donde se narra como Dios se sirvió de una joven valiente, y de extraordinaria belleza, para salvar a su pueblo en un momento crítico, cuando estaba amenazado de exterminio. Hadasa (hebreo), mejor conocida como Ester, era una hermosa doncella judía que, a la muerte de sus padres fue adoptada por su tío Mardoqueo. En una ocasión el rey Asuero tuvo una grande fiesta… Y el rey Asuero pide a su esposa, la reina Vasti, que se presente ante él y sus invitados y la reina se niega. Enojado el rey, la repudia y promulga un edicto según el cual la mujer más bella que encuentre será su esposa, la reina. Casualmente, Ester es llevada a su presencia, junto con otras jóvenes y gusta mucho al rey, quien acaba tomándola por esposa.
cuando va ante el rey lo hace de manera
discreta, sin ostentaciones. Ester acaba siendo la favorita del rey y la ama por encima de todas las demás, por su belleza, por su discreción, por su saber estar, por su lealtad. Mantuvo en secreto que era judía. Ester fue elegida por su belleza y encanto pero sobre todo por su discreción y prudencia. Belleza Sabiduría
Preocupada por su pueblo obediente Prudente Discreción
Mujer de fe Encanto Prudencia Valiente Autodominio
Mujer de gran piedad
Determinada Mientras, el rey pone al frente de su casa a Amán, un personaje pérfido y prepotente; tanto es así que, al ver que Mardoqueo no dobla la rodilla en su presencia, empieza a maquinar la destrucción de su pueblo, ya que averigua que él es de procedencia judía. Así publica, con el beneplácito del rey, el decreto de exterminio contra los judíos: Mardoqueo, cuando se entera, “rasgó sus vestiduras, se vistió de saco y se cubrió de ceniza y se fue por medio de la ciudad, dando fuertes, dolorosos gemidos” Ester se atemoriza ante las exigencias de su tío de que hable con el rey y abogue por los judíos. Ester sabe que no puede presentarse ante el rey si no es llamada y sabe también que, si lo hace, será condenada a pena de muerte. Mardoqueo, pues, piensa que Ester está allí por designio devino. Ester decide ir a ver al rey y morir si es preciso. No obstante, pide a los judíos que Susa que rueguen por ella y Mardoqueo ora así: “Señor, Señor, Rey omnipotente, en cuyo poder se hallan todas las cosas, a quien nada podrá oponerse si quisieres salvar a Israel: Tú que has hecho el cielo y la tierra y todas las maravillas que hay bajo los cielos, tú que eres dueño de todo y nada hay, Señor, que pueda resistirte. Tú lo sabes todo; tú sabes, Señor, que no por orgullo ni altivez ni por vanagloria hice lo esto de no adorar al orgulloso Amán; que de buena gana besaría las huellas de sus pies por la salud de Israel; que yo hice esto por no poner la gloria del hombre por encima de la gloria de Dios; que no adoraré a nadie fuera de ti, mi Señor, y que obrando así no lo hago por altivez” La reina Ester, por su parte, también ora:
“Señor mío, tú que eres nuestro único Rey, socórreme a
mí, desolada, que no tengo ayuda sino en ti, porque se acerca el peligro. Desde que nací he oído en la tribu de mi familia que tú, Señor, escogiste a Israel entre todas las naciones y a nuestros padres entre todos sus progenitores, por heredad perpetua, y que les cumpliste cuanto les habías prometido” “Pon en mis labios palabras apropiadas en presencia del león y muda su corazón en odio al que nos hace la guerra para ruina suya y de sus parciales. Líbrame con tu mano y ayúdame a mí, que estoy sola y no tengo sino a ti, Señor” Ester, confortada por la oración, se engalana y va a ver al rey, ayudada por dos criadas, tan débil está. El rey la recibe con muestras de cariño y le pide que hable, que le daría, si hiciera falta, la mitad de su reino. Ester, pide que el rey y Amán asistan a un banquete que ella les ofrecerá y el rey dice que sus palabras son órdenes. Asuero pregunta quién es el causante y manda colgar a Amán en la misma horca que él había preparado para Mardoqueo. Ester pide que se revoque el edicto y el rey así lo hace y aprovecha para concederles algunos beneficios. Ester viene a ser el elemento del que sirve Dios para salvar a su pueblo, pese a ser una mujer (y tenida en poco por la sociedad), Dios la ha escogido porque ella confía en Él. Eso es lo que importa. Ester ha confiado, no ha temido a la muerte, ha osado molestar a su rey, y, sin embargo ha sido recompensada, precisamente por eso, por confiar en la Providencia Divina. Su figura ha salido fortalecida y victoriosa, precisamente porque no ha dudado y ha pedido valor a Dios, su Señor. Es un mensaje de coraje para el pueblo judío, sin duda, que sería importante para reafirmarlos en su misión y en su carácter especial, como pueblo elegido.
Escritores Del Reyno de Valencia Chronologicamente Ordenados Desde El Ano Mccxxxviii de La Christiana Conquista de La Misma Ciudad Hasta El de Mdccxlviii Tomo II 0