendo y comprendiendo a otras
personas sin conflictos superficiales.
Existen cientos de emociones producidos por nuestro
cerebro que llevan al organismo a una clase distinta de
respuesta. Algunos investigadores han propuesto las
“emociones primarias” que son:
- La ira: dando como respuesta que la sangre fluya a las
manos y así resulte más fácil tomar un arma o dar un
golpe.
- La tristeza: produce una caída de la energía y del
entusiasmo.
- El temor: la sangre va a los músculos esqueléticos
grandes como las piernas y así resulta difícil de huir.
Entre otros está el placer, el amor, sorpresa, disgusto y
vergüenza.
¿De dónde vienen las emociones? Y ¿Quién de
alguna u otra forma las controla? Nuestro
cerebro está constituido por dos mentes, uno
que piensa y otro que siente llamado mente
racional, guiado por la neurocortezal y mente
emocional, guiado por el sistema límbico,
específicamente las amígdalas respectivamente.
La mente emocional es mucho más rápida que la
mente racional, y se pone en acción sin detenerse ni
un instante en lo que está haciendo, sin embargo, por
lo general existe un equilibrio entre estas dos mentes,
pero hay que tener en cuenta que son facultades
semi-independientes, cada una refleja la operación de
un circuito distinto pero interconectados. Hay
momentos en que el equilibrio desaparece y es la
mente emocional la que domina y aplaca la mente
racional, y es ahí cuando suele escuchar “me deje
llevar por las emociones”.
En su libro “Inteligencia Emocional” Daniel
Goleman nos habla acerca de que es la
inteligencia emocional, como controlar nuestras
emociones, resumidas a continuación:

1. Conocer las propias emociones: es decir,


tener conciencia de nuestros propios
sentimientos en el momento en que se
experimentan, que nos llevaran a actuar para
cambiarlas.
2. Manejar las emociones, se fundamenta
básicamente en anterior ítem, manejar los
sentimientos para que sean adecuados es una
capacidad que se basa en la conciencia de uno
mismo.

3. La propia motivación: Encaminar las emociones y


la motivación consecuente, hacia el logro de
objetivos, es esencial para prestar atención, auto
motivarse, manejarse y realizar actividades
creativas.
4. Reconocer las emociones de los demás: la
empatía es la base del altruismo.

5. Manejar las relaciones: El arte de las


relaciones, es en gran medida, la habilidad de
manejar las emociones de los demás.
A partir de lo anterior, se considera sumamente
necesario aprender a manejar nuestras
emociones para que ellas no se apoderen de
nosotros y evitar así acciones no pensadas y que
pueden terminar siendo fatales.
También queda claro que la inteligencia
emocional es supremamente importante en la
vida de cualquier persona, puesto que el éxito
de aquella no será solamente determinado por
su coeficiente intelectual, sino que la
combinación de ambos y de buena manera es la
que nos da a conocer la personalidad.
Esta inteligencia emocional se define como la
capacidad de sentir, entender, controlar y
modificar los estados de ánimos de uno mismo y
ajenos, utilizando cinco principios los cuales
son: recepción, retención, análisis, emisión y
control, funcionando de manera conjunta, para
poder así sacar un buen promedio social, del
aprendizaje poder acercarnos a la felicidad y
ayudarnos a la automotivación, para así hacer
posible las relaciones humanas.
¿Para que nos sirve la inteligencia Emocional? Por los
cinco principios que utiliza nos permite tomar
conciencia de nuestras emociones y a la misma vez
entender la de los demás, para así soportar las
diferentes presiones y frustraciones que se presenten
día a día, al igual nos permite poder o tener la
capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud
más agradable y social que brinda una mejor
posibilidad para el desarrollo personal propio y de los
demás, por lo que en otras palabras nos brinda unas
pautas para el crecimiento intelectual y personal.
Para concluir, muchas veces nosotros los seres
humanos nos cuesta interactuar con los demás, por
no tener la capacidad de entender lo que sienten
los demás y tratar de imponer lo que sentimos; por
lo que se creería que la Inteligencia Emocional
sería o es una buena herramienta, que todos
debemos implementar, para así comprender y
compartir el pensamiento o sentimiento de los
demás y vernos el de nosotros mismos, para lograr
automotivarnos y crecer tanto personal como
social.
Donde solemos relacionar el significado, de
inteligencia, con nuestras emociones, ante esto
podemos decir que la inteligencia emocional
también es una forma de interactuar con el
mundo que nos rodea, por medio de nuestros
sentimientos, habilidades y la agilidad mental.
Que si desarrollamos y perfeccionamos cada una
de estas variables, podemos ser más eficaces y
eficientes con todas las personas del mundo que
está a nuestro alrededor.
Con lo anteriormente escrito, puedo decir que el
manejo de la inteligencia emocional, es tan
importante que si no la sabemos manejar,
podemos dañar hasta un clima laboral de una
empresa.
Donde el mundo empresarial no ha sido ajeno a
esta tendencia y ha encontrado en la
inteligencia emocional, una herramienta
inestimable, para comprender la productividad
laboral de las personas, el éxito de las
empresas, los requerimientos del liderazgo y
hasta la prevención de los desastres
corporativos.
Donde decimos, que es la habilidad para
gestionar bien las emociones. Tanto las nuestras
como las de los demás. Una persona que se
enfada con facilidad, que se pone triste con
frecuencia o que no es capaz de controlar sus
impulsos, es alguien con mala inteligencia
emocional.
Por el contrario, una persona que se conoce bien
a sí mismo, que es capaz de pensar antes de
actuar, que entiende sus impulsos, que los
expresa con educación siendo sincero pero, a la
vez, consiguiendo no afectar negativamente a la
gente que le rodea o que es capaz de relativizar
y sentir las cosas de una forma sana, es una
persona con muy buena inteligencia emocional.
Una persona con buena inteligencia emocional,
debería ser capaz de aplicar lo siguiente: pensar
antes de actuar y no ir a la deriva y a lo “loco”
antes de hacer las cosas. Esto no quiere decir
que no se viva el momento o que no se disfrute.
Esto quiere decir que las emociones y la razón
vayan de la mano.
Hay que disfrutar, pero también hay que ser
capaz de utilizar la inteligencia y analizar las
emociones, especialmente cuando hablamos de
ira, tristeza o frustración.
En conclusión, ser feliz con la inteligencia
emocional, al final debe perseguir la paz interior
y la felicidad. Porque lo único que determina
nuestra felicidad son las emociones. Si nuestras
emociones están genial, nuestra vida irá genial.
Si nuestras emociones van fatal, nuestra
percepción de la vida será depresiva, y de
fracaso.
Una buena inteligencia emocional es
imprescindible para poder ser útil y
atractivo para vivir en sociedad.

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