• La concentración es la capacidad para fijar la atención sobre una idea, un
objeto o una actividad de forma selectiva, sin permitir que en el pensamiento entren elementos ajenos a ella. En ocasiones es un poder mental natural e instantáneo, uno no se plantea concentrarse, lo logra directamente. A otras personas les exige un esfuerzo de la voluntad el centrarse en un determinado tema. La distracción es la pérdida de la concentración, cuando el pensamiento escapa a otras cuestiones, sin que el sujeto sea capaz de mantenerse en la que le interesa.
• La pérdida de la capacidad para concentrarse es frecuente en muchos
trastornos psicológicos, como la depresión, que se acompaña de una disminución de la atención, con lo que el deprimido, que se queja de no tener memoria, es incapaz de concentrarse. Atención selectiva: definiendo el concepto En otras palabras, es cuando una persona da preferencia a determinados estímulos y es capaz de atender a los estímulos relevantes e inhibir los distractores. Su función su función es esencial debido a la limitación de la capacidad atencional. Atención como activación.
La atención, como mecanismo de reconocimiento y control de la
información, está íntimamente relacionada con los procesos de discriminación y de activación, tanto cortical como periférico. En este sentido, y después de revisar distintos modelos explicativos, optamos por una línea explicativa asociada, por un lado, con la atención selectiva y, por otro, con la atención sostenida.