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ENRIQUE SORO BARRIGA

(Concepción, 15/7/1884 - Santiago, 3/12/1954)

© Cristián Guerra Rojas


ENRIQUE SORO BARRIGA

Hijo del compositor italiano avecindado en Chile, Giuseppe Soro


Sforza (+1893).
1898-1904: Estudia en el Conservatorio de Milán con Gaetano
Coronaro, entre otros. En 1904 compone cuarteto de cuerdas.
1905: Se integra a la planta de profesores del Conservatorio
Nacional de Música y es nombrado supervisor de la educación
musical en las escuelas públicas.
1919-28: Director del Conservatorio.
1920: Compone la Sinfonía Romántica.
1948: Recibe el Premio Nacional de Arte mención Música.

© Cristián Guerra Rojas


ENRIQUE SORO BARRIGA

1. Andante apassionato, una obra compuesta en sus años de estudios en


Milán que empezó a presentar en sus conciertos entre 1906 y 1908 en
Chile y de la que hizo versiones para cuarteto, para violines, viola y piano,
para quinteto con piano, para piano solo y para orquesta.
2. Danza Fantástica (1916), originalmente el 3º movimiento de la Suite
para Gran Orquesta de Arcos de 1905. Soro escribió versiones de esta
pieza para cuarteto y piano, para dos violines, violoncelo y piano a 4
manos, para piano y orquesta y para gran orquesta, entre otras.
3. Tres aires chilenos (1942).
I. Allegro ma non troppo.
II. Moderato - Allegro.
III. Allegro moderato.
Alumnos suyos: Juan Casanova Vicuña, Alfonso Leng
Haygus, Roberto Puelma Francino, Pedro Valencia Courbis.
© Cristián Guerra Rojas
Rev. music. Chil. v.58 n.201 Santiago ene. 2004

Enrique Soro compuso sus Tres aires chilenos en 1942, es


decir, era ya un músico maduro que dominaba su oficio
plenamente. Esto se percibe desde los primeros compases de
su conocida y gustada creación. Maneja la orquestación con
brillantez y soltura y da a sus Aires chilenos la claridad
formal propia de la música de tradición oral, para lo cual
recurre a las estructuras de la cueca y la tonada, así como a
sus esquemas rítmicos y melotipos. Los Tres aires chilenos de
Soro gozan de merecida popularidad entre nosotros y se les
debe situar, indiscutiblemente, entre las obras para orquesta
sinfónica más representativas de la música chilena de la
primera mitad del siglo pasado.

Fernando García.

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