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EL DECÁLOGO DEL ABOGADO Y SU ANÁLISIS

Todos aquellos que estudiamos Derecho, hemos escuchado en más de una


ocasión el famoso: “Decálogo del Abogado” o como lo dicen nuestros
profesores: “Los diez mandamientos del Abogado”.

Este ha sido uno de los aportes más grandes, de parte de uno de los padres
del Derecho Latinoamericano, el reconocido Eduardo Couture (1904-1956).
Un listado de principios éticos y de conducta.

Este decálogo consta de 10 mandatos que componen toda la carrera como


estudiante y como profesional del abogado, y aquí se los citamos y
explicamos:
1- ESTUDIA: El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos
seras cada día un poco menos Abogado.
El Abogado que no estudia a diario, que no se actualiza, es día a día, menos
Abogado. Pero esto sucede con todas las profesiones u oficios. De forma que, todos
aquellos que emprendemos un oficio, pretendemos ser mejores hoy, que hace veinti-
tantos años, y esto solo se logra con el estudio constante y actualizado.

2- PIENSA: El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.


El Derecho es una ciencia compleja, cambiante y por eso, la capacidad de
razonamiento que poseemos todos los seres humanos es imprescindible para su
aplicación. A través del pensar, se analizan supuestos, y se definen estrategias que
permitan una aplicación adecuada y satisfactoria de las normas jurídicas.
3- TRABAJA: La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.
Normativas extensas, variadas y numerosas, acompañan el día a día de trabajo del
Abogado. Retos diarios hacen de esta labor, una de las más duras y retadoras. Por eso
el Abogado debe trabajar al servicio de la Justicia, y no perder nunca ese Norte en su
actuar, sin importar las situaciones sociales que se presenten.
4- LUCHA: Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en
conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.
Esta es la labor por excelencia del Abogado, debe luchas por defender las normas,
luchar por llegar a una verdad, y por sobre todo, luchar para velar por la Justicia. Es
el deber cotidiano de todo Abogado, la lucha diaria en la aplicación correcta de las
normas jurídicas.
5- SE LEAL: Leal como tu cliente al que no puedes abandonar hasta que
comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea
desleal contigo, leal para con el Juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo que
tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú
le invocas.
Confidencialidad con el cliente, tolerancia al adversario, honestidad al juez,
profesionalismo en la aplicación del Derecho, y sabiduría en todo aquello que compone
la labor del Abogado.

6- TOLERA: Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea


tolerada la tuya.
Donde hay dos Abogados, hay tres verdades; popular refrán que está profundamente
ligado a este mandamiento. Así como tú expones tu verdad, y esperas que esta sea
escuchada, analizada y tolerada; así debes escuchar, analizar, tolerar y adicional,
aprender todo lo que puedas de las verdades ajenas.
7- TEN PACIENCIA: El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su
colaboración.
Todo juicio, tiene procedimientos debidamente estipulados, con tiempos y pautas que
el Abogado debe seguir, para cumplir con todos los requisitos y poder llevar su
verdad al éxito. Un Abogado sin paciencia, no logrará sus metas, ya que no podrá
seguir los procedimientos, etapas ni normas.

8- TEN FE: Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la


convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho, en la Paz
como substitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad,
sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.
Uno de los mandamientos más difíciles de aplicar hoy en día, en especial por la
sociedad actual, donde el poder y el dinero suelen definir el curso de muchas cosas,
incluyendo la Justicia en muchos casos. Un Abogado debe comprometerse en su
actuar a respetar estos principios de Justicia, Paz y Libertad acorde a la correcta
aplicación del Derecho, o su carrera perderá el rumbo.
9- OLVIDA: La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma
de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida
tan pronto tu victoria como tu derrota.
En un proceso legal, el Abogado desata todos sus conocimientos teóricos y empíricos, su capacidad
intelectual y hasta su personalidad, para defender sus intereses (el gane de la verdad de su cliente), y
al hacer esto, se desata una lucha de poder, uno de los pecados más comunes del Abogados, que si no
se olvida prontamente, acabará destruyendo tu carrera.

10- AMA TU PROFESIÓN: Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu
hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proporcionarle que sea
Abogado.
Los hijos son el orgullo de los padres, poder sentirse orgulloso de que tu hijo elija tu misma carrera,
quiere decir que tu pasión por el Derecho es tal, que quieres compartirlo con tus hijos, que pase a la
siguiente generación y el legado pueda continuar.
En fin, todo claro como el agua, como último comentario, no está de más decirles que estos
mandamientos, son una guía que procura una integridad moral y ética en el ejercicio de la profesión.
Si se reflexiona sobre ellos un poco, y se aplican en el campo laboral diario, el éxito está al alcance
de la mano.

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