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DE LA PROFESION
Prof. G. Montecinos
1.- PRINCIPIOS GENERALES.
Se debe Cuidar:
El honor y dignidad de la profesión.
Promover y no afectar el ejercicio de la profesión, el
respeto a las instituciones, la administración de justicia y
el estado de derecho.
Lealtad con el cliente. Se debe obrar siempre en el
interés del cliente y anteponerlo incluso al propio.
1.- PRINCIPIOS GENERALES
Defender con empeño a su cliente, observado las normas
jurídicas y la ética.
Obrar con honradez, integridad y buena fe. No aconsejar
actos fraudulentos.
Preservar su independencia, para aconsejar con
imparcialidad. Evitar los conflictos de interés.
Guardar la confidencialidad con sus clientes y exigir que se le
reconozca el derecho al secreto profesional.
No prestarse para aparentar el cumplimiento de las exigencias
legales y responder por los terceros que trabajan bajo su
dependencia.
2.- RELACIONES CON EL
CLIENTE
El primer deber es defender con empeño y eficacia los intereses del
cliente. No aceptar asuntos que excedan sus conocimientos o capacidad
profesional.
La defensa no puede comprometer la independencia ni la conciencia.
Se permite el pacto de cuota litis, siempre que el cliente lleve más que el
abogado y si no hay estipulación de gastos serán del abogado, incluso las costas.
Debe rendir cuantas de los recursos recibidos para su cliente o para gastos.
El término de la relación con el cliente puede ser por término del encargo o por
decisión de una de las partes.
El abogado puede poner término al encargo por problemas de carácter ético o de
conciencia.
3.- CONFLICTO DE FUNCIONES, INTERESES O CONVICCIONES.
El abogado no puede asumir asuntos en los que deba resolver como juez, su
cónyuge, conviviente, hijos o parientes consanguíneos o por afinidad.
Tampoco si es amigo íntimo del Juez o es su abogado o de los parientes
señalados antes.
El abogado funcionario de un servicio, no puede intervenir en asuntos
referidos a materias que conozca por su servicio. Y si se retira no podrá
conocer asuntos que debió ver en ese servicio. Tampoco puede litigar a
favor o contra el servicio, a lo menos un año después de salir.
Además, cuando se incorpora al servicio, no puede intervenir en asuntos en
que haya representado intereses de clientes.
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3.1.- Conflictos de intereses
No puede intervenir en asuntos en que carezca de libertad moral para dirigirlo o que su independencia o
juicio se vean menoscabados por interés, amistad, parentesco, ideológicos o de otro tipo.
No puede adquirir interés pecuniario, ni coincidente ni adverso con su cliente, salvo los honorarios.
participar o adquirir bienes en subasta o licitaciones o hacer negocios como consecuencia de los litigios
en los que interviene.
Está especialmente prohibido adquirir los derechos litigiosos del cliente.
Tampoco puede prestar asistencia económica al cliente o asumir los gastos, salvo que se pacte
expresamente o se trate de un pacto de cuota litis.
No puede adquirir, en asunto no contencioso, un interés pecuniario adverso a su cliente.
Tampoco adquirir interés pecuniario en asunto no contencioso coincidente con su cliente, salvo que éste
esté informado, de acuerdo y cuente con asesoría legal independiente.
Estos intereses se hacen extensivos al cónyuge, conviviente, hijos, o parientes hasta el tercer grado de
consanguinidad o segundo por afinidad.
3.2.- Conflicto por Convicciones Personales
ESTUDIA. El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada
día un poco menos abogado.
PIENSA. El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
TRABAJA. La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.
LUCHA. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el
derecho con la justicia, lucha por la justicia.
SE LEAL. Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas
que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal
para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en
cuanto al derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.
DECÁLOGO DEL ABOGADO
TOLERA. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
TEN PACIENCIA. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
TEN FE. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la
justicia, como destino normal del derecho; en la paz, como sustituto bondadoso de la justicia; y
sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay Derecho, ni justicia, ni paz.
OLVIDA. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma de
rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan
pronto tu victoria como tu derrota.
AMA A TU PROFESIÓN. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu
hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado.
Eduardo J. COUTURE