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ROMANOS

CAPÍTULO 5
AHORA, DE LOS VERSOS 6-10, SE NOS DEMOSTRARÁ LOS
RESULTADOS DE LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE: PAZ PARA CON
DIOS, CERTEZA DE LA GLORIA DE DIOS, HABILIDAD PARA
SOPORTAR LAS PRUEBAS Y SEGURIDAD DE LA SALVACION
ETERNA.
1. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios. El juicio ante el
tribunal ha concluido, habiéndose firmado las condiciones de la
reconciliación, y que sólo se da por medio de nuestro Señor Jesucristo;
por la reconciliación del hombre con Dios, por medio de nuestro Señor
Jesucristo, el cristiano tiene acceso a Dios por su nueva condición de
hijo 1ª Cor. 15.1; 2ª Cor. 5.17).
2. por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual
estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Como sacerdotes del Nuevo Pacto, el creyente tiene acceso hasta el
mismo Lugar Santísimo, ya que el velo que separaba a Dios con el hombre
fue roto en dos por Cristo Jesús (Mt. 27.51; Heb. 10.19) - sino que
también nos gloriamos en las tribulaciones - El hecho de sufrir por la
causa del evangelio aun cuando parezca un contrasentido nos produce
felicidad. Muchos en el mundo son atribulados por sus causas ideológicas
y hasta mueren por ellas, cuánto más nosotros por una Causa tan
verdadera. sabiendo que la tribulación produce paciencia; (Heb. 10.36;
Stg. 1.3). ”Paciencia” es sinónimo de resistencia, o sea, resistencia antes
las pruebas sin sufrir ninguna pérdida, como el oro que entre más se
calienta en la hornaza se convierte en más puro (Prov. 17.3; 27.21).
4. y la paciencia, prueba; Experiencia o carácter probado (Sal. 94.12; 2
Cor. 1.3-5’ Gál. 4.19; Ef. 4.14,15). y la prueba, esperanza; La esperanza
se relaciona con el futuro el cual será bendecido.
5. y la esperanza no avergüenza; porque el amor - “ágape”, el amor
divino, que da sin esperar nada a cambio; un amor desinteresado (Jn.
3.16; Ef. 5.25) - de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por
el Espíritu Santo que nos fue dado.
6. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los
impíos. “a su tiempo”, “cuando éramos débiles”, cuando no podíamos
hacer nada, porque éramos enemigos.
7. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; los judíos dividían
en cuatro clases a los hombres de acuerdo a su carácter moral, es
decir, por la manera en que dicen: 1- “Lo que es mío, es mío; y lo que
es tuyo, es tuyo.” Estos son los justos porque dan a cada quien lo que
merece. 2- “Lo que es mío, es tuyo; y lo que es tuyo, es mío.” Son los
acomodados que piden prestado y prestan. 3- “Lo que es mío, es tuyo;
y lo tuyo, que siga siéndolo.” Están constituidos por los piadosos que
dan todo para bien de los demás. 4- “Lo que es tuyo, es mío, y lo que
es mío es mío.” Éstos representan a los impíos, los que toman todo y no
dan nada.
La pregunta que cabría hacernos es: ¿Quién moriría por uno de los de la
primera clase? con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el
bueno. Seguramente lo haría el de la tercera clase.
8. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros. mereciendo nosotros la muerte,
Jesús ocupa nuestro lugar.
9. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, Esa sangre era:
Inocente (Mt. 27.4,19,24). Preciosa (1 P. 1.18,19). Limpia (1 Jn. 1.9) por
él - Por lo que Él sufrió por nosotros. seremos salvos de la ira. Del castigo
por las transgresiones pasadas
10. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la
muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, Era necesaria la
reconciliación para vencer la enemistad - seremos salvos por su vida. El
murió para salvarnos y “por su vida”, o sea, la resurrección se avaló o
garantizó nuestra salvación.
11. Y no sólo esto, sino también nos gloriamos en Dios - Ahora
experimentamos una gran paz al sentirnos reconciliados con Dios ¡Aleluya!
por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la
reconciliación. En vez de la ira, esperamos la gloria eterna.
12. Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron. Una secuencia de la entrada del pecado al mundo:
Entró en el universo por Satanás (Ez. 28.22-19; Is. 14.12-15; Lc. 10.18; 1
Jn. 3.8; Apoc. 12.3,4).
Entró en la tierra por Adán (Gn. 2.16,17; Ro. 5.12; 1 Co. 15.22; 1 Tm. 2.13).
Pecado (“HAMARTÍA”) significa “errar el blanco”; se refiere a cualquier acto
del hombre que no cumple la voluntad y justicia de Dios (Ro. 3.23).
También significa “pasar la línea prohibida” (Jn. 3.4; Hch. 1.25; Stg. 2.11).
13. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; El pecado trajo como
consecuencia la muerte desde Adán - pero donde no hay ley, no se
inculpa de pecado. De acuerdo a esto, entendemos que los hombres no
estamos sujetos a la muerte por nuestros pecados propios, sino por el
quebrantamiento de Adán, pues por ella entró al mundo con su simiente la
muerte y corrupción en su misma naturaleza, sumadas a su depravación
personal.
14. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que
no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán, el cual es figura -
Figura significa “tipo” “modelo” o “semejanza” - del que había de venir. El
Mesías. Nuestro Salvador personal.
15. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión
de aquel uno - Adán - murieron los muchos, “muchos” se refiere a toda la
humanidad - abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don
de Dios - Jesús murió por todos los hombres gratuitamente, es decir, por
gracia, la cual es abundante y un don de justicia por la gracia de un
hombre, Jesucristo. Quien dice: “Vengan a mi todos los que estéis
trabajados y cansados que yo os haré descansar.”
16. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; Adán
quien nos heredó el estado de pecado.
porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para
condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones -
Que los hombres han cometido en toda la historia de la humanidad - para
justificación. Gratis se ofrece la justificación y por ende la vida eterna.
17. Pues si por la de uno reinó la muerte, por Adán entró el pecado - mucho
más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, La gracia redime del
reinado de la muerte y otorga la vida eterna. los que reciben la
abundancia de la gracia y del don de la justicia. La gloriosa justificación.
18. Así que, como por la trasgresión de uno vino la condenación a todos
los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos
los hombres la justificación de vida. Por Adán morimos, por nuestro
Señor Jesucristo vivimos.
19. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos
fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno,
los muchos serán constituidos justos.
20. Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el
pecado abundó, sobreabundó la gracia; significa que el pecador
arrepentido recibe mucho más en Cristo que lo que ha perdido en Adán.
21. para que así como el pecado reinó para muerte, en todo el mundo reinó
el pecado, y por tanto, también la muerte - así también la gracia reine por
la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro. Pero,
únicamente aquellos que acepten esa gracia serán justificados.

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